Norberto Itzcovich* y Gustavo Rodriguez
El artículo menciona un informe elaborado por economistas de la Universidad de Buenos Aires y bajo coordinación de la Universidad de Harvard, en el marco del Proyecto LAKLEMS, que buscaba generar bases de datos para estudios de crecimiento en base a productividad factorial. Cabe aclarar que institucionalmente la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA no ha participado de dicho proyecto. Además, la Universidad de Harvard sólo actúa como un ámbito de coordinación del proyecto a nivel global, a partir del desarrollo metodológico, pero no avala los datos que se incluyen en los cálculos, que en este caso son de procedencia dudosa como explicitaremos a continuación.
En las primeras reuniones sobre este proyecto realizadas en la Universidad de Harvard participaron profesionales del Indec quienes advirtieron que ante la ausencia de cuadros de oferta y utilización para la República Argentina (trabajo que actualmente está realizando el Indec y tendrá disponible en el primer trimestre de 2014), resultaba improcedente participar del proyecto, hasta tener la desagregación de la información seriamente elaborada.
Según la nota de La Nación, el licenciado Ariel Coremberg, autor del trabajo, sostiene haber reproducido la metodología de cálculo del PIB de los últimos 25 años. Resulta sorprendente que desconozca que la metodología vigente fue definida junto con el último cambio de año base que corresponde al año 1993. Sobre todo habiendo cobrado por muchos años contratos desde el Indec, muchas veces sin presentarse a trabajar, ni aportando trabajos sustantivos para la institución, pero sacando provecho privado de información estadística oficial. Cuando esta conducción del Indec le exigió que se presentara a trabajar a diario presentó la renuncia.
Aparece como inverosímil que el trabajo haya podido replicar la metodología de cálculo del PBI, toda vez que se requeriría para ello contar con las bases de datos primarios disponibles en la Dirección Nacional de Cuentas Nacionales del Indec y con indicadores provenientes de estadísticas básicas con un nivel de desagregación sólo disponible por el Indec o por solicitud expresa de instituciones o investigadores. Por ejemplo, los índices de volumen físico de la industria manufacturera con desagregación de 4 ó 5 dígitos, la información desagregada por local de la Encuesta Nacional de Grandes Empresas o los datos de exportación e importación a nivel de once dígitos. En este sentido no se registra en el Indec ninguna solicitud del licenciado Coremberg ni de la UBA al respecto.
Es decir, que el trabajo analizado, lejos de replicar la metodología de cálculo del PBI por parte del Indec y de contar con información fehaciente sobre los diversos sectores de actividad, «estima» lo que no conoce a partir de fuentes no identificadas.
Resulta oportuno mencionar que para elaborar la información de cuentas nacionales el Indec utiliza toda su capacidad operativa, diseñando y ejecutando encuestas e indicadores de propia elaboración e incorporando una amplia gama de fuentes de información externa. Por mencionar sólo dos sectores de actividad, para calcular la evolución del sector de industria manufactura se utiliza la Encuesta Industrial Mensual, además de tener en cuenta la ocupación, proveniente del Sistema integrado Previsional Argentino (SIPA). En lo referente a la construcción, se utiliza el Indicador Sintético de la Actividad de Construcción, a lo que se adiciona también la información sobre ocupación del SIPA, que constituye aproximadamente el 60% del peso en la actividad, los permisos de edificación de 44 municipios, más información sobre construcción pública tanto de la Nación como de las provincias.
Las afirmaciones vertidas en el trabajo supuestamente técnico resultan tan extravagantes que sostiene, por ejemplo, que la antigüedad del año base no tiene incidencia en las estimaciones, lo que podría ser refutado por cualquier estudiante inicial de estadística o economía.
En una cosa coincidimos desde el Indec con el artículo publicado: era hora que se admita que el IPC no tiene incidencia preponderante sobre el cálculo del crecimiento económico, concepto erróneamente sostenido, aún hoy, por buena parte de los economistas y periodistas de la oposición y reiteradamente aclarado por el Indec.
