Ciudad de Mar del plata, 20 de enero de 2014
“ESTE PAÍS LO ARREGLAMOS ENTRE TODOS O NO LO ARREGLA NADIE”, Juan Domingo Perón.
Documento confeccionado en la cumbre sindical realizado en la ciudad de Mar del Plata
Los últimos acontecimientos en la escena nacional han dejado al descubierto las dificultades que atraviesa nuestro país.
La primera comprobación es la de asistir a una manifiesta incapacidad en la gestión para la solución de los problemas. Esa primera observación nos dice que la responsabilidad del Estado lejos de estar presente se debate, sin pena ni gloria, en una Argentina de saqueos, cortes de energía, cárceles sin control interno, fuga de capitales, inseguridad urbana, disparada de precios y un gran desorden estructural.
La segunda comprobación es la escasa claridad de los dirigentes políticos, quienes, en la necesaria estructura partidaria, han desdibujado esos espacios donde deberían articular las demandas de la sociedad y brindarles respuestas.
En todo el universo político hay hombres y mujeres que atravesaron la gestión pública sin que hayamos encontrado solución definitiva a los problemas actuales
Cómo es posible que en el ejercicio de la política aquellos que la ejecutan desde el puente de mando o aquellos que quieren ocupar ese lugar no sepan, no puedan o no quieran abrir un nuevo capítulo en nuestra historia (como lo hizo JD Perón?)
¿Qué Estado necesitamos? ¿Cómo le damos densidad a los partidos políticos? ¿Cómo mejoramos la educación? ¿Qué plan de desarrollo e infraestructura trazamos? ¿Estamos decididos a enfrentar el flagelo del narcotráfico?
En este panorama los trabajadores organizados concebimos a la situación del país como un importante y necesario desafío que permita elaborar una visión nueva y estratégica de nuestra central obrera.
Desde nuestras propias necesidades y con el valor supremo de la justicia social como bandera se trata de pensar nuestro país y nuestro destino “desde aquí”; de revitalizar la confianza con los trabajadores como protagonistas de una historia jalonada con sangre que no deseamos resignar a otros. Ello implica, asumir sin soberbia y con generosidad, la tarea de reconstruir un pensamiento nacional de mayor amplitud para hacer frente a la adversidad antes que dividirnos. Es nuestro mandato indiscutible, como dirigentes sociales, repensar juntos los temas que hacen a la vida de todos los argentinos: economía, organización social, política, educación y una cultura al servicio del interés nacional. Se trata de revisar, a la luz de los problemas que nos aquejan, qué país merecemos y podemos construir y por eso no nos atemoriza descubrir nuevas miradas.
Es nuestro deber haciendo honor al mandato de nuestro representados reclamar el urgente tratamiento y solución de temas que nos preocupan:
1. La unidad de movimiento obrero como elemento vertebral para la solución pretendida.
2. Paritarias gremiales libres, sin techos y anticipadas.
3. Lucha contra la inflación y la actual devaluación que repercute contra el poder adquisitivo de los trabajadores.
4. Equiparación de los haberes jubilatorios con el Salario Mínimo Vital y Móvil.
5. Eliminación del impuesto al trabajo (impuesto a las ganancias sobre salarios)
6. Devolución de las retenciones de los fondos en poder del gobierno de las obras sociales sindicales. Junto con ello una urgente revisión del valor de la canasta de prestaciones de salud que incluye a los medicamentos y prestaciones medicas.
7. Inmediata puesta en marcha de la erradicación del narcotráfico y la inseguridad en el país.
8. La revalorización de los derechos y garantías de la ley 20744 (Ley del Contrato de Trabajo).
En esta demanda es de vital importancia nuestro compromiso de preservar la paz social y el respeto a los mandatos populares en todas las instituciones democráticas. De tal modo nos parece de manifiesta importancia el acompañamiento de los demás actores sociales: políticos, artistas, intelectuales, gobernantes, empresarios, representantes de todos los credos y entidades intermedias.
