Mientras muchos de sus propietarios o gerentes despotrican públicamente o a través de consultores amigos contra la política de subsidios que reciben las personas de menores ingresos a través de la Asignación Universal por Hijo (AUH), o cuestionan la televisación gratuita del fútbol, por la otra ventanilla estos mismos actores se resisten a renunciar a los beneficios que les da el Estado argentino para engrosar sus negocios.
En la Argentina existen 1000 empresas de gran envergadura que reciben subsidios al agua y las cloacas por un total de $ 160 millones.
Se trata de empresas de primerísimo nivel que tienen su presencia geográfica en la Ciudad de Buenos Aires y en el primer cordón de la provincia de Buenos Aires.
Por ejemplo, en este lote está incluida la empresa Cablevisión del Grupo Clarín que paga por año
$ 12 mil cuando debería abonar
$ 41 mil, es decir que se ahorra $ 29 mil gracias al aporte que recibe del Estado, particularmente de la empresa Aysa. Aunque la cifra parece menor, lo cierto es que esta empresa es la principal firma de televisión por cable y se niega a renunciar a esta ínfima suma.
Pero entre las compañías que pertenecen al multimedio que controlan Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble también está AGEA (Clarín), que sólo durante el último año obtuvo $ 75 mil en subsidios porque pagó $ 33 mil en concepto de aguas y cloacas, cuando le hubiera correspondido abonar $ 108 mil. Artes Gráficas Rioplatenses, otra compañía del multimedio, obtuvo un beneficio por $ 37 mil pues sólo abonó el último año $ 16 mil.
Quilmes, la principal cervecera del país, es una de las que lidera el ranking de las grande empresas que más subsidios reciben al agua porque es la principal materia prima para elaborar sus productos.
En total, la cervecera paga $ 255 mil cuando debería desembolsar $ 823 mil anuales, es decir que obtiene subsidios por $ 568 mil.
De acuerdo a la información oficial a la que tuvo acceso Tiempo Argentino, Aysa otorgó en el último año subsidios a los grupos familiares, entendidos como Usuarios Residenciales, por un monto total de $ 1082 millones, y otros $ 690 millones a distintas empresas pequeñas, medianas y grandes y organismos públicos, que en la jerga de los servicios se conoce como usuarios no residenciales.
De este subtotal, $ 75 millones de los subsidios corresponden al ítem Usuarios Fiscales Nacionales, Provinciales y Municipales, es decir entidades públicas.
Además, existen subsidios por un monto superior a los $ 455 millones que favorecen a unas 287 mil cuentas de servicios relacionadas con pequeñas y medianas empresas.
No obstante, el rubro más llamativo es el que está asociado a los 1000 Usuarios No Residenciales de mayor facturación, que se han resistido a dejar el subsidio a las aguas y las cloacas, por los $ 160 millones ya mencionados. Fondos que se podrían sumar a los $ 2932 millones que factura por año Aysa, y que se utilizarían para mejorar las condiciones sanitarias y la inversión en la extensión de aguas y de cloacas en lugar de terminar en los bolsillos de compañías que ya cuentan con un alto nivel de facturación.
En el grupo de las grandes empresas beneficiarias que han evitado por todos los medios renunciar a los beneficios estatales por aguas y cloacas también se encuentran grandes empresas supermercadistas y de retail, que tienen ingresos varias veces millonarios.
En el listado de las firmas beneficiarias también se encuentran compañías farmacéuticas como Roemmers Saic y Novartis Argentina. En el primer caso, durante el último año abonó en concepto de agua y cloacas $ 26 mil cuando debería haber pagado $ 84 mil, lo que implicó un beneficio estatal de $ 58 mil, mientras que Novartis sólo pagó $ 11 mil y obtuvo un subsidio por más del doble: $ 25 mil. También recibieron subsidios varios hoteles de primera línea. Por ejemplo, el Marriot Plaza Hotel tendría que haber abonado una factura durante el último año de $ 84 mil pero como obtuvo un beneficio de $ 58 mil sólo abonó $ 26 mil.
Es el mismo caso del Hotel Presidente y Hoteles Argentinos, que recibieron un subsidio de agua y cloacas por $ 28 mil y $ 44 mil respectivamente.
