1983-2012: nuestra larga transición al autoritarismo

06/12/12
El 10D de 1983 Raúl Alfonsín asumió la presidencia de la República. Matizando la euforia general por la vuelta de la democracia, las voces más sensatas señalaron que comenzaba un largo camino, una transición .
Fuimos ingenuos.
A 29 años de distancia, resulta que la transición no llevó a la democracia sino a un lugar muy distinto: el autoritarismo plebiscitario.
La democracia de 1983 se fundó en el Estado de Derecho y en las instituciones de la República. En la ciudadanía y en el sufragio. También, en el pluralismo, la valoración de la diferencia, el respeto al otro y el debate racional. El magisterio presidencial dio esa forma a un consenso, quizá menos preciso, surgido al fin de la dictadura.
La democracia de 2012 conserva el sufragio. Pero parece que los votos colocan al presidente por encima de las leyes y las instituciones. El pluralismo dejó de ser un valor : fuera del pueblo unido sólo hay destituyentes de distinta laya. La confrontación y la polarización son virtudes, y no se espera nada del debate. El gobierno no debe tener límites para sus decisiones, y los controles institucionales son sólo palos en la rueda.
Esta concepción se ha radicalizado en los dos últimos años, y avanza hasta las mismas libertades personales . Es posible que celebremos el aniversario de la democracia con un golpe a la libertad de prensa y un magnicidio a la Justicia . Quizá sólo para demostrar que se puede.
¿Cómo llegamos a esto? ¿Por qué la primavera democrática nos llevó al invierno autoritario?
Sobran ejemplos en la historia del mundo, y aun en la argentina; pero cada caso es distinto, y hay que entenderlo. Podríamos atribuirlo a la perversión de los gobernantes o a la incorregibilidad del peronismo. Pero la historia requiere explicaciones más complejas.
S e puede considerar en primer lugar el efecto de la desilusión democrática que, con la inevitabilidad del péndulo, siguió a la euforia de 1983. Las expectativas eran desmedidas, y el nuevo comienzo se asentaba sobre bases endebles: penuria económica, un Estado maltrecho, poderes sectoriales fuertes y una sociedad empobrecida y segmentada.
La dificultad para asumir y enfrentar esta realidad afectó las expectativas de la civilidad. Hubo desencanto, retracción y hasta un sordo resentimiento.
Los partidos políticos, que debían ser factores activos de la transformación, se encerraron en su estructura profesional y fueron perdiendo su vínculo con la ciudadanía.
También comenzó a emerger en el frente democrático otra interpretación del rumbo iniciado en 1983: la democracia era en realidad el paréntesis para recuperar fuerzas y lograr una revancha histórica. Por ejemplo, la causa de los derechos humanos -lo más importante que produjo la sociedad argentina bajo la dictadura- resultó el cuartel de invierno de una militancia poco preocupada por el Estado de Derecho .
Pero el punto de inflexión del proyecto democrático estuvo en la crisis de 1989.
En su realidad primero, y luego en su reconstrucción imaginaria. Desde entonces, el país vivió una “emergencia permanente”, y la imagen de la crisis fue realimentada por quienes sacaron provecho de ella. La emergencia justificó la concesión de poderes excepcionales, que el Ejecutivo pidió en 1990 y no devolvió cuando volvió la bonanza económica.
Desde entonces funcionó la “democracia delegativa” , y sucesivamente fueron abandonadas las instituciones de la República, hasta llegar a las formas actuales del autoritarismo.
En los años noventa, este gobierno democrático de nuevo tipo encaró una reforma del Estado. Era impostergable, pero su realización, por apresuramiento y por mala fe, ofreció nuevas oportunidades a los grupos económicos depredadores. Pero además la reforma estatal le permitió al gobierno desarmar sistemáticamente las instituciones estatales encargadas de controlarlo, y así suprimió las posibles restricciones a un poder cada vez más concentrado en el Ejecutivo.
La depredación -de los “capitalistas amigos” y los gobernantes voraces- así como la concentración decisional se profundizaron con la bonanza del siglo XXI.
La otra raíz de esta deriva democrática se encuentra en el mundo social de la pobreza, surgido en los años setenta y consolidado en los noventa . Desatendidos durante los años de penuria, los pobres recibieron pequeñas ayudas focalizadas en los años de bonanza.
Para los gobiernos autoritarios plebiscitarios, la pobreza ha sido una fuente importante de poder.
Lo construyeron con el libre uso de los recursos fiscales, distribuidos a través de una red político-administrativa. Desde entonces este aparato permite producir votos entre los pobres .
Son los votos que convalidaron democráticamente el autoritarismo de la última década.
Los votos que hoy sobreviven, como el último vestigio de una democracia que no fue.
Entre los años de Menem y los de Kirchner, tan similares en sus tendencias, hay una diferencia importante: la explicación, la legitimación, el relato. El primero se construyó en clave neoliberal y fue muy convincente. Luego de 2001 lo reemplazó otro, en una clave más tradicional, nacional y popular.
Ambos cumplieron con eficiencia su función de velo ideológico.
Desilusión, emergencia, debilidad estatal, pobreza y relato han armado una máquina poderosa, que sólo hoy parece encontrar algún límite. Nos preguntamos si acaso estará comenzando la transición hacia algo.
También deberíamos preguntarnos si será algo mejor .

