En su primera entrevista después de las protestas que llevaron a las calles a miles de personas -lo que derribó la popularidad de Dilma-, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva dijo a Valor Pro, el servicio de noticias en tiempo real de Valor, que las manifestaciones son normales en una democracia y prueban que la sociedad brasileña vive una metamorfosis ambulante.
Lula defendió a su sucesora y rechazó la idea de que la presidenta tardó mucho en escuchar las voces de la calle. El sondeo de Datafolha divulgado el sábado indicó que Dilma también perdió intención de voto, que cayó de 51% a 30%. La misma encuesta mostró que el desempeño de Lula en caso de presentarse a la elección del próximo año sería mejor que el de Rousseff.
El ex presidente evitó expresarse sobre la propuesta de plebiscito para la realización de una reforma política, pero dijo que se implementará, aunque afirmó desconocer cómo se hará.
La entrevista se realizó en la tarde del domingo, después de que Lula participara del primer día del encuentro Nuevos abordajes unificados para erradicar el hambre en África, promovido por el Instituto Lula, la Unión Africana y la Organización de las Naciones Unidas para Agricultura y Alimentación (FAO) en Adís Abeba, capital de Etiopía.
Por la mañana, Lula había intentado explicar lo que está sucediendo en Brasil, al hablar ante una platea compuesta por ministros, políticos e integrantes de ONGs de diferentes países africanos. El ex presidente elogió a Dilma, de quien dijo que tuvo un comportamiento extraordinario y fue solidaria con respecto a las manifestaciones que tuvieron lugar en todo el país. Aseguró además que las protestas son una consecuencia de las ganancias que obtuvo la población en los últimos diez años de gobierno petista.
– Valor: ¿Cómo vio las manifestaciones? ¿Qué llevó a las personas a la calle?
– Luiz Inácio Lula da Silva: Creo que en Brasil hay alcaldes, gobernadores, presidente de la República. Tengo curiosidad en ese aspecto. Lo primero que creo es que cuando un pueblo se manifiesta siempre es muy importante. Creo que la democracia exige que el pueblo esté siempre en movimiento, manifestándose, siempre reivindicando algo. Las reivindicaciones del pueblo, de mejoras en el transporte, la salud, la educación, son parte del proceso de crecimiento que viene enfrentando Brasil. Si se analiza que en diez años más que duplicó el número de universitarios en Brasil y de alumnos en escuelas técnicas, y que ocurrió una evolución social de una camada de la sociedad, esas personas cada vez quieren más. Es así. Cuando tuvo lugar la huelga de metalúrgicos en 1978, las personas se preguntaban por qué los trabajadores hacían huelga. Yo decía: ¡porque habían aprendido a comer carne y estaban sacándole la carne! ¡Empezaron a pelear para no perder la carne! En la medida en que las personas evolucionan socialmente, es normal que quieran más cosas. De vez en cuando, la gente se queja porque los aeropuertos están llenos. ¡Es lógico que estén llenos! En 2007 había 48 millones de personas que volaban en avión. Hoy, hay 101 millones de pasajeros. Obviamente que habrá gente que pelee. Pero no hay (pelea de pasajeros) de autobuses, porque la cantidad de pasajeros que utilizaban autobuses en 2007 es la misma de 2012. Cuando las personas se superan quieren más. Yo creo que es importante. Creo que si cuestionan el costo de la Copa, los organizadores, los que contrataron tienen que mostrar (los números). No hay problema de hacer ese debate con la sociedad. Y haciendo ese debate se separa la paja del trigo. Quien busca realmente debatir, tiene interés en hacer algo serio y lo que es justo. En ese aspecto Dilma tuvo un comportamiento importante. De entender el movimiento, intentar dialogar con el movimiento y construir las propuestas posibles.
– Valor: Usted se reunió con Dilma y (el alcalde de San Pablo, Fernando) Haddad durante la crisis. ¿Qué les dijo? ¿Qué faltó escuchar a las calles?
– Lula: Lo que más oyó Haddad fue las calles. Terminó de salir de una elección. Primero, ganó las elecciones por la propuesta de transporte que hizo para San Pablo, que era para noviembre pero tal vez la anticipe, no sé si puede anticiparla (la propuesta de Pasaje Único Mensual). La propaganda de Haddad decía: de la puerta para dentro se mejoraron muchas cosas en este país, pero de la puerta para afuera no se hizo nada. Decía que en ocho años en San Pablo no se había hecho ningún corredor de autobuses. Nadie en su sana conciencia, ni alcalde, ni vice alcalde, ni un ciudadano común, puede decir que el transporte de San Pablo es de calidad. El metro era de calidad cuando viajaba poca gente, cuando (el pasajero) podía sentarse. Pero ahora que hay pasajeros para tres vagones viajando en un vagón, la calidad empeora. Lo que puede ocurrir en Brasil es que las personas se convenzan de que de tanto en tanto necesitamos reflexionar sobre lo que está pasando, conversar con las personas e intentar construir lo que precisa construirse. Por eso elogié el comportamiento de Dilma. Humildemente, ella fue a conversar con todos los segmentos de la sociedad. No rechazó sentarse con ninguno.
