La economía de Latinoamérica ya no crece al mismo ritmo acelerado que en la década pasada y eso está traduciéndose en un estancamiento de las mejoras sociales. Al igual que el año pasado, en 2013 unos 164 millones de latinoamericanos son pobres, según difundió este jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Entre ellos aumentó la cantidad de personas en la indigencia, es decir, de los que no tienen los ingresos suficientes ni siquiera para alimentarse de forma adecuada. La cifra creció de 66 millones a 68 millones. Pero como la población latinoamericana ha aumentado, el porcentaje de pobres se redujo del 28,2% al 27,9%. Lo que ha aumentado en términos porcentuales es la indigencia, del 11,3% al 11,5%. Las cifras de la CEPAL se basan en las estadísticas oficiales de cada país, incluidas las cuestionadas por subestimación como las de Argentina y Chile.
“Estos resultados están estrechamente relacionados con el desempeño macroeconómico de la región”, dice el Panorama Social de América Latina 2013 de la CEPAL. “El aumento en la indigencia, específicamente, ha sido causado por el incremento del coste de los alimentos por encima de la inflación general”, añade el organismo de Naciones Unidas con sede en Santiago de Chile.
“Desde 2002, la pobreza en América Latina ha caído 15,7 puntos porcentuales y la indigencia 8 puntos, pero las cifras recientes muestran una desaceleración”, reconoció la secretaria ejecutiva de la CEPAL, la mexicana Alicia Bárcena. “El único número aceptable de personas viviendo en la pobreza es cero, por lo que llamamos a los países a llevar cabo un cambio estructural en sus economías para crecer de forma sostenida con mayor igualdad”, reiteró Bárcena su crítica a una estructura productiva basada sobre todo en materias primas, en lugar de bienes industriales, sobre todo de alto valor añadido, y servicios de exportación.
El documento no contiene cifras de pobreza por país de 2013 sino de 2012. Brasil ha reducido este indicador desde el 20,9% en 2011 al 18,6% y la indigencia, del 6,1% al 5,4%. México ha sufrido un aumento de la pobreza desde el 36,3% al 37,1% y del hambre, desde el 13,3% al 14,2%. Las cuestionadas estadísticas oficiales de Argentina indican que la cantidad de pobres bajó del 5,7% al 4,3% y la de indigentes, del 1,9% al 1,7%. Pero hasta los economistas del ala kirchnerista de la Central de Trabajadores de Argentina calculan que la pobreza en realidad descendió del 21,4% al 19,9% y el hambre, del 5,9% al 4,3%.
En Colombia, el porcentaje de pobres retrocedió del 34,2% al 32,9% y el de indigentes apenas varió del 10,7% al 10,4%. En Venezuela, antes de un 2013 de devaluación e inflación de casi el 50%, había bajado la pobreza del 29,5% en 2011 al 23,9% en 2012. La indigencia había caído del 11,7% al 9,7%. En Perú, la cantidad de pobres disminuyó del 27,8% al 25,8% y el hambre, del 6,3% al 6%. En el caso de Chile, envuelto en una polémica aunque de menor rango que la de Argentina, solo aparecen los datos de 2011: 11% de pobres y 3,1% de indigentes.
Los países con más porcentaje de pobres de la región son Honduras (67,4%), Nicaragua (58,3%) y Guatemala (54,8%). Los de menos: Uruguay (5,9%), Chile y Costa Rica (17,8%).
“Carencias tales como la falta de acceso al agua potable o a sistemas apropiados de saneamiento todavía afectan a un conjunto importante de personas en la región”, advierte el documento, que también vincula el análisis de la pobreza con problemas como la contaminación atmosférica, la alta tasa de homicidios y el uso del tiempo. En cuanto a la distribución del ingreso, si bien en 2012 se incrementó levemente el grado de concentración en algunos países, se confirma la tendencia a la caída que se registra hace un decenio. Pese a esto, la elevada desigualdad sigue caracterizando a la región en el contexto internacional, según la CEPAL. De media, el quintil más pobre de la sociedad (20% de los hogares con menores ingresos) capta en promedio el 5% de los ingresos totales del país, con extremos que van desde menos del 4% en Honduras, Paraguay y República Dominicana al 10% en Uruguay. La participación del quintil más rico, en tanto, promedia al 47%, con un rango que va desde el 35% en Uruguay al 55% en Brasil.
En materia de gasto público social, los datos de 2011 y los pocos disponibles de 2012 insinúan una tendencia a la contracción en relación a los totales de los presupuestos, que no significaría necesariamente una disminución nominal de los recursos destinados a los sectores sociales, pero sí esfuerzos para moderar su expansión y a la vez consolidar las finanzas públicas, según el organismo de Naciones Unidas. El informe recuerda que el gasto social mostró un crecimiento acelerado en la segundo mitad de la década pasada para contrarrestar los impactos de la crisis mundial de 2008/2009.
