El mercado teme que el modelo entre en crisis por reformas prometidas

Martes 19 de Noviembre de 2013
Crecerá el gasto social en momentos en que la economía se desacelera
Santiago
(enviada especial) – Es indiscutible que en las últimas décadas la economía chilena ha superado en crecimiento al resto de la región, que se ha mantenido estable, sin mayores turbulencias y como un imán para las inversiones extranjeras.
Los indicadores se sostuvieron en la presidencia de Sebastián Piñera
a partir de 2010, tanto por el impulso de la reconstrucción tras el fatídico terremoto de febrero de ese año como por los buenos precios internacionales del cobre. Sin embargo, la fiesta pierde brío
. Las previsiones del Gobierno apuntan que el crecimiento continuará desacelerándose desde el 5,5% promedio de antaño hasta un 4%. El dato no es menor si se lo coloca en paralelo a las propuestas de aumento del gasto social de Michelle Bachelet, quien -si no hay sorpresas- debería convertirse el 15 del mes que viene en presidenta electa.
Piñera dejará el poder con un inflación que no supera el 3% y una de las tasas de desempleo más bajas de la historia, un 5,7%, cifras envidiables, pero con alto costo de mantenimiento.
El escenario de desaceleración de la economía local «se debe a varios factores, fundamentalmente al menor crecimiento de China, que trajo aparejada una menor demanda de nuestros ‘commodities’. Además, Chile estaba creciendo sobre una coyuntura que culmina y que se originó con la recuperación del país tras el terremoto», explicó a Ámbito Financiero el economista Cristóbal Huneeus , exasesor del Ministerio de Hacienda y actual director de HL Consultores. En un país cobredependiente, que la libra del metal descienda a menos de 3 dólares enciende las alarmas.
En la antesala de las elecciones del domingo, el Banco Central remendó los borradores sobre las previsiones para 2014, lo que sin duda impactó en la elaboración del Presupuesto para el próximo año fiscal, que destina apenas un 2,1% al gasto social, mucho menor que años anteriores . La propia Bachelet criticó el programa durante su campaña al afirmar que «no se ajusta al crecimiento que está teniendo el país» y que «no se hace cargo de las necesidades de la gente, es lo que he escuchado en mi recorrido por Chile».
De todos los oráculos se desprende que el consumo bajará y eso traerá aparejada una menor creación de empleo, al tiempo que las exportaciones de bienes y servicios se reducirán de un 4% a un 3,3%; y las importaciones, del 5,6% al 4,5%. «Hay una situación complicada porque esperamos un 2014 menos dinámico. El próximo Gobierno estará en la encrucijada de mantener el déficit estructural en el 1% o de retomar el superávit. Es algo complejo por el programa que ha presentado la Nueva Mayoría, con sus promesas de reformas tan radicales por las que presumiblemente se agrandará el gasto, cuando en realidad habría que apretarse el cinturón» , señaló Francisco Klapp , economista de Libertad y Desarrollo, en conversación con esta enviada.
Los positivos números macroeconómicos de Chile contrastan, ya lo dijimos, con una insuficiente distribución del ingreso en detrimento de más de la mitad de la población. Bachelet promete corregir esto, pero en la vereda de enfrente se alarman con la posibilidad de que sus ambiciosos proyectos de reforma dañen las bases del modelo.
Escollos
Klapp sostuvo que el futuro Gobierno tendrá obstáculos para mantener a la población tranquila, dadas a las «altas expectativas que ha generado». «Una de las medidas que quitan el sueño es la posibilidad de que se lleve a cabo la reforma tributaria. Aquí en Chile los empresarios y las compañías pagan impuestos cuando recogen utilidades. Con la propuesta de Bachelet, pasarían a pagar independientemente de ello. Hay muchos proyectos que están estancados por la incertidumbre, pero se espera que con las semanas el panorama se vaya dilucidando».
Bachelet prometió una reforma tributaria que eleve la carga general en tres puntos del PBI, con un mayor rigor contra la evasión y un aumento paulatino de los gravámenes a las empresas del 20% al 25%. Poco se habló sobre un aumento de los royalities a la minería, manejada en un 70% por empresas internacionales, pero con esta medida la abanderada de Nueva Mayoría pretende financiar sus reformas en educación, salud y jubilaciones.
«La reforma tributaria sale sí o sí, en marzo la van a presentar y cuentan con los votos para sacarla adelante» en el Congreso, manifestó Huneeus. «Hay temor sí, pero yo creo que en muchos casos ha sido muy exagerado. Acá las empresas están acostumbradas a llevarse todos los ingresos. Chile cuenta con una de las presiones tributarias más bajas del mundo; es momento de dar una vuelta de tuerca», indicó el experto.
En vista de estas dificultades, la tierra prometida de Bachelet podría demorarse algo más que lo deseable. La cuestión es que así lo entiendan quienes la votaron el domingo y volverán a hacerlo en menos de un mes.

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