Por Marc Frank
LA HABANA (Reuters) – Cuba y los países acreedores del Club de París están trabajando para reanudar las negociaciones en torno a una deuda de miles de millones de dólares, en otra señal de que el Gobierno comunista está interesado en reinsertarse en la economía global.
Una delegación del Club de París viajó discretamente a Cuba fines del año pasado para reunirse con funcionarios de bancos de la isla, que los recibieron con varias propuestas y parecían ansiosos de llegar a acuerdos, según diplomáticos occidentales.
Una ronda de negociaciones anteriores fue interrumpida en el 2000 y continúan existiendo obstáculos para su reactivación, dijeron los diplomáticos, que pidieron no ser identificados por no estar autorizados a hablar sobre el tema.
Las fuentes dijeron que Cuba debe, por ejemplo, mostrar sus cuentas a los acreedores, algo a lo que hasta ahora se resistió. Cuba considera su nivel de reservas de divisas un secreto de Estado. Los últimos datos sobre su cuenta corriente y su deuda externa son del 2010.
Sin embargo, los diplomáticos interpretaron la disposición de Cuba a dialogar como una señal de que puede estar preparada para jugar en base a las reglas de las finanzas internacionales.
Aunque todavía lejano, un eventual acuerdo con el Club de París reduciría significativamente la deuda de Cuba, mejoraría su reputación en los mercados financieros y permitiría a la isla emitir nuevos títulos de deuda.
En la más reciente de las reformas de mercado promovidas por el presidente Raúl Castro, Cuba aprobó recientemente una ley de inversión extranjera con la que espera atraer miles de millones de dólares.
También emprendió una reforma monetaria que buscará eliminar el actual sistema de doble moneda, otro obstáculo a la inversión extranjera. Y está además por comenzar discusiones para relanzar sus relaciones con la Unión Europea.
«Lo positivo es que en los últimos tres años Cuba ha estado más o menos reestructurando y cumpliendo sus obligaciones de deuda», dijo un diplomático occidental. «Lo negativo es que piensan que eso es suficiente y no entienden que hay que conocer la capacidad financiera para alcanzar cualquier acuerdo».
Durante los últimos tres años, Cuba reestructuró sus deudas comerciales con China, Japón, México y Rusia, logrando recortes sustanciales de lo que debe a cambio de por planes de pagos que puede cumplir.
El Club de París es un grupo informal de 19 acreedores ricos que incluye a Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Irlanda, Italia, Japón, Noruega, Rusia, Suecia y Suiza.
El Club tiene un grupo de trabajo especial sobre Cuba, que excluye a Estados Unidos. Según diplomáticos, ese grupo podría no exigir el habitual prerrequisito de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y ser más creativo en la búsqueda de soluciones para la deuda cubana.
CANJES DE DEUDA
En la reunión del año pasado en La Habana, Cuba expresó interés en una fórmula que incluiría la condonación de parte de su deuda, el pago de otra parte en 10 años y el canje del resto por participaciones en empresas estatales, dijeron diplomáticos.
«Si uno ve los nuevos incentivos a la inversión extranjera puestas en marcha este año, parece más posible algún tipo de canje de la deuda», dijo una de las fuentes.
Cuba reportó por última vez una deuda extranjera «activa», acumulada tras declarar una cesación de pagos a finales de la década de 1980, de 13.600 millones de dólares en 2010.
El Gobierno ya no informa su deuda «pasiva», o acumulada antes del incumplimiento de pagos. Economistas calculan que ronda los 8.000 millones.
Según las cuentas del Club de París, Cuba debía unos 35.500 millones de dólares a sus miembros al cierre del 2012, pero más de 20.000 millones corresponden a una vieja deuda en rublos de la era soviética, un 90 por ciento de la cual fue condonada por Rusia en el 2013.
Cuba dice que esas cifras están infladas, por lo que uno de los objetivos de las conversaciones con el Club de París sería determinar el monto de la deuda.
La cifra informada por el Club de París excluye los datos de los últimos intereses y cargos por servicios. Tampoco considera la deuda con los acreedores privados y otros países como China, Brasil y Venezuela.
Para que Cuba acepte un trato sería necesaria la condonación de una parte significativa de la deuda, dijo Richard Feinberg, un analista del Brookings Institution de Washington y autor de varios estudios sobre la necesidad de Cuba de unirse a la comunidad financiera internacional.
«Además está el difícil tema de la falta de transparencia. Para que los acreedores del Club de París puedan tener un poco de confianza en la capacidad de pago, deberían conocer más sobre la balanza de pagos presente y proyectada de Cuba, incluyendo las reservas actuales», dijo.
«Normalmente todas estas cuestiones son resueltas por el FMI, lo que facilita el acuerdo con un paquete de liquidez. Cuba no es miembro del FMI y no veo otro candidato dispuesto o capaz de actuar como un sustituto del FMI», agregó
Castro, que reemplazó a su convaleciente hermano Fidel en el 2008, ha reducido drásticamente las importaciones y recortó las nóminas y subsidios estatales, en un intento por poner en orden las finanzas del gobierno.
En el 2011, el gobernante Partido Comunista aprobó un plan de reformas económicas para mejorar la credibilidad financiera de Cuba y observar estrictamente sus compromisos, acelerando la reprogramación de la deuda externa así como la implementación de estrategias «flexibles» para el repago de la deuda.
(Reporte de Marc Frank; Traducido por Nelson Acosta y Rosa Tania Valdés)
Reuters
LA HABANA (Reuters) – Cuba y los países acreedores del Club de París están trabajando para reanudar las negociaciones en torno a una deuda de miles de millones de dólares, en otra señal de que el Gobierno comunista está interesado en reinsertarse en la economía global.
Una delegación del Club de París viajó discretamente a Cuba fines del año pasado para reunirse con funcionarios de bancos de la isla, que los recibieron con varias propuestas y parecían ansiosos de llegar a acuerdos, según diplomáticos occidentales.
Una ronda de negociaciones anteriores fue interrumpida en el 2000 y continúan existiendo obstáculos para su reactivación, dijeron los diplomáticos, que pidieron no ser identificados por no estar autorizados a hablar sobre el tema.
Las fuentes dijeron que Cuba debe, por ejemplo, mostrar sus cuentas a los acreedores, algo a lo que hasta ahora se resistió. Cuba considera su nivel de reservas de divisas un secreto de Estado. Los últimos datos sobre su cuenta corriente y su deuda externa son del 2010.
Sin embargo, los diplomáticos interpretaron la disposición de Cuba a dialogar como una señal de que puede estar preparada para jugar en base a las reglas de las finanzas internacionales.
Aunque todavía lejano, un eventual acuerdo con el Club de París reduciría significativamente la deuda de Cuba, mejoraría su reputación en los mercados financieros y permitiría a la isla emitir nuevos títulos de deuda.
En la más reciente de las reformas de mercado promovidas por el presidente Raúl Castro, Cuba aprobó recientemente una ley de inversión extranjera con la que espera atraer miles de millones de dólares.
También emprendió una reforma monetaria que buscará eliminar el actual sistema de doble moneda, otro obstáculo a la inversión extranjera. Y está además por comenzar discusiones para relanzar sus relaciones con la Unión Europea.
«Lo positivo es que en los últimos tres años Cuba ha estado más o menos reestructurando y cumpliendo sus obligaciones de deuda», dijo un diplomático occidental. «Lo negativo es que piensan que eso es suficiente y no entienden que hay que conocer la capacidad financiera para alcanzar cualquier acuerdo».
Durante los últimos tres años, Cuba reestructuró sus deudas comerciales con China, Japón, México y Rusia, logrando recortes sustanciales de lo que debe a cambio de por planes de pagos que puede cumplir.
El Club de París es un grupo informal de 19 acreedores ricos que incluye a Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Irlanda, Italia, Japón, Noruega, Rusia, Suecia y Suiza.
El Club tiene un grupo de trabajo especial sobre Cuba, que excluye a Estados Unidos. Según diplomáticos, ese grupo podría no exigir el habitual prerrequisito de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y ser más creativo en la búsqueda de soluciones para la deuda cubana.
CANJES DE DEUDA
En la reunión del año pasado en La Habana, Cuba expresó interés en una fórmula que incluiría la condonación de parte de su deuda, el pago de otra parte en 10 años y el canje del resto por participaciones en empresas estatales, dijeron diplomáticos.
«Si uno ve los nuevos incentivos a la inversión extranjera puestas en marcha este año, parece más posible algún tipo de canje de la deuda», dijo una de las fuentes.
Cuba reportó por última vez una deuda extranjera «activa», acumulada tras declarar una cesación de pagos a finales de la década de 1980, de 13.600 millones de dólares en 2010.
El Gobierno ya no informa su deuda «pasiva», o acumulada antes del incumplimiento de pagos. Economistas calculan que ronda los 8.000 millones.
Según las cuentas del Club de París, Cuba debía unos 35.500 millones de dólares a sus miembros al cierre del 2012, pero más de 20.000 millones corresponden a una vieja deuda en rublos de la era soviética, un 90 por ciento de la cual fue condonada por Rusia en el 2013.
Cuba dice que esas cifras están infladas, por lo que uno de los objetivos de las conversaciones con el Club de París sería determinar el monto de la deuda.
La cifra informada por el Club de París excluye los datos de los últimos intereses y cargos por servicios. Tampoco considera la deuda con los acreedores privados y otros países como China, Brasil y Venezuela.
Para que Cuba acepte un trato sería necesaria la condonación de una parte significativa de la deuda, dijo Richard Feinberg, un analista del Brookings Institution de Washington y autor de varios estudios sobre la necesidad de Cuba de unirse a la comunidad financiera internacional.
«Además está el difícil tema de la falta de transparencia. Para que los acreedores del Club de París puedan tener un poco de confianza en la capacidad de pago, deberían conocer más sobre la balanza de pagos presente y proyectada de Cuba, incluyendo las reservas actuales», dijo.
«Normalmente todas estas cuestiones son resueltas por el FMI, lo que facilita el acuerdo con un paquete de liquidez. Cuba no es miembro del FMI y no veo otro candidato dispuesto o capaz de actuar como un sustituto del FMI», agregó
Castro, que reemplazó a su convaleciente hermano Fidel en el 2008, ha reducido drásticamente las importaciones y recortó las nóminas y subsidios estatales, en un intento por poner en orden las finanzas del gobierno.
En el 2011, el gobernante Partido Comunista aprobó un plan de reformas económicas para mejorar la credibilidad financiera de Cuba y observar estrictamente sus compromisos, acelerando la reprogramación de la deuda externa así como la implementación de estrategias «flexibles» para el repago de la deuda.
(Reporte de Marc Frank; Traducido por Nelson Acosta y Rosa Tania Valdés)
Reuters
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