Por Ernesto Gallegos
El periodista Gustavo Sierra utilizó en el día de ayer su espacio en el diario Clarín para plantear su tesis denominada “La riqueza de Vaca Muerta: ¿Seguiremos el modelo de Noruega o el de Nigeria?”. La posibilidad de acercarnos en algo a la rica nación nórdica o al sufrido país africano despierta naturalmente esperanzas y preocupaciones entre los argentinos.
Ante todo es importante destacar, y es muy bienvenido, que se corra el eje de la discusión desde el “No al fracking” sin argumentos a un nivel más elevado de la discusión, centrado en el modelo de desarrollo de Vaca Muerta y en el papel de YPF y del Estado Nacional en cada paso de su avance.
La petrolera noruega, Statoil, es una empresa mixta (como lo es hoy YPF, con accionistas privados y presencia del Estado), fundada en 1972 y que cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York (también al igual que YPF). Dentro de los “players” petroleros a nivel mundial se destaca no sólo por ser uno de los mayores productores de gas y petróleo en el mundo, sino por ser la mayor petrolera con participación estatal, y por su célebre “fondo de pensiones gubernamentales”. Este fondo soberano, creado en 1990 y que en 2014 asciende a unos 607 millones de euros (un 1% de la capitalización bursátil mundial se encuentra en manos del fondo, que representa un 183% del PBI del país), fondos que garantizan junto a una serie de impuestos y costos en derechos de explotación una forma de financiar al Estado Noruego no sólo para el desarrollo de políticas públicas en la actualidad sino preparase incluso para una era en la que se agoten las reservas de hidrocarburos.
Nigeria, por otro lado, es el mayor productor de petróleo del continente africano y esta industria representa el centro de su economía. Fue el undécimo y último país en incorporarse como miembro a la OPEC en 1971. La participación del gobierno federal de Nigeria en la industria del petróleo en su país es a través de la Nigerian National Petroleum Corporation que regula la actividad de las empresas extranjeras, y sus ingresos representan un 76% de los ingresos totales del Estado. Como se ha destacado por parte de observadores internacionales, los salarios de los funcionarios encargados de tareas importantes como control de las empresas extranjeras son “demasiado bajos para prevenir la corrupción”. Nigeria es una ex colonia británica a la que le fue concedida su independencia recién en 1960. La década del 60 marco el inicio de la producción de petróleo en el país (que antes se dedicaba casi exclusivamente a la agricultura), y el comienzo también de un derrotero instuticional traumático, marcado por los golpes de estado. Nigeria sufrió de períodos muy sangrientos que incluyeron el genocidio étnico de parte de su población. El último régimen liderado por el general Sani Abacha finalizó en 1998, y desde entonces se sucede un proceso democrático marcado por las irregularidades que incluyen elelecciones con serias irregularidades y violencia.
Es importante repasar rápidamente, sobre todo la historia de Nigeria, cuando se lee una comparación como la que hace Sierra. Vaca Muerta está en Argentina: un país con más de 30 años de democracia ininterrumpida, que representa sanamente la realidad de una región sudaméricana en alza, con gobiernos pacíficos, democráticos, desarrollistas, interesados en participar de la economía global como mucho más que meros exportadores de materias primas. Vaca Muerta está siendo explorada y explotada por una diversidad de empresas internacionales, pero sobre todo por una empresa argentina que es YPF: dedicada a extraer petróleo y gas en nuestro país hace más de un siglo, con una larga tradición estatal y con un nuevo capítulo de gestión mixta iniciado hace apenas dos años, en los que la nueva administración se ha dedicado a invertir y atraer inversión extranjera para explotar uno de los yacimientos no-convencionales más grandes del mundo.
Entonces, ¿Seguiremos el modelo de Noruega o el de Nigeria?. La única verdad es la realidad y la realidad indica que iniciamos y seguiremos un nuevo modelo: El modelo argentino. El modelo que se inició hace más de dos años con la decisión política de recuperar el 51% del paquete accionario de YPF por parte del Estado Nacional; el modelo que incorporó a la figura de Miguel Galuccio como CEO de la empresa más grande de nuestro país y puso en sus manos la profesionalizada gestión en la que se depositan nuestras expectativas de Independencia Energética; el modelo de pagar el 100% de las acciones expropiadas a Repsol; el modelo de la intensa inversión en Vaca Muerta y de las intensas también gestiones para traer inversiones de todo el mundo que acompañen su desarrollo. El propio Miguel Galluccio ha declarado que el modelo de Statoil se encuentra en su más alta estima y que tiene mucho para imitar en una empresa como YPF y en un país el nuestro (lo que podría incluir la participación de la empresa noruega en Vaca Muerta), pero aun así es imposible importar una realidad que poco tiene que ver con nuestro país, YPF es argentina y el modelo que seguirá para para la producción y el desarrollo de Vaca Muerta que en el futuro podrá transformar la economía de todo un país será también un modelo argentino. Tomando lo mejor de los casos de éxito a nivel mundial, evitando errores del pasado cometidos por la misma YPF como por empresas en todo el mundo, de la mano de una gestión profundamente profesionalizada y con el único objetivo en mente de alcanzar la Independencia Energética para nuestro país.
