La receta ortodoxa del Fondo Monetario

En el tradicional informe semestral sobre las perspectivas económicas mundiales, el FMI propone un ajuste ordenado de la economía argentina. Cuestiona las políticas expansivas de crecimiento e inclusión social. Comparación con Venezuela.
La actividad económica local crecerá 0,5 por ciento este año, al tiempo que avanzará 1,0 por ciento en 2015. Así lo estimó ayer el Fondo Monetario Internacional, en su publicación semestral acerca de las perspectivas para la economía mundial. Desplegando toda la batería de ideas ortodoxas, para confirmar lo poco que ha cambiado el Fondo pese al fracaso de sus recetas, el documento criticó las políticas de impulso a la demanda interna con distribución del ingreso de los últimos años. Apuntó que generaron distorsiones inflacionarias y caída de las reservas internacionales, mientras que mencionó que la estrategia del Gobierno para moderar estas tensiones a través de controles de precios, del mercado cambiario y del comercio exterior no fue eficiente. Afirmó que el país tiene dificultades para acceder al financimiento externo y que se debe avanzar en un ajuste ordenado. A su vez, el organismo computó que en 2013 Argentina creció 4,3 por ciento, para lo que se emplearon datos del Indec con la metodología de medición ya abandonada del año base 1993. El informe también comparó la situación local con la de la economía venezolana.
El documento del FMI aseguró que la economía mundial empieza a mostrar signos de recuperación. Estimó que el crecimiento de la actividad global fue del 3 por ciento el año pasado, al tiempo que ascenderá a 3,6 este año y a 3,9 durante 2015. La entidad precisó que la mejor situación de las potencias maduras potenció este desempeño. En las economías avanzadas, el crecimiento promedio para 2014-2015 será de 2,25 por ciento, un punto porcentual más respecto del dato de 2013. Los principales factores detrás de ese cambio son la aplicación de políticas fiscales menos restrictivas y la decisión de mantener condiciones monetarias sumamente acomodaticias. El crecimiento más fuerte se registrará en Estados Unidos y rondará el 2,75 por ciento, marcó el informe.
A diferencia de este desempeño, el FMI mencionó que la perspectiva de corto plazo para Argentina es desfavorable. Se prevé que la actividad en Argentina se desacelerará marcadamente en 2014, indicó el organismo, que en la última década acumuló año a año fallidos en los pronósticos de crecimiento del país. Agregó que las políticas macroeconómicas que han sido continuamente expansivas han dado lugar a un alto nivel de inflación y a una disminución de las reservas oficiales de divisas. La brecha entre el tipo de cambio oficial y el de mercado sigue siendo amplia. Las medidas administrativas para gestionar los desequilibrios internos y externos, entre ellas los controles de los precios, los tipos de cambio y el comercio, están refrenando aún más la confianza y la actividad.
La entidad comparó este panorama local con el de la economía de Venezuela, asociando las distorsiones de precios y las dificultades cambiarias con el desmanejo de la política del sector público. En el informe no se relaciona la baja de reservas señalada con la política de desendeudamiento del Estado nacional, por la cual se vienen cancelando compromisos con acreedores privados y organismos de crédito desde 2010 con divisas en manos de la autoridad monetaria.
Además de criticar el uso de herramientas heterodoxas (no convencionales) para impulsar la economía, moderar las tensiones inflacionarios y recuperar margen de maniobra en el frente externo, el Fondo dio recomendaciones a través de su documento semestral respecto de cómo debería actuar el equipo económico. Recientemente, se ajustó el tipo de cambio y se elevaron las tasas de interés, pero se precisan modificaciones más importantes de las políticas para evitar un ajuste desordenado. Las recomendaciones históricas del organismo para atacar tensiones macroeconómicas se concentraron en la contracción del gasto público, con el objetivo de reducir el peso del Estado. La consecuencia fue el retroceso de la distribución de los ingresos (por el congelamiento de jubilaciones y pensiones), la disminución de remuneraciones de empleados públicos y el recorte de la transferencia de recursos (asignaciones) hacia sectores vulnerables de la población.
En cuanto a las estadísticas del Indec, el Fondo precisó que utilizó datos oficiales para calcular el crecimiento de la actividad del 4,3 por ciento del 2013. La metodología empleada fue la del año base 1993, una serie que se discontinuó el mes pasado, cuando el Gobierno anunció la actualización de la base a 2004. Esta nueva medición computó un crecimiento preliminar de 3 por ciento para 2013, al tiempo que en septiembre se conocerá el dato definitivo.

Acerca de Napule

es Antonio Cicioni, politólogo y agnotólogo, hincha de Platense y adicto en recuperación a la pizza porteña.

Ver todas las entradas de Napule →

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *