Casi sin referentes del kirchnerismo, la cena anual del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) le dio el marco ideal a los dirigentes presidenciables para coquetear y jugar con la idea de futuras alianzas. El lunes a la noche, en el Hotel Hilton, el titular del Frente Renovador, Sergio Massa, se mostró por segunda vez en el día con el gobernador de Córdoba, José De la Sota, tras reunirse en esa provincia. También hubo largas charlas entre dirigentes del PRO y de UNEN con la promesa de futuros encuentros.
En la cena, que reunió a más de mil políticos, banqueros, empresarios y periodistas, el más aplaudido a la hora de las presentaciones fue el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, por encima del representante de la Casa Rosada, el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao. El recibimiento fue más tibio para los gobernadores oficialistas de Salta, Juan Manuel Urtubey, y de Mendoza, Francisco Paco Pérez; y para los opositores como el santafesino Antonio Bonfatti y su par cordobés, José Manuel de la Sota. La misma suerte corrieron el titular de la UCR, Ernesto Sanz; del socialismo, Hermes Binner; y al diputado del FpV, Martín Insaurralde.
El gobernador bonaerense Daniel Scioli faltó a la cita, tras ocupar el centro de la escena política con su flamante plan de seguridad. En cambio, el ex intendente de Tigre, Sergio Massa, fue el último en llegar y se mostró con De la Sota, lo que aumentó las versiones sobre un posible acuerdo para que se presenten por fuera del peronismo oficialista en 2015. Massa también dialogó con el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna. También se vio muy activo al ministro de Gobierno porteño, Emilio Monzó, junto al ex precandidato a senador porteño de UNEN, Alfonso Prat-Gay; así como también con el diputado de la Coalición Cívica, Fernando Sánchez, del círculo de Elisa Carrió (quien faltó a la cena). En los pasillos, se comentó que el PRO impulsa un acuerdo con UNEN, pese a la negativa del socialismo.
Al igual que en las últimas cenas, hubo pocos referentes de la Casa Rosada. A Barañao, se sumó el subsecretario General de la Presidencia Gustavo López.
El que atrajo las miradas de los empresarios fue el titular del gremio de docentes Suteba, Roberto Baradel, quien lideró un paro de 18 días en la Provincia. El director de Techint, Luis Betnaza, miró sonriente el apretón de manos entre el sindicalista y el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez. Apenas cruzaron palabras. En otra punta, los peronistas disidentes como Francisco de Narváez y el cordobes Juan Schiaretti mantuvieron una larga charla.
La UCR tuvo la comitiva más amplia con Sanz, Ricardo Alfonsín y Gerardo Morales a la cabeza. A la hora de los discursos, el director de Cippec, Fernando Straface, pidió a la dirigencia política más diálogo y caracterizó al desarrollo como un proceso de acumulación progresiva y sincronicada de capitalización institucional, crecimiento económico y expansión de la equidad.
En la cena, que reunió a más de mil políticos, banqueros, empresarios y periodistas, el más aplaudido a la hora de las presentaciones fue el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, por encima del representante de la Casa Rosada, el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao. El recibimiento fue más tibio para los gobernadores oficialistas de Salta, Juan Manuel Urtubey, y de Mendoza, Francisco Paco Pérez; y para los opositores como el santafesino Antonio Bonfatti y su par cordobés, José Manuel de la Sota. La misma suerte corrieron el titular de la UCR, Ernesto Sanz; del socialismo, Hermes Binner; y al diputado del FpV, Martín Insaurralde.
El gobernador bonaerense Daniel Scioli faltó a la cita, tras ocupar el centro de la escena política con su flamante plan de seguridad. En cambio, el ex intendente de Tigre, Sergio Massa, fue el último en llegar y se mostró con De la Sota, lo que aumentó las versiones sobre un posible acuerdo para que se presenten por fuera del peronismo oficialista en 2015. Massa también dialogó con el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna. También se vio muy activo al ministro de Gobierno porteño, Emilio Monzó, junto al ex precandidato a senador porteño de UNEN, Alfonso Prat-Gay; así como también con el diputado de la Coalición Cívica, Fernando Sánchez, del círculo de Elisa Carrió (quien faltó a la cena). En los pasillos, se comentó que el PRO impulsa un acuerdo con UNEN, pese a la negativa del socialismo.
Al igual que en las últimas cenas, hubo pocos referentes de la Casa Rosada. A Barañao, se sumó el subsecretario General de la Presidencia Gustavo López.
El que atrajo las miradas de los empresarios fue el titular del gremio de docentes Suteba, Roberto Baradel, quien lideró un paro de 18 días en la Provincia. El director de Techint, Luis Betnaza, miró sonriente el apretón de manos entre el sindicalista y el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez. Apenas cruzaron palabras. En otra punta, los peronistas disidentes como Francisco de Narváez y el cordobes Juan Schiaretti mantuvieron una larga charla.
La UCR tuvo la comitiva más amplia con Sanz, Ricardo Alfonsín y Gerardo Morales a la cabeza. A la hora de los discursos, el director de Cippec, Fernando Straface, pidió a la dirigencia política más diálogo y caracterizó al desarrollo como un proceso de acumulación progresiva y sincronicada de capitalización institucional, crecimiento económico y expansión de la equidad.