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Inicio > Argentina
30.10.2012 |Alcanza a 1,8 millones de hogares en todo el país y es la mayor política social del continente
Fue lanzada oficialmente por la presidenta Cristina Fernández el 28 de octubre de 2009. Cubre necesidades de niños
y adolescentes que anteriormente no tenían ningún tipo de protección social. Reconocimiento local e internacional.
Por:
Equipo de Economía
La Asignación Universal por Hijo (AUH) cumplió ayer tres años desde su implementación durante el primer gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Se trata de una política social que actualmente protege –según cifras oficiales– a más de 3,5 millones de chicos y adolescentes y que alcanza a 1,8 millones de hogares a lo largo de todo el territorio nacional.
«La Asignación Universal permitió alcanzar un histórico piso de protección social en nuestro país y se convirtió en la medida más inclusiva de los últimos 50 años», sostuvo ayer el titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), Diego Bossio.
El 12 de septiembre pasado el gobierno anunció un aumento del 25,9% en las asignaciones por hijo, que pasaron de 270 a 340 pesos. «Si el Estado hace un esfuerzo en momentos de crisis global, de caída de actividad económica, lo hace precisamente para sostener a los sectores de mayor vulnerabilidad», aseguró la presidenta durante el anuncio oficial.
Dicho aumento significa casi 2 puntos del PBI, hablando únicamente de Asignación Universal por Hijo, del régimen de asignaciones familiares por embarazo y de las no contributivas por discapacidad, que pasaron de 1080 pesos a 1200 pesos.
¿Cómo se financia? La AUH se financia con aportes y contribuciones de la ANSES, recaudación del Impuesto sobre los Bienes Personales no incorporados al Proceso Económico, los recursos adicionales que anualmente fije el Congreso de la Nación en la Ley de Presupuesto, intereses, multas y recargos, y rentas provenientes de inversiones.
Asimismo, se prevé financiamiento de la rentabilidad anual obtenida del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).
Según recordó Bossio, la medida significó la ampliación de las asignaciones familiares a los menores de 18 años de padres desempleados, monotributistas sociales, trabajadores del servicio doméstico o del mercado informal.
Cuando comenzó a implementarse en noviembre de 2009, constaba de una paga mensual de 180 pesos por hijo; en octubre de 2010 pasó a 220 pesos y en octubre del año pasado se ubicó en 270 pesos.
La tercera actualización realizada el mes pasado es la más alta, con un aumento del 25,9% que alcanza, actualmente, los 340 pesos por hijo y los 1200 pesos por cada hijo con discapacidad.
Para la ANSES, la implementación de la medida fue «una tarea titánica» –según recuerda Bossio– ya que el organismo «vivió una transformación muy fuerte para poder hacer frente» a la puesta en marcha de la iniciativa.
Considerada como la principal política en materia social de América latina, la implementación de la AUH cosechó un respaldo inédito a nivel local desde la oposición y elogios a nivel internacional desde organismos como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Según el especialista Bernardo Kliksberg, asesor principal de Naciones Unidas en temas de pobreza y desigualdad, la AUH es la mayor inversión en política social que se haya hecho en política internacional. El experto aseguró que se trata del mayor porcentaje de recursos destinado en este tipo de planes en el mundo, en términos de Producto Bruto. «La primera conclusión, es que permitió incorporar a 140 mil niños pobres a la escuela. La segunda, es que bajaron fuertemente las tasas de ausentismo en las escuelas. Y, la tercera, el programa logró reactivar totalmente las relaciones de los padres con las escuelas, algo que antes resultaba más característico de las clases medias altas y altas», explicó Kliksberg.
En la misma sintonía se expresó Daniel Arroyo, ex ministro de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires. «En primer lugar, claramente, se igualan derechos. Es decir, en Argentina, una familia que tiene hijos menores de 18 años y tiene trabajo formal cobra salario familiar, quien no lo tiene cobra Asignación Universal por Hijo. Todavía falta, es necesario más, pero claramente lo primero es que iguala derecho. De tanto sostenerlo se va convirtiendo en un nuevo derecho en la Argentina: que las familias con hijos menores de 18 años tienen una base de arranque de ingresos», explicó. El segundo efecto, para Arroyo, tiene que ver con el «derrame sobre la economía local porque claramente todo va al consumo». Por último, Arroyo resalta el impacto en los sectores más pobres en cuanto a la planificación de la economía familiar. «Se genera un piso de arranque para los sectores más pobres, que arrancan de un piso más arriba. La AUH ‘mensualiza’ la cabeza de las personas. Una familia que tiene dificultades, que hace changas, que la lleva como puede, está en el día 2 y sabe que el 10 cobra, es decir, tiene un punto de llegada. Puede que la asignación no le alcance, se le complique con dificultades, pero sin lugar a dudas tiene un punto de llegada. A diferencia de 2001, que había crisis y no había ningún horizonte por delante, hoy sí lo hay, tal día la familia cobra. No le resuelve todos los problemas pero llega a un punto», explicó. «
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Fue lanzada oficialmente por la presidenta Cristina Fernández el 28 de octubre de 2009. Cubre necesidades de niños
y adolescentes que anteriormente no tenían ningún tipo de protección social. Reconocimiento local e internacional.
