En el 2013, Miguel Pichetto renovó su mandato en la Cámara Alta hasta el 2017 con un respaldo del 49,9 por ciento. Todavía no quiere hablar de candidaturas, salvo su pretensión de integrar la próxima conducción nacional del PJ, destinada a «recuperar el espacio de la política» y que el proyecto 2015 para la Nación «tiene que ser del peronismo, con un candidato que surja de un proceso democrático de elecciones primarias».
No desestima ninguna opción, pero rechazar hablar de su futuro «cuando faltan dos años». Piensa en Río Negro cuando afirma que «este presente tengo una buena relación con el gobernador». Ese debate –agrega– no será inmediato. «En el 2014 hay que gobernar y será un año complicado. Habrá que cuidar mucho lo económico». Defiende su construcción en Río Negro porque «es mi territorio y no hay política sin territorio».
Pichetto aceptó como «positivo» al 2013 por «el resultado electoral y lo personal» aunque advirtió que «se percibieron algunos problemas en la economía regional, como también en el turismo por la competitividad».
–¿Hay expectativas mejores para el 2014?
–Se puede mejorar. La presidenta ha hecho cambios porque ha leído el resultado de las urnas, a partir de cierta disconformidad con el rumbo. Dejó casi sin efecto el Impuesto a las Ganancias con un piso muy alto y habrá que tener cuidado ahora porque con el avance de los salarios podría reaparecer como un factor negativo. También se dio el ingreso de (Jorge) Capitanich y la unificación del mando en Economía. Son cambios que albergan expectativas positivas. Próximamente vamos a estar en un tipo de cambio de siete pesos y representará una mejora sustantiva para la competitividad de la economía de la región.
–¿Todo dependerá de la modificación del tipo de cambio o puede existir alguna medida específica para el sector frutícola?
–El proceso del tipo de cambio es importante para la economía frutícola, pero hay que complementarla con otras medidas. Hay que plantear otros mecanismos para garantizar competitividad al negocio frutícola, como los aranceles y reintegros en el intercambio con Europa, que hay que ordenar. Se prevé una temporada buena, con buenos precios.
–Con el resultado electoral de Río Negro, solicitó otro protagonismo en la Nación y después esbozó cierta mirada crítica. ¿Algo se modificó?
–Tengo una relación muy correcta con la presidenta… Mi posición parlamentaria-política y en el marco con el gabinete creo que está más consolidada. He tenido alguna mirada personal pero no implica no acompañar los grandes rumbos del gobierno, ni dejar de cumplir –como corresponde– mi rol como presidente del bloque. Cuando planteé mi voto por disciplina partidaria al Código Civil, lo hablé con la presidenta, planteando que la estructura no estaba bien hecha y tengo mi visión, como abogado y sé de que se trata. Me pidió mis observaciones y mi discurso.
–Fue una crítica puntual. ¿Sólo eso?
–Eso, pero también tener la libertad de opinar y gravitar en la política nacional. Ser partícipe de la vida política del partido…
–En marzo se debatirá la conducción nacional del PJ. ¿Quiere ser parte?
–Por supuesto, quiero ser parte de la conducción más allá de que ya lo soy por ser presidente del PJ de Río Negro. Pero hay un proyecto para recuperar el espacio de la política, normalizarlo y tener un partido sólido para afrontar el 2015 con posibilidades…
–¿Daniel Scioli liderará el proyecto 2015?
–El proyecto tiene que ser del peronismo, con un candidato que surja de un proceso democrático de elecciones primarias. Scioli es un hombre de un alto conocimiento público y una alternativa pero puede haber algún otro gobernador. En lo personal, tengo un trato muy bueno con Scioli, de toda la vida, pero el peronismo evaluará, analizará y profundizará esa decisión en un marco democrático, que permitirá fortalecerlo frente a la comunidad.
–Y en lo personal, qué prefiere frente a dos probabilidades: ¿candidato a gobernador o a vicepresidente?
–Prefiero no hablar del futuro cuando faltan dos años. En este presente tengo una buena relación con el gobernador.
–¿Y sigue construyendo políticamente en Río Negro?
–Por supuesto, tengo vínculos con intendentes, con el partido, sectores económicos y el pueblo. Sigo vinculado, no me voy a vivir a Buenos Aires y me olvido de Río Negro. Es mi lugar, es mi territorio, es donde he hecho política toda la vida. No hay política sin territorio.