En la nómina de las grandes compañías que pagan menos de los que les correspondería también se encuentran Bridgestone (recibe de Aysa subsidios anuales por $ 57 mil) y FATE, que desembolsa por año $ 25 mil cuando la cifra correcta sería $ 82 mil ($ 57 mil en subsidios). Entre las grandes multinacionales subsidiadas aparecen compañías del calibre de IBM Argentina ($ 95 mil), la compañía aérea Alitalia
($ 115 mil), Quality Invest ($ 71 mil), Pepsico de Argentina ($ 37,5 mil), Siemens ($ 36 mil), la compañía del Grupo Techint, Siderar ($ 29 mil), y Cadbury Stani ($ 26 mil).
En este grupo también se suman a las grandes firmas subsidiadas Alpargatas ($ 42 mil), Ferrum S.A. ($ 48 mil), Roca Argentina S.A. ($ 37 mil) e incluso el Mercado de Liniers ($ 30 mil). También sorprendió entre las beneficiarias la presencia de Galerías Pacífico, que debería haber pagado en concepto de agua y cloacas $ 150 mil y sólo abonó el último año $ 46 mil porque recibió un beneficio de $ 104 mil. En la lista de subsidiados está la Sociedad Rural, un viejo detractor de la política estatal de apoyo a los desamparados y adalid del libre mercado, que se niega a rechazar beneficios y recibe subsidios por $ 123 mil anuales junto al prestigioso Jockey Club argentino, que obtuvo una subvención de AySA de $ 221 mil, una muestra clara de la doble moral que afecta a muchos paladines del neoliberalismo y que pone una vez más sobre el tapete el debate sobre el modelo de país que se discute hoy en la Argentina. «
femsa-coca cola, la única que renunció
Femsa, la principal empresa distribuidora de Coca Cola en la Argentina, fue la única compañía de fuste que decidió de forma unilateral renunciar al subsidio al agua y las cloacas que le brindaba AySA.
A pesar de que el agua es el principal insumo de sus productos, la multinacional de capitales mexicanos le anunció a la compañía estatal la decisión de prescindir del beneficio.
Fuentes de la empresa confirmaron en estricto off de record la noticia pero evitaron ofrecer mayores precisiones al respecto.
De esta manera, la compañía multinacional intentó diferenciarse de otras firmas que pese a su alto nivel de facturación en el mercado local e internacional continúan percibiendo el subsidio.
En la Argentina existen 1000 empresas de gran envergadura que reciben subsidios al agua y las cloacas por un total de $ 160 millones.
Se trata de empresas de primerísimo nivel que tienen su presencia geográfica en la Ciudad de Buenos Aires y en el primer cordón de la provincia de Buenos Aires.
Por ejemplo, en este lote está incluida la empresa Cablevisión del Grupo Clarín que paga por año
$ 12 mil cuando debería abonar
$ 41 mil, es decir que se ahorra $ 29 mil gracias al aporte que recibe del Estado, particularmente de la empresa Aysa. Aunque la cifra parece menor, lo cierto es que esta empresa es la principal firma de televisión por cable y se niega a renunciar a esta ínfima suma.
Pero entre las compañías que pertenecen al multimedio que controlan Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble también está AGEA (Clarín), que sólo durante el último año obtuvo $ 75 mil en subsidios porque pagó $ 33 mil en concepto de aguas y cloacas, cuando le hubiera correspondido abonar $ 108 mil. Artes Gráficas Rioplatenses, otra compañía del multimedio, obtuvo un beneficio por $ 37 mil pues sólo abonó el último año $ 16 mil.
Quilmes, la principal cervecera del país, es una de las que lidera el ranking de las grande empresas que más subsidios reciben al agua porque es la principal materia prima para elaborar sus productos.
En total, la cervecera paga $ 255 mil cuando debería desembolsar $ 823 mil anuales, es decir que obtiene subsidios por $ 568 mil.
De acuerdo a la información oficial a la que tuvo acceso Tiempo Argentino, Aysa otorgó en el último año subsidios a los grupos familiares, entendidos como Usuarios Residenciales, por un monto total de $ 1082 millones, y otros $ 690 millones a distintas empresas pequeñas, medianas y grandes y organismos públicos, que en la jerga de los servicios se conoce como usuarios no residenciales.
