1) El PBI en Argentina pasó de crecer 8,9% en 2011 a alrededor del 2% en 2012. Sin embargo, en un contexto de crisis internacional y de reducción del crecimiento, el nivel de desempleo permaneció estable, en alrededor del 7%.
2) El mantenimiento del empleo es en buena medida resultado de una batería de intervenciones estatales que apuntalan el nivel de la demanda en el mercado interno, que van desde una política monetaria activa (cantidad de dinero que el Banco Central inyecta en la economía) y un nivel sostenido del gasto e inversión pública, al control del comercio exterior y de la fuga de capitales, y a los programas de contención de empleo del Ministerio de Trabajo.
3) En ese contexto la Argentina comienza, en forma inédita desde la posguerra, el noveno año de paritarias libres y extendidas, con proyecciones de alcanzar o superar al 2012 en sus más de 1500 acuerdos. Argentina es el único país de América Latina que cuenta con cinco ámbitos tri o bipartitos nacionales de discusión del ingreso, todos creados o refundados bajo las administraciones kirchneristas: paritarias del sector privado bajo la ley 14.250, Consejo del Salario Mínimo, Paritaria de la Administración Pública Nacional, Comisión Nacional de Trabajo Agrario y Paritaria Nacional Docente. Preservar este activo social, aun con las imperfecciones que pueda tener cada uno de los institutos, tiene que ser un objetivo de todos quienes militamos en el campo nacional y popular.
4) El salario medio real de los trabajadores registrados, es decir descontando la inflación, creció alrededor del 30% entre 2001 y 2012 y más del 50% desde 2003. Sobre este punto acuerdan mediciones oficiales y privadas. El actual es el mayor nivel del salario real en los últimos 20 años.
5) En este marco de mantenimiento del empleo y la actividad en el mercado interno, según datos del Ministerio de Trabajo (usando tanto fuentes de los convenios colectivos como datos de SIPA) en 2012, con cualquier medición del alza de precios que se tome, el salario real medio de los trabajadores registrados creció aún incluyendo la incidencia del impuesto a las ganancias.
6) Para mantener el nivel de actividad sin ajuste es imperioso preservar los salarios reales moderando los aumentos nominales y evitar la carrera de precios, lo que implica un proceso razonable de paritarias, y el funcionamiento de acuerdos con los empresarios como el establecido con los supermercados y otros.
7) Por lo tanto, la solidez fiscal a la que aportan, por ejemplo, el impuesto a las ganancias (que incide significativamente en los trabajadores que ganan más de $15.000, sólo el 7% del total) o las retenciones, y una negociación paritaria responsable que controle expectativas de aumentos de precios benefician a la economía en su conjunto y en especial a quienes están menos cubiertos por la negociación colectiva: los jubilados y pensionados, los trabajadores no registrados y quienes perciben la asignación universal por hijo. En el caso de los jubilados, los recursos fiscales posibilitaron aumentos del haber mínimo (instrumentado dos veces por año) anuales de 37,6% en 2011 y 31,05% en 2012. Así, en un escenario de negociaciones razonables, los trabajadores no registrados son favorecidos por el mantenimiento del nivel de actividad en el mercado interno, por el control de las expectativas generales de aumentos de precios, y por los ingresos fiscales que se vuelcan en la asignación universal por hijo y otros programas laborales.
En un contexto mundial crítico en el que, por ejemplo, en Cádiz, España, el desempleo es del 40% y 55% entre los jóvenes, un proceso paritario ordenado exige responsabilidad a todos los actores (Estado, sindicatos y empresarios) para pensar en los sectores más desprotegidos y evitar lo que la derecha reclama: un fuerte ajuste por la vía de la política monetaria y fiscal.
2) El mantenimiento del empleo es en buena medida resultado de una batería de intervenciones estatales que apuntalan el nivel de la demanda en el mercado interno, que van desde una política monetaria activa (cantidad de dinero que el Banco Central inyecta en la economía) y un nivel sostenido del gasto e inversión pública, al control del comercio exterior y de la fuga de capitales, y a los programas de contención de empleo del Ministerio de Trabajo.
3) En ese contexto la Argentina comienza, en forma inédita desde la posguerra, el noveno año de paritarias libres y extendidas, con proyecciones de alcanzar o superar al 2012 en sus más de 1500 acuerdos. Argentina es el único país de América Latina que cuenta con cinco ámbitos tri o bipartitos nacionales de discusión del ingreso, todos creados o refundados bajo las administraciones kirchneristas: paritarias del sector privado bajo la ley 14.250, Consejo del Salario Mínimo, Paritaria de la Administración Pública Nacional, Comisión Nacional de Trabajo Agrario y Paritaria Nacional Docente. Preservar este activo social, aun con las imperfecciones que pueda tener cada uno de los institutos, tiene que ser un objetivo de todos quienes militamos en el campo nacional y popular.
4) El salario medio real de los trabajadores registrados, es decir descontando la inflación, creció alrededor del 30% entre 2001 y 2012 y más del 50% desde 2003. Sobre este punto acuerdan mediciones oficiales y privadas. El actual es el mayor nivel del salario real en los últimos 20 años.
5) En este marco de mantenimiento del empleo y la actividad en el mercado interno, según datos del Ministerio de Trabajo (usando tanto fuentes de los convenios colectivos como datos de SIPA) en 2012, con cualquier medición del alza de precios que se tome, el salario real medio de los trabajadores registrados creció aún incluyendo la incidencia del impuesto a las ganancias.
6) Para mantener el nivel de actividad sin ajuste es imperioso preservar los salarios reales moderando los aumentos nominales y evitar la carrera de precios, lo que implica un proceso razonable de paritarias, y el funcionamiento de acuerdos con los empresarios como el establecido con los supermercados y otros.
7) Por lo tanto, la solidez fiscal a la que aportan, por ejemplo, el impuesto a las ganancias (que incide significativamente en los trabajadores que ganan más de $15.000, sólo el 7% del total) o las retenciones, y una negociación paritaria responsable que controle expectativas de aumentos de precios benefician a la economía en su conjunto y en especial a quienes están menos cubiertos por la negociación colectiva: los jubilados y pensionados, los trabajadores no registrados y quienes perciben la asignación universal por hijo. En el caso de los jubilados, los recursos fiscales posibilitaron aumentos del haber mínimo (instrumentado dos veces por año) anuales de 37,6% en 2011 y 31,05% en 2012. Así, en un escenario de negociaciones razonables, los trabajadores no registrados son favorecidos por el mantenimiento del nivel de actividad en el mercado interno, por el control de las expectativas generales de aumentos de precios, y por los ingresos fiscales que se vuelcan en la asignación universal por hijo y otros programas laborales.
En un contexto mundial crítico en el que, por ejemplo, en Cádiz, España, el desempleo es del 40% y 55% entre los jóvenes, un proceso paritario ordenado exige responsabilidad a todos los actores (Estado, sindicatos y empresarios) para pensar en los sectores más desprotegidos y evitar lo que la derecha reclama: un fuerte ajuste por la vía de la política monetaria y fiscal.