Alejandro Bercovich
Apoyados en un convenio con el Gobierno porteño del 2009, los desarrolladores del shopping DOT edificaron más metros cuadrados que los que les permitía la ley y acentuaron la inundabilidad del Barrio Mitre, donde se produjeron las dos primeras muertes por el temporal que azotó la semana pasada a Buenos Aires y La Plata. Así surge de los planos aprobados originalmente por la Legislatura y del estudio de impacto ambiental sobre el que se apoya en los papeles el centro comercial de General Paz y Panamericana, a los que accedió en exclusiva BAE Negocios.
El informe de impacto ambiental aprobado en la Legislatura, además, era para un supermercado de la cadena Auchan y no para un shopping, lo cual llevó a que se modificara el uso del suelo aprobado inicialmente. De la mano de las sucesivas reformas del proyecto a lo largo de casi quince años, terminaron por levantarse más locales y menos cines y cocheras que los previstos. Lo que nunca se concretó fue la reserva de un 15% del predio para “superficies verdes absorbentes” que podrían haber atenuado el efecto letal de las inéditas lluvias del 2 de abril.
La cadena de responsabilidades incluye al macrismo, al ex jefe de gobierno Aníbal Ibarra y a la Justicia porteña, que refrendó un convenio firmado por el Gobierno de la Ciudad y representantes de los vecinos del Barrio Mitre que violaba la ley. En ese convenio se autorizó la construcción de la escuela pública y el centro médico asistencial que los dueños del DOT (IRSA, de Eduardo Elsztain) se habían comprometido a financiar, pero sobre el espacio que debía destinarse a áreas parquizadas no impermeables.
Según consta en el estudio de impacto ambiental de 1998, para peor, los inversores ya sabían que había peligro de “inundación de una zona próxima al predio”. El texto aludía, específicamente, a las seis manzanas del Barrio Mitre, que se llevó la peor parte.
Apenas un mes antes de la inundación, la Sala III de la cámara de apelaciones administrativa porteña dio lugar a un amparo presentado por los vecinos e intimó al gobierno de Mauricio Macri a que apure las obras para complementar el canal de drenaje que conduce el agua del DOT al aliviador M19, que corre por debajo de la calle Holmberg. La advertencia fue desoída por las autoridades, que ya habían ignorado intimaciones similares luego del desborde de pluviales que había afectado al barrio el 29 de octubre del año pasado.
El vocero de IRSA, Sergio Dattilo, aseguró a este diario que “ni una sola gota de agua del DOT va a parar al Barrio Mitre”, y sostuvo que el centro comercial es víctima de un “linchamiento mediático”. Dijo que “la inundación del Mitre es consecuencia del desborde del arroyo Medrano” que “incluso si hubiésemos volcado toda el agua del DOT en el Mitre, el resultado habrían sido 8 centímetros de agua y no el metro y medio que llegó a haber” en el pico de las lluvias.
El diputado porteño Rafael Gentili (Proyecto Sur), que hizo un estudio detallado de todas las habilitaciones del DOT y aportó parte de la documentación que respalda esta nota, afirmó que la versión de IRSA “es lisa y llanamente una mentira”. Para el legislador, “la prueba es la tapa de desagüe sobre la calle Arias que voló a fines del año pasado y que el Gobierno después tapó con cemento”. “Con eso tapado, la presión del agua hizo estallar las veredas y las cloacas”, concluyó.
De IRSA a la Ciudad
El 15 de junio del año pasado, Mauricio Macri y su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, firmaron la designación del nuevo subsecretario de Gobierno de la Ciudad, Augusto Rodríguez Larreta. El funcionario, hermano del jefe de Gabinete, venía de trabajar como lobbista en el sector privado. Hasta poco antes de mayo ofició de gerente de Relaciones Institucionales y vocero de IRSA, la compañía que administra y alquila los locales del DOT y que también es dueña de los shoppings Alto Palermo, Abasto y Alto Avellaneda.
Contratos vigentes y en marcha
Los dueños de IRSA supieron tejer buenas relaciones en los últimos años con el Gobierno porteño, pero también con el nacional. Aunque la presidenta Cristina Kirchner los retó por la inundación alrededor del DOT, todavía tienen a su cargo varios proyectos para la construcción de viviendas en los terrenos ferroviarios y fiscales liberados por la Nación para el Plan Pro.Cre.Ar. También fondearán la tarjeta SuperCard a través del Banco Hipotecario, que gerencian.
