Cambio de época. Es la impronta que lleva la orden de procesamiento y detención dictada por el juez Bonadio sobre ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, un hombre que viene siendo investigado desde hace una década y que arrastra al menos veinte causas en la justicia. Cuando se produzca la detención, Jaime será el primer ex funcionario de la era kirchnerista preso por un caso de corrupción.
La decisión del juez Bonadio responde tanto a las pruebas que comprometen a Jaime en el caso del pago de sobreprecios en obras en el ferrocarril Belgrano Cargas –una investigación que inició Manuel Garrido antes de dejar la fiscalía de investigaciones administrativas– como a la acumulación de causas en la justicia contra el ex funcionario. Por una de ellas, la tragedia de Once, Jaime está procesado y deberá declarar ante un tribunal oral a finales de mes.
Jaime fue el primer secretario de Transporte del kirchnerismo e insinuó alguna vez una carrera política en Córdoba. Su frente judicial lo alejó de esas ambiciones y de sus funciones. Fue perdiendo influencia y quedó excluido del círculo de protección del poder político. Con el paso de los años, la justicia recogió pruebas abrumadoras en su contra y hasta en una decisión polémica, desestimó las más comprometedoras en una causa por dádivas. La investigación periodística fue decisiva en la revelación de muchas de ellas (se puede ver en el libro El Rekaudador, del periodista Omar Lavieri). La detención de Jaime era sólo una cuestión de tiempo y oportunidad.
Una versión sobre la inminencia del pedido de captura circuló en tribunales este miércoles, mientras el mismo juez Bonadio tomaba declaración indagatoria a Guillermo Moreno por abuso de autoridad. El secretario de Comercio aconsejó al juez en esa audiencia que reflexionara a la hora de votar en octubre, según reveló el propio Moreno.
De qué manera instrumentó el juez la causa contra Jaime es una cuestión de la que sería conveniente no opinar, al menos hasta que no se conozca un fallo en primera instancia. Sin embargo el arresto de Jaime no puede leerse sino en el contexto del cambio de clima q ue precede a unas elecciones que se anticipan adversas para el cristinismo.
Se ha dicho ya que los peronistas son quienes mayor sensibilidad tienen ante los giros del humor social.
Habrá que agregar a esa sentencia a los jueces.
La decisión del juez Bonadio responde tanto a las pruebas que comprometen a Jaime en el caso del pago de sobreprecios en obras en el ferrocarril Belgrano Cargas –una investigación que inició Manuel Garrido antes de dejar la fiscalía de investigaciones administrativas– como a la acumulación de causas en la justicia contra el ex funcionario. Por una de ellas, la tragedia de Once, Jaime está procesado y deberá declarar ante un tribunal oral a finales de mes.
Jaime fue el primer secretario de Transporte del kirchnerismo e insinuó alguna vez una carrera política en Córdoba. Su frente judicial lo alejó de esas ambiciones y de sus funciones. Fue perdiendo influencia y quedó excluido del círculo de protección del poder político. Con el paso de los años, la justicia recogió pruebas abrumadoras en su contra y hasta en una decisión polémica, desestimó las más comprometedoras en una causa por dádivas. La investigación periodística fue decisiva en la revelación de muchas de ellas (se puede ver en el libro El Rekaudador, del periodista Omar Lavieri). La detención de Jaime era sólo una cuestión de tiempo y oportunidad.
Una versión sobre la inminencia del pedido de captura circuló en tribunales este miércoles, mientras el mismo juez Bonadio tomaba declaración indagatoria a Guillermo Moreno por abuso de autoridad. El secretario de Comercio aconsejó al juez en esa audiencia que reflexionara a la hora de votar en octubre, según reveló el propio Moreno.
De qué manera instrumentó el juez la causa contra Jaime es una cuestión de la que sería conveniente no opinar, al menos hasta que no se conozca un fallo en primera instancia. Sin embargo el arresto de Jaime no puede leerse sino en el contexto del cambio de clima q ue precede a unas elecciones que se anticipan adversas para el cristinismo.
Se ha dicho ya que los peronistas son quienes mayor sensibilidad tienen ante los giros del humor social.
Habrá que agregar a esa sentencia a los jueces.