PUNTA DEL ESTE. ENVIADA ESPECIAL – 09/01/14
Deportes, playa y familia. La rutina de José “Pepe” Scioli en Punta del Este, el lugar en el que veranea desde hace 30 años, no tiene muchas alteraciones. “Es una muy linda ciudad donde, sobre todo cuando vas teniendo hijos adolescentes (este año lo acompaña la menor de sus cuatro chicos) tenés la tranquilidad de que quizás pueden andar más tranquilos que en otros centros turísticos”, dice. Suele pasar Año Nuevo y se queda los primeros días de enero. “Me manejo con la tarjeta, prácticamente no salgo y como en mi casa, llevo una vida normal”, avanza. Aunque los que lo siguen en Twitter (@pepescioli) saben que disfrutó mucho del show de David Guetta. Hace cuatro años se alejó del gobierno de su hermano Daniel por diferencias con el kirchnerismo y pasó a las filas de Francisco de Narváez, de quien fue candidato a senador nacional y bonaerense. Ahora está de regreso, trabajando para el 2015.
Este año los políticos no se animaron a Punta del Este…
Hay mucha hipocresía. Pongo como ejemplo el caso del presidente de los Estados Unidos: a pesar de que están sufriendo la ola de frío más dura de la historia, continuó con sus vacaciones. Más allá de tener el doble de responsabilidad frente a la ciudadanía que cualquier otro ciudadano, un funcionario público tampoco tiene por qué renunciar a su descanso.
¿Acá la vida social, la política y los negocios tienen otro lugar?
Tenés mucha vida social puertas adentro, hay una agenda reservada de gente que no quiere salir y es un buen lugar para tener conversaciones largas en casas particulares.
Muchos aprovechan el verano y están armando para el 2015…
Puse en marcha un trabajo que tiene que ver con pensar y programar la Argentina del desarrollo a partir del encuentro con las 50 universidades nacionales. En estos últimos años hemos tenido un crecimiento sin desarrollo y el desarrollo va a venir a partir de la cooperación de las economías regionales. Dificilmente se pueda seguir creciendo a este ritmo sin una inversión fuerte del sector público y privado, sobre todo en el tema energético y de infraestructura. En esta ‘década infame’ nos hemos comido la infraestructura instalada y ahora hay que recuperar: tenés el aparato productivo pero te faltan las arterias para sacar esa producción.
En la campaña de 2013 se hablaba de los municipios y los intendentes, ¿esa mirada se extiende a las provincias?
Pienso que la recuperación de la Argentina va a venir a partir de las economías regionales porque así sucedió en la provincia de Buenos Aires. La reforma de ARBA de 2008 cambió la matriz impositiva y los municipios están recibiendo entre un 200% y un 500% más de coparticipación. Hay muchos argentinos que han migrado de sus provincias y es algo que hay que revertir. En esta década ha volado por el aire el federalismo. Es una parte de lo que hay que hacer para descomprimir los grandes conurbanos de Buenos Aires, Córdoba, Rosario.
¿Como lo ves a Daniel para esta etapa?
Con un desafío enorme por delante, primero tiene que concluir su mandato como gobernador de una provincia que es altamente conflictiva. Obviamente, por una cuestión de vínculo sanguíneo y afectivo me gustaría que sea el próximo presidente. Confío en su temple y su cintura política, creo que es uno de los que están mejor preparados para la Argentina que viene a partir de la experiencia de gobernar con un déficit estructural como el de Buenos Aires y porque muchas veces no se vio acompañado por su propio partido político. Lo demostró en el último conflicto policial, fue el gobernador que tuvo la reacción más rápida para resolver el conflicto. No me quiero quedar en la coyuntura porque relatores del relato hay muchísimos. Cada uno que va al supermercado o que lleva a sus hijos al colegio sabe mejor que nadie qué está pasando.
Para terminar: ¿La remera naranja es casualidad?
(Se ríe) Tomalo como quieras. Veo que cada día se usa más el naranja, no sé por qué.