La CEPAL también constata en su trabajo que la cobertura de salud y las contribuciones a las futuras pensiones de los asalariados han crecido en la región, lo cual da cuenta de una dinámica positiva en el mercado laboral. No obstante, en algunos países continúa siendo muy baja y está relativamente estancada, y cuanto más baja es la afiliación promedio, más concentrada está por ingresos.
“Estos resultados están estrechamente relacionados con el desempeño macroeconómico de la región”, dice el Panorama Social de América Latina 2013 de la CEPAL. “El aumento en la indigencia, específicamente, ha sido causado por el incremento del coste de los alimentos por encima de la inflación general”, añade el organismo de Naciones Unidas con sede en Santiago de Chile.
“Desde 2002, la pobreza en América Latina ha caído 15,7 puntos porcentuales y la indigencia 8 puntos, pero las cifras recientes muestran una desaceleración”, reconoció la secretaria ejecutiva de la CEPAL, la mexicana Alicia Bárcena. “El único número aceptable de personas viviendo en la pobreza es cero, por lo que llamamos a los países a llevar cabo un cambio estructural en sus economías para crecer de forma sostenida con mayor igualdad”, reiteró Bárcena su crítica a una estructura productiva basada sobre todo en materias primas, en lugar de bienes industriales, sobre todo de alto valor añadido, y servicios de exportación.
El documento no contiene cifras de pobreza por país de 2013 sino de 2012. Brasil ha reducido este indicador desde el 20,9% en 2011 al 18,6% y la indigencia, del 6,1% al 5,4%. México ha sufrido un aumento de la pobreza desde el 36,3% al 37,1% y del hambre, desde el 13,3% al 14,2%. Las cuestionadas estadísticas oficiales de Argentina indican que la cantidad de pobres bajó del 5,7% al 4,3% y la de indigentes, del 1,9% al 1,7%. Pero hasta los economistas del ala kirchnerista de la Central de Trabajadores de Argentina calculan que la pobreza en realidad descendió del 21,4% al 19,9% y el hambre, del 5,9% al 4,3%.
En Colombia, el porcentaje de pobres retrocedió del 34,2% al 32,9% y el de indigentes apenas varió del 10,7% al 10,4%. En Venezuela, antes de un 2013 de devaluación e inflación de casi el 50%, había bajado la pobreza del 29,5% en 2011 al 23,9% en 2012. La indigencia había caído del 11,7% al 9,7%. En Perú, la cantidad de pobres disminuyó del 27,8% al 25,8% y el hambre, del 6,3% al 6%. En el caso de Chile, envuelto en una polémica aunque de menor rango que la de Argentina, solo aparecen los datos de 2011: 11% de pobres y 3,1% de indigentes.
Los países con más porcentaje de pobres de la región son Honduras (67,4%), Nicaragua (58,3%) y Guatemala (54,8%). Los de menos: Uruguay (5,9%), Chile y Costa Rica (17,8%).
“Carencias tales como la falta de acceso al agua potable o a sistemas apropiados de saneamiento todavía afectan a un conjunto importante de personas en la región”, advierte el documento, que también vincula el análisis de la pobreza con problemas como la contaminación atmosférica, la alta tasa de homicidios y el uso del tiempo. En cuanto a la distribución del ingreso, si bien en 2012 se incrementó levemente el grado de concentración en algunos países, se confirma la tendencia a la caída que se registra hace un decenio. Pese a esto, la elevada desigualdad sigue caracterizando a la región en el contexto internacional, según la CEPAL. De media, el quintil más pobre de la sociedad (20% de los hogares con menores ingresos) capta en promedio el 5% de los ingresos totales del país, con extremos que van desde menos del 4% en Honduras, Paraguay y República Dominicana al 10% en Uruguay. La participación del quintil más rico, en tanto, promedia al 47%, con un rango que va desde el 35% en Uruguay al 55% en Brasil.
En materia de gasto público social, los datos de 2011 y los pocos disponibles de 2012 insinúan una tendencia a la contracción en relación a los totales de los presupuestos, que no significaría necesariamente una disminución nominal de los recursos destinados a los sectores sociales, pero sí esfuerzos para moderar su expansión y a la vez consolidar las finanzas públicas, según el organismo de Naciones Unidas. El informe recuerda que el gasto social mostró un crecimiento acelerado en la segundo mitad de la década pasada para contrarrestar los impactos de la crisis mundial de 2008/2009.
La CEPAL también constata en su trabajo que la cobertura de salud y las contribuciones a las futuras pensiones de los asalariados han crecido en la región, lo cual da cuenta de una dinámica positiva en el mercado laboral. No obstante, en algunos países continúa siendo muy baja y está relativamente estancada, y cuanto más baja es la afiliación promedio, más concentrada está por ingresos.