El callejón sin salida de Daniel Scioli. Néstor Sbariggi, conocedor como pocos de las internas del pejota bonaerense, ha sentenciado ya hace largo rato que el sciolismo no existe más que como categoría mediática. Pero con escaso anclaje en la realidad concreta del conurbano provincial, donde se cocina el caldo más jugoso de la política argentina. El propio Scioli, conviene recordarlo, admitió esto ante su escasa tropa cuando se conocieron las listas de 2011, según recuerdan estas charlas de quincho de Ámbito Financiero.
La nota de Joaquín Morales Solá del domingo en La Nación comentando las candidaturas conocidas el día anterior, en la que faltó poco para que lo insulte por no jugar este año, dan la pauta de lo que eludió en verdad Scioli: la conducción del proyecto antikirchnerista post-2015, cuya candidatura hipotéticamente taquillera podía coronar.
Como dijéramos aquí, por fuera del FpV no existen fuerzas nacionales competitivas desde el estallido de 2001. El PJ no kirchnerista es lo que está más cerca, pero le falta aún un primus inter pares a efectos de organizar ese mosaico de cacicazgos localistas. Y así y todo, igual resultaría un salto hacia territorio muy flojo. Demasiado poco para la tarea de hacer tabla rasa con todo lo actuado por el kirchnerismo desde 2003 que pretende el poder real, frente a la inevitable convulsión social que ello supondría.
El gobernador quedó, así, en la encrucijada de tener que optar entre un programa impracticable por ausencia de apoyaturas sociales que lo sustenten y una fuerza consolidada que no acepta ser heredada por él hasta tanto no demuestre compromiso con el avance del proyecto inaugurado en 2003.
Su exclusión, así, estaba en la lógica más sencilla y evidente; descontado, además, ya explicamos, que su intención de voto sea superior a la de la presidenta de la Nación. Salvo, como mucho, que CFK de veras esté pensando en Scioli como sucesor, y haya por tanto querido excluirlo del desgaste de esta liza para preservarlo a tal efecto. No pareciera.
Al no jugar en la provincia que alberga 4 de cada 10 votos nacionales, ¡y que él mismo está gobernando en la actualidad! (¿la gobierna realmente? Para pensarlo…), como Macrì, de repente, y cuando todo indicaba lo contrario, su futuro ha ingresado a zona de incógnita.
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Las desventuras de Hugo Moyano, un camión a la deriva. Vicepresidencia de la Nación, vicegobernación de la provincia de Buenos Aires y 33% de todas las listas de legisladores a nivel nacional, provincial y municipal. Ése fue el pliego de condiciones que le valió a Hugo Moyano la merecida patada que le encajó la presidenta CFK en el traste durante la previa de la campaña 2011.
Descontento, mutó a opositor. Bravuconeó, hizo paros y movilizaciones, recordó de repente que los salarios obreros pagan impuesto a las ganancias.
Mintió, para disimular lo evidente, que el gobierno nacional era quien había cambiado respecto del programa de reivindicaciones del segmento obrero que representa. Se le olvidó explicar a cambió de qué resignó el proyecto de ley de reparto de renta empresaria entre los trabajadores durante las exequias de Néstor Kirchner.
Anunció, luego, que lo suyo, en adelante, sería apostar a por un salto hacia la política, y que entonces los trabajadores “repensarían su voto”. Dicho con sencillez: se plantó en la carrera electoral para este año mucho antes que la mayoría. En el lapso que va desde el quiebre hasta hoy, en cada nueva amenaza quedó claro que su capacidad de convocatoria descendía a rango de testimonialidad raquítica, sobre todo durante el acto al que convocó en memoria del crack de 2001 el último 20 de diciembre, en un intento patético por homologar aquella situación con la actual.
Finalmente, irá a 2013 de la mano de Francisco De Narváez. Poco interesa, a esta hora, señalar las contradicciones que ello supone, por el pasado y el presente de cada uno de los contratantes; lo importante es el rol que le cabe a Moyano en esa alianza: aportar a la fiscalización de las urnas el día de la votación. Hasta esa insignificancia se derrumbó luego de aventurarse la réplica argentina del ex presidente de Brasil, Lula Da Silva, dirigente sindical de nacimiento. No en vano alguna vez dijimos que su nueva apuesta conducía a los trabajadores sindicalizados a quedarse sin política; y ahí está: ahora vigilarán mesas electorales.
Es notorio que Moyano se sobreestimó a sí mismo en exceso. Y que Cristina Fernández no estaba tan equivocada cuando lo apartó de las decisiones por poco dúctil fuera del territorio gremial. Una pena, más que nada por gente valiosa que aún hay a su lado, y que se pierde en el laberinto de la conducción errática del ex secretario general de la CGT.
El buen diagnóstico, en definitiva, es un insumo esencial a la hora de la práctica política.
Todo tu analisis es muy respetable, pero te olvidas de un hecho esencial, evidente a cualquiera que tenga algun conocimiento del tema lideres autoritarios ultra-personalistas, que concentran la autoridad en si mismos. No tan usual en politica en donde vivo (el sistema de estructura de poder lo hace menos posible), requeteusual en la vida empresaria. Sin excepcion, ese tipo de lider/persona elige como sucesor a alguien seriamente incompetente, porque no toleran la idea de que quien venga despues de ellos les eche sombra. Cristina no va a poder presentarse en 2015, por mas que Conti/Kunkel y el resto de los felpudos insistan. Mi pronostico ( no soy infalible)es que el que Cristina elija como sucesor va a hacer que Boudou parezca Nelson Mandela. O, por esa razon, tal vez lo elija a Boudou, que es casi tan atroz como la peor opcion posible.
«Sin excepcion, ese tipo de lider/persona elige como sucesor a alguien seriamente incompetente, porque no toleran la idea de que quien venga despues de ellos les eche sombra»
¿Y después de andar contando cuervos tanto tiempo la «política en donde vivís» te enseño eso?
Vo’ tener que dar gracias que no te hayan deportado espaldín plateadín
A mas de la imposibilidad de leer lo escrito. Dije que en donde vivo (a diferencia de las republicas bananeras, resultado usualmente de que sus electorados piensen en su mayoria como Iluminados de aire y luz), es dificil que un lider estilo cacique pueda funcionar, el sistema no lo toleraria, como le paso a Margaret Thatcher, por ejemplo.
Que insultes no cambia ni lo que dije ni el hecho que tu caudilla, de todas las opciones posibles en 2011, eligio a Boudou. Te aconsejo Lexotanil, es posible que ayude a que te inviten mas.
No te escape’ guillermin, yo no te insulto como vos si a mi y mis «epítetos» surgen de tus escritos papa……
«Macarteo» fáctico man…
La incapacidad de ver la viga en el ojo propio es usual en los Iluminados de aire y luz.
A mas de la imposibilidad de leer lo escrito. Dije que en donde vivo (a diferencia de las republicas bananeras, resultado usualmente de que sus electorados piensen en su mayoria como Iluminados de aire y luz), es dificil que un lider estilo cacique pueda funcionar, el sistema no lo toleraria, como le paso a Margaret Thatcher, por ejemplo.