Ante la proliferación de información intencionada políticamente, sin la menor consistencia técnica y producida con metodologías difusas, es conveniente ir a las fuentes.
La economía argentina creció entre 2002 y 2012 el 99,1%, determinado de esta manera el mayor período ininterrumpido de crecimiento en la historia nacional, con un promedio anual (media geométrica) de 7,1 por ciento.
Esta información elaborada por el Indec, además de ser una excelente noticia para todos los argentinos, es incontrastable e irrefutable.
Párrafo aparte merece el diario que publica la nota. Los propios lectores de La Nación pueden comprobar la inconsistencia de la información brindada en el artículo, dado que se presenta un gráfico en donde se muestra que aún con las falaces estimaciones de Coremberg, Argentina presentaría el tercer nivel de crecimiento en Latinoamérica, mientras que el periodista Sebastián Campanario afirma que Argentina es de los países de menor crecimiento en la región.
En el caso del Producto Bruto Interno, la fuente oficial de información la constituye el organismo oficial de estadística, el Instituto Nacional de Estadística y Censos. Como resulta obvio, elaborar la información sobre la evolución del PBI requiere de conocimientos, especificidades e información de los que sólo dispone el Indec.
Las conclusiones derivadas del trabajo de Coremberg y la nota de La Nación, que no son más que un reciclado de críticas infundadas y caducas de otros sectores de oposición, constituyen un nuevo agravio para los más de 40 profesionales, que con una antigüedad promedio de 15 años, trabajan en la Dirección Nacional de Cuentas Nacionales del Indec. Nuestra respuesta es la presentación, en el primer trimestre de 2014, de la nueva base del PBI y la publicación de un importante e inédito volumen de información, que los investigadores serios sabrán apreciar.
* Director Técnico – Indec
**Director Nacional de Cuentas Nacionales – Indec
Este artículo fue enviado
al diario La Nación como
derecho a réplica, pero la
editorial negó su publicación, según señalaron los autores.
El artículo menciona un informe elaborado por economistas de la Universidad de Buenos Aires y bajo coordinación de la Universidad de Harvard, en el marco del Proyecto LAKLEMS, que buscaba generar bases de datos para estudios de crecimiento en base a productividad factorial. Cabe aclarar que institucionalmente la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA no ha participado de dicho proyecto. Además, la Universidad de Harvard sólo actúa como un ámbito de coordinación del proyecto a nivel global, a partir del desarrollo metodológico, pero no avala los datos que se incluyen en los cálculos, que en este caso son de procedencia dudosa como explicitaremos a continuación.
En las primeras reuniones sobre este proyecto realizadas en la Universidad de Harvard participaron profesionales del Indec quienes advirtieron que ante la ausencia de cuadros de oferta y utilización para la República Argentina (trabajo que actualmente está realizando el Indec y tendrá disponible en el primer trimestre de 2014), resultaba improcedente participar del proyecto, hasta tener la desagregación de la información seriamente elaborada.
Según la nota de La Nación, el licenciado Ariel Coremberg, autor del trabajo, sostiene haber reproducido la metodología de cálculo del PIB de los últimos 25 años. Resulta sorprendente que desconozca que la metodología vigente fue definida junto con el último cambio de año base que corresponde al año 1993. Sobre todo habiendo cobrado por muchos años contratos desde el Indec, muchas veces sin presentarse a trabajar, ni aportando trabajos sustantivos para la institución, pero sacando provecho privado de información estadística oficial. Cuando esta conducción del Indec le exigió que se presentara a trabajar a diario presentó la renuncia.
