Tras un contundente triunfo en las legislativas argentinas , que le coloca –aunque no lo confiese– en la carrera hacia la Casa Rosada, Sergio Mass a valoró este miércoles en entrevista a ABC los últimos cambios en el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner como «producto de un resultado electoral». El líder del Frente Renovador aseguró que el 27 de octubre «la gente votó enojada con la inflación, la inseguridad y pensando en que la prepotencia y la soberbia no llevan a ninguna parte» . El nombramiento del peronista Jorge Capitanich como jefe de Gabinete es, a su juicio, «el más simbólico políticamente». En un momento de difíciles relaciones entre Buenos Aires y Madrid, en el que pocos políticos de su país pisan territorio español, el diputado electo y alcalde de Tigre intervino en el Club Siglo XXI . Además tenía previsto reunirse con Jorge Moragas y Alfredo Pérez Rubalcaba . Este jueves participa en Barcelona en el congreso sobre ciudades inteligentes.
—¿El Gobierno argentino se ha radicalizado con los últimos nombramientos de Cristina Fernández?
—Más que analizar a las personas, me gusta analizar medidas. Quiero ver las medidas que toman. En las próximas semanas va a tener que hacerlo. La inflación es una situación a resolver, la inseguridad, el narcotráfico…
—¿Qué le parece la designación de Axel Kicillof como ministro de Economía, considerado «hijo político» de Fernández e «ideólogo» de la expropiación a Repsol?
—El cambio en la Secretaría de Comercio Interior, tiene que ver con la suma de fracasos: en el control de precios, la política antiinflacionaria, entre otros. En el caso de la cartera de Economía , los ministros son una decisión del presidente. Lo que tenemos que hacer los que pensamos en una alternativa política es marcar las cosas que están bien y las que están mal, y esa va a ser nuestra tarea.
—¿Las inversiones españolas peligran después de lo ocurrido con Repsol, ahora que Kicillof está al frente de Economía?
—Al revés, creo que Argentina tiene que profundizar un proceso de recuperación de inversiones. El año pasado, Argentina tuvo una tasa de inversión de solo un 3%, mientras que el promedio de la región fue del 18. Y eso tiene que ver con la necesidad de recuperar confianza. Todos tenemos que trabajar para que el país recupere la confianza y las inversiones, que son las que generan trabajo.
—¿Cuánto pagaría en la indemnización a Repsol?
—En lugar de plantear esa discusión, hay que lograr que con diálogo se resuelva. Nunca hay que llevar las cosas a los extremos . Ese y otros temas tienen que ser materia de diálogo y de trabajo coordinado entre los gobiernos.
—¿Cree que la presidenta va a terminar su mandato, con los problemas de salud y políticos que tiene?
—Sí, claro, y todos tenemos que trabajar para que Argentina tenga un proceso de normalidad institucional como requiere una democracia madura.
—¿Por qué se marchó del Gobierno de Cristina Fernández?
—Porque mi compromiso había sido por un periodo corto. Más allá de que, fue público, en muchos temas tenía tal vez miradas distintas.
—¿Es cierto que tiene planes para refundar el peronismo? ¿Qué no le gusta del actual?
—El peronismo como símbolo de la política argentina ha sido un partido que se ha caracterizado por liderar los procesos de cambio. Y hoy veo, no en el peronismo, en el PJ (Partido Justicialista), mucho encierro y poco vínculo con la gente. Nuestra campaña eran caminatas en la calle, no hacíamos actos donde van tus partidarios.
—¿Le molesta que se hable de usted como candidato a las presidenciales de 2015, cuando se comporta como tal y su agenda así lo demuestra?
—No me molesta, al contrario, me halaga. Esa consideración que los demás hacen de mí tiene que tener por mi parte mucha responsalibilidad respecto de la expectativa que deposita la gente.
—¿Qué le parece el acoso a los medios, como el que sufre el grupo Clarín?
—Argentina tiene que garantizar de manera permanente la libertad de expresión de todos, incluidos los que tienen una mirada crítica, y hay que trabajar para garantizar esto.
—Nicolás Maduro ya ha conseguido los poderes especiales para gobernar por decreto en Venezuela. ¿Algo parecido podría ocurrir en la Argentina de Kirchner?
—No, porque lo vamos a impedir desde el Congreso.
Aviso: A partir de ahora, los comentarios recibidos en ABC.es serán moderados antes de su publicación. Por eso, no los verá de inmediato en la web, pero sí en un par de minutos. Lo hacemos para garantizar la calidad de este espacio abierto de participación, en el que le invitamos a dejar sus opiniones.
—¿El Gobierno argentino se ha radicalizado con los últimos nombramientos de Cristina Fernández?
—Más que analizar a las personas, me gusta analizar medidas. Quiero ver las medidas que toman. En las próximas semanas va a tener que hacerlo. La inflación es una situación a resolver, la inseguridad, el narcotráfico…
—¿Qué le parece la designación de Axel Kicillof como ministro de Economía, considerado «hijo político» de Fernández e «ideólogo» de la expropiación a Repsol?
—El cambio en la Secretaría de Comercio Interior, tiene que ver con la suma de fracasos: en el control de precios, la política antiinflacionaria, entre otros. En el caso de la cartera de Economía , los ministros son una decisión del presidente. Lo que tenemos que hacer los que pensamos en una alternativa política es marcar las cosas que están bien y las que están mal, y esa va a ser nuestra tarea.
—¿Las inversiones españolas peligran después de lo ocurrido con Repsol, ahora que Kicillof está al frente de Economía?
—Al revés, creo que Argentina tiene que profundizar un proceso de recuperación de inversiones. El año pasado, Argentina tuvo una tasa de inversión de solo un 3%, mientras que el promedio de la región fue del 18. Y eso tiene que ver con la necesidad de recuperar confianza. Todos tenemos que trabajar para que el país recupere la confianza y las inversiones, que son las que generan trabajo.
—¿Cuánto pagaría en la indemnización a Repsol?
—En lugar de plantear esa discusión, hay que lograr que con diálogo se resuelva. Nunca hay que llevar las cosas a los extremos . Ese y otros temas tienen que ser materia de diálogo y de trabajo coordinado entre los gobiernos.
—¿Cree que la presidenta va a terminar su mandato, con los problemas de salud y políticos que tiene?
—Sí, claro, y todos tenemos que trabajar para que Argentina tenga un proceso de normalidad institucional como requiere una democracia madura.
—¿Por qué se marchó del Gobierno de Cristina Fernández?
—Porque mi compromiso había sido por un periodo corto. Más allá de que, fue público, en muchos temas tenía tal vez miradas distintas.
—¿Es cierto que tiene planes para refundar el peronismo? ¿Qué no le gusta del actual?
—El peronismo como símbolo de la política argentina ha sido un partido que se ha caracterizado por liderar los procesos de cambio. Y hoy veo, no en el peronismo, en el PJ (Partido Justicialista), mucho encierro y poco vínculo con la gente. Nuestra campaña eran caminatas en la calle, no hacíamos actos donde van tus partidarios.
—¿Le molesta que se hable de usted como candidato a las presidenciales de 2015, cuando se comporta como tal y su agenda así lo demuestra?
—No me molesta, al contrario, me halaga. Esa consideración que los demás hacen de mí tiene que tener por mi parte mucha responsalibilidad respecto de la expectativa que deposita la gente.
—¿Qué le parece el acoso a los medios, como el que sufre el grupo Clarín?
—Argentina tiene que garantizar de manera permanente la libertad de expresión de todos, incluidos los que tienen una mirada crítica, y hay que trabajar para garantizar esto.
—Nicolás Maduro ya ha conseguido los poderes especiales para gobernar por decreto en Venezuela. ¿Algo parecido podría ocurrir en la Argentina de Kirchner?
—No, porque lo vamos a impedir desde el Congreso.
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