En una mesa del bar del Hotel Sheraton Mar del Plata, en pleno Coloquio de IDEA, Claudio Belocopitt, presidente de Swiss Medical, discute temas del sector con otro de los popes del rubro, Julio Fraomeni, el dueño de Galeno. Las prepagas siguen disconformes con la ley de regulación, que les trabó los aumentos indiscriminados de tarifas. Pero esta vez la charla con Belocopitt fue más allá de cuestiones puntuales, y se metió de lleno en la economía nacional.
–Miguel Ponce, directivo de su empresa, aseveró que «los que más tienen, tienen que pagar más» impuestos. ¿Coincide o eso va en contra de la queja empresaria de excesiva presión impositiva?
–Coincido. El sistema impositivo debería ser así. El que más gana, más paga, eso tiene lógica. También me parece que hay que diferenciar entre el empresario que se la lleva (la plata) y el que la invierte. Porque las tasas diferenciales de invertir o no invertir también tendrían que existir. Si vos pagás 35% de Impuesto a las Ganancias, y decidís volver a ponerla en la Argentina y no llevártela, y crear fuentes de trabajo, me parece que tendrías que tener un incentivo diferente.
–Si lo escuchan, en el empresariado pondrían el grito en el cielo…
–Yo creo que al contrario, los empresarios no se quejarían de eso. Porque es lógico, si invertís, tenés que tener una tasa, y si no invertís tenés que tener otra, pagar más. Es razonable y funciona en muchos países. Yo invierto acá, y estamos hablando de invertir en industria, en desarrollo, y generar puestos de laburo. Y eso que yo soy un defensor de los empresarios, porque creo que son una herramienta fundamental. En todos los casos, hay buenos y malos empresarios.
–¿Cómo hace el Estado para diferenciar por casos y penalizar a los que envían sus ganancias al exterior?
–El Estado lo sabe, lo sabe bien y conoce el tema. Tiene que haber un trato distinto con los empresarios que se llevan la plata afuera y, si reinvertís acá, tenés que tener un premio por eso. No es tan complejo. Te voy a decir más y te cuento un ejemplo: nosotros, en el sector salud, ganamos $ 100 y pagamos $ 35 de impuestos. Con los $ 65 que nos quedan, construimos un sanatorio. Y en nuestro sector, hay muchas asociaciones que no tienen fines de lucro, y a ellos les quedan los $ 100. Fijate la desigualdad, por ejemplo, en esta actividad en la que los dos hacemos lo mismo.
–Ustedes están entre las tres prepagas más grandes del país, está obviando un tema de magnitudes de negocio…
–No, hay más grandes y más chicas. No me refiero a eso, sino a que hay que medir cada situación de distinta manera. Es un mecanismo justo. Los empresarios que yo conozco invierten acá.
–Hace dos Coloquios de IDEA, el presidente de El Cardón dijo que los empresarios argentinos son la máquina de fugar dinero al exterior…
–Es una mirada parcial. Nosotros invertimos permanentemente la plata acá, no pagamos un solo dividendo y la tenemos toda encardada en estructuras sanitarias, en equipamiento médico, en las compañías de seguros. Ojo, yo no generalizo mi caso ni el de los otros. Yo no sé porque no tengo una estadística, pero hay buenos y malos. Los empresarios son un motor fundamental para que las cosas se muevan.
-Uno, viendo los resultados de la encuesta de perspectivas económicas del Coloquio de IDEA y los comentarios de pasillos, se perciben diferencias. Más allá de que siempre hay cuellos de botella, ¿se quejan por deporte los empresarios?
–Te voy a decir una cosa: si vos te ponés a pensar cuando se dice que los empresarios están enojados, y te preguntás cómo van a estar enojados si Argentina tuvo este crecimiento, tenés que pensar que hay cuestiones de forma. Esto para el gobierno hubiese sido muy fácil de resolver, porque los empresarios también necesitan a veces una caricia, un mimo. Es un tema de forma.
–¿Será parte del lobby de cierto sector para obtener algo de rédito político?
–Macri dijo que hay un «círculo rojo», ¿no existe?
–Me parece que no hay «círculo rojo», y si lo hay, a mí no me invitaron. No creo que los empresarios tengan que tener un color político, tienen que tener un color de lo que haga que el sistema funcione. Y me parece que este estado de crispación entre los empresarios de los últimos años se debió a temas de forma y no de fondo. Por eso, en las encuestas los empresarios dicen que hay muchas cosas que están bien, y otras que no.
–Usted, que asegura invertir todo en el país, ¿cómo se para ante las disputas por el tipo de cambio y entre las voces que piden devaluar?
–Si te hablo por mí, a mí me sirve este tipo de cambio, porque importo equipamiento médico del exterior. Para el tipo que invierte en Argentina, este tipo de cambio es competitivo. Pero nosotros estamos en el mercado interno, no tengo la problemática de los que exportan. Si el tipo de cambio se dispara, nos complicaría la existencia.
–A casi una semana de las elecciones, ¿cómo ve el escenario político?
