El ministro de Economía, Axel Kicillof , dijo ayer que el Gobierno «no está poniendo techos» a los aumentos salariales que se discuten en las paritarias y pidió a los empresarios que «en lugar de dedicarse a la especulación se dediquen a la inversión».
«El Gobierno no está poniendo techo a los aumentos salariales en paritarias. Las paritarias son mayormente privadas y existen nuevamente en la Argentina gracias a que este gobierno tuvo como una política central en materia salarial reflotar las paritarias libres entre representantes de empresarios y trabajadores», afirmó ayer el ministro de Economía en declaraciones a la radio Nacional Rock.
Consultado acerca de si era cierto que la presidenta Cristina Kirchner les pidió a los directivos de la UIA limitar aumentos salariales en la reunión que mantuvieron el viernes pasado, el ministro planteó: «Creo que es una mala interpretación de algunas cuestiones que se discutieron» en el encuentro realizado en la residencia de Olivos. «Lo que dijo la Presidenta es que si algún sector en lugar de discutir las paritarias sobre la base de sus propias posibilidades decide dar aumentos altísimos, que está en su derecho, les dijo: bueno, háganlo con responsabilidad sobre la base de su propia rentabilidad, no vengan después a pedirle al Gobierno que tome medidas para convalidar aumentos que no están en posibilidad de dar», señaló el ministro.
Kicillof además destacó que el frente cambiario «está bastante estabilizado» y dijo que «no habría que tener sobresaltos en las reservas, excepto que experimentemos corridas cambiarias». Dio como argumentos que se espera una «muy buena cosecha», una «perspectiva fuerte» para las exportaciones y que los servicios de deuda por pagarse este año «son reducidos».
Para el ministro, «hay un fetichismo» con el tema de las reservas, e indicó que hoy rondan los 27.000 millones de dólares, lo cual, remarcó, es «tres veces más» que el stock existente en 2001.
«Las reservas en la Argentina están constituidas básicamente por los resultados del comercio exterior y por la compraventa de bienes y servicios con el resto del mundo», explicó, y acotó que se destinan a pagar importaciones y obligaciones de deuda pública.
Como es habitual en sus presentaciones, el ministro también aprovechó la entrevista para acusar a economistas y medios de prensa «opositores» de haber orquestado una campaña para crear «pánico» y sensación de apocalipsis.
«Muchas veces en la Argentina hemos experimentado problemas económicos graves, no como lo que pasa actualmente, que no lo es. Hay por supuesto desafíos, dificultades, necesidades de avanzar en determinadas direcciones», planteó.
Por eso, dijo, «cuando hablan de Rodrigazo, de 2001, los economistas opositores más que estar analizando la realidad o la situación actual yo los veo mostrando su propio deseo de que eso ocurra para que el Gobierno esté en problemas».
«Nos tienen un poco acostumbrados a esto de generar sensación de catástrofe económica los diarios y economistas opositores, y la oposición», se quejó Kicillof.
El ministro subrayó que «en la última semana de enero y la primera de febrero buena parte de los consultores económicos y periodistas de canales opositores vaticinaron que faltaban pocos días para la hecatombe, que iba a haber crisis cambiaria, que el dólar oficial se iba a ir a 20 pesos y el paralelo, a 30 pesos. Como eso no ocurrió, misteriosamente, en lugar de seguir opinando o hacer una pequeña autocrítica de las mentiras que dijeron, lo que hicieron fue meter violín en bolsa y esperar la próxima ocasión para hacer sonar la trompeta del apocalipsis».
Según su visión, por eso los diarios dejaron de concentrarse en hablar de la economía por unos días «para dedicarse a la cuestión del narcotráfico». .
«El Gobierno no está poniendo techo a los aumentos salariales en paritarias. Las paritarias son mayormente privadas y existen nuevamente en la Argentina gracias a que este gobierno tuvo como una política central en materia salarial reflotar las paritarias libres entre representantes de empresarios y trabajadores», afirmó ayer el ministro de Economía en declaraciones a la radio Nacional Rock.
Consultado acerca de si era cierto que la presidenta Cristina Kirchner les pidió a los directivos de la UIA limitar aumentos salariales en la reunión que mantuvieron el viernes pasado, el ministro planteó: «Creo que es una mala interpretación de algunas cuestiones que se discutieron» en el encuentro realizado en la residencia de Olivos. «Lo que dijo la Presidenta es que si algún sector en lugar de discutir las paritarias sobre la base de sus propias posibilidades decide dar aumentos altísimos, que está en su derecho, les dijo: bueno, háganlo con responsabilidad sobre la base de su propia rentabilidad, no vengan después a pedirle al Gobierno que tome medidas para convalidar aumentos que no están en posibilidad de dar», señaló el ministro.
Kicillof además destacó que el frente cambiario «está bastante estabilizado» y dijo que «no habría que tener sobresaltos en las reservas, excepto que experimentemos corridas cambiarias». Dio como argumentos que se espera una «muy buena cosecha», una «perspectiva fuerte» para las exportaciones y que los servicios de deuda por pagarse este año «son reducidos».
Para el ministro, «hay un fetichismo» con el tema de las reservas, e indicó que hoy rondan los 27.000 millones de dólares, lo cual, remarcó, es «tres veces más» que el stock existente en 2001.
«Las reservas en la Argentina están constituidas básicamente por los resultados del comercio exterior y por la compraventa de bienes y servicios con el resto del mundo», explicó, y acotó que se destinan a pagar importaciones y obligaciones de deuda pública.
Como es habitual en sus presentaciones, el ministro también aprovechó la entrevista para acusar a economistas y medios de prensa «opositores» de haber orquestado una campaña para crear «pánico» y sensación de apocalipsis.
«Muchas veces en la Argentina hemos experimentado problemas económicos graves, no como lo que pasa actualmente, que no lo es. Hay por supuesto desafíos, dificultades, necesidades de avanzar en determinadas direcciones», planteó.
Por eso, dijo, «cuando hablan de Rodrigazo, de 2001, los economistas opositores más que estar analizando la realidad o la situación actual yo los veo mostrando su propio deseo de que eso ocurra para que el Gobierno esté en problemas».
«Nos tienen un poco acostumbrados a esto de generar sensación de catástrofe económica los diarios y economistas opositores, y la oposición», se quejó Kicillof.
El ministro subrayó que «en la última semana de enero y la primera de febrero buena parte de los consultores económicos y periodistas de canales opositores vaticinaron que faltaban pocos días para la hecatombe, que iba a haber crisis cambiaria, que el dólar oficial se iba a ir a 20 pesos y el paralelo, a 30 pesos. Como eso no ocurrió, misteriosamente, en lugar de seguir opinando o hacer una pequeña autocrítica de las mentiras que dijeron, lo que hicieron fue meter violín en bolsa y esperar la próxima ocasión para hacer sonar la trompeta del apocalipsis».
Según su visión, por eso los diarios dejaron de concentrarse en hablar de la economía por unos días «para dedicarse a la cuestión del narcotráfico». .
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