–¿Cuándo será el debate para el 2015? ¿El año próximo?
–No… Será en el 2015 porque en el 2014 hay que gobernar y será un año complicado. Hay que cuidar mucho lo económico. Nadie discute la legitimidad del reclamo de los trabajadores por estar mejor remunerados, pero ocurre que gobernar es mirar el conjunto y no tolerar métodos de coerción. Será un año difícil en lo económico aunque aparecen datos buenos en el ámbito nacional, como mejoras en la salida de divisas, están los acuerdos de YPF y del Ciadi, la búsqueda de recursos en el Banco Mundial y el ordenamiento del Indec. Ese es el camino para que la Argentina vuelva al crecimiento.
–Volviendo a la provincia, ¿cómo ve al gobierno?
–Hay un factor nuevo que es el aumento salarial en la policía, pero es un cambio en todo el país. Las provincias, en su conjunto, deberán trabajar para obtener mayores niveles de financiamiento de la Nación para poderlo abordarlo. Después habrá que discutir y trabajar con otras demandas. La deuda no es preocupante porque está la decisión de Nación para prorrogarla.
–¿Cómo se plantea su relación con el gobernador después de la crisis interna del año pasado? ¿Qué postura asume ahora?
–Es un lugar de nexo y aporte desde el gobierno nacional.
–¿Opina?
–Si me pregunta, claro que opino y conversamos, pero él es quien gobierna y tiene la responsabilidad. Trato de que no se vuelvan a plantear situaciones de conflicto porque no son buenas. Las experiencias tienen que servir para no repetirlas. Mi rol es mantener los niveles de inversiones de Nación en obras públicas, políticas sociales y hacer otras gestiones.
–¿Y su opinión cuál es? ¿Hacen falta cambios de políticas y de hombres?
–Me voy a excusar de comentarlo porque sería una intromisión en decisiones del gobernador. De hecho ya ha hecho algunos cambios que son intentos de oxigenar áreas, como (Haroldo) Lebed en Agricultura, que es un hombre experimentado, y (Oscar) Albrieu en Seguridad y Justicia, que bien conoce del tema. Las decisiones de cambios, momentos y oportunidades corresponden al gobernador. Sí hay que generar un marco de apoyo y colaboración y también comunicar serenamente y no generar expectativas negativas que gravita en el espíritu de la gente. El aguinaldo se pago puntualmente y en enero cumplirá con los salarios. Primero, hay que hacer todo lo posible para poder cumplir.
No desestima ninguna opción, pero rechazar hablar de su futuro «cuando faltan dos años». Piensa en Río Negro cuando afirma que «este presente tengo una buena relación con el gobernador». Ese debate –agrega– no será inmediato. «En el 2014 hay que gobernar y será un año complicado. Habrá que cuidar mucho lo económico». Defiende su construcción en Río Negro porque «es mi territorio y no hay política sin territorio».
Pichetto aceptó como «positivo» al 2013 por «el resultado electoral y lo personal» aunque advirtió que «se percibieron algunos problemas en la economía regional, como también en el turismo por la competitividad».
–¿Hay expectativas mejores para el 2014?
–Se puede mejorar. La presidenta ha hecho cambios porque ha leído el resultado de las urnas, a partir de cierta disconformidad con el rumbo. Dejó casi sin efecto el Impuesto a las Ganancias con un piso muy alto y habrá que tener cuidado ahora porque con el avance de los salarios podría reaparecer como un factor negativo. También se dio el ingreso de (Jorge) Capitanich y la unificación del mando en Economía. Son cambios que albergan expectativas positivas. Próximamente vamos a estar en un tipo de cambio de siete pesos y representará una mejora sustantiva para la competitividad de la economía de la región.
–¿Todo dependerá de la modificación del tipo de cambio o puede existir alguna medida específica para el sector frutícola?
–El proceso del tipo de cambio es importante para la economía frutícola, pero hay que complementarla con otras medidas. Hay que plantear otros mecanismos para garantizar competitividad al negocio frutícola, como los aranceles y reintegros en el intercambio con Europa, que hay que ordenar. Se prevé una temporada buena, con buenos precios.
–Con el resultado electoral de Río Negro, solicitó otro protagonismo en la Nación y después esbozó cierta mirada crítica. ¿Algo se modificó?
