Hay una premisa implícita en cualquier sociedad de clases, que se constituye en la escisión/brecha fundamental, que se instituye en un espacio extra-político, el mundo de las relaciones de producción, sobre la cual se funda toda instancia de desigualdad en una sociedad.
La necesidad de interrogar sobre la misma lleva a la pregunta sobre el poder y su distribución en cualquier sociedad, pregunta esencialmente sobre lo político.
Ahora como sabemos, esta escisión/brecha fundante lleva a las clases dominantes al acto de “ocultamiento” de la misma, este acto se realiza a través de la homogenización de los entramados discursivos e ideológicos, que se construye sobre la universalización reconstructiva de los intereses particulares en intereses de una sociedad, ese conjunto de conceptos, y ficciones fundantes, llevan en sus significados la lógica de constituir una identidad donde el conflicto sea desplazado por una comunidad de intereses entre las clases dominantes y las clases subalternas, utilizare la famosa frase de J.W. Cooke, las oligarquías son las dueñas de los diccionarios, es decir, las clases dominantes son las que son las que tienen la capacidad de construir las lecturas rectoras hegemónicas sobre una sociedad.
La parte fundamental de la ficción fundante de la dominación en las sociedades burguesas y capitalistas, es la idea de separación del espacio de lo político, como espacio de igualdad entre ciudadanos, espacio del devenir de la democracia como sistema de gobierno, y el espacio de las relaciones económicas-sociales, espacio de lo “privado”, por lo cual, no necesariamente democrático, generador de las desigualdades entre los hombres, estableciendo una división de facto entre poderes, el poder de las legitimaciones democráticas, y el poder de las corporaciones, aunque las voces del poder real, siempre atentos a la no intervención de la esfera de las legitimaciones democráticas sobre su esfera de poder, no hablan de las condiciones que el poder económico establece sobre el resto de los poderes, si la “democracia” se detiene en las puertas de las fabricas, según el politólogo Bobbio, habría que agregar el poder de las corporaciones económicas no se detiene en las puertas de las instituciones legitimadas por los mecanismos democráticos, sino podemos decir, que su intención es la completa colonización y subordinación de las mismas al poder no democráticamente elegido.
La utilización, por parte, de las clases dominantes y sus voceros en los espacios comunicacionales de la necesidad de construir espacios de “dialogo”, de “consensos”, es también un mecanismo para ocultar la brecha, ya que de esta manera, se establece la idea de que entre dominantes y dominados hay un conjunto de intereses sobre los cuales se discutiría, ahora sin establecer la pregunta quien y bajo que mecanismos establecería las reglas para lograr lo pedido, ya que, en sociedades desiguales, hay quien establece las reglas sobre el conjunto de la sociedad, las preguntas expresadas llevan en si misma, la pregunta sobre el conflicto, sobre la distribución del poder de imponer reglas y palabras, como se distribuye el poder de legitimación de la misma en una sociedad.
La pregunta sobre la escisión/brecha fundante es la pregunta sobre la democracia, es colocar en tensión, generar aperturas en los mecanismos que se establecen en las “ficciones” consensúales de una etapa determinada de una sociedad.
Cuando lo político, se instituye lo conflictivo como parte fundamental de su ser, lo que genera es una apertura sobre los mecanismos sobre los que se constituye una sociedad, generando las interrogaciones y sospechas sobre las escisión/brecha, sobre la distribución del poder, sobre las legitimaciones discursivas que son hegemónicas en una sociedad, a su vez plantean el interrogante sobre el horizonte igualitario y emancipatorio que las clases subalternas pueden apropiarse, la respuesta que demos servirán para generar en las clases subalternas para construir su propio horizonte de expectativas, de su camino hacia una nueva distribución del poder en sociedades desiguales… esto es gran parte de lo que se esta jugando en la actual disputa entre gobierno y la corporación económica.
este gobierno,con sus imperfecciones,evidentemente tiene el merito de revelar los oscuros intereses que nos afectan tanto en el periodismo como en el poder judicial.
Buen artículo, sencillo y muy didáctico.
Es absolutamente central lo que plantea diegoburd. De alguna manera señala los límites de la democracia como vehículo del progreso social.
Siendo un aficionado a las lecturas y no un profesional del estudio, he leído numerosas veces que el populismo es resultante (según las teorías mas serias) de:
.) la búsqueda de una industrialización que viabilice una explotación suave (ante la experiencia inglesa y soviética);
.) un modelo pre-industrial y oligárquico ante el cual las masas son convocadas por sus medidas sociales (habilitación de permisos al crecimiento de los sindicatos);
.) la idea de una alianza entre una nueva burguesía (indsutrialista), Estado y clase trabajadora;
.) etc.
pues bien, poco he leído al respecto sobre el condicionamiento de los gobiernos a profundizar en medidas fondos ante el cerco de las instituciones «tradicionalizadas», que se limitarían a sostener el status quo. Ello no implica repudio a la institucionalidad, sino que necesariamente el cambio de las sociedades exige modificaciones en una suerte de doctrina que se va construyendo durante la historicidad de las instituciones, la que moldea que las cosas sean de una manera y no de otra.
La lucha por el espacio de discusión y construcción de legitimidades que plantea el autor del artículo me parece sumamente interesante para ilustrar a quiénes, con buena fe, no entienden los conflictos del período.
¿Que es lo que no entendí? Mi impresión es que el gobierno está lidiando con una suerte de lumpenburguesía reaccionaria y carente de ese carácter revolucionario que Marx atribuía al capitalismo.
El kirchnerismo, y cualquier gobierno populista, yo al populismo lo considero como un proceso de transición de ampliación/re-fundación de una nueva república, de visibilidad y hace pronunciarse a las contradicciones presentes en una sociedad post-neoliberal. Voy usar una frase que me encanto de Cooke, para definir la naturaleza política del peronismo, que es aplicable hoy al kirchnerismo, el cual es la expresión de los limites del sistema político nacional, pero en su interior contiene las posibilidades de una proyección al futuro.