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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37 comentarios en «1983-2012: nuestra larga transición al autoritarismo»

  1. Si cambiamos algunas palabras por otras, parece estar describiendo su actuación como titular de Cátedra. Patética defensa de la «calidad de voto»

    1. De hecho, vivimos un sistema de voto calificado.

      El nivelar hacia abajo en cultura política y republicana, ni qué hablar de educación básica, convierte a la mayoría de los votantes en calificados… hacia abajo.

      Y bueno, es lo que hay.

      1. No voto igual, lamento decirte:

        La relación cantidad de votantes / diputado es diferente en cada provincia.

        Uno de los distritos de menor valor por diputado es la Capital. Uno de los mayores es Santa Cruz.

        Somos discriminados los capitalinos…

        Y bue, cosas del voto calificado.

      1. Si es tu primer comentario en este blog, va a ser moderado por un editor. No se aceptarán comentarios que incluyan calumnias, agravios o expresiones discriminatorias, tampoco aquellos que involucren el uso de múltiples seudónimos.

        Saludos, fan de Romero (te recomiendo que consultes las prácticas de nombramiento en la UBA y los protocolos poco republicanos de edición en las editoriales del autor de la oportuna nota).

  2. Cada tanto comentarios como el de David, que nos enseña cómo ve la calificación de sus conciudadanos (en en remoto caso de que así nos considere), son muy útiles.
    Nos ayudan a mantener claro en la memoria de qué hablan cuando hablan de su famosa República.
    Es una cosa muy bella y armónica, dirigida por y para el bien de Todos por los que Saben. Existió en Argentina durante unas décadas, hasta la lamentable ley Sáenz Peña. Y lo que siguió fue peor.
    Deberíamos implementarla; el problema es que nosotros, los de «abajo» (la dirección sociológica hacia donde mirar fue aportada por el mismo David) no queremos obedecer lo que los Mejores deciden por nuestro Bien. Es una tragedia sin remedio. Somos pasto de Demagogos y adoradores de Autoritarios.
    Mejor exiliarse en Montevideo. Uy, allá también. Qué cagadón.

    1. Piden el voto calificado a los gritos y de todas las maneras posibles.
      Se ‘aggiornaron’: antes clamaban por la supresión total del voto (‘las urnas bien guardadas’ por los guardianes de la República).

      1. Sobre el voto calificado, que de hecho existe en nuestro país, leé más arriba mi comentario de las 6:55

        Las democracias providenciales delegativas de baja intensidad, no necesitan guardar las urnas. Porque ganan siempre por afano (en el buen sentido, che).

        Solo se preocupan por «guardar» las voces disidentes.

    2. A. Donnantuoni:

      No sos de «los de abajo». Abandoná la pose populista por unos minutos.

      De hecho sabés escribir, incluso sin faltas de ortografía.

      De la nivelación hacia abajo, al menos vos te salvaste. Tal vez no seas nunca vatayón del gobierno, pero podrías ser, digamos, diputado.

      En muchos lugares del mundo, dirigen los más capacitados. Si, ya sé que es políticamente incorrecto, pero son los países que funcionan.

      Coincido en que no queremos a los Mejores que decidan por nuestro Bien. Preferimos la kakistocracia (palabreja sobre la cual ya debatimos en este foro).

      1. David, en USA gobernaron Reagan y Bush hijo. En Italia estuvo Berlusconi. En España está Rajoy.
        Es en joda eso de que gobiernan los más capacitados ¿no?
        En Europa ‘los más capacitados’ hicieron dos tremendas guerras y algunos genocidios, ‘ayer nomás’ en términos históricos. Los más capacitados de EE. UU. invadieron unos cuantos países y tiraron dos bombas atómicas.
        Además, confunde quiénes son los candidatos con quiénes tienen derecho a voto.

