El entrismo de Macri a Massa, una picardía PRO

El esfuerzo de Darío Giustozzi y Joaquín De la Torre, alcaldes top del massismo, por espantar la lectura de que Mauricio Macri forma parte del dispositivo electoral de Sergio Massa no alcanzó.
En persona, el tigrense canceló el equívoco: en su show de lanzamiento destacó la «diversidad» de su Frente Renovador (FR) como un espacio nutrido por dirigentes radicales, peronistas y «del PRO».
Hay, sin embargo, un dato más sólido: además de los tres macristas -Soledad Acuña (6), Gladys González (12) y Cristian Gribaudo (13)- que figuran en renglones «entrables» de la boleta nacional y los seis que aparecen como legisladores provinciales, el PRO se infiltró en las listas municipales del massismo.
Esa especie de «entrismo» tiene múltiples expresiones. Figuras alineadas con Macri encabezan boletas del FR en 14 municipios bonaerenses, en 9 hay macristas en los primeros lugares, en 11 distritos hay listas macristas que compiten en la primaria massista, otras 2 van con «colectoras» y unas 15 compiten con la papeleta corta y amarilla del PRO pero a la hora de hacer campaña lo hacen pegados a Massa.
Es el rasgo distintivo. Días atrás, Macri dijo que si votara en la provincia de Buenos Aires lo haría por Massa, postura que luego reforzaron macristas como Federico Pinedo y Néstor Grindetti, ministro porteño y uno de los PRO que juega con lista suelta en Lanús pero que enlaza expresamente a Macri y Massa.
Los filo K -o menos anti- K- del massismo, Giustozzi y Gabriel Katopodis, patalearon con la inclusión del PRO y lograron, a priori, un triunfo al impedir que el macrismo integre la alianza Frente Renovador. Pero al final, Massa priorizó lo cuantitativo: sólo con Vicente López y San Isidro, distritos que gobiernan Jorge Macri y Gustavo Posse se arrima unos 300 mil votos, 10% de lo que aporta la Primera Sección. Purismo versus pragmatismo.
La empatía Massa-Macri puede ir más lejos. En Quilmes, donde el periodista Walter Quejeiro encabeza la boleta massista como declarado macrista, podría producirse la cohabitación pública entre el tigrense y el porteño. No es, salvo que sea inevitable, la idea de Massa. Su táctica de «tercera posición» impone, como regla básica, evitar fotos que lo corran del punto de equilibrio pero entre la volatilidad y la necesidad, todo puede cambiar.
Los operadores bonaerenses de Macri, el primo Jorge, Posse y el ministro de Gobierno Emilio Monzó, anudaron un armado con más despliegue que visibilidad, quizá un guiño a Massa que defendió el acuerdo a pesar de las quejas internas y hasta viajó de Tigre a Barrio Parque la medianoche del miércoles19 de junio para expresarle su voluntad a Macri.
Al final, figuras PRO encabezan en Lopez, Antonio de Areco, Punta Indio, Quilmes, Bragado, Tejedor, Chivilcoy, Viamonte, Partido de la Costa, Las Flores, Madariaga, Juárez, Laprida y Bolivar, y presenta internas en Morón, Marcos Paz, Campana, Pergamino, Trengue Lauquen, Tandil, 9 de Julio, Tandil, Villa Gesell, Alsina y Lobería, además de llevar colectoras en Casares y Pinto. También va en el FR de Moreno, Mercedes, Capitán Sarmiento; Avellaneda, Varela, Lincoln y Azul. Con boleta corta, pero aliado silvestre a Massa, compite en San Fernando; San Isidro, Navarro, Pilar, Suipacha, Baradero, Exaltación de la Cruz, Ramallo; San Andrés de Giles, Brandsen, Lanús, Chacabuco, Junín, Chascomús, Necochea, Coronel Rosales, Tres Arroyos y La Plata.
Pero no todo en el PRO es massismo explícito, sino que se alió a Hugo Moyano porque sumó dirigentes en las listas de Francisco de Narváez como Javier Castrilli en La Matanza, Lucas Delfino en Hurlingham y Gustavo Ferri en Lomas, entre otros.

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