Foto: Mariana Araujo
La sesión tuvo lugar en el despacho del diputado, en el anexo del Congreso.
-¿En qué momento empezó a sentir que los afiliados lo respetaban, ya no por su apellido, sino por sus condiciones de liderazgo?
-[Piensa] Yo no te voy a negar que el apellido Moyano genera en el ámbito gremial alguna especie de. la palabra no es miedo, pero sí mucho poder. Pero yo nunca lo usufructué para mi propio beneficio. Además fue importante la educación que me dio mi vieja.
-¿Qué le enseñó su madre?
-Mi vieja estaba en Guardia de Hierro. Era una organización muy vertical con Perón. Me transmitió lo de la militancia. Me acuerdo que en el 95 -yo tendría nueve o diez años- salía a pintar con mi hermano Huguito «Chau Menem» en las paredes.
-¿Qué les diría a los que piensan que cuando cumplió 20 años, su padre en vez de regalarle un auto le regaló un sindicato [Sutba], el de los trabajadores de los peajes?
-[Sin perder la calma] Creería que es un prejuicio gorila, porque en realidad son los trabajadores los que eligen. Nadie puede ser tan tonto de creer que se puede regalar un sindicato. Cuando llegamos en 2005, estaba burocratizado y hubo que hacerlo de abajo.
-Hoy es diputado, ¿cuánto en su composición tiene de sindicalista y cuánto de político?
-Hoy creo ser un 70% político y un 30% sindicalista, más allá de que lo que no se pierde nunca es esa impronta sindical. Lula, por ejemplo, hacía política, pero nunca dejó de ser un dirigente obrero.
-Su padre en un momento lo tuvo de espejo a Lula…
-Él rescata que un hombre salido de las filas del sindicalismo pueda tener lugar en la presidencia. Para mí, eso no sintetiza un buen proyecto de por sí. Un dirigente gremial no es necesariamente bueno por el hecho de ser obrero. Hay buenos dirigentes gremiales y hay malos. Ojo, no estoy contradiciendo a mi viejo. La de él sigue siendo una expresión de deseos totalmente legítima.
-¿Le pesó alguna vez el apellido? Digo, hubo quizás un momento en el que usted buscó tener un pensamiento propio y entonces el.
-[Interrumpe] Vos dijiste recién «buscar» y yo no busco. Yo tengo un pensamiento propio y eso no necesariamente tiene que ser una contradicción. Son diferencias que para mí tienen que ser positivas y para mi viejo también.
-Mire este afiche [él, junto a Cristina, cuando fue candidato a diputado por el FPV]
-Yo estaba convencido de que el de Cristina era el proyecto para la Argentina. Me equivoqué. Pensé que iba a llevar adelante una alianza entre sectores y de repente aparece leyendo los recibos de sueldo de los empleados de Aerolíneas, cuánto cobraba cada uno. No esperábamos que fuera tan antisindical.
-Cristina podría decirle: ¿Yo, antisindical? ¿Con qué gobierno volvieron las paritarias?
-Paritarias que son las herramientas para pelearle a la inflación. Después de diez años, el 34% todavía es trabajo en negro y no tiene paritarias. Cristina tiene una forma de conducción que expulsa. En dos años que estuve en el bloque no me dejaron aportar nada.
-¿De cuánto es la inflación?
-Yo creo que está por encima del 20%, entre eso y el 25 por ciento.
-El Gobierno lo va a amar. «¡Moyanito va a pedir 25 en las paritarias!»
-[Se ríe] No, nosotros queremos ganar siempre dos o tres puntos. La postura del Ministerio de Trabajo es que vos acordaste algo con la empresa y te tira para abajo, más allá de lo que hayas acordado.
-Entonces ¿cuánto van a pedir?
-Tiene que estar cerca de un 30%.
-Ahora yo soy Tomada: «Facundo, te pido responsabilidad social, lo mismo que a tu padre. No pidas más de 24 porque nos vas a complicar a todos».
-Yo aceptaría si hay un contexto de diálogo y consenso. Ahora, si me piden eso y después me sacuden, me denuncian, no me homologan los acuerdos.
-¿Pero están haciendo eso?
-¡Sí, totalmente! A mí particularmente no me denunciaban, pero a mi viejo sí.
-¿Qué necesitan que pase para pedir menos del 25?
-Que llame al Acuerdo Social a todos los actores representativos, no a los que se les ocurre.
-Usted lo que dice es que si Camioneros es uno de los más fuertes a la hora de fijar paritarias, el Gobierno, al no sentarlo a la mesa, atenta contra sí mismo.
-¡Totalmente! El Gobierno no puede expulsarte, maltratarte y después pedirte moderación. Distinto sería si vos, Gobierno, me decís: «Muchachos, acompáñenme, porque necesito que los empresarios hagan las inversiones para generar más trabajo». Yo ahí te puedo aceptar pedir un 18%. Pero si encima de que vos no me convocás, me cacheteas y me maltratás públicamente, ¡olvidate!