      2. No necesariamente.

        Tuvieron a Reagan y Bush. Pero también a Lincoln y Roosevelt.

        Los españoles tuvieron a Franco, pero pudieron derrotar al Tejerazo.

        Los alemanes tuvieron a Goethe y a Hitler. Y bue, no se puede pedir todo.

        Los tanos tuvieron a Berlusconi, pero también a Maquiavelo (¡genio!)

        Hasta nosotros tuvimos estadistas muy avanzados para su época, como Alberdi y Sarmiento.

        Los alemanes tuvieron a Goethe y a Hitler.

        Y bue, no se puede pedir todo. Así es la Historia. Por eso tenemos que ver su evolución y dónde estamos ubicados nosotros.

        Gracias a los hijos de puta imperialistas nos estamos comunicando en este momento por Internet, usamos su perverso buscador Google, vacunamos a nuestros hijos contra la polio, y hasta llegamos a destino usando el GPS.

        Claro, nosotros tenemos a Maradona. La tienen adentro. Que se jodan.

      3. Obvio que en el promedio gana la meritocracia. Por eso son los países más exitosos.

        ¿O pensás que Mussolini hizo exitoso a Italia, o Hitler a Alemania, o Bush a EEUU?

        Si por ellos fuera, el mundo estaría destruído.

        Lo dicho: gobiernan los más capacitados.

      4. David, entre los simpatizantes y funcionarios del fascismo y el nazismo estuvieron buena parte de las mentes más brillantes de su época.

      5. guido y Raúl C:
        Comparto sus puntos de vistas sobre Alemania, pero no es tarea sencilla la indagación sobre las causas que llevaron a Hitler al poder, en lo que poco jugaron los aspectos que ustedes señalan.
        Tratando de sintetizar ese proceso, no debe olvidarse que en la Constitución de Weimar existía un presidente, elegido en forma directa por el pueblo y que duraba siete años en su cargo, pudiendo ser reelegido y que si bien el presidente disponía de amplías facultades, al consagrarse un sistema parlamentario, el gobierno estaba a cargo de un canciller, que era nombrado y removido directamente por el presidente y requería confirmación del parlamento. No había entonces elección directa para ese cargo. Generalmente el presidente elegía como canciller al líder del partido mayoritario, aunque en los últimos años el presidente Hindenburg no seguiría esa tradición y los designaba sin tener en cuenta esa circunstancia. Este presidente, elegido por vez primera en 1925, había sido reelecto en 1932, en un proceso en que el candidato derrotado había sido precisamente Hitler.- En las últimas elecciones generales libres que se realizaron en Alemania, en noviembre de 1932, significaron una derrota para el nazismo: más de dos tercios de los alemanes que fueron a las urnas votaron en contra. Las nuevas elecciones locales efectuadas en diciembre, especialmente la de Turingia, donde se perdió casi el 40% de los votos, fueron un indicio de que el partido nazi estaba perdiendo el apoyo de los electores a pasos agigantados. Eso no desanimó a Hitler, quien supo aprovechar el enfrentamiento entre el canciller Kurt von Schleicher y el anterior Von Papen, la intervención del hijo del presidente Hindenburg, jugaron a su favor. Cuando se le advierte a Von Papen que Hitler se convertiría en un dictador, desecharía tal posibilidad, considerando que “Los hemos contratado”, así lo subestimaron pensando que podría ser útil durante un tiempo y luego ser fácilmente desplazado. Al conseguir el poder de tal forma, Hitler consideró que era un hombre elegido por el destino, no por la mayoría del pueblo, aunque en realidad no lo había logrado él, el poder le fue entregado por los hombres que en ese momento controlaban el destino de Alemania. A pesar de ello, en la siguiente elección nacional, marzo de 1933, el partido nazi sólo conseguiría el 43,9% de los votos. En las siguientes elecciones, los resultados ya no interesan, puesto que se habían disuelto todos los partidos, salvo el nazi.-

        (1)Turner, Henry Ashby. A treinta días del poder. Edhasa. Barcelona. 2000. Págs. 45/63; 80; 215; 298.-

        (2)Kershaw, Ian. Hitler. 1889-1936. Península. Barcelona. 1999. Págs. 377 y sgts.-

        (3)Kershaw, Ian. El mito de Hitler. Imagen y realidad en el tercer Reich. Paidós. Bs. As. 2004. Págs. 15/26; 69; 73 y sgts.-

        (4)Johson, Eric A. El terror nazi. La Gestado, los judíos y el pueblo alemán. Paidós. Barcelona. 2002. Págs. 69 y sgts.-

        (5)Browning, Christhoper R. Aquellos hombres grises. El batallón 101 y la solución fibal en Polonia. Edhasa. Barcelona. 2002. Págs. 387/388.-

      6. Guido:
        Ser de la elite pensante no es un bill de indemnidad contra autoritarismos, sino que agrava la situacion.