De este subtotal, $ 75 millones de los subsidios corresponden al ítem Usuarios Fiscales Nacionales, Provinciales y Municipales, es decir entidades públicas.
Además, existen subsidios por un monto superior a los $ 455 millones que favorecen a unas 287 mil cuentas de servicios relacionadas con pequeñas y medianas empresas.
No obstante, el rubro más llamativo es el que está asociado a los 1000 Usuarios No Residenciales de mayor facturación, que se han resistido a dejar el subsidio a las aguas y las cloacas, por los $ 160 millones ya mencionados. Fondos que se podrían sumar a los $ 2932 millones que factura por año Aysa, y que se utilizarían para mejorar las condiciones sanitarias y la inversión en la extensión de aguas y de cloacas en lugar de terminar en los bolsillos de compañías que ya cuentan con un alto nivel de facturación.
En el grupo de las grandes empresas beneficiarias que han evitado por todos los medios renunciar a los beneficios estatales por aguas y cloacas también se encuentran grandes empresas supermercadistas y de retail, que tienen ingresos varias veces millonarios.
En el listado de las firmas beneficiarias también se encuentran compañías farmacéuticas como Roemmers Saic y Novartis Argentina. En el primer caso, durante el último año abonó en concepto de agua y cloacas $ 26 mil cuando debería haber pagado $ 84 mil, lo que implicó un beneficio estatal de $ 58 mil, mientras que Novartis sólo pagó $ 11 mil y obtuvo un subsidio por más del doble: $ 25 mil. También recibieron subsidios varios hoteles de primera línea. Por ejemplo, el Marriot Plaza Hotel tendría que haber abonado una factura durante el último año de $ 84 mil pero como obtuvo un beneficio de $ 58 mil sólo abonó $ 26 mil.
Es el mismo caso del Hotel Presidente y Hoteles Argentinos, que recibieron un subsidio de agua y cloacas por $ 28 mil y $ 44 mil respectivamente.
En la nómina de las grandes compañías que pagan menos de los que les correspondería también se encuentran Bridgestone (recibe de Aysa subsidios anuales por $ 57 mil) y FATE, que desembolsa por año $ 25 mil cuando la cifra correcta sería $ 82 mil ($ 57 mil en subsidios). Entre las grandes multinacionales subsidiadas aparecen compañías del calibre de IBM Argentina ($ 95 mil), la compañía aérea Alitalia
($ 115 mil), Quality Invest ($ 71 mil), Pepsico de Argentina ($ 37,5 mil), Siemens ($ 36 mil), la compañía del Grupo Techint, Siderar ($ 29 mil), y Cadbury Stani ($ 26 mil).
En este grupo también se suman a las grandes firmas subsidiadas Alpargatas ($ 42 mil), Ferrum S.A. ($ 48 mil), Roca Argentina S.A. ($ 37 mil) e incluso el Mercado de Liniers ($ 30 mil). También sorprendió entre las beneficiarias la presencia de Galerías Pacífico, que debería haber pagado en concepto de agua y cloacas $ 150 mil y sólo abonó el último año $ 46 mil porque recibió un beneficio de $ 104 mil. En la lista de subsidiados está la Sociedad Rural, un viejo detractor de la política estatal de apoyo a los desamparados y adalid del libre mercado, que se niega a rechazar beneficios y recibe subsidios por $ 123 mil anuales junto al prestigioso Jockey Club argentino, que obtuvo una subvención de AySA de $ 221 mil, una muestra clara de la doble moral que afecta a muchos paladines del neoliberalismo y que pone una vez más sobre el tapete el debate sobre el modelo de país que se discute hoy en la Argentina. «
femsa-coca cola, la única que renunció
Femsa, la principal empresa distribuidora de Coca Cola en la Argentina, fue la única compañía de fuste que decidió de forma unilateral renunciar al subsidio al agua y las cloacas que le brindaba AySA.
A pesar de que el agua es el principal insumo de sus productos, la multinacional de capitales mexicanos le anunció a la compañía estatal la decisión de prescindir del beneficio.
Fuentes de la empresa confirmaron en estricto off de record la noticia pero evitaron ofrecer mayores precisiones al respecto.
De esta manera, la compañía multinacional intentó diferenciarse de otras firmas que pese a su alto nivel de facturación en el mercado local e internacional continúan percibiendo el subsidio.