Apoyados en un convenio con el Gobierno porteño del 2009, los desarrolladores del shopping DOT edificaron más metros cuadrados que los que les permitía la ley y acentuaron la inundabilidad del Barrio Mitre, donde se produjeron las dos primeras muertes por el temporal que azotó la semana pasada a Buenos Aires y La Plata. Así surge de los planos aprobados originalmente por la Legislatura y del estudio de impacto ambiental sobre el que se apoya en los papeles el centro comercial de General Paz y Panamericana, a los que accedió en exclusiva BAE Negocios.
El informe de impacto ambiental aprobado en la Legislatura, además, era para un supermercado de la cadena Auchan y no para un shopping, lo cual llevó a que se modificara el uso del suelo aprobado inicialmente. De la mano de las sucesivas reformas del proyecto a lo largo de casi quince años, terminaron por levantarse más locales y menos cines y cocheras que los previstos. Lo que nunca se concretó fue la reserva de un 15% del predio para “superficies verdes absorbentes” que podrían haber atenuado el efecto letal de las inéditas lluvias del 2 de abril.
La cadena de responsabilidades incluye al macrismo, al ex jefe de gobierno Aníbal Ibarra y a la Justicia porteña, que refrendó un convenio firmado por el Gobierno de la Ciudad y representantes de los vecinos del Barrio Mitre que violaba la ley. En ese convenio se autorizó la construcción de la escuela pública y el centro médico asistencial que los dueños del DOT (IRSA, de Eduardo Elsztain) se habían comprometido a financiar, pero sobre el espacio que debía destinarse a áreas parquizadas no impermeables.
Según consta en el estudio de impacto ambiental de 1998, para peor, los inversores ya sabían que había peligro de “inundación de una zona próxima al predio”. El texto aludía, específicamente, a las seis manzanas del Barrio Mitre, que se llevó la peor parte.
Apenas un mes antes de la inundación, la Sala III de la cámara de apelaciones administrativa porteña dio lugar a un amparo presentado por los vecinos e intimó al gobierno de Mauricio Macri a que apure las obras para complementar el canal de drenaje que conduce el agua del DOT al aliviador M19, que corre por debajo de la calle Holmberg. La advertencia fue desoída por las autoridades, que ya habían ignorado intimaciones similares luego del desborde de pluviales que había afectado al barrio el 29 de octubre del año pasado.
El vocero de IRSA, Sergio Dattilo, aseguró a este diario que “ni una sola gota de agua del DOT va a parar al Barrio Mitre”, y sostuvo que el centro comercial es víctima de un “linchamiento mediático”. Dijo que “la inundación del Mitre es consecuencia del desborde del arroyo Medrano” que “incluso si hubiésemos volcado toda el agua del DOT en el Mitre, el resultado habrían sido 8 centímetros de agua y no el metro y medio que llegó a haber” en el pico de las lluvias.
El diputado porteño Rafael Gentili (Proyecto Sur), que hizo un estudio detallado de todas las habilitaciones del DOT y aportó parte de la documentación que respalda esta nota, afirmó que la versión de IRSA “es lisa y llanamente una mentira”. Para el legislador, “la prueba es la tapa de desagüe sobre la calle Arias que voló a fines del año pasado y que el Gobierno después tapó con cemento”. “Con eso tapado, la presión del agua hizo estallar las veredas y las cloacas”, concluyó.
De IRSA a la Ciudad
El 15 de junio del año pasado, Mauricio Macri y su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, firmaron la designación del nuevo subsecretario de Gobierno de la Ciudad, Augusto Rodríguez Larreta. El funcionario, hermano del jefe de Gabinete, venía de trabajar como lobbista en el sector privado. Hasta poco antes de mayo ofició de gerente de Relaciones Institucionales y vocero de IRSA, la compañía que administra y alquila los locales del DOT y que también es dueña de los shoppings Alto Palermo, Abasto y Alto Avellaneda.
Contratos vigentes y en marcha
Los dueños de IRSA supieron tejer buenas relaciones en los últimos años con el Gobierno porteño, pero también con el nacional. Aunque la presidenta Cristina Kirchner los retó por la inundación alrededor del DOT, todavía tienen a su cargo varios proyectos para la construcción de viviendas en los terrenos ferroviarios y fiscales liberados por la Nación para el Plan Pro.Cre.Ar. También fondearán la tarjeta SuperCard a través del Banco Hipotecario, que gerencian.