Siempre hemos bregado para que el Poder Ejecutivo atendiera este reclamo. Hemos pregonado la necesidad de un gobierno con todos, de consenso con los empresarios de todos los sectores, con los sindicatos en la diversidad de expresión, con el afán de nutrirse de la pluralidad de ideas para no caer en los errores de un pensamiento cerrado a la crítica constructiva.
Los dirigentes gremiales somos conscientes que la crisis de representatividad y credibilidad que afecta a muchas organizaciones tiene, entre sus causas principales, la ausencia de un verdadero compromiso con los trabajadores, de un sentimiento que inspire el comportamiento personal y colectivo. En la generalización del doble discurso y de la mentira como forma de actuar, o en la contradicción permanente entre lo que se dice y lo que se hace, se van agrandando las dudas sobre el futuro.
Parece una batalla teórica pero es muy precisa. Si queremos sobrevivir y desarrollarnos hacia otras expresiones tenemos que forjar un reencuentro de fondo del sindicalismo en la lucha por la justicia social, con nuevos conceptos, otros contenidos y sobretodo con mayor transparencia en la vida política y gremial.
Lo que estamos viviendo es consecuencia de los errores en el pasado.
Esos errores se proyectan con fuerza sobre este presente y no permite que levantemos vuelo, amarrando nuestro destino a viejos problemas. No es un dato menor de ellos la desigualdad social, cuyo núcleo sigue intacto, razón de más para realizar el esfuerzo patriótico de edificar una Argentina con todos.
Por eso vale la pena reiterar el principal interrogante:
¿Qué sucede entre nosotros que vivimos entrando y saliendo de las crisis?
El gran desafío para el 2014 es romper este círculo maldito, tal como otras generaciones de argentinos que vieron los recursos del país y la nobleza de nuestro pueblo y partieron en búsqueda del futuro.
Los problemas del presente nos interpelan a todos…¨”a los titulares y a los suplentes”, la difícil coyuntura no debe dejar a nadie excluido. En ese camino nos encuentra al movimiento obrero organizado
Mar del Plata, 20 de Enero 2014
“ESTE PAÍS LO ARREGLAMOS ENTRE TODOS O NO LO ARREGLA NADIE”, Juan Domingo Perón.
Documento confeccionado en la cumbre sindical realizado en la ciudad de Mar del Plata
Los últimos acontecimientos en la escena nacional han dejado al descubierto las dificultades que atraviesa nuestro país.
La primera comprobación es la de asistir a una manifiesta incapacidad en la gestión para la solución de los problemas. Esa primera observación nos dice que la responsabilidad del Estado lejos de estar presente se debate, sin pena ni gloria, en una Argentina de saqueos, cortes de energía, cárceles sin control interno, fuga de capitales, inseguridad urbana, disparada de precios y un gran desorden estructural.
La segunda comprobación es la escasa claridad de los dirigentes políticos, quienes, en la necesaria estructura partidaria, han desdibujado esos espacios donde deberían articular las demandas de la sociedad y brindarles respuestas.
En todo el universo político hay hombres y mujeres que atravesaron la gestión pública sin que hayamos encontrado solución definitiva a los problemas actuales
Cómo es posible que en el ejercicio de la política aquellos que la ejecutan desde el puente de mando o aquellos que quieren ocupar ese lugar no sepan, no puedan o no quieran abrir un nuevo capítulo en nuestra historia (como lo hizo JD Perón?)
¿Qué Estado necesitamos? ¿Cómo le damos densidad a los partidos políticos? ¿Cómo mejoramos la educación? ¿Qué plan de desarrollo e infraestructura trazamos? ¿Estamos decididos a enfrentar el flagelo del narcotráfico?
En este panorama los trabajadores organizados concebimos a la situación del país como un importante y necesario desafío que permita elaborar una visión nueva y estratégica de nuestra central obrera.