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Equipo de Economía
La Asignación Universal por Hijo (AUH) cumplió ayer tres años desde su implementación durante el primer gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Se trata de una política social que actualmente protege –según cifras oficiales– a más de 3,5 millones de chicos y adolescentes y que alcanza a 1,8 millones de hogares a lo largo de todo el territorio nacional.
«La Asignación Universal permitió alcanzar un histórico piso de protección social en nuestro país y se convirtió en la medida más inclusiva de los últimos 50 años», sostuvo ayer el titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), Diego Bossio.
El 12 de septiembre pasado el gobierno anunció un aumento del 25,9% en las asignaciones por hijo, que pasaron de 270 a 340 pesos. «Si el Estado hace un esfuerzo en momentos de crisis global, de caída de actividad económica, lo hace precisamente para sostener a los sectores de mayor vulnerabilidad», aseguró la presidenta durante el anuncio oficial.
Dicho aumento significa casi 2 puntos del PBI, hablando únicamente de Asignación Universal por Hijo, del régimen de asignaciones familiares por embarazo y de las no contributivas por discapacidad, que pasaron de 1080 pesos a 1200 pesos.
¿Cómo se financia? La AUH se financia con aportes y contribuciones de la ANSES, recaudación del Impuesto sobre los Bienes Personales no incorporados al Proceso Económico, los recursos adicionales que anualmente fije el Congreso de la Nación en la Ley de Presupuesto, intereses, multas y recargos, y rentas provenientes de inversiones.
Asimismo, se prevé financiamiento de la rentabilidad anual obtenida del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).
Según recordó Bossio, la medida significó la ampliación de las asignaciones familiares a los menores de 18 años de padres desempleados, monotributistas sociales, trabajadores del servicio doméstico o del mercado informal.
Cuando comenzó a implementarse en noviembre de 2009, constaba de una paga mensual de 180 pesos por hijo; en octubre de 2010 pasó a 220 pesos y en octubre del año pasado se ubicó en 270 pesos.
La tercera actualización realizada el mes pasado es la más alta, con un aumento del 25,9% que alcanza, actualmente, los 340 pesos por hijo y los 1200 pesos por cada hijo con discapacidad.
Para la ANSES, la implementación de la medida fue «una tarea titánica» –según recuerda Bossio– ya que el organismo «vivió una transformación muy fuerte para poder hacer frente» a la puesta en marcha de la iniciativa.
Considerada como la principal política en materia social de América latina, la implementación de la AUH cosechó un respaldo inédito a nivel local desde la oposición y elogios a nivel internacional desde organismos como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Según el especialista Bernardo Kliksberg, asesor principal de Naciones Unidas en temas de pobreza y desigualdad, la AUH es la mayor inversión en política social que se haya hecho en política internacional. El experto aseguró que se trata del mayor porcentaje de recursos destinado en este tipo de planes en el mundo, en términos de Producto Bruto. «La primera conclusión, es que permitió incorporar a 140 mil niños pobres a la escuela. La segunda, es que bajaron fuertemente las tasas de ausentismo en las escuelas. Y, la tercera, el programa logró reactivar totalmente las relaciones de los padres con las escuelas, algo que antes resultaba más característico de las clases medias altas y altas», explicó Kliksberg.
En la misma sintonía se expresó Daniel Arroyo, ex ministro de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires. «En primer lugar, claramente, se igualan derechos. Es decir, en Argentina, una familia que tiene hijos menores de 18 años y tiene trabajo formal cobra salario familiar, quien no lo tiene cobra Asignación Universal por Hijo. Todavía falta, es necesario más, pero claramente lo primero es que iguala derecho. De tanto sostenerlo se va convirtiendo en un nuevo derecho en la Argentina: que las familias con hijos menores de 18 años tienen una base de arranque de ingresos», explicó. El segundo efecto, para Arroyo, tiene que ver con el «derrame sobre la economía local porque claramente todo va al consumo». Por último, Arroyo resalta el impacto en los sectores más pobres en cuanto a la planificación de la economía familiar. «Se genera un piso de arranque para los sectores más pobres, que arrancan de un piso más arriba. La AUH ‘mensualiza’ la cabeza de las personas. Una familia que tiene dificultades, que hace changas, que la lleva como puede, está en el día 2 y sabe que el 10 cobra, es decir, tiene un punto de llegada. Puede que la asignación no le alcance, se le complique con dificultades, pero sin lugar a dudas tiene un punto de llegada. A diferencia de 2001, que había crisis y no había ningún horizonte por delante, hoy sí lo hay, tal día la familia cobra. No le resuelve todos los problemas pero llega a un punto», explicó. «
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