Dato para el asombro. Antes de la devaluación del peso, el Samsung Galaxy S4 libre, tenía un precio de $ 8 mil, luego de la fuerte devaluación del 23 de enero pasado, cuando el dólar oficial pasó de $ 6,93 a $ 8, dicho smartphone saltó a los $ 9.500 en la provincia.
Luego, es historia conocida, el gobierno anunció el 29 de enero que los precios de estos artículos se retrotraerían a los de principios de enero. De todos modos, autorizaron a aplicar un aumento máximo de hasta 7,5 por ciento. Por lo tanto se dejaban atrás las subas de hasta el 30% que tuvieron los artículos electrónicos y sus componentes atados al dólar.
En Mendoza, la intención de controlar los precios vía acuerdo parece no haber dado frutos. No sólo se observó ayer esa «trampita» realizada por los vendedores de electrodomésticos sino que la carne -que el Gobierno nacional también había pretendido salvar de la suba- sufrió un nuevo incremento de precio en los dos primeros días de esta semana. El alza también se observó en el pollo y en el pescado.
Variaciones sospechosas
De este modo, en las casas de electrodomésticos locales se observó, al día siguiente del anuncio del Gobierno, que el Samsung Galaxy S4 bajó a $ 8.600. Pero ayer al mediodía su valor de venta era de $ 9.199, lo que equivale a un incremento del 15%, muy lejano al 7,5% fijado por el Estado la semana pasada.
Otro tanto ocurrió con las notebooks. En plena devaluación del peso, las de marca Samsung costaban $ 7.400, cuando antes del 23 de enero su valor era $ 6.200. Luego de los anuncios, su precio bajó a $ 6.600 pero ayer costaban $ 7.100, lo que equivale a un incremento del 14%, nuevamente casi duplicando el límite máximo fijado por el gobierno nacional.
«Hay incrementos pero dependen del electrodoméstico y sus componentes importados. Mientras menos partes posean de industria nacional mayores son las subas. También depende de las marcas», contó un vendedor de una cadena de electrodomésticos.
Otro remezón a la carne
En estos primeros días de la semana, la carne vacuna aumentó entre un 10% y 15% y en la anterior lo había hecho un 20%, según señalan los comerciantes de esta actividad. También explican que el alza viene desde las últimas semanas de 2013, cuando las mismas eran de centavo a centavo. Estiman que en los próximos días habrán aún más movimientos en los precios.
El vicepresidente de la Cámara de Industria de la Carne y Matarifes de Mendoza, Rubén Pontel, confirmó que la cifra que promedia el aumento de la semana pasada es del 17-18% y la consideró la «suba más grave» de los últimos 15 días.
También dijo que, más allá de lo que ocurra esta semana, en relación a la actual oferta y demanda del mercado, los precios son «excesivamente altos». Además, agregó que con dicha escalada de precios la baja de la venta «se ha sentido» en las carnicerías y es del 30%.
Para Pontel, a esta situación se agrega que el consumidor no puede tampoco remplazar la carne con verduras o pollo, porque estos productos también han incrementado sus valores.
Explicó que las subas no dependen de los productores ni de la plaza mendocina sino del Mercado de Liniers de Buenos Aires y que tiene un impacto «importante» en la gente porque el consumo de carne «es lo más cotidiano».
En este sentido Ernesto, desde la carnicería Ke Carnes ubicada en la Cuarta Sección, expresó que «la semana pasada la carne aumentó un 20% y en lo que va de ésta ya subió entre 10% y 15% según los cortes» .
Los diferentes cortes fueron subiendo entre $ 5 y hasta $ 8, de acuerdo al caso y el kilo de asado se ubica por encima de los $ 60 y en algunas carnicerías el kilo de vacío roza los $ 80.
Desde otra carnicería de nombre El Novillo Infiel, ubicada en Las Heras, su dueño, Walter Trejo, explica que las subas, en total, suman entre un 20% a 30%, y esto pasó en «sólo un par de días».
En la pizarra de su negocio el precio del kilo de asado pasó de $ 50 a $ 62; la blanda de primera quedó en $ 65; la de segunda, en $ 62 mientras que la molida común supera los $ 30.
Aunque hace la aclaración de que «aún no ha trasladado toda la suba al precio» porque debería dejar el asado, por ejemplo, en $ 65, aproximadamente.
Trejo indica que «esta mañana (por ayer) ya venía todo aumentado» y que son subas «anormales» porque nunca se incrementan los precios entre enero y febrero pero por estos días «las subas son constantes». «Los precios suelen subir en marzo o después de Semana Santa»-explica.
Por su parte y ante los dichos del Gobierno nacional de «intervenir» esta actividad con el fin de evitar más subas, el productor ganadero y comercializador, Carlos Parella Furlán de la firma Don Enrique SA, señala que «falta integrar al sector productivo con el frigorífico en una política de organización para evitar la especulación de algunos sectores».
En su opinión, los aumentos se deben a la falta de mayor producción de carne vacuna y de una separación del mercado interno y externo y sintetizó con la frase que «producir más, evita este tipo de situaciones; no tenemos una política de cría y engorde», dijo Parella Furlán.
Agregó que en los últimos dos años los precios subieron un 20% y que están muy por debajo del acumulado (de esos 24 meses) de la inflación. «Creo que todavía pueden subir un poco más», estima este productor ganadero.
Las alternativas en alza
Las carnes blancas tampoco estuvieron exentas de las subas. Sufrieron un alza de precios de entre 15% y 20% en el pollo y 15% en el kilo de pescado.
Así, el kilo de pollo pasó de $ 18 a $ 22 (en algunos negocios puede costar un poco más) y el pescado de $ 40 a $ 46, en el caso del filet de merluza, según indican los carniceros consultados.
Asimismo, desde la carnicería Los Cordobeses, que venden carne de chivo, lechón y cordero, explicaron que «no están recibiendo mercadería para la venta».
«Estamos esperando noticias -dijo la dueña del local sobre los aumentos- porque los productores no nos están entregando animales. Están especulando con los precios y esperan más señales de qué va a pasar». También explicó que, si no remarcan, después no pueden volver a comprar y reponer la mercadería.