Se profundiza crisis en mercados emergentes

No es la debacle de 2009 pero para los activos de los mercados emergentes la crisis es significativa. La salida de capitales que afecta a Asia y Am
érica latina es importante y provoca un verdadero efecto en cadena: devaluación de las monedas locales contra el dólar, pérdida en los precios de los bonos (que habían tocado máximos en el primer cuatrimestre) y un duro impacto sobre los precios de las acciones. En promedio, las caídas superan el 10%, pero en algunos casos puntuales se verifican derrumbes de hasta un 23%, como sucede con el principal índice que sigue a las acciones brasileñas (EWZ).
La evolución de las acciones emergentes contrasta con el comportamiento de Wall Street, ya que los principales indicadores muestran subas notorias en lo que va del año, aún con el ajuste sufrido en los últimos días. El S&P 500 acumula una ganancia del 15,8%, el Dow Jones gana un 14,4% y el NASDAQ sube todavía más, el 19,6%. La conclusión es bastante clara: la fortaleza de las acciones norteamericanas es un espejo de la debilidad que muestran los países emergentes.
Ayer el mercado más afectado fue Indonesia, uno de los emergentes «estrella» de los últimos tiempos, pero que atraviesa una crisis de confianza y problemas bastante parecidos a los que tiene el Gobierno brasileño de Dilma Rousseff en relación con un crecimiento débil. Ayer cayó el 5% por segunda jornada consecutiva, mientras que la rupia siguió de capa caída.
Pero no es una excepción sino la regla. Los emergentes se transformaron en el «patito feo» para los inversores y no se salva nadie. El índice EEM (que agrupa a las acciones de este bloque) finalizó ayer a 38,49 puntos y acumula una pérdida del 12% en el año. El BIK, algo más específico que agrupa sólo a papeles BRIC (Brasil, Rusia, India y China) cae un 9,1%, mientras que otro índice que agrupa a las 40 acciones líderes de América Latina (el ILF) cae un 17% en el año, obviamente más afectado por la pérdida de Brasil.
Las acciones de la región se ven afectadas por dos efectos simultáneos: la caída en el precio de las acciones y al mismo tiempo la devaluación acumulada en los últimos tres meses, con lo que la pérdida calculada en dólares termina siendo mucho más abultada.
¿Cuáles son los principales motivos que afectan a los emergentes en general y a América Latina en particular? La suba de la tasa a diez años en Estados Unidos, que pasó del 1,7% al 2,8% en apenas tres meses aparece como uno de los factores principales. Con smejores rendimientos en activos considerados seguros, no vale tanto la pena asumir riesgos en otros mercados. Pero además se observa una ralentización del crecimiento en casi todos lados, incluyendo la «nave insignia» que es China, pero siguiendo por otros países que representan una porción importante en este segmento como Rusia, Brasil y ahora también Indonesia.
Los bonos se comportaron en forma similar a las acciones. Hubo ajustes en todos los bonos, especialmente los de largo plazo, lo que a su vez se tradujo en aumentos significativos del riesgo-país.
El índice EMBI+, que agrupa el riesgo de países emergentes según la medición del J.P.Morgan, sólo ayer subió un 3,5%, finalizando en 354 puntos. En lo que va del año aumenta nada menos que un 42,7%. Esto significa mayores tasas de interés y menores precios para los bonos.
Un informe divulgado ayer por Standard and Poor´s mostró cómo impactó este aumento de tasas en el mercado de bonos latinoamericanos. Estas fueron algunas de los principales datos que surgieron del trabajo:
• Aumentó fuerte la cantidad de emisores latinoamericanos cuyos bonos tienen tendencia negativa, es decir que podría sufrir una caída de la calificación.
El porcentaje pasó del 17% al 23% desde fines de 2012. En total hay 41 compañías de la región que se encuentran con «perspectiva negativa», incluyendo seis bancos, seis países y cinco empresas de servicios públicos. Sin embargo, la mayor parte de esta tendencia desfavorable se concentra en Brasil y en la Argentina.
• Se produjo una fuerte caída en la cantidad de emisiones de deuda, producto de la suba de la tasa de interés y mercados menos receptivos. La emisión de títulos en junio se derrumbó a u$s 2.700 millones en junio, contra u$s 10.700 millones en mayo.
Se trata de una «significativa disminución», que contrastó con el dinamismo que se venía observando. En julio se produjo un repunte hasta u$s 5.700 millones, pero las colocaciones siguen siendo anémicas. México tuvo la mayor cantidad, sumando u$s 4.400 millones en nuevas emisiones (un 77% del total).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *