El Gobierno tomó el control del Belgrano Cargas y avanza en un programa para potenciar otros ramales cargueros. Incluye una participación creciente de la industria nacional y la formación de profesionales especializados, indicó Ramos a Página/12.
La ley 23.696 de Reforma del Estado, sancionada en 1989 a poco de asumir Carlos Menem, fue el puntapié inicial para el proceso de privatización de las empresas de servicios públicos. El discurso privatizador sostenía que el Estado no servía para gestionar esos servicios, por lo que debían ser salvados por capitales privados. La tragedia de Once, donde murieron 51 personas, fue un punto límite. El Estado comenzó un proceso de recuperación del sistema ferroviario, quizás de manera tardía, aunque necesario. Tal transformación no sólo requerirá de inversiones en nuevos coches, vías, durmientes, sino que también deberá contar con el apoyo de los sectores industriales locales para potenciar el proceso de sustitución de importaciones e incluso, de las universidades, para comenzar a formar profesionales que puedan incidir en la mejora del sistema. Así lo sostuvo en diálogo con Página/12 el secretario de Transporte, Alejandro Ramos. La reciente recuperación por parte del Estado del Belgrano Cargas, que era gestionado por la empresa Shima, integrada por el Grupo Macri y Sanhe Hopefull Grain & Oil, condensa parte de los cambios que quieren realizarse en el sistema ferroviario.
El transporte de cargas moviliza alrededor de 450 millones de toneladas al año. El 90 por ciento de los fletes se realiza en camiones y el resto se distribuye en partes iguales entre trenes y barcos. Del total de la participación del ferrocarril, el Belgrano Cargas transportó 2,1 millones de toneladas entre 2011 y 2012, de las cuales el 80 por ciento fueron granos, especialmente soja.
Los ramales más utilizados hasta el momento eran, de norte a sur, el C18 que atraviesa la provincia de Salta, el C12 y CC que atraviesan Tucumán y Córdoba hasta Rosario. A su vez, el C12 cruza Santiago del Estero y Chaco hasta el ramal C3 que va hacia el puerto de Barranqueras. El epicentro de la descarga es Rosario.
Lo que pasó en el transporte es consecuencia de más de 30 años de historia donde se destruyó el sistema productivo del país, se cerró la industria naval, al igual que las siderúrgicas que contribuían al sistema de transportes. Ahora estamos tratando de reconstruir lo que se destruyó. Para nosotros, el Belgrano Cargas es fundamental para el desarrollo del país, no sólo por cómo repercute en los pueblos que atraviesa, sino por lo que implica para la producción económica, explicó Ramos.
La cartera de Transporte tiene por objetivo, además de renovar vías para mejorar las velocidades promedio (ya se han realizado obras en 470 kilómetros), recuperar algunos tramos perdidos, como por ejemplo la conexión con Chile y Bolivia y otras trazas que pasan por la provincia de Santa Fe. Son obras pensadas para levantar a muchos pueblos y descomprimir algunas de las rutas que hoy aparecen muy cargadas, como la RN 34. También apuntamos a mejorar los puertos para tener un sistema de transporte multimodal, agregó Ramos.
El sistema ferroviario de cargas nacional cuenta con cuatro concesionarios privados y la reciente compañía estatal que asumió el Belgrano Cargas. Los actores privados son FerroExpreso Pampeano, un ferrocarril operado por Techint que llega a los puertos de Rosario y Bahía Blanca; Nuevo Central Argentino, a cargo de la empresa Aceitera General Deheza (Familia Urquía), que concentra sus operaciones en Rosario y Córdoba. También están Ferrosur, gestionado por la cementera Camargo Correa de Brasil, y América Latina Logística (ALL), también brasileña, que está a cargo de un ramal que une Buenos Aires y Santa Fe con Cuyo y otro que integra la Mesopotamia con Buenos Aires y Capital Federal. Los ramales de ALL están prácticamente abandonados y la empresa pretende dejar el país.
Sustitución de importaciones
Los cambios en el sistema de transporte no sólo pasarán por un mayor control de los concesionarios privados, o la recuperación de empresas claves, como el Belgrano Cargas, también se hará un trabajo de fondo para la formación de profesionales idóneos, promete Ramos. En este sentido, la cartera de Transporte firmó un convenio con distintas universidades. El transporte de carga requiere cierta demanda de proveedores locales, por eso es bueno trabajar con las universidades para formar esos recursos humanos que necesitamos. Así como orientaremos a algunas industrias para que se metan en el sector, debemos incentivar las carreras universitarias que nos permitan formar profesionales para recuperar el sistema ferroviario, aseguró el secretario.
Además de la formación, se apostará por la industria nacional para generar proveedores locales que permitan llevar adelante un proceso de sustitución de importaciones. El llamado Plan de Desarrollo Industrial de Proveedores y Sustitución de Importaciones para la Red Ferroviaria ya fue presentado en una reunión en el Ministerio de Industria, con la participación del INTI, las cámaras industriales y la cartera de Transporte.
Las áreas específicas a partir de las cuales comenzarán a agruparse a los distintos proveedores son, en un principio, vías, obras de infraestructura, material rodante y señalamiento. Al día de hoy ya se realizó una reunión específica de vías y obras, en la cual se presentó un listado de todas las partes que son necesarias. La idea de este plan es fomentar a las empresas locales que ya producen en el país y evaluar caso por caso cada compra que se realiza en el exterior. El objetivo es sustituir importaciones. Hay muchas industrias que no se dedican a la actividad ferroviaria o de transporte, pero vamos a reconvertirlas según las necesidades del sistema, pensado como un todo integrado, concluyó Ramos.