-Valor: ¿No tardó mucho en hacerlo?
-Lula: No. Conversó en el momento justo. No podría haberlo hecho antes. Lo que hay que entender es que la realidad en el mundo es otra, el pueblo exige más, cada vez tiene más acceso a la información. Hoy, el pueblo no necesita esperar el diario del otro día, la televisión a la noche. Las personas acompañan lo que sucede durante las 24 horas del día. No leen más la noticia. Hacen la noticia. Creo que eso es lo interesante. En este momento solo hay una solución: pensar, conversar y empezar a colocar en práctica cosas que sean resultado de las discusiones con la sociedad.
-Valor: ¿Coincide con la propuesta de plebiscito sobre reforma política? ¿Se enojó cuando la presidenta consultó al ex presidente Fernando Henrique Cardoso?
-Lula: No puedo juzgar el acuerdo que hicieron los partidos políticos. Cada partido estuvo representado por su presidente y ellos decidieron hacer lo que tenían que hacer y lo pondrán en práctica. No se cómo lo llevarán a la práctica, pero lo van a hacer. Tenemos el derecho de dialogar con quien queramos. Hasta ahora no escuché decir que Dilma conversó con Fernando Henrique Cardoso. Oí a sectores de la prensa diciendo que existió esa conversación, lo que Dilma no confirmó en ningún momento. Pero dialogar con FHC, con (el ex presidente José) Sarney, con (el ex presidente Fernando) Collor (de Mello), con Lula, es lo más natural que un presidente tiene que hacer. Se trata de hablar con las personas. Lo que sucede es que Brasil vive un momento extraordinario de afirmación de su democracia. Somos un país muy nuevo en el ejercicio de la democracia. Es normal que la sociedad esté como en una metamorfosis ambulante, modificándose a cada momento. Es muy bueno para Brasil.
-Valor: ¿No le preocupa la sacudida en la popularidad de la presidenta, que cayó 30 puntos porcentuales desde el inicio del mes?
-Lula: Vea, querida, no me preocupa. Si hay un ciudadano que subió y bajó en sondeos de opinión fui yo. Un día de 1989 en el mes de junio yo quería bajarme de la candidatura porque había caída tanto que iba quedar debiéndole a Ibope (risas). Llegué a pensar en bajarme porque no tenía como pagar voto. Solo tengo el mío. Y después con tantos personajes disputando la elección fui yo el que llegó al segundo turno. Dilma es la candidata más importante que tenemos, la mejor. No hay nadie igual a ella para ser candidata a la presidencia de la República. Por eso ella es mi candidata.
-Valor: ¿Vuelve en 2014?
-Lula: No
Lula defendió a su sucesora y rechazó la idea de que la presidenta tardó mucho en escuchar las voces de la calle. El sondeo de Datafolha divulgado el sábado indicó que Dilma también perdió intención de voto, que cayó de 51% a 30%. La misma encuesta mostró que el desempeño de Lula en caso de presentarse a la elección del próximo año sería mejor que el de Rousseff.
El ex presidente evitó expresarse sobre la propuesta de plebiscito para la realización de una reforma política, pero dijo que se implementará, aunque afirmó desconocer cómo se hará.
La entrevista se realizó en la tarde del domingo, después de que Lula participara del primer día del encuentro Nuevos abordajes unificados para erradicar el hambre en África, promovido por el Instituto Lula, la Unión Africana y la Organización de las Naciones Unidas para Agricultura y Alimentación (FAO) en Adís Abeba, capital de Etiopía.
Por la mañana, Lula había intentado explicar lo que está sucediendo en Brasil, al hablar ante una platea compuesta por ministros, políticos e integrantes de ONGs de diferentes países africanos. El ex presidente elogió a Dilma, de quien dijo que tuvo un comportamiento extraordinario y fue solidaria con respecto a las manifestaciones que tuvieron lugar en todo el país. Aseguró además que las protestas son una consecuencia de las ganancias que obtuvo la población en los últimos diez años de gobierno petista.
– Valor: ¿Cómo vio las manifestaciones? ¿Qué llevó a las personas a la calle?
