El «Néstor» de Caetano, bajo arbitrio de Cristina

Cristina de Kirchner no lo vio. No quiso. Pero prometió hacerlo uno de estos días, cuando se aquiete su péndulo anímico. Sí lo hizo Florencia, su hija, que más tarde relató cómo lagrimeó frente a la pantalla del microcine de Olivos.
Néstor Kirchner, N.K., el documental sobre la vida del expresidente que filmó el director Adrián Caetano, y que no se estrenó por disconformidad de los productores sobre el enfoque, será sometido al arbitrio de Cristina y podría llegar a los cines.
«Ése es papá, ahí está papá, dijo, sensibilizada, luego de ver el filme la menor de la familia presidencial, estudiante de cine que participó del rodaje como asistente de Caetano pero a las tres semanas se fue, llorando, por el trato hosco del director.
Carlos Zannini y Juan Manuel Abal Medina también la vieron. El sábado pasado, en la coqueta y bien servida fiesta para festejar sus 45 años, el jefe de Gabinete comentó que le pareció «muy buena». Zannini, siempre más críptico, no dijo nada, posiblemente a la espera del veredicto presidencial.
El tape que vieron Florencia y los ministros y algunos dirigentes de La Cámpora, y que está en manos de la Presidente, es el mismo que circula hace 10 días por internet.
El offline del documental escondido de Caetano se filtró y se viralizó. El corte, sin posproducción, puede verse en el sitio Youtube.
En enero de 2012, Caetano notificó su desvinculación del proyecto. «No conformó mi corte final», twitteó. Semanas después, los productores Jorge «Topo» Devoto y Fernando «Chino» Navarro contrataron a Paula De Luque, vinculada al secretario de Cultura, Jorge Coscia. El resultado fue «Néstor Kirchner, la película», presentada el 17 de noviembre de 2012, Día del Militante Peronista, durante un acto en el Luna Park, donde se difundió un mensaje grabado de Cristina de Kirchner.
El filme no fue el éxito, comercial o político, esperado. La producción llegó a insinuar la existencia de un complot de los distribudores y las cadenas de cines. Se anunció en 120 salas, pero se exhibió en menos de 100 y a la tercera semana la concurrencia era prácticamente nula.
Acumuló 106.038 espectadores, una cifra inusual para un documental clásico. Pero la expectativa era mayor.
El tape de Caetano, que dura 101 minutos -casi 20 más que el que finalmente se exhibió- tiene ostensibles diferencias, artísticas y de criterio, con el que lleva la firma de Paula De Luque.
Veredicto
La versión Caetano es menos relato épico y más documental. El director hasta se permitió alguna picardía -como simular un «Sucesos Argentinos»- y aborda tramos del pasado político de Kirchner, entre ellos su vínculo con Carlos Menem y Eduardo Duhalde, que De Luque eligió obviar.
En cierto modo, Caetano desacraliza a «Él» para mostrar a Kirchner. Por eso, quizá, su corte no fue aprobado por los productores. El formato también es distinto. Caetano cuenta a Kirchner a través de archivos con las palabras y acciones del propio Kirchner -reportajes (alguno en blanco y negro), congresos peronistas, postales familiares- mientras que De Luque, que tiene varios hallazgos, prefirió «explicar» al expresidente a través de testimonios.
¿Y si a Cristina de Kirchner le gusta la versión Caetano? Entre susurros se acepta que un guiño positivo de la Presidente podría derivar en la exhibición formal del documental aunque, para ello, faltaría la posproducción.
El veredicto no demorará aunque mayo es un mes repleto de fechas emotivas para Cristina: el 4 de mayo de 2010 Kirchner asumió en el Mercosur y el 25 pero de 2003 juró como presidente. Además, el 8 de mayo de 1975 se casó por civil con el patagónico.

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