Las mineras en alerta por las políticas impositivas

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Por Daniel Jérez, Profesor de Geología Minera. UNLaR
El escenario internacional para la minería ha cambiado drásticamente en el último año a raíz de la baja de los precios de los minerales. Esta circunstancia afecta fuertemente a la industria a nivel global, no sólo a los proyectos en funcionamiento sino que lo hace principalmente sobre la inversión tanto en prospección y exploración como en la construcción de minas.
La minería tiene características propias que la diferencian de otras operaciones económicas. Una de ellas es el tiempo, ya que se necesita de períodos mensurables en lustros o décadas para materializar un proyecto minero. Durante esos años las políticas sociales, económicas, administrativas y legales de un país pueden dar giros que beneficien o perjudiquen la inversión en la actividad, llegando incluso a sacar de contexto a un proyecto minero, convirtiendo una reserva económica en un mero recurso geológico.
Los precios de los metales muestran un comportamiento muy volátil en relación con otros productos de la economía. El último superciclo de precios altos de los metales (iniciado en 2003) estimuló la inversión en todas las etapas del ciclo minero, de la prospección a la producción. Una observación parcial de éstos que alcance sólo al importante crecimiento ocurrido desde 2003 (con precios del cobre entre u$s3 y 4) puede llamar a equívocos. La historia muestra que el superciclo comenzado en 2003 no fue el único. Hubo uno similar desde 1967 a 1973 con el cobre por encima de los u$s3,50 y 4 seguido de otros de precios bajos, por debajo del u$s1,50. En cuanto a los costos, a nivel global fueron aumentando en términos reales en los últimos años. Los costos acompañaron el crecimiento de precios, pero una menor variabilidad y una marcada resistencia a la baja.
La combinación de una baja en los precios con una suba de costos (el peor de los escenarios en un análisis de sensibilidad en la evaluación de un proyecto de inversión) afecta gravemente las decisiones de inversión. La situación actual de estas dos variables hace que un emprendimiento minero que hace dos años tenía un Valor Actual Neto tal que pudiera ser financiado, tenga hoy un VAN fuertemente negativo. Y esto se da a nivel global pero además, en este contexto, la estructura tributaria de la Argentina (con derechos de exportación sobre las ventas brutas) tiene su influencia, en cuanto a competitividad, magnificando el impacto.
En nuestro país el Estado capta una buena porción de la renta minera. Si utilizamos el Valor Actual Neto para medir la distribución de beneficios económicos de un proyecto minero promedio (antes de la caída de los precios), el Estado se quedaba con el 65 % del VAN generado, quedando el 35 % para el inversor. Y en este cálculo aún falta considerar lo recaudado indirectamente por el Estado a proveedores directos e indirectos de la minera. En números simples, con una inversión de u$s950 millones, el VAN para la empresa hubiera sido de u$s517 millones, mientras que para el Estado en recaudación directa hubiera sido de 960 millones y con la indirecta sumaría 1.305 millones. Con los precios y costos de hoy el VAN es negativo (-u$s209 millones). Además de la participación del Estado en la renta del proyecto, anualmente de los u$s619 millones que este proyecto hubiera exportado, u$s157 millones van al Estado y u$s307 millones son de compras, de los cuales el 80 a 85 % son internas, que se incorporan a la economía doméstica.
La foto, la película y la tortuga de los huevos de oro
Todas las actividades tienen sus particularidades, la minería no escapa a ello. Los plazos de esta actividad requieren, para su comprensión, de una mirada completa del ciclo. Algunos miran las fotos (por ejemplo las brechas entre precios y costos de 2006 o 2007), otros miran el “tráiler” de la película (2005 – 2012). La verdad es que para hablar y discutir de minería, sugerir políticas y cuestionar la actividad, hay que mirar la película entera.
El escenario internacional actual es complicado para radicar inversiones. La competitividad de Argentina como país minero se muestra hoy fuertemente decaída. Esta situación se complica más por las acciones de algunas provincias, que contribuyen a incrementar el riesgo, afectando las potenciales inversiones. Muchas veces hemos comparado a la minería con la gallina de los huevos de oro, tratando de explicar que a la gallina se la debe alimentar y cuidar para que dé más huevos de oro. Parece que algunos piensan que dándole menos alimento y agua, la gallina pondría más huevos. Otros, más impacientes, la semiasfixian y le aprietan el abdomen pensando en sacar todos los huevos juntos, pensando que no puede morir y que se repondrá. El pensamiento cortoplacista (la foto o aún el tráiler) perjudican las posibilidades de uno de los más importantes potenciales factores de desarrollo de nuestro país, la minería.

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