Desde nuestras propias necesidades y con el valor supremo de la justicia social como bandera se trata de pensar nuestro país y nuestro destino “desde aquí”; de revitalizar la confianza con los trabajadores como protagonistas de una historia jalonada con sangre que no deseamos resignar a otros. Ello implica, asumir sin soberbia y con generosidad, la tarea de reconstruir un pensamiento nacional de mayor amplitud para hacer frente a la adversidad antes que dividirnos. Es nuestro mandato indiscutible, como dirigentes sociales, repensar juntos los temas que hacen a la vida de todos los argentinos: economía, organización social, política, educación y una cultura al servicio del interés nacional. Se trata de revisar, a la luz de los problemas que nos aquejan, qué país merecemos y podemos construir y por eso no nos atemoriza descubrir nuevas miradas.
Es nuestro deber haciendo honor al mandato de nuestro representados reclamar el urgente tratamiento y solución de temas que nos preocupan:
1. La unidad de movimiento obrero como elemento vertebral para la solución pretendida.
2. Paritarias gremiales libres, sin techos y anticipadas.
3. Lucha contra la inflación y la actual devaluación que repercute contra el poder adquisitivo de los trabajadores.
4. Equiparación de los haberes jubilatorios con el Salario Mínimo Vital y Móvil.
5. Eliminación del impuesto al trabajo (impuesto a las ganancias sobre salarios)
6. Devolución de las retenciones de los fondos en poder del gobierno de las obras sociales sindicales. Junto con ello una urgente revisión del valor de la canasta de prestaciones de salud que incluye a los medicamentos y prestaciones medicas.
7. Inmediata puesta en marcha de la erradicación del narcotráfico y la inseguridad en el país.
8. La revalorización de los derechos y garantías de la ley 20744 (Ley del Contrato de Trabajo).
En esta demanda es de vital importancia nuestro compromiso de preservar la paz social y el respeto a los mandatos populares en todas las instituciones democráticas. De tal modo nos parece de manifiesta importancia el acompañamiento de los demás actores sociales: políticos, artistas, intelectuales, gobernantes, empresarios, representantes de todos los credos y entidades intermedias.
Siempre hemos bregado para que el Poder Ejecutivo atendiera este reclamo. Hemos pregonado la necesidad de un gobierno con todos, de consenso con los empresarios de todos los sectores, con los sindicatos en la diversidad de expresión, con el afán de nutrirse de la pluralidad de ideas para no caer en los errores de un pensamiento cerrado a la crítica constructiva.
Los dirigentes gremiales somos conscientes que la crisis de representatividad y credibilidad que afecta a muchas organizaciones tiene, entre sus causas principales, la ausencia de un verdadero compromiso con los trabajadores, de un sentimiento que inspire el comportamiento personal y colectivo. En la generalización del doble discurso y de la mentira como forma de actuar, o en la contradicción permanente entre lo que se dice y lo que se hace, se van agrandando las dudas sobre el futuro.
Parece una batalla teórica pero es muy precisa. Si queremos sobrevivir y desarrollarnos hacia otras expresiones tenemos que forjar un reencuentro de fondo del sindicalismo en la lucha por la justicia social, con nuevos conceptos, otros contenidos y sobretodo con mayor transparencia en la vida política y gremial.
Lo que estamos viviendo es consecuencia de los errores en el pasado.
Esos errores se proyectan con fuerza sobre este presente y no permite que levantemos vuelo, amarrando nuestro destino a viejos problemas. No es un dato menor de ellos la desigualdad social, cuyo núcleo sigue intacto, razón de más para realizar el esfuerzo patriótico de edificar una Argentina con todos.
Por eso vale la pena reiterar el principal interrogante:
¿Qué sucede entre nosotros que vivimos entrando y saliendo de las crisis?
El gran desafío para el 2014 es romper este círculo maldito, tal como otras generaciones de argentinos que vieron los recursos del país y la nobleza de nuestro pueblo y partieron en búsqueda del futuro.
Los problemas del presente nos interpelan a todos…¨”a los titulares y a los suplentes”, la difícil coyuntura no debe dejar a nadie excluido. En ese camino nos encuentra al movimiento obrero organizado
Mar del Plata, 20 de Enero 2014