–Tengo una relación muy correcta con la presidenta… Mi posición parlamentaria-política y en el marco con el gabinete creo que está más consolidada. He tenido alguna mirada personal pero no implica no acompañar los grandes rumbos del gobierno, ni dejar de cumplir –como corresponde– mi rol como presidente del bloque. Cuando planteé mi voto por disciplina partidaria al Código Civil, lo hablé con la presidenta, planteando que la estructura no estaba bien hecha y tengo mi visión, como abogado y sé de que se trata. Me pidió mis observaciones y mi discurso.
–Fue una crítica puntual. ¿Sólo eso?
–Eso, pero también tener la libertad de opinar y gravitar en la política nacional. Ser partícipe de la vida política del partido…
–En marzo se debatirá la conducción nacional del PJ. ¿Quiere ser parte?
–Por supuesto, quiero ser parte de la conducción más allá de que ya lo soy por ser presidente del PJ de Río Negro. Pero hay un proyecto para recuperar el espacio de la política, normalizarlo y tener un partido sólido para afrontar el 2015 con posibilidades…
–¿Daniel Scioli liderará el proyecto 2015?
–El proyecto tiene que ser del peronismo, con un candidato que surja de un proceso democrático de elecciones primarias. Scioli es un hombre de un alto conocimiento público y una alternativa pero puede haber algún otro gobernador. En lo personal, tengo un trato muy bueno con Scioli, de toda la vida, pero el peronismo evaluará, analizará y profundizará esa decisión en un marco democrático, que permitirá fortalecerlo frente a la comunidad.
–Y en lo personal, qué prefiere frente a dos probabilidades: ¿candidato a gobernador o a vicepresidente?
–Prefiero no hablar del futuro cuando faltan dos años. En este presente tengo una buena relación con el gobernador.
–¿Y sigue construyendo políticamente en Río Negro?
–Por supuesto, tengo vínculos con intendentes, con el partido, sectores económicos y el pueblo. Sigo vinculado, no me voy a vivir a Buenos Aires y me olvido de Río Negro. Es mi lugar, es mi territorio, es donde he hecho política toda la vida. No hay política sin territorio.
–¿Cuándo será el debate para el 2015? ¿El año próximo?
–No… Será en el 2015 porque en el 2014 hay que gobernar y será un año complicado. Hay que cuidar mucho lo económico. Nadie discute la legitimidad del reclamo de los trabajadores por estar mejor remunerados, pero ocurre que gobernar es mirar el conjunto y no tolerar métodos de coerción. Será un año difícil en lo económico aunque aparecen datos buenos en el ámbito nacional, como mejoras en la salida de divisas, están los acuerdos de YPF y del Ciadi, la búsqueda de recursos en el Banco Mundial y el ordenamiento del Indec. Ese es el camino para que la Argentina vuelva al crecimiento.
–Volviendo a la provincia, ¿cómo ve al gobierno?
–Hay un factor nuevo que es el aumento salarial en la policía, pero es un cambio en todo el país. Las provincias, en su conjunto, deberán trabajar para obtener mayores niveles de financiamiento de la Nación para poderlo abordarlo. Después habrá que discutir y trabajar con otras demandas. La deuda no es preocupante porque está la decisión de Nación para prorrogarla.
–¿Cómo se plantea su relación con el gobernador después de la crisis interna del año pasado? ¿Qué postura asume ahora?
–Es un lugar de nexo y aporte desde el gobierno nacional.
–¿Opina?
–Si me pregunta, claro que opino y conversamos, pero él es quien gobierna y tiene la responsabilidad. Trato de que no se vuelvan a plantear situaciones de conflicto porque no son buenas. Las experiencias tienen que servir para no repetirlas. Mi rol es mantener los niveles de inversiones de Nación en obras públicas, políticas sociales y hacer otras gestiones.
–¿Y su opinión cuál es? ¿Hacen falta cambios de políticas y de hombres?
–Me voy a excusar de comentarlo porque sería una intromisión en decisiones del gobernador. De hecho ya ha hecho algunos cambios que son intentos de oxigenar áreas, como (Haroldo) Lebed en Agricultura, que es un hombre experimentado, y (Oscar) Albrieu en Seguridad y Justicia, que bien conoce del tema. Las decisiones de cambios, momentos y oportunidades corresponden al gobernador. Sí hay que generar un marco de apoyo y colaboración y también comunicar serenamente y no generar expectativas negativas que gravita en el espíritu de la gente. El aguinaldo se pago puntualmente y en enero cumplirá con los salarios. Primero, hay que hacer todo lo posible para poder cumplir.