-Ahora integra un bloque autónomo, el partido de su padre, el CET [Partido por la Cultura, la Educación y el Trabajo]. ¿Van a acompañar al bloque de Massa en las votaciones?
-No en cualquier cosa que hagan, pero en lo que sea razonable vamos a acompañar a ese espacio que se constituye como una alternativa totalmente viable para los argentinos de cara a 2015. Yo tengo una relación muy cercana con Sergio, soy amigo, te diría.
-Usted vive en Capital, pero si hubiera estado en provincia lo votaba a él…
-[Sonríe y dice bajito] Yo creo que sí.
-¿Por qué lo dice así? ¿Qué problema habría?
-[Con cara de obviedad] Vos sabés qué problema habría.
-¿En un momento su padre se enojó porque usted era demasiado massista?
-No, mi viejo no se enojó. Hay una relación política madura. Mi viejo no es el kirchnerismo, respeta la postura del otro.
-Debe de ser difícil ser hijo de una figura tan grande…
-[Piensa] Claro que es difícil ser el hijo de alguien con tanto poder cuando uno busca ser lo mismo…
-¿Qué sería ser lo mismo?
-Mirá, te voy a dar una respuesta que no es tribunera, pero yo no me hubiese imaginado que iba a ser dirigente sindical ni diputado, las circunstancias me lo depararon y aquí estoy.
-No me lo imagino a usted diciendo «Que las circunstancias y el viento me lleven»…
-A ver. Claramente tengo mis aspiraciones de poder y no por eso tiene que entenderse que es para beneficio personal, sino para modificar la realidad.
-Se dice que quiere ser intendente de Mar del Plata…
-Yo no te puedo decir que mañana, pero me gustaría poder disfrutar como marplatense de una alternativa política que pueda ofrecer algo mejor a la ciudad. Eso está en mi cabeza, en algún momento lo voy a hacer.
-Dejamos acá.
Facundo Moyano (Hijo de Hugo con Elvira de los Ángeles Cortés, la segunda esposa del líder de Camioneros. Pablo es de la primera)
Edad: 28
Ocupación: titular de Sutba, el sindicato de los trabajadores de peajes. Diputado. Dejó en diciembre el bloque del FPV e integra con Omar Plaini el partido de Hugo Moyano: Partido por la Cultura, la Educación y el Trabajo (CET)
Observaciones: muy claro conceptualmente. Admira y respeta a su padre, pero se atreve a manifestar ambiciones políticas propias .
La sesión tuvo lugar en el despacho del diputado, en el anexo del Congreso.
-¿En qué momento empezó a sentir que los afiliados lo respetaban, ya no por su apellido, sino por sus condiciones de liderazgo?
-[Piensa] Yo no te voy a negar que el apellido Moyano genera en el ámbito gremial alguna especie de. la palabra no es miedo, pero sí mucho poder. Pero yo nunca lo usufructué para mi propio beneficio. Además fue importante la educación que me dio mi vieja.
-¿Qué le enseñó su madre?
-Mi vieja estaba en Guardia de Hierro. Era una organización muy vertical con Perón. Me transmitió lo de la militancia. Me acuerdo que en el 95 -yo tendría nueve o diez años- salía a pintar con mi hermano Huguito «Chau Menem» en las paredes.
-¿Qué les diría a los que piensan que cuando cumplió 20 años, su padre en vez de regalarle un auto le regaló un sindicato [Sutba], el de los trabajadores de los peajes?
-[Sin perder la calma] Creería que es un prejuicio gorila, porque en realidad son los trabajadores los que eligen. Nadie puede ser tan tonto de creer que se puede regalar un sindicato. Cuando llegamos en 2005, estaba burocratizado y hubo que hacerlo de abajo.
-Hoy es diputado, ¿cuánto en su composición tiene de sindicalista y cuánto de político?
-Hoy creo ser un 70% político y un 30% sindicalista, más allá de que lo que no se pierde nunca es esa impronta sindical. Lula, por ejemplo, hacía política, pero nunca dejó de ser un dirigente obrero.
-Su padre en un momento lo tuvo de espejo a Lula…
-Él rescata que un hombre salido de las filas del sindicalismo pueda tener lugar en la presidencia. Para mí, eso no sintetiza un buen proyecto de por sí. Un dirigente gremial no es necesariamente bueno por el hecho de ser obrero. Hay buenos dirigentes gremiales y hay malos. Ojo, no estoy contradiciendo a mi viejo. La de él sigue siendo una expresión de deseos totalmente legítima.
-¿Le pesó alguna vez el apellido? Digo, hubo quizás un momento en el que usted buscó tener un pensamiento propio y entonces el.
-[Interrumpe] Vos dijiste recién «buscar» y yo no busco. Yo tengo un pensamiento propio y eso no necesariamente tiene que ser una contradicción. Son diferencias que para mí tienen que ser positivas y para mi viejo también.
