El sistema financiero no modificó su política crediticia tras la crisis económica del 2008 y mantuvo la tendencia de financiar el consumo y la compra de insumos para la producción. Se trata siempre de líneas de asistencia de corto plazo que volvieron a desplazar opciones de largo plazo como el financiamiento a la vivienda. “Allí deben buscarse los márgenes de rentabilidad y recuperación del sector”, señaló el economista Ernesto Mattos en un informe que analiza el comportamiento de un sector que creció junto con la política de fomentar el consumo para sostener la demanda agregada.
Según detalló el trabajo elaborado en el marco del Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de las Políticas Públicas (Cemop), en los años que siguieron a la crisis financiera las entidades financieras priorizaron el préstamo en consumo y comercio al de garantía real: 40,68, 41,79 y 17,53%, respectivamente. Ese ratio comenzó a modificarse levemente en los últimos meses: en junio pasado los préstamos a empresas crecieron 4,5% interanual mientras que el financiamiento a las familias subió 1,4%, según el último informe sobre bancos elaborado por el Banco Central.
Esa modificación está traccionada por el impacto de la línea de créditos para la inversión productiva que, con la nueva carta orgánica en la mano, prorrogó el Banco Central en junio pasado. Se trata de una línea destinada a pymes para financiar capital de trabajo asociado a la inversión productiva a realizar. El fondo se conformó con el 5% del saldo de depósitos privados de mayo del 2013, que deberán ser desembolsados por los bancos participantes.
Pero más allá de ese inicio de cambio de tendencia, la evolución de los préstamos de consumo entre enero del 2003 y junio del 2012 pasó de 4.000 millones a 111.431 millones de pesos: un crecimiento del 2.785%, precisó Mattos. “Aunque si se parte de la crisis financiera del 2008 los préstamos en términos de pesos entre enero del 2008 y junio del 2012, crecieron de 33.252 millones a 111.431 millones de pesos, lo que significó un incremento del 335%”, agregó.
También entre el 2003 y el 2012, los préstamos comerciales crecieron de 11.912 millones a 114.482 millones de pesos, un 961 por ciento. Pero si se toma como punto de partida la crisis financiera del 2008, se produjo un aumento de 37.595 millones a $114.482 millones de pesos: 304 por ciento.
“Sin embargo, los préstamos de garantía real [para vivienda] evolucionaron de forma distinta, en términos de millones de pesos, entre el 2003 y el 2012. Los préstamos de garantía real pasaron de 12.960 millones a 48.024 millones de pesos, lo que significo un incremento del 370%, mientras que los préstamos de consumo y comercial se incrementaron en 2.785 y 961%, respectivamente”, remarcó Mattos.
Al analizar la rentabilidad del sector, el promedio de crecimiento anual entre el 2002-2012, fue de $3.000 millones para el sistema financiero. Pero el 2011 arrojo una rentabilidad total de $14.200 millones mientras que para los primero cinco meses del 2012 fue de $7.006 millones, lo que significa que recuperó el 50% del 2011, según el informe del Cemop.
“Estos hechos pusieron sobre el escenario el rol de los banco centrales en el mundo que se transformaba en un ‘anarcocapitalismo’”, estimó Mattos al evaluar el comportamiento del sector hasta el 2012, y señaló que la discusión sobre cuál es el rol de las autoridades monetarias recorrió el mundo. Por eso, entre el 2008 y el 2010 se modificaron las leyes que regulaban su accionar en Canadá, Chile, Ecuador, Francia, Alemania, Brasil, la India, Inglaterra, España, los Estados Unidos, Uruguay, Rusia y del Banco Central Europeo, agregó. Y, tal como se planteó en la Argentina antes de la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, indicó: “El divorcio entre las esferas monetarias y cambiarias de la economía real preocupa aún más en el contexto de crisis y recesión internacional”.
La concentración territorial en un puñado de distritos
La región pampeana y la Ciudad de Buenos Aires concentran el 75% de las 2.623 sucursales bancarias que están distribuídas en todo al país. Las otras 1.973 casas bancarias se encuentran en las otras veinte provincias. De este modo, el sistema financiero sostiene el esquema de abanico que se pensó para la Argentina del 1900.