La ley 23.696 de Reforma del Estado, sancionada en 1989 a poco de asumir Carlos Menem, fue el puntapié inicial para el proceso de privatización de las empresas de servicios públicos. El discurso privatizador sostenía que el Estado no servía para gestionar esos servicios, por lo que debían ser salvados por capitales privados. La tragedia de Once, donde murieron 51 personas, fue un punto límite. El Estado comenzó un proceso de recuperación del sistema ferroviario, quizás de manera tardía, aunque necesario. Tal transformación no sólo requerirá de inversiones en nuevos coches, vías, durmientes, sino que también deberá contar con el apoyo de los sectores industriales locales para potenciar el proceso de sustitución de importaciones e incluso, de las universidades, para comenzar a formar profesionales que puedan incidir en la mejora del sistema. Así lo sostuvo en diálogo con Página/12 el secretario de Transporte, Alejandro Ramos. La reciente recuperación por parte del Estado del Belgrano Cargas, que era gestionado por la empresa Shima, integrada por el Grupo Macri y Sanhe Hopefull Grain & Oil, condensa parte de los cambios que quieren realizarse en el sistema ferroviario.
El transporte de cargas moviliza alrededor de 450 millones de toneladas al año. El 90 por ciento de los fletes se realiza en camiones y el resto se distribuye en partes iguales entre trenes y barcos. Del total de la participación del ferrocarril, el Belgrano Cargas transportó 2,1 millones de toneladas entre 2011 y 2012, de las cuales el 80 por ciento fueron granos, especialmente soja.
Los ramales más utilizados hasta el momento eran, de norte a sur, el C18 que atraviesa la provincia de Salta, el C12 y CC que atraviesan Tucumán y Córdoba hasta Rosario. A su vez, el C12 cruza Santiago del Estero y Chaco hasta el ramal C3 que va hacia el puerto de Barranqueras. El epicentro de la descarga es Rosario.
Lo que pasó en el transporte es consecuencia de más de 30 años de historia donde se destruyó el sistema productivo del país, se cerró la industria naval, al igual que las siderúrgicas que contribuían al sistema de transportes. Ahora estamos tratando de reconstruir lo que se destruyó. Para nosotros, el Belgrano Cargas es fundamental para el desarrollo del país, no sólo por cómo repercute en los pueblos que atraviesa, sino por lo que implica para la producción económica, explicó Ramos.
La cartera de Transporte tiene por objetivo, además de renovar vías para mejorar las velocidades promedio (ya se han realizado obras en 470 kilómetros), recuperar algunos tramos perdidos, como por ejemplo la conexión con Chile y Bolivia y otras trazas que pasan por la provincia de Santa Fe. Son obras pensadas para levantar a muchos pueblos y descomprimir algunas de las rutas que hoy aparecen muy cargadas, como la RN 34. También apuntamos a mejorar los puertos para tener un sistema de transporte multimodal, agregó Ramos.
El sistema ferroviario de cargas nacional cuenta con cuatro concesionarios privados y la reciente compañía estatal que asumió el Belgrano Cargas. Los actores privados son FerroExpreso Pampeano, un ferrocarril operado por Techint que llega a los puertos de Rosario y Bahía Blanca; Nuevo Central Argentino, a cargo de la empresa Aceitera General Deheza (Familia Urquía), que concentra sus operaciones en Rosario y Córdoba. También están Ferrosur, gestionado por la cementera Camargo Correa de Brasil, y América Latina Logística (ALL), también brasileña, que está a cargo de un ramal que une Buenos Aires y Santa Fe con Cuyo y otro que integra la Mesopotamia con Buenos Aires y Capital Federal. Los ramales de ALL están prácticamente abandonados y la empresa pretende dejar el país.
Sustitución de importaciones
Los cambios en el sistema de transporte no sólo pasarán por un mayor control de los concesionarios privados, o la recuperación de empresas claves, como el Belgrano Cargas, también se hará un trabajo de fondo para la formación de profesionales idóneos, promete Ramos. En este sentido, la cartera de Transporte firmó un convenio con distintas universidades. El transporte de carga requiere cierta demanda de proveedores locales, por eso es bueno trabajar con las universidades para formar esos recursos humanos que necesitamos. Así como orientaremos a algunas industrias para que se metan en el sector, debemos incentivar las carreras universitarias que nos permitan formar profesionales para recuperar el sistema ferroviario, aseguró el secretario.
Además de la formación, se apostará por la industria nacional para generar proveedores locales que permitan llevar adelante un proceso de sustitución de importaciones. El llamado Plan de Desarrollo Industrial de Proveedores y Sustitución de Importaciones para la Red Ferroviaria ya fue presentado en una reunión en el Ministerio de Industria, con la participación del INTI, las cámaras industriales y la cartera de Transporte.
Las áreas específicas a partir de las cuales comenzarán a agruparse a los distintos proveedores son, en un principio, vías, obras de infraestructura, material rodante y señalamiento. Al día de hoy ya se realizó una reunión específica de vías y obras, en la cual se presentó un listado de todas las partes que son necesarias. La idea de este plan es fomentar a las empresas locales que ya producen en el país y evaluar caso por caso cada compra que se realiza en el exterior. El objetivo es sustituir importaciones. Hay muchas industrias que no se dedican a la actividad ferroviaria o de transporte, pero vamos a reconvertirlas según las necesidades del sistema, pensado como un todo integrado, concluyó Ramos.