Martes 26 de Febrero de 2013 Por: Guillermo Laborda
Thomas Griesa Hay pocas incógnitas sobre la audiencia de mañana en Nueva York entre los fondos buitre: la Cámara de Apelaciones del 2° Distrito de Nueva York ratificará el «pari passu» (en este caso, igualdad entre bonistas que entraron a los canjes de 2005 y 2010 y los que no lo hicieron) y que la Argentina adeuda a los fondos buitre el 100% del monto original más intereses. No hay quita que valga para la Justicia norteamericana. El «pari passu» y ese 100% adeudado serán anotaciones para los demandantes. Pero lo relevante, incluso políticamente en la Argentina, son las trabas que se puedan imponer para los pagos de los bonos surgidos de esos canjes en Nueva York. Está en juego un default técnico del país. Éste es el gol de oro. A juzgar por la inclusión de los terceros afectados en la audiencia mañana, puede inferirse que la Cámara tiene preocupación por el impacto de su fallo en terceros. O por lo menos más que Thomas Griesa que directamente congelaba cualquier mecanismo de cancelar vencimientos en EE.UU. El Bank of New York y el grupo de tenedores de bonos reestructurados tendrán 7 minutos cada uno para exhibir sus cuitas mañana y asustar a magistrados por las implicancias de avalar a Griesa.
Ya en menor relevancia, otro interrogante pasa por la fecha en la que se conocerá la decisión de la Cámara. La sensación es que ello ocurrirá a los 45 días. Pero hay otras voces, y en el mismo Gobierno, que sostienen que hay una probabilidad, baja, de que haya un fallo «on the spot», es decir mañana mismo. Esta visión se basa en el cronograma que marcaron los tres jueces de la Cámara para las presentaciones por escrito de todas las partes desde enero hasta ahora. Y desde el último «filing» o presentación al tribunal, transcurrieron 15 días. La base (del fallo) está. Sólo resta escuchar. Los tiempos de la Justicia norteamericana son bien diferentes a los de la Argentina.
Los argumentos que se juegan por un resultado «2 a 1» mañana, se basan en que afectar a terceros, además de hacer peligrar el sistema de pagos norteamericano, hará entrar en acción a la Justicia federal por los juicios que harán tenedores de bonos afectados contra el Bank of New York por no poder cobrar de la Argentina. Otra visión adicional es que un fallo «3 a 0» (afectando a los terceros como el Bank of New York) daría más chances de que la Argentina, dado la relevancia del caso, logre que la causa sea tratada «en banc», es decir, ante el plenario de los 13 integrantes de la Cámara de Apelaciones.
Para la Argentina quedar obligada a pagar el 100% de la deuda a fondos buitre no sería problema. Con el «2 a 1», mantiene el actual «statu quo» sin ingresar en default técnico. Es una victoria ese resultado que seguramente festejaría el Gobierno. Y contrariamente a lo supuesto, un fallo obligando a pagar el 100% reforzaría la visión de Nueva York como plaza segura para emisores de deuda. Convalidar quitas tras litigios es sacrificar credibilidad para inversores.
En la cumbre del EMTA (siglas en inglés de la Asociación de Operadores de Mercados Emergentes) que se hizo ayer en el Hotel Alvear sobrevoló la sensación de que puede ocurrir ese «2 a 1». Con exposiciones de economistas, abogados, se coincidió en que las dos partes, la Argentina y los fondos buitre, tienen características «fundamentalistas». Es por la intransigencia en sus posturas.
A decir verdad, por comentarios de financistas que dialogan con los demandantes, los fondos buitre aceptarían cobrar contado el 80% de lo reclamado. Incluso hasta podrían reducir reclamo al 70%. Pero ya se ingresa en terrenos surrealistas. El Gobierno nunca optará por girar fondos a los fondos buitre. Ni siquiera lo analizó en el peor momento, cuando fue embargada la fragata Libertad en Ghana. Atrás quedarán los análisis destacando las bondades de cancelar ese pasivo hoy, con tasas casi cero en el mundo. Pagar obligaciones hoy con tasa cero es casi como no pagar. Atrás también quedará la posibilidad de emitir bonos Par con vencimiento en 2038 como forma de pago. Desde diciembre, cuando la Cámara de Apelaciones fijó cronograma de presentaciones, la Argentina no ha hecho demasiado. El levantamiento de la «ley cerrojo» fue sólo un comentario. La derrota está asegurada. Lo que importa es que al menos se anote el tanto clave.