*Geólogo y docente de la UBA (@berenjenal)
El periodista Gustavo Sierra utilizó en el día de ayer su espacio en el diario Clarín para plantear su tesis denominada “La riqueza de Vaca Muerta: ¿Seguiremos el modelo de Noruega o el de Nigeria?”. La posibilidad de acercarnos en algo a la rica nación nórdica o al sufrido país africano despierta naturalmente esperanzas y preocupaciones entre los argentinos.
Ante todo es importante destacar, y es muy bienvenido, que se corra el eje de la discusión desde el “No al fracking” sin argumentos a un nivel más elevado de la discusión, centrado en el modelo de desarrollo de Vaca Muerta y en el papel de YPF y del Estado Nacional en cada paso de su avance.
La petrolera noruega, Statoil, es una empresa mixta (como lo es hoy YPF, con accionistas privados y presencia del Estado), fundada en 1972 y que cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York (también al igual que YPF). Dentro de los “players” petroleros a nivel mundial se destaca no sólo por ser uno de los mayores productores de gas y petróleo en el mundo, sino por ser la mayor petrolera con participación estatal, y por su célebre “fondo de pensiones gubernamentales”. Este fondo soberano, creado en 1990 y que en 2014 asciende a unos 607 millones de euros (un 1% de la capitalización bursátil mundial se encuentra en manos del fondo, que representa un 183% del PBI del país), fondos que garantizan junto a una serie de impuestos y costos en derechos de explotación una forma de financiar al Estado Noruego no sólo para el desarrollo de políticas públicas en la actualidad sino preparase incluso para una era en la que se agoten las reservas de hidrocarburos.
Nigeria, por otro lado, es el mayor productor de petróleo del continente africano y esta industria representa el centro de su economía. Fue el undécimo y último país en incorporarse como miembro a la OPEC en 1971. La participación del gobierno federal de Nigeria en la industria del petróleo en su país es a través de la Nigerian National Petroleum Corporation que regula la actividad de las empresas extranjeras, y sus ingresos representan un 76% de los ingresos totales del Estado. Como se ha destacado por parte de observadores internacionales, los salarios de los funcionarios encargados de tareas importantes como control de las empresas extranjeras son “demasiado bajos para prevenir la corrupción”. Nigeria es una ex colonia británica a la que le fue concedida su independencia recién en 1960. La década del 60 marco el inicio de la producción de petróleo en el país (que antes se dedicaba casi exclusivamente a la agricultura), y el comienzo también de un derrotero instuticional traumático, marcado por los golpes de estado. Nigeria sufrió de períodos muy sangrientos que incluyeron el genocidio étnico de parte de su población. El último régimen liderado por el general Sani Abacha finalizó en 1998, y desde entonces se sucede un proceso democrático marcado por las irregularidades que incluyen elelecciones con serias irregularidades y violencia.
Es importante repasar rápidamente, sobre todo la historia de Nigeria, cuando se lee una comparación como la que hace Sierra. Vaca Muerta está en Argentina: un país con más de 30 años de democracia ininterrumpida, que representa sanamente la realidad de una región sudaméricana en alza, con gobiernos pacíficos, democráticos, desarrollistas, interesados en participar de la economía global como mucho más que meros exportadores de materias primas. Vaca Muerta está siendo explorada y explotada por una diversidad de empresas internacionales, pero sobre todo por una empresa argentina que es YPF: dedicada a extraer petróleo y gas en nuestro país hace más de un siglo, con una larga tradición estatal y con un nuevo capítulo de gestión mixta iniciado hace apenas dos años, en los que la nueva administración se ha dedicado a invertir y atraer inversión extranjera para explotar uno de los yacimientos no-convencionales más grandes del mundo.
Entonces, ¿Seguiremos el modelo de Noruega o el de Nigeria?. La única verdad es la realidad y la realidad indica que iniciamos y seguiremos un nuevo modelo: El modelo argentino. El modelo que se inició hace más de dos años con la decisión política de recuperar el 51% del paquete accionario de YPF por parte del Estado Nacional; el modelo que incorporó a la figura de Miguel Galuccio como CEO de la empresa más grande de nuestro país y puso en sus manos la profesionalizada gestión en la que se depositan nuestras expectativas de Independencia Energética; el modelo de pagar el 100% de las acciones expropiadas a Repsol; el modelo de la intensa inversión en Vaca Muerta y de las intensas también gestiones para traer inversiones de todo el mundo que acompañen su desarrollo. El propio Miguel Galluccio ha declarado que el modelo de Statoil se encuentra en su más alta estima y que tiene mucho para imitar en una empresa como YPF y en un país el nuestro (lo que podría incluir la participación de la empresa noruega en Vaca Muerta), pero aun así es imposible importar una realidad que poco tiene que ver con nuestro país, YPF es argentina y el modelo que seguirá para para la producción y el desarrollo de Vaca Muerta que en el futuro podrá transformar la economía de todo un país será también un modelo argentino. Tomando lo mejor de los casos de éxito a nivel mundial, evitando errores del pasado cometidos por la misma YPF como por empresas en todo el mundo, de la mano de una gestión profundamente profesionalizada y con el único objetivo en mente de alcanzar la Independencia Energética para nuestro país.
*Geólogo y docente de la UBA (@berenjenal)
La primera cuestión imprescindible es alcanzar el autoabastecimiento energético, para terminar con la importación de hidrocarburos y el déficit comercial. Por geografía deberíamos ser los proveedores naturales de Uruguay y Chile. YPF tambien tendría que impulsar y promover la fabricación local de insumos para la industria petrolera local y de la región.