Aparece como inverosímil que el trabajo haya podido replicar la metodología de cálculo del PBI, toda vez que se requeriría para ello contar con las bases de datos primarios disponibles en la Dirección Nacional de Cuentas Nacionales del Indec y con indicadores provenientes de estadísticas básicas con un nivel de desagregación sólo disponible por el Indec o por solicitud expresa de instituciones o investigadores. Por ejemplo, los índices de volumen físico de la industria manufacturera con desagregación de 4 ó 5 dígitos, la información desagregada por local de la Encuesta Nacional de Grandes Empresas o los datos de exportación e importación a nivel de once dígitos. En este sentido no se registra en el Indec ninguna solicitud del licenciado Coremberg ni de la UBA al respecto.
Es decir, que el trabajo analizado, lejos de replicar la metodología de cálculo del PBI por parte del Indec y de contar con información fehaciente sobre los diversos sectores de actividad, «estima» lo que no conoce a partir de fuentes no identificadas.
Resulta oportuno mencionar que para elaborar la información de cuentas nacionales el Indec utiliza toda su capacidad operativa, diseñando y ejecutando encuestas e indicadores de propia elaboración e incorporando una amplia gama de fuentes de información externa. Por mencionar sólo dos sectores de actividad, para calcular la evolución del sector de industria manufactura se utiliza la Encuesta Industrial Mensual, además de tener en cuenta la ocupación, proveniente del Sistema integrado Previsional Argentino (SIPA). En lo referente a la construcción, se utiliza el Indicador Sintético de la Actividad de Construcción, a lo que se adiciona también la información sobre ocupación del SIPA, que constituye aproximadamente el 60% del peso en la actividad, los permisos de edificación de 44 municipios, más información sobre construcción pública tanto de la Nación como de las provincias.
Las afirmaciones vertidas en el trabajo supuestamente técnico resultan tan extravagantes que sostiene, por ejemplo, que la antigüedad del año base no tiene incidencia en las estimaciones, lo que podría ser refutado por cualquier estudiante inicial de estadística o economía.
En una cosa coincidimos desde el Indec con el artículo publicado: era hora que se admita que el IPC no tiene incidencia preponderante sobre el cálculo del crecimiento económico, concepto erróneamente sostenido, aún hoy, por buena parte de los economistas y periodistas de la oposición y reiteradamente aclarado por el Indec.
Ante la proliferación de información intencionada políticamente, sin la menor consistencia técnica y producida con metodologías difusas, es conveniente ir a las fuentes.
La economía argentina creció entre 2002 y 2012 el 99,1%, determinado de esta manera el mayor período ininterrumpido de crecimiento en la historia nacional, con un promedio anual (media geométrica) de 7,1 por ciento.
Esta información elaborada por el Indec, además de ser una excelente noticia para todos los argentinos, es incontrastable e irrefutable.
Párrafo aparte merece el diario que publica la nota. Los propios lectores de La Nación pueden comprobar la inconsistencia de la información brindada en el artículo, dado que se presenta un gráfico en donde se muestra que aún con las falaces estimaciones de Coremberg, Argentina presentaría el tercer nivel de crecimiento en Latinoamérica, mientras que el periodista Sebastián Campanario afirma que Argentina es de los países de menor crecimiento en la región.
En el caso del Producto Bruto Interno, la fuente oficial de información la constituye el organismo oficial de estadística, el Instituto Nacional de Estadística y Censos. Como resulta obvio, elaborar la información sobre la evolución del PBI requiere de conocimientos, especificidades e información de los que sólo dispone el Indec.
Las conclusiones derivadas del trabajo de Coremberg y la nota de La Nación, que no son más que un reciclado de críticas infundadas y caducas de otros sectores de oposición, constituyen un nuevo agravio para los más de 40 profesionales, que con una antigüedad promedio de 15 años, trabajan en la Dirección Nacional de Cuentas Nacionales del Indec. Nuestra respuesta es la presentación, en el primer trimestre de 2014, de la nueva base del PBI y la publicación de un importante e inédito volumen de información, que los investigadores serios sabrán apreciar.
* Director Técnico – Indec
**Director Nacional de Cuentas Nacionales – Indec
Este artículo fue enviado
al diario La Nación como
derecho a réplica, pero la
editorial negó su publicación, según señalaron los autores.