Thomas Griesa Hay pocas incógnitas sobre la audiencia de mañana en Nueva York entre los fondos buitre: la Cámara de Apelaciones del 2° Distrito de Nueva York ratificará el «pari passu» (en este caso, igualdad entre bonistas que entraron a los canjes de 2005 y 2010 y los que no lo hicieron) y que la Argentina adeuda a los fondos buitre el 100% del monto original más intereses. No hay quita que valga para la Justicia norteamericana. El «pari passu» y ese 100% adeudado serán anotaciones para los demandantes. Pero lo relevante, incluso políticamente en la Argentina, son las trabas que se puedan imponer para los pagos de los bonos surgidos de esos canjes en Nueva York. Está en juego un default técnico del país. Éste es el gol de oro. A juzgar por la inclusión de los terceros afectados en la audiencia mañana, puede inferirse que la Cámara tiene preocupación por el impacto de su fallo en terceros. O por lo menos más que Thomas Griesa que directamente congelaba cualquier mecanismo de cancelar vencimientos en EE.UU. El Bank of New York y el grupo de tenedores de bonos reestructurados tendrán 7 minutos cada uno para exhibir sus cuitas mañana y asustar a magistrados por las implicancias de avalar a Griesa.
Ya en menor relevancia, otro interrogante pasa por la fecha en la que se conocerá la decisión de la Cámara. La sensación es que ello ocurrirá a los 45 días. Pero hay otras voces, y en el mismo Gobierno, que sostienen que hay una probabilidad, baja, de que haya un fallo «on the spot», es decir mañana mismo. Esta visión se basa en el cronograma que marcaron los tres jueces de la Cámara para las presentaciones por escrito de todas las partes desde enero hasta ahora. Y desde el último «filing» o presentación al tribunal, transcurrieron 15 días. La base (del fallo) está. Sólo resta escuchar. Los tiempos de la Justicia norteamericana son bien diferentes a los de la Argentina.
Los argumentos que se juegan por un resultado «2 a 1» mañana, se basan en que afectar a terceros, además de hacer peligrar el sistema de pagos norteamericano, hará entrar en acción a la Justicia federal por los juicios que harán tenedores de bonos afectados contra el Bank of New York por no poder cobrar de la Argentina. Otra visión adicional es que un fallo «3 a 0» (afectando a los terceros como el Bank of New York) daría más chances de que la Argentina, dado la relevancia del caso, logre que la causa sea tratada «en banc», es decir, ante el plenario de los 13 integrantes de la Cámara de Apelaciones.
Para la Argentina quedar obligada a pagar el 100% de la deuda a fondos buitre no sería problema. Con el «2 a 1», mantiene el actual «statu quo» sin ingresar en default técnico. Es una victoria ese resultado que seguramente festejaría el Gobierno. Y contrariamente a lo supuesto, un fallo obligando a pagar el 100% reforzaría la visión de Nueva York como plaza segura para emisores de deuda. Convalidar quitas tras litigios es sacrificar credibilidad para inversores.
En la cumbre del EMTA (siglas en inglés de la Asociación de Operadores de Mercados Emergentes) que se hizo ayer en el Hotel Alvear sobrevoló la sensación de que puede ocurrir ese «2 a 1». Con exposiciones de economistas, abogados, se coincidió en que las dos partes, la Argentina y los fondos buitre, tienen características «fundamentalistas». Es por la intransigencia en sus posturas.
A decir verdad, por comentarios de financistas que dialogan con los demandantes, los fondos buitre aceptarían cobrar contado el 80% de lo reclamado. Incluso hasta podrían reducir reclamo al 70%. Pero ya se ingresa en terrenos surrealistas. El Gobierno nunca optará por girar fondos a los fondos buitre. Ni siquiera lo analizó en el peor momento, cuando fue embargada la fragata Libertad en Ghana. Atrás quedarán los análisis destacando las bondades de cancelar ese pasivo hoy, con tasas casi cero en el mundo. Pagar obligaciones hoy con tasa cero es casi como no pagar. Atrás también quedará la posibilidad de emitir bonos Par con vencimiento en 2038 como forma de pago. Desde diciembre, cuando la Cámara de Apelaciones fijó cronograma de presentaciones, la Argentina no ha hecho demasiado. El levantamiento de la «ley cerrojo» fue sólo un comentario. La derrota está asegurada. Lo que importa es que al menos se anote el tanto clave.