–Creo que no va a pasar ni más ni menos que en las Primarias. El 28 de octubre tendremos que ver cómo se empieza a discutir en el propio peronismo. Creo que se perfilan claramente dos candidatos, Scioli y Massa. De ahí va a surgir el próximo presidente, pero dos años son una eternidad y esto, en Argentina, puede transformarse en cualquier otra cosa. «
–Miguel Ponce, directivo de su empresa, aseveró que «los que más tienen, tienen que pagar más» impuestos. ¿Coincide o eso va en contra de la queja empresaria de excesiva presión impositiva?
–Coincido. El sistema impositivo debería ser así. El que más gana, más paga, eso tiene lógica. También me parece que hay que diferenciar entre el empresario que se la lleva (la plata) y el que la invierte. Porque las tasas diferenciales de invertir o no invertir también tendrían que existir. Si vos pagás 35% de Impuesto a las Ganancias, y decidís volver a ponerla en la Argentina y no llevártela, y crear fuentes de trabajo, me parece que tendrías que tener un incentivo diferente.
–Si lo escuchan, en el empresariado pondrían el grito en el cielo…
–Yo creo que al contrario, los empresarios no se quejarían de eso. Porque es lógico, si invertís, tenés que tener una tasa, y si no invertís tenés que tener otra, pagar más. Es razonable y funciona en muchos países. Yo invierto acá, y estamos hablando de invertir en industria, en desarrollo, y generar puestos de laburo. Y eso que yo soy un defensor de los empresarios, porque creo que son una herramienta fundamental. En todos los casos, hay buenos y malos empresarios.
–¿Cómo hace el Estado para diferenciar por casos y penalizar a los que envían sus ganancias al exterior?
–El Estado lo sabe, lo sabe bien y conoce el tema. Tiene que haber un trato distinto con los empresarios que se llevan la plata afuera y, si reinvertís acá, tenés que tener un premio por eso. No es tan complejo. Te voy a decir más y te cuento un ejemplo: nosotros, en el sector salud, ganamos $ 100 y pagamos $ 35 de impuestos. Con los $ 65 que nos quedan, construimos un sanatorio. Y en nuestro sector, hay muchas asociaciones que no tienen fines de lucro, y a ellos les quedan los $ 100. Fijate la desigualdad, por ejemplo, en esta actividad en la que los dos hacemos lo mismo.
–Ustedes están entre las tres prepagas más grandes del país, está obviando un tema de magnitudes de negocio…
–No, hay más grandes y más chicas. No me refiero a eso, sino a que hay que medir cada situación de distinta manera. Es un mecanismo justo. Los empresarios que yo conozco invierten acá.
–Hace dos Coloquios de IDEA, el presidente de El Cardón dijo que los empresarios argentinos son la máquina de fugar dinero al exterior…
–Es una mirada parcial. Nosotros invertimos permanentemente la plata acá, no pagamos un solo dividendo y la tenemos toda encardada en estructuras sanitarias, en equipamiento médico, en las compañías de seguros. Ojo, yo no generalizo mi caso ni el de los otros. Yo no sé porque no tengo una estadística, pero hay buenos y malos. Los empresarios son un motor fundamental para que las cosas se muevan.
-Uno, viendo los resultados de la encuesta de perspectivas económicas del Coloquio de IDEA y los comentarios de pasillos, se perciben diferencias. Más allá de que siempre hay cuellos de botella, ¿se quejan por deporte los empresarios?
–Te voy a decir una cosa: si vos te ponés a pensar cuando se dice que los empresarios están enojados, y te preguntás cómo van a estar enojados si Argentina tuvo este crecimiento, tenés que pensar que hay cuestiones de forma. Esto para el gobierno hubiese sido muy fácil de resolver, porque los empresarios también necesitan a veces una caricia, un mimo. Es un tema de forma.
–¿Será parte del lobby de cierto sector para obtener algo de rédito político?
–Macri dijo que hay un «círculo rojo», ¿no existe?
–Me parece que no hay «círculo rojo», y si lo hay, a mí no me invitaron. No creo que los empresarios tengan que tener un color político, tienen que tener un color de lo que haga que el sistema funcione. Y me parece que este estado de crispación entre los empresarios de los últimos años se debió a temas de forma y no de fondo. Por eso, en las encuestas los empresarios dicen que hay muchas cosas que están bien, y otras que no.
–Usted, que asegura invertir todo en el país, ¿cómo se para ante las disputas por el tipo de cambio y entre las voces que piden devaluar?
–Si te hablo por mí, a mí me sirve este tipo de cambio, porque importo equipamiento médico del exterior. Para el tipo que invierte en Argentina, este tipo de cambio es competitivo. Pero nosotros estamos en el mercado interno, no tengo la problemática de los que exportan. Si el tipo de cambio se dispara, nos complicaría la existencia.
–A casi una semana de las elecciones, ¿cómo ve el escenario político?
–Creo que no va a pasar ni más ni menos que en las Primarias. El 28 de octubre tendremos que ver cómo se empieza a discutir en el propio peronismo. Creo que se perfilan claramente dos candidatos, Scioli y Massa. De ahí va a surgir el próximo presidente, pero dos años son una eternidad y esto, en Argentina, puede transformarse en cualquier otra cosa. «