París. Corresponsal – 05/12/12 – 02:37
Si algo lo aburre en esta nueva etapa de su vida a Roberto Lavagna es hablar de economia.El default, la deuda, son su especialidad. Pero su pasión es la búsqueda de una solución para liberar a la Argentina de su permanente frustración. Su última proposición es un “frente de centro” sin excluidos, salvo “los extremos”, como define a “los izquierdistas que atrasan 50 años” y los conservadores “recalcitrantes”. ¿Candidato a senador o a presidente? ¿Con o sin Scioli? Esas preguntas le parecen nimiedades. Se entrevistó con líderes políticos y sociales con un sólo mensaje: no ceder a una reforma constitucional que habilite otro mandato de Cristina. De paso por París, tras dar una conferencia en Marruecos, le contó sus planes a Clarín.
¿Qué diagnóstico hace de la Argentina?
Una sociedad con un fenomenal potencial que no lo está aprovechando. El éxito de una sociedad y de un gobierno se mide por la diferencia entre lo que se puede hacer con los recursos naturales y humanos que se tiene y lo que se hace. Entre las dos cosas hay una gran diferencia y es porque las cosas no están andando bien.
¿Considera que el relato kirchnerista es consistente?
El Gobierno no tiene hoy ni método ni políticas adecuadas. Hay que tener una visión de país para saber a dónde se va. No se trata de hacer teatro todos los días con un discurso.Hay que trabajar sobre la realidad, que es lo único que a uno lo hace previsible.No hay que trabajar sobre el relato o el cuento que uno ha inventado. Hay que tener un respeto por la justicia y por la justicia social, que son dos complementos que marchan juntos y una voluntad de libertad de palabra, de diálogo, de búsqueda de consenso.
¿Los cacerolazos y el paro del 20N pronostican una crisis?
Cuando en Argentina se habla de crisis se piensa en esa enorme magnitud que fue la del 2001.La peor en 110 años. Si de eso estamos hablando, no, no creo. Pero sí creo que hay un proceso de deterioro. Y una parte de la sociedad ha tomado la decisión con el 13 de septiembre y el 8 de noviembre de poner un limite. Está claro que esta enorme manifestación no tiene una canalización política. Pero el mensaje es claro: hay limites que no vamos a permitir que este gobierno pase.
¿Cree que el peronismo enfrentará a Cristina y le hará un planteo como a Isabel Perón contra López Rega?
En algún punto. Porque claramente la salida de esta situación, de una sociedad dividida y poco exitosa en términos de aprovechar las oportunidades que Argentina tiene, va a tener necesariamente un gran componente del peronismo. Y yo diría que lo que hay que hacer es construir un gran centro, que solamente deje afuera a un izquierdismo poco serio y cree que el beneficio es un pecado. Pero que también deje afuera a ese conservadorismo retrógrado, a quien la sola existencia de la pobreza lo molesta. El gran centro debe apartar esos dos sectores e ir definiendo la visión de país, para después, entender que la visión no sola basta.Después hay que tener un método de cómo se gobierna.
¿Es con Scioli?
-Es con el peronismo, sin lugar a dudas. Puedo estar equivocado pero me imagino una solución en la que el principal partido, que tiene vocación de gobierno –a veces excesiva– no esté presente.
¿Pero con Scioli o sin Scioli?
-Con todos los que quieran ir por este camino. Sin duda, Scioli por gobernar la principal provincia.
Yo le doy nombres:De la Sota, Moyano, Macri, Binner, Sanz…
-Todos. Ninguno de esos cae en los extremos que yo dije que esté fuera del gran centro. Ninguno es retrógrado conservador ni tiene ese infantilismo de creer que el legítimo beneficio empresario es un pecado.
Si algo lo aburre en esta nueva etapa de su vida a Roberto Lavagna es hablar de economia.El default, la deuda, son su especialidad. Pero su pasión es la búsqueda de una solución para liberar a la Argentina de su permanente frustración. Su última proposición es un “frente de centro” sin excluidos, salvo “los extremos”, como define a “los izquierdistas que atrasan 50 años” y los conservadores “recalcitrantes”. ¿Candidato a senador o a presidente? ¿Con o sin Scioli? Esas preguntas le parecen nimiedades. Se entrevistó con líderes políticos y sociales con un sólo mensaje: no ceder a una reforma constitucional que habilite otro mandato de Cristina. De paso por París, tras dar una conferencia en Marruecos, le contó sus planes a Clarín.
¿Qué diagnóstico hace de la Argentina?
Una sociedad con un fenomenal potencial que no lo está aprovechando. El éxito de una sociedad y de un gobierno se mide por la diferencia entre lo que se puede hacer con los recursos naturales y humanos que se tiene y lo que se hace. Entre las dos cosas hay una gran diferencia y es porque las cosas no están andando bien.
¿Considera que el relato kirchnerista es consistente?
El Gobierno no tiene hoy ni método ni políticas adecuadas. Hay que tener una visión de país para saber a dónde se va. No se trata de hacer teatro todos los días con un discurso.Hay que trabajar sobre la realidad, que es lo único que a uno lo hace previsible.No hay que trabajar sobre el relato o el cuento que uno ha inventado. Hay que tener un respeto por la justicia y por la justicia social, que son dos complementos que marchan juntos y una voluntad de libertad de palabra, de diálogo, de búsqueda de consenso.
¿Los cacerolazos y el paro del 20N pronostican una crisis?
Cuando en Argentina se habla de crisis se piensa en esa enorme magnitud que fue la del 2001.La peor en 110 años. Si de eso estamos hablando, no, no creo. Pero sí creo que hay un proceso de deterioro. Y una parte de la sociedad ha tomado la decisión con el 13 de septiembre y el 8 de noviembre de poner un limite. Está claro que esta enorme manifestación no tiene una canalización política. Pero el mensaje es claro: hay limites que no vamos a permitir que este gobierno pase.
¿Cree que el peronismo enfrentará a Cristina y le hará un planteo como a Isabel Perón contra López Rega?
En algún punto. Porque claramente la salida de esta situación, de una sociedad dividida y poco exitosa en términos de aprovechar las oportunidades que Argentina tiene, va a tener necesariamente un gran componente del peronismo. Y yo diría que lo que hay que hacer es construir un gran centro, que solamente deje afuera a un izquierdismo poco serio y cree que el beneficio es un pecado. Pero que también deje afuera a ese conservadorismo retrógrado, a quien la sola existencia de la pobreza lo molesta. El gran centro debe apartar esos dos sectores e ir definiendo la visión de país, para después, entender que la visión no sola basta.Después hay que tener un método de cómo se gobierna.
¿Es con Scioli?
-Es con el peronismo, sin lugar a dudas. Puedo estar equivocado pero me imagino una solución en la que el principal partido, que tiene vocación de gobierno –a veces excesiva– no esté presente.
¿Pero con Scioli o sin Scioli?
-Con todos los que quieran ir por este camino. Sin duda, Scioli por gobernar la principal provincia.
Yo le doy nombres:De la Sota, Moyano, Macri, Binner, Sanz…
-Todos. Ninguno de esos cae en los extremos que yo dije que esté fuera del gran centro. Ninguno es retrógrado conservador ni tiene ese infantilismo de creer que el legítimo beneficio empresario es un pecado.