MONTEVIDEO.- Transcurridos dos tercios de su período de gobierno, el presidente uruguayo, José Mujica, recibió una desaprobación de su gestión, un hecho inédito para la izquierda local. No sólo perdió apoyo popular, sino que en este caso quedó con saldo negativo, porque los que desaprueban su gestión superan los que la aprueban.
La última medición de la consultora Equipos Mori indica que la aprobación se redujo de 43 a 38%, mientras que la desaprobación aumentó de 31 a 40%.
«El estado de opinión actual puede ser coyuntural, o puede transformarse en estructural, dependiendo de cómo el gobierno maneje su propia agenda de aquí en más», dijo a LA NACION el director de Opinión Pública de Equipos Mori, Ignacio Zuasnabar.
Esta consultora es la que primero registró el cambio de tendencia. «Vista la reacción de la opinión pública en el último bimestre, el gobierno debería andar con pies de plomo si quiere evitar riesgos adicionales para las elecciones del año próximo», añadió Zuasnabar.
Mujica fue elegido en noviembre de 2009 por más del 50% del electorado y comenzó su mandato con una gran popularidad, pero en los últimos meses perdió respaldo.
Al primer mes de su gestión, Mujica tenía una valoración positiva de 60%, y una negativa de 11%. A fin de 2010, el apoyo bajó a 48% y la desaprobación aumentó a 25%. Un año atrás, en el invierno de 2012, la aprobación era de 39% y la valoración negativa había crecido a 33%. Este 2013 había empezado con mejora, con 43% que avalaba la gestión y con 31% que no.
El deterioro en la imagen del gobierno se produce en semanas de alta conflictividad con sindicatos de funcionarios públicos, fundamentalmente docentes, que dejaron sin clases a decenas de miles de estudiantes.
También se registra cuando el oficialismo apura la legalización de la marihuana, que provoca rechazos en la población. Los analistas consideran que esto coincide con la evaluación negativa que expresan los uruguayos, cuya principal preocupación es el aumento de delitos y la participación de menores de edad en muchos de esos casos.
Mujica se había comprometido públicamente a fin del año pasado a frenar el proyecto de ley si no contaba con el apoyo de un 60% de la población. Ahora no sólo no tiene ese respaldo popular, sino que, por el contrario, hay más de 60% que desaprueba la reforma, pero aun así Mujica dijo que seguirá adelante con la legalización.
Zuasnabar recordó que «la agenda de nuevos derechos que impulsó el gobierno uruguayo en los últimos tiempos -despenalización del aborto, aprobación del matrimonio igualitario y regulación de la marihuana- opera sobre un contexto social de división de los valores, que termina polarizando las visiones públicas sobre el desempeño del gobierno».
Otra encuesta, en este caso de la consultora Factum, destacó que los uruguayos creen que el gobierno de Mujica tiene buenas intenciones y propuestas compartibles, pero que carece de capacidad para llevarlas a cabo.
«Hoy, el 64% considera que el gobierno está bien orientado, lo cual es un buen punto de apoyo, pero la contracara de la orientación, es decir, la evaluación que la población hace sobre el poder de gestión, son críticas: ocho de cada diez sostienen que el gobierno está mal gestionado», fue la conclusión de Factum.
El politólogo Oscar Botinelli, advirtió que «en la orientación del gobierno se valora la preocupación por temas que han tenido resultados positivos en los últimos años», pero «en el caso de la evaluación de cómo se gestiona el gobierno es donde se castigan otras políticas, reformas, cambios o implementaciones que no tienen el éxito que se esperaba». .
La última medición de la consultora Equipos Mori indica que la aprobación se redujo de 43 a 38%, mientras que la desaprobación aumentó de 31 a 40%.
«El estado de opinión actual puede ser coyuntural, o puede transformarse en estructural, dependiendo de cómo el gobierno maneje su propia agenda de aquí en más», dijo a LA NACION el director de Opinión Pública de Equipos Mori, Ignacio Zuasnabar.
Esta consultora es la que primero registró el cambio de tendencia. «Vista la reacción de la opinión pública en el último bimestre, el gobierno debería andar con pies de plomo si quiere evitar riesgos adicionales para las elecciones del año próximo», añadió Zuasnabar.
Mujica fue elegido en noviembre de 2009 por más del 50% del electorado y comenzó su mandato con una gran popularidad, pero en los últimos meses perdió respaldo.
Al primer mes de su gestión, Mujica tenía una valoración positiva de 60%, y una negativa de 11%. A fin de 2010, el apoyo bajó a 48% y la desaprobación aumentó a 25%. Un año atrás, en el invierno de 2012, la aprobación era de 39% y la valoración negativa había crecido a 33%. Este 2013 había empezado con mejora, con 43% que avalaba la gestión y con 31% que no.
El deterioro en la imagen del gobierno se produce en semanas de alta conflictividad con sindicatos de funcionarios públicos, fundamentalmente docentes, que dejaron sin clases a decenas de miles de estudiantes.
También se registra cuando el oficialismo apura la legalización de la marihuana, que provoca rechazos en la población. Los analistas consideran que esto coincide con la evaluación negativa que expresan los uruguayos, cuya principal preocupación es el aumento de delitos y la participación de menores de edad en muchos de esos casos.
Mujica se había comprometido públicamente a fin del año pasado a frenar el proyecto de ley si no contaba con el apoyo de un 60% de la población. Ahora no sólo no tiene ese respaldo popular, sino que, por el contrario, hay más de 60% que desaprueba la reforma, pero aun así Mujica dijo que seguirá adelante con la legalización.
Zuasnabar recordó que «la agenda de nuevos derechos que impulsó el gobierno uruguayo en los últimos tiempos -despenalización del aborto, aprobación del matrimonio igualitario y regulación de la marihuana- opera sobre un contexto social de división de los valores, que termina polarizando las visiones públicas sobre el desempeño del gobierno».
Otra encuesta, en este caso de la consultora Factum, destacó que los uruguayos creen que el gobierno de Mujica tiene buenas intenciones y propuestas compartibles, pero que carece de capacidad para llevarlas a cabo.
«Hoy, el 64% considera que el gobierno está bien orientado, lo cual es un buen punto de apoyo, pero la contracara de la orientación, es decir, la evaluación que la población hace sobre el poder de gestión, son críticas: ocho de cada diez sostienen que el gobierno está mal gestionado», fue la conclusión de Factum.
El politólogo Oscar Botinelli, advirtió que «en la orientación del gobierno se valora la preocupación por temas que han tenido resultados positivos en los últimos años», pero «en el caso de la evaluación de cómo se gestiona el gobierno es donde se castigan otras políticas, reformas, cambios o implementaciones que no tienen el éxito que se esperaba». .