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31 de marzo de 2014, Buenos Aires: Durante el acto central en la Casa Rosada, se presentó el plan Recuperar Inclusión que contempla la construcción de 150 Casas Educativas Terapéuticas (CETs) y Centros de Prevención Locales de Adicciones (CEPLAs) con una inversión total de 1.993 millones de pesos.Además, se firmaron convenios para que tres universidades nacionales, la de Quilmes, la de Avellaneda y la de San Martín, funden colegios de excelencia en sus respectivas jurisdicciones de los niveles del Nacional Buenos Aires o el «Carlos Pellegrini», entre otros.En su discurso, luego de mantener videoconferencias con Catamarca y con Tucumán, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner afirmó que la «inclusión es para todos, no solo para los pobres, sino también para los científicos, para los comerciantes, para los trabajadores, para que tengan más y mejores empleos, y para los empresarios, a los que protegemos para que se desarrolle la industria nacional para todos los argentinos».»No hay un solo instrumento ni una sola vía para borrar un problema de tanta complejidad» como la drogadicción, dijo luego la Presidenta al hablar a militantes desde uno de los balcones internos de la Casa Rosada.La Presidenta sostuvo que las políticas de inclusión que lleva adelante su gobierno busca «no dejar a nadie en la periferia» porque «el que se siente en la periferia, que siente que la sociedad le ha soltado la mano, cuando mayor es el grado de exclusión, es mayor la violencia entre los argentinos, y eso es lo que queremos evitar».Sostuvo que «no hay mejor recetas, mejor antídoto contra la violencia que lograr que mucha gente se sienta incluida», porque -al recordar que una vez dijo que «no se puede pedir que el que siente que su vida no vale dos pesos, sienta que la vida de los demás valga más de dos pesos»-, afirmó que por ello «necesitamos miradas y voces que traigan tranquilidad; no voces que traigan deseos de venganza, deseos de enfrentamiento, deseo de odio, porque eso es malo».Recordó la «Noche de los Cristales Rotos», símbolo del inicio de la persecución de los nazis contra los judíos, y pidió que «por favor, dejemos de lado todas las voces que convoquen a Noches de los Cristales: no queremos ninguna Noche de los Cristales en Argentina, queremos y necesitamos que cada uno, desde su lugar, llame a la paz, a la concordia, a la inclusión, y que si alguien se equivocó, trate de tomarlo, de traerlo para adelante, pero nunca» intente venganzas porque «todo lo que sea generar violencia, siempre engendra más violencia y ésta se espiraliza».Consideró que todos los argentinos «entendamos, y recordando al gran demócrata que fue Raúl Alfonsín, que siempre hay que arreglar las cosas por las buenas, nunca por las malas».
31 de marzo de 2014, Buenos Aires: Durante el acto central en la Casa Rosada, se presentó el plan Recuperar Inclusión que contempla la construcción de 150 Casas Educativas Terapéuticas (CETs) y Centros de Prevención Locales de Adicciones (CEPLAs) con una inversión total de 1.993 millones de pesos.Además, se firmaron convenios para que tres universidades nacionales, la de Quilmes, la de Avellaneda y la de San Martín, funden colegios de excelencia en sus respectivas jurisdicciones de los niveles del Nacional Buenos Aires o el «Carlos Pellegrini», entre otros.En su discurso, luego de mantener videoconferencias con Catamarca y con Tucumán, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner afirmó que la «inclusión es para todos, no solo para los pobres, sino también para los científicos, para los comerciantes, para los trabajadores, para que tengan más y mejores empleos, y para los empresarios, a los que protegemos para que se desarrolle la industria nacional para todos los argentinos».»No hay un solo instrumento ni una sola vía para borrar un problema de tanta complejidad» como la drogadicción, dijo luego la Presidenta al hablar a militantes desde uno de los balcones internos de la Casa Rosada.La Presidenta sostuvo que las políticas de inclusión que lleva adelante su gobierno busca «no dejar a nadie en la periferia» porque «el que se siente en la periferia, que siente que la sociedad le ha soltado la mano, cuando mayor es el grado de exclusión, es mayor la violencia entre los argentinos, y eso es lo que queremos evitar».Sostuvo que «no hay mejor recetas, mejor antídoto contra la violencia que lograr que mucha gente se sienta incluida», porque -al recordar que una vez dijo que «no se puede pedir que el que siente que su vida no vale dos pesos, sienta que la vida de los demás valga más de dos pesos»-, afirmó que por ello «necesitamos miradas y voces que traigan tranquilidad; no voces que traigan deseos de venganza, deseos de enfrentamiento, deseo de odio, porque eso es malo».Recordó la «Noche de los Cristales Rotos», símbolo del inicio de la persecución de los nazis contra los judíos, y pidió que «por favor, dejemos de lado todas las voces que convoquen a Noches de los Cristales: no queremos ninguna Noche de los Cristales en Argentina, queremos y necesitamos que cada uno, desde su lugar, llame a la paz, a la concordia, a la inclusión, y que si alguien se equivocó, trate de tomarlo, de traerlo para adelante, pero nunca» intente venganzas porque «todo lo que sea generar violencia, siempre engendra más violencia y ésta se espiraliza».Consideró que todos los argentinos «entendamos, y recordando al gran demócrata que fue Raúl Alfonsín, que siempre hay que arreglar las cosas por las buenas, nunca por las malas».