Según un detalle realizado por el CEMOP, el Banco de la Nación encabeza el ránking de cantidad de sucursales con 626, seguido por Macro con 393, y el Provincia de Buenos Aires As con 342. «El Banco de la Nación es el principal banco en cubrir la extensión territorial pero el Banco Provincia de Buenos Aires sólo cubre las jurisdicciones bonaerenses y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires», indicó.
Según detalló el trabajo elaborado en el marco del Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de las Políticas Públicas (Cemop), en los años que siguieron a la crisis financiera las entidades financieras priorizaron el préstamo en consumo y comercio al de garantía real: 40,68, 41,79 y 17,53%, respectivamente. Ese ratio comenzó a modificarse levemente en los últimos meses: en junio pasado los préstamos a empresas crecieron 4,5% interanual mientras que el financiamiento a las familias subió 1,4%, según el último informe sobre bancos elaborado por el Banco Central.
Esa modificación está traccionada por el impacto de la línea de créditos para la inversión productiva que, con la nueva carta orgánica en la mano, prorrogó el Banco Central en junio pasado. Se trata de una línea destinada a pymes para financiar capital de trabajo asociado a la inversión productiva a realizar. El fondo se conformó con el 5% del saldo de depósitos privados de mayo del 2013, que deberán ser desembolsados por los bancos participantes.
Pero más allá de ese inicio de cambio de tendencia, la evolución de los préstamos de consumo entre enero del 2003 y junio del 2012 pasó de 4.000 millones a 111.431 millones de pesos: un crecimiento del 2.785%, precisó Mattos. “Aunque si se parte de la crisis financiera del 2008 los préstamos en términos de pesos entre enero del 2008 y junio del 2012, crecieron de 33.252 millones a 111.431 millones de pesos, lo que significó un incremento del 335%”, agregó.
También entre el 2003 y el 2012, los préstamos comerciales crecieron de 11.912 millones a 114.482 millones de pesos, un 961 por ciento. Pero si se toma como punto de partida la crisis financiera del 2008, se produjo un aumento de 37.595 millones a $114.482 millones de pesos: 304 por ciento.
“Sin embargo, los préstamos de garantía real [para vivienda] evolucionaron de forma distinta, en términos de millones de pesos, entre el 2003 y el 2012. Los préstamos de garantía real pasaron de 12.960 millones a 48.024 millones de pesos, lo que significo un incremento del 370%, mientras que los préstamos de consumo y comercial se incrementaron en 2.785 y 961%, respectivamente”, remarcó Mattos.
Al analizar la rentabilidad del sector, el promedio de crecimiento anual entre el 2002-2012, fue de $3.000 millones para el sistema financiero. Pero el 2011 arrojo una rentabilidad total de $14.200 millones mientras que para los primero cinco meses del 2012 fue de $7.006 millones, lo que significa que recuperó el 50% del 2011, según el informe del Cemop.
“Estos hechos pusieron sobre el escenario el rol de los banco centrales en el mundo que se transformaba en un ‘anarcocapitalismo’”, estimó Mattos al evaluar el comportamiento del sector hasta el 2012, y señaló que la discusión sobre cuál es el rol de las autoridades monetarias recorrió el mundo. Por eso, entre el 2008 y el 2010 se modificaron las leyes que regulaban su accionar en Canadá, Chile, Ecuador, Francia, Alemania, Brasil, la India, Inglaterra, España, los Estados Unidos, Uruguay, Rusia y del Banco Central Europeo, agregó. Y, tal como se planteó en la Argentina antes de la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, indicó: “El divorcio entre las esferas monetarias y cambiarias de la economía real preocupa aún más en el contexto de crisis y recesión internacional”.
La concentración territorial en un puñado de distritos
La región pampeana y la Ciudad de Buenos Aires concentran el 75% de las 2.623 sucursales bancarias que están distribuídas en todo al país. Las otras 1.973 casas bancarias se encuentran en las otras veinte provincias. De este modo, el sistema financiero sostiene el esquema de abanico que se pensó para la Argentina del 1900.
Según un detalle realizado por el CEMOP, el Banco de la Nación encabeza el ránking de cantidad de sucursales con 626, seguido por Macro con 393, y el Provincia de Buenos Aires As con 342. «El Banco de la Nación es el principal banco en cubrir la extensión territorial pero el Banco Provincia de Buenos Aires sólo cubre las jurisdicciones bonaerenses y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires», indicó.