La agencia calificadora Moodys rebajó ayer su panorama para la nota de la deuda soberana de Brasil a estable desde positiva, debido a que la mayor economía de América Latina lucha con el impacto de tres años de bajo crecimiento, débil inversión y creciente deuda.
En una entrevista exclusiva con El Cronista, el analista senior para Latinoamérica, Mauro Leos, explicó que el cambio de perspectiva en términos relativos implica un ajuste pero que no ven que la economía esté tan mal como algunos analistas estiman porque todavía prima un equilibrio entre fortalezas y debilidades en el país.
Estable no quiere decir que las cosas estén bien sino que en promedio vemos que hay un balance entre los retos y las fortalezas de la economía. La fortaleza tiene que ver con los colchones, fundamentalmente el de balanza de pagos. Es para destacar que las reservas no han bajado y que estén ahí y se puedan usar nos da tranquilidad sobre la capacidad del gobierno para enfrentar los choques, argumentó.
Brasil ha estado luchando con una fuerte salida de capitales desde que la Fed anunció la reducción del estímulo monetario ¿Ha influido eso en su cambio de panorama?
La mayor parte de los flujos que han salido han sido por reacomodo global. En contrapartida, está el anuncio de lanzamiento de infraestructura muy vasto que de funcionar haría que entren capitales para invertir. Ahora Brasil está en un impasse haciendo varios ajustes por eso antes teníamos una perspectiva positiva y la movimos a estable.
Ustedes destacan aún las fortalezas de Brasil. Sin embargo, los analistas e inversores que antes lo mimaban ahora le dan la espalda.
Todos los mercados son maníaco-depresivos. De repente están muy emocionados y después todo lo contrario. Hay ciertos casos donde fue más manifiesto como con Brasil. Hubo un período hiper maníaco cuando todo el mundo pensaba que Brasil era la gran estrella en el firmamento lo que llevo a muchos analistas a sobreestimar fortalezas y ahora conforme fue llegando al límite su capacidad económica se ha llegado a una sobrecompensación donde se destacan por demás los aspectos negativos y subestiman los positivos. La perspectiva estable reconoce un balance entre cosas buenas y malas y creemos que en términos crediticios unos compensan a otros. Pero es cierto que en términos de perspectivas de crecimiento han dado un giro muy radical con panoramas muy conservadores y el sentimiento de los inversores se ha visto afectado adentro y afuera lo que complica la tarea del gobierno que no solo lidia con la economía sino también con la percepción.
¿Cuáles son las perspectivas para la región?
Estamos llegando al final del ciclo de upgrades en Latinoamérica. Hicimos varios aumentos en los últimos años y creemos que habrá estabilidad en los próximos años porque la mayor parte de los países están bien posicionados y hay un balance adecuado entre fortalezas y debilidades pero los gobiernos deberán ser más cautos en su manejo fiscal porque no van a estar creciendo tanto como antes.
En una entrevista exclusiva con El Cronista, el analista senior para Latinoamérica, Mauro Leos, explicó que el cambio de perspectiva en términos relativos implica un ajuste pero que no ven que la economía esté tan mal como algunos analistas estiman porque todavía prima un equilibrio entre fortalezas y debilidades en el país.
Estable no quiere decir que las cosas estén bien sino que en promedio vemos que hay un balance entre los retos y las fortalezas de la economía. La fortaleza tiene que ver con los colchones, fundamentalmente el de balanza de pagos. Es para destacar que las reservas no han bajado y que estén ahí y se puedan usar nos da tranquilidad sobre la capacidad del gobierno para enfrentar los choques, argumentó.
Brasil ha estado luchando con una fuerte salida de capitales desde que la Fed anunció la reducción del estímulo monetario ¿Ha influido eso en su cambio de panorama?
La mayor parte de los flujos que han salido han sido por reacomodo global. En contrapartida, está el anuncio de lanzamiento de infraestructura muy vasto que de funcionar haría que entren capitales para invertir. Ahora Brasil está en un impasse haciendo varios ajustes por eso antes teníamos una perspectiva positiva y la movimos a estable.
Ustedes destacan aún las fortalezas de Brasil. Sin embargo, los analistas e inversores que antes lo mimaban ahora le dan la espalda.
Todos los mercados son maníaco-depresivos. De repente están muy emocionados y después todo lo contrario. Hay ciertos casos donde fue más manifiesto como con Brasil. Hubo un período hiper maníaco cuando todo el mundo pensaba que Brasil era la gran estrella en el firmamento lo que llevo a muchos analistas a sobreestimar fortalezas y ahora conforme fue llegando al límite su capacidad económica se ha llegado a una sobrecompensación donde se destacan por demás los aspectos negativos y subestiman los positivos. La perspectiva estable reconoce un balance entre cosas buenas y malas y creemos que en términos crediticios unos compensan a otros. Pero es cierto que en términos de perspectivas de crecimiento han dado un giro muy radical con panoramas muy conservadores y el sentimiento de los inversores se ha visto afectado adentro y afuera lo que complica la tarea del gobierno que no solo lidia con la economía sino también con la percepción.
¿Cuáles son las perspectivas para la región?
Estamos llegando al final del ciclo de upgrades en Latinoamérica. Hicimos varios aumentos en los últimos años y creemos que habrá estabilidad en los próximos años porque la mayor parte de los países están bien posicionados y hay un balance adecuado entre fortalezas y debilidades pero los gobiernos deberán ser más cautos en su manejo fiscal porque no van a estar creciendo tanto como antes.