        De hecho tenemos gente inteligente como Feinmann el bueno, o Paenza, y resultaron increiblemente admiradores de la democracia delegada en una lideresa providencial

      7. Ay, ay, ay, David. Qué se le puede responder. Gracias por invitarme a su república, pero paso. Y gracisa por encomiar mi ortografía, se ve que es un alma sensible.
        Usted habla de mi pose populista, y casi me propone para diputado. Gracias de nuevo!
        No lo invito a salir de su pose elitista, porque usted no posa: usted cree en la supremacía de los Mejores. Ingenuamente, se cree uno de ellos. Permítame que me le ría en la cara. En su República de Notables, los Poseedores de Todo se limitarán a usarlo.
        Más bien lo invitaría a venir por acá abajo, aunque me parece que para usted ya es tarde para sentir nuestra alegría.
        Saludos.

  3. me atendre al texto de don Romero.Lo primero que asocio a sus duchos es el concepto de a»aluvion zoologico»al que se adhirio para calificar al peronismo.En segundo lugar hablar de autoritarsimo plesbicitario se me ocurre impropio,dado que el recurso del plesbicito no lo veo usado por los gobiernos peronistas,y menos el actual.Lo mas util de sus afirmaciones pasa por tratar de superar el rasgo autoritario reconocible en todo el peronismo con sus variantes,unido a un verticalismo,a la dificultad de delegar decisiones,de generar sucesores,de activar una transversalidad o una dinamica de bases(tal vez esto ultimo por temor a volver a tiempos»revolucionarios»que codujeron a fracasos dolorosos).Es un defecto a superar.Pero tmbien me pregunto que pasa en las otras agrupaciones politicas,donde tampoco se observa sucesion,y si ejes personalizados en lideres de los se espera todo.Y esto tambien se nota en la vida sindical.Defecto que pasa por lo social,implica comodidad,temor y escepticismo.Por otro lado,el tema se toca con otro dilema historico:¿es necesario o no el autoritarismo del gobierno para lograr cambios que favorezcan a las mayorias,defendiendolas contra las corporaciones del poder economico y politico?

  4. el problema es como debilitar el poder de las corporaciones monopolicas conservadoras y explotadoras de sus «clientes».En principio la tarea debe ser gradual,inteligente,gramnsciana,paciente.Si se comunica bien se puede obtener el consenso popular,que ayuda,pero que vemos esta influido por las»armas»simbolicas de las corpo,que no son plesbicitarios sino publicitarios.De otro modo se seguira cumpliendo la cancion»cinco siglos igual»…Le pido a David que diga si no le preocupa la defensa de las mayorias,o si,en tal caso,como lo haria…en vez de sonar¿como caceroa o arpa viejs?

      1. Silenoz:

        Nunca es demasiado. Lo nuestro es un sacerdocio.

        Isabel:

        Me preocupan las mayorías engañadas, y las minorías marginadas. Por supuesto podemos debatir todos estos temas.

  5. no me considero dentro de un sacerdocio.Tampoco cuando estuve en la docencia.Al hablar de mayorias»engñadas»el problema surge porque para mi los que engañan son los medios,sobre todo televisivos,y dudo comparta mi observacion,pero le dejo la palabra.Otro intrngulis es el de las inorias»marginadas»porque para mi las minorias son las corporaciones con capitales concentrados,que lejos de estar marginadas tienen el mejor nivel de vida,mientras las mayorias bancan.

  6. Es al pedo rempujar cuando la vaina es corta. Disculpas a las damas, como diría mi padre, que no tiene mi ortografía pero algo de la vida me enseñó.
    Nadie que crea que sabe todo puede aprender la más mínima cosa, aunque sea clara como la luz del mediodía.

    1. Cierto’ Isabel.

      Pero los medios solo engañan a sus lectores. Los gobiernos, a todos.

      Hasta convencieron a gente relativamente culta a creerse «de abajo» y asi sentirse mas cerca del pueblo.

      Por eso los mesianismos pseudorrevolucionarios se nutrieron de chicos educados para mandarlos a la guerra suicida.

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