-Mire este afiche [él, junto a Cristina, cuando fue candidato a diputado por el FPV]
-Yo estaba convencido de que el de Cristina era el proyecto para la Argentina. Me equivoqué. Pensé que iba a llevar adelante una alianza entre sectores y de repente aparece leyendo los recibos de sueldo de los empleados de Aerolíneas, cuánto cobraba cada uno. No esperábamos que fuera tan antisindical.
-Cristina podría decirle: ¿Yo, antisindical? ¿Con qué gobierno volvieron las paritarias?
-Paritarias que son las herramientas para pelearle a la inflación. Después de diez años, el 34% todavía es trabajo en negro y no tiene paritarias. Cristina tiene una forma de conducción que expulsa. En dos años que estuve en el bloque no me dejaron aportar nada.
-¿De cuánto es la inflación?
-Yo creo que está por encima del 20%, entre eso y el 25 por ciento.
-El Gobierno lo va a amar. «¡Moyanito va a pedir 25 en las paritarias!»
-[Se ríe] No, nosotros queremos ganar siempre dos o tres puntos. La postura del Ministerio de Trabajo es que vos acordaste algo con la empresa y te tira para abajo, más allá de lo que hayas acordado.
-Entonces ¿cuánto van a pedir?
-Tiene que estar cerca de un 30%.
-Ahora yo soy Tomada: «Facundo, te pido responsabilidad social, lo mismo que a tu padre. No pidas más de 24 porque nos vas a complicar a todos».
-Yo aceptaría si hay un contexto de diálogo y consenso. Ahora, si me piden eso y después me sacuden, me denuncian, no me homologan los acuerdos.
-¿Pero están haciendo eso?
-¡Sí, totalmente! A mí particularmente no me denunciaban, pero a mi viejo sí.
-¿Qué necesitan que pase para pedir menos del 25?
-Que llame al Acuerdo Social a todos los actores representativos, no a los que se les ocurre.
-Usted lo que dice es que si Camioneros es uno de los más fuertes a la hora de fijar paritarias, el Gobierno, al no sentarlo a la mesa, atenta contra sí mismo.
-¡Totalmente! El Gobierno no puede expulsarte, maltratarte y después pedirte moderación. Distinto sería si vos, Gobierno, me decís: «Muchachos, acompáñenme, porque necesito que los empresarios hagan las inversiones para generar más trabajo». Yo ahí te puedo aceptar pedir un 18%. Pero si encima de que vos no me convocás, me cacheteas y me maltratás públicamente, ¡olvidate!
-Ahora integra un bloque autónomo, el partido de su padre, el CET [Partido por la Cultura, la Educación y el Trabajo]. ¿Van a acompañar al bloque de Massa en las votaciones?
-No en cualquier cosa que hagan, pero en lo que sea razonable vamos a acompañar a ese espacio que se constituye como una alternativa totalmente viable para los argentinos de cara a 2015. Yo tengo una relación muy cercana con Sergio, soy amigo, te diría.
-Usted vive en Capital, pero si hubiera estado en provincia lo votaba a él…
-[Sonríe y dice bajito] Yo creo que sí.
-¿Por qué lo dice así? ¿Qué problema habría?
-[Con cara de obviedad] Vos sabés qué problema habría.
-¿En un momento su padre se enojó porque usted era demasiado massista?
-No, mi viejo no se enojó. Hay una relación política madura. Mi viejo no es el kirchnerismo, respeta la postura del otro.
-Debe de ser difícil ser hijo de una figura tan grande…
-[Piensa] Claro que es difícil ser el hijo de alguien con tanto poder cuando uno busca ser lo mismo…
-¿Qué sería ser lo mismo?
-Mirá, te voy a dar una respuesta que no es tribunera, pero yo no me hubiese imaginado que iba a ser dirigente sindical ni diputado, las circunstancias me lo depararon y aquí estoy.
-No me lo imagino a usted diciendo «Que las circunstancias y el viento me lleven»…
-A ver. Claramente tengo mis aspiraciones de poder y no por eso tiene que entenderse que es para beneficio personal, sino para modificar la realidad.
-Se dice que quiere ser intendente de Mar del Plata…
-Yo no te puedo decir que mañana, pero me gustaría poder disfrutar como marplatense de una alternativa política que pueda ofrecer algo mejor a la ciudad. Eso está en mi cabeza, en algún momento lo voy a hacer.
-Dejamos acá.
Facundo Moyano (Hijo de Hugo con Elvira de los Ángeles Cortés, la segunda esposa del líder de Camioneros. Pablo es de la primera)
Edad: 28
Ocupación: titular de Sutba, el sindicato de los trabajadores de peajes. Diputado. Dejó en diciembre el bloque del FPV e integra con Omar Plaini el partido de Hugo Moyano: Partido por la Cultura, la Educación y el Trabajo (CET)
Observaciones: muy claro conceptualmente. Admira y respeta a su padre, pero se atreve a manifestar ambiciones políticas propias .