– Luiz Inácio Lula da Silva: Creo que en Brasil hay alcaldes, gobernadores, presidente de la República. Tengo curiosidad en ese aspecto. Lo primero que creo es que cuando un pueblo se manifiesta siempre es muy importante. Creo que la democracia exige que el pueblo esté siempre en movimiento, manifestándose, siempre reivindicando algo. Las reivindicaciones del pueblo, de mejoras en el transporte, la salud, la educación, son parte del proceso de crecimiento que viene enfrentando Brasil. Si se analiza que en diez años más que duplicó el número de universitarios en Brasil y de alumnos en escuelas técnicas, y que ocurrió una evolución social de una camada de la sociedad, esas personas cada vez quieren más. Es así. Cuando tuvo lugar la huelga de metalúrgicos en 1978, las personas se preguntaban por qué los trabajadores hacían huelga. Yo decía: ¡porque habían aprendido a comer carne y estaban sacándole la carne! ¡Empezaron a pelear para no perder la carne! En la medida en que las personas evolucionan socialmente, es normal que quieran más cosas. De vez en cuando, la gente se queja porque los aeropuertos están llenos. ¡Es lógico que estén llenos! En 2007 había 48 millones de personas que volaban en avión. Hoy, hay 101 millones de pasajeros. Obviamente que habrá gente que pelee. Pero no hay (pelea de pasajeros) de autobuses, porque la cantidad de pasajeros que utilizaban autobuses en 2007 es la misma de 2012. Cuando las personas se superan quieren más. Yo creo que es importante. Creo que si cuestionan el costo de la Copa, los organizadores, los que contrataron tienen que mostrar (los números). No hay problema de hacer ese debate con la sociedad. Y haciendo ese debate se separa la paja del trigo. Quien busca realmente debatir, tiene interés en hacer algo serio y lo que es justo. En ese aspecto Dilma tuvo un comportamiento importante. De entender el movimiento, intentar dialogar con el movimiento y construir las propuestas posibles.
– Valor: Usted se reunió con Dilma y (el alcalde de San Pablo, Fernando) Haddad durante la crisis. ¿Qué les dijo? ¿Qué faltó escuchar a las calles?
– Lula: Lo que más oyó Haddad fue las calles. Terminó de salir de una elección. Primero, ganó las elecciones por la propuesta de transporte que hizo para San Pablo, que era para noviembre pero tal vez la anticipe, no sé si puede anticiparla (la propuesta de Pasaje Único Mensual). La propaganda de Haddad decía: de la puerta para dentro se mejoraron muchas cosas en este país, pero de la puerta para afuera no se hizo nada. Decía que en ocho años en San Pablo no se había hecho ningún corredor de autobuses. Nadie en su sana conciencia, ni alcalde, ni vice alcalde, ni un ciudadano común, puede decir que el transporte de San Pablo es de calidad. El metro era de calidad cuando viajaba poca gente, cuando (el pasajero) podía sentarse. Pero ahora que hay pasajeros para tres vagones viajando en un vagón, la calidad empeora. Lo que puede ocurrir en Brasil es que las personas se convenzan de que de tanto en tanto necesitamos reflexionar sobre lo que está pasando, conversar con las personas e intentar construir lo que precisa construirse. Por eso elogié el comportamiento de Dilma. Humildemente, ella fue a conversar con todos los segmentos de la sociedad. No rechazó sentarse con ninguno.
-Valor: ¿No tardó mucho en hacerlo?
-Lula: No. Conversó en el momento justo. No podría haberlo hecho antes. Lo que hay que entender es que la realidad en el mundo es otra, el pueblo exige más, cada vez tiene más acceso a la información. Hoy, el pueblo no necesita esperar el diario del otro día, la televisión a la noche. Las personas acompañan lo que sucede durante las 24 horas del día. No leen más la noticia. Hacen la noticia. Creo que eso es lo interesante. En este momento solo hay una solución: pensar, conversar y empezar a colocar en práctica cosas que sean resultado de las discusiones con la sociedad.
-Valor: ¿Coincide con la propuesta de plebiscito sobre reforma política? ¿Se enojó cuando la presidenta consultó al ex presidente Fernando Henrique Cardoso?
-Lula: No puedo juzgar el acuerdo que hicieron los partidos políticos. Cada partido estuvo representado por su presidente y ellos decidieron hacer lo que tenían que hacer y lo pondrán en práctica. No se cómo lo llevarán a la práctica, pero lo van a hacer. Tenemos el derecho de dialogar con quien queramos. Hasta ahora no escuché decir que Dilma conversó con Fernando Henrique Cardoso. Oí a sectores de la prensa diciendo que existió esa conversación, lo que Dilma no confirmó en ningún momento. Pero dialogar con FHC, con (el ex presidente José) Sarney, con (el ex presidente Fernando) Collor (de Mello), con Lula, es lo más natural que un presidente tiene que hacer. Se trata de hablar con las personas. Lo que sucede es que Brasil vive un momento extraordinario de afirmación de su democracia. Somos un país muy nuevo en el ejercicio de la democracia. Es normal que la sociedad esté como en una metamorfosis ambulante, modificándose a cada momento. Es muy bueno para Brasil.
-Valor: ¿No le preocupa la sacudida en la popularidad de la presidenta, que cayó 30 puntos porcentuales desde el inicio del mes?
-Lula: Vea, querida, no me preocupa. Si hay un ciudadano que subió y bajó en sondeos de opinión fui yo. Un día de 1989 en el mes de junio yo quería bajarme de la candidatura porque había caída tanto que iba quedar debiéndole a Ibope (risas). Llegué a pensar en bajarme porque no tenía como pagar voto. Solo tengo el mío. Y después con tantos personajes disputando la elección fui yo el que llegó al segundo turno. Dilma es la candidata más importante que tenemos, la mejor. No hay nadie igual a ella para ser candidata a la presidencia de la República. Por eso ella es mi candidata.
-Valor: ¿Vuelve en 2014?
-Lula: No