Deportes, playa y familia. La rutina de José “Pepe” Scioli en Punta del Este, el lugar en el que veranea desde hace 30 años, no tiene muchas alteraciones. “Es una muy linda ciudad donde, sobre todo cuando vas teniendo hijos adolescentes (este año lo acompaña la menor de sus cuatro chicos) tenés la tranquilidad de que quizás pueden andar más tranquilos que en otros centros turísticos”, dice. Suele pasar Año Nuevo y se queda los primeros días de enero. “Me manejo con la tarjeta, prácticamente no salgo y como en mi casa, llevo una vida normal”, avanza. Aunque los que lo siguen en Twitter (@pepescioli) saben que disfrutó mucho del show de David Guetta. Hace cuatro años se alejó del gobierno de su hermano Daniel por diferencias con el kirchnerismo y pasó a las filas de Francisco de Narváez, de quien fue candidato a senador nacional y bonaerense. Ahora está de regreso, trabajando para el 2015.
Este año los políticos no se animaron a Punta del Este…
Hay mucha hipocresía. Pongo como ejemplo el caso del presidente de los Estados Unidos: a pesar de que están sufriendo la ola de frío más dura de la historia, continuó con sus vacaciones. Más allá de tener el doble de responsabilidad frente a la ciudadanía que cualquier otro ciudadano, un funcionario público tampoco tiene por qué renunciar a su descanso.
¿Acá la vida social, la política y los negocios tienen otro lugar?
Tenés mucha vida social puertas adentro, hay una agenda reservada de gente que no quiere salir y es un buen lugar para tener conversaciones largas en casas particulares.
Muchos aprovechan el verano y están armando para el 2015…
Puse en marcha un trabajo que tiene que ver con pensar y programar la Argentina del desarrollo a partir del encuentro con las 50 universidades nacionales. En estos últimos años hemos tenido un crecimiento sin desarrollo y el desarrollo va a venir a partir de la cooperación de las economías regionales. Dificilmente se pueda seguir creciendo a este ritmo sin una inversión fuerte del sector público y privado, sobre todo en el tema energético y de infraestructura. En esta ‘década infame’ nos hemos comido la infraestructura instalada y ahora hay que recuperar: tenés el aparato productivo pero te faltan las arterias para sacar esa producción.
En la campaña de 2013 se hablaba de los municipios y los intendentes, ¿esa mirada se extiende a las provincias?
Pienso que la recuperación de la Argentina va a venir a partir de las economías regionales porque así sucedió en la provincia de Buenos Aires. La reforma de ARBA de 2008 cambió la matriz impositiva y los municipios están recibiendo entre un 200% y un 500% más de coparticipación. Hay muchos argentinos que han migrado de sus provincias y es algo que hay que revertir. En esta década ha volado por el aire el federalismo. Es una parte de lo que hay que hacer para descomprimir los grandes conurbanos de Buenos Aires, Córdoba, Rosario.
¿Como lo ves a Daniel para esta etapa?
Con un desafío enorme por delante, primero tiene que concluir su mandato como gobernador de una provincia que es altamente conflictiva. Obviamente, por una cuestión de vínculo sanguíneo y afectivo me gustaría que sea el próximo presidente. Confío en su temple y su cintura política, creo que es uno de los que están mejor preparados para la Argentina que viene a partir de la experiencia de gobernar con un déficit estructural como el de Buenos Aires y porque muchas veces no se vio acompañado por su propio partido político. Lo demostró en el último conflicto policial, fue el gobernador que tuvo la reacción más rápida para resolver el conflicto. No me quiero quedar en la coyuntura porque relatores del relato hay muchísimos. Cada uno que va al supermercado o que lleva a sus hijos al colegio sabe mejor que nadie qué está pasando.
Para terminar: ¿La remera naranja es casualidad?
(Se ríe) Tomalo como quieras. Veo que cada día se usa más el naranja, no sé por qué.