Los usuarios dicen estar conformes con los nuevos coches de la línea San Martín, pero deben aguardar los trenes en riesgosos andenes de madera; el Roca tiene su servicio VIP a La Plata
Jueves. Son las 17.30 en la estación Pacífico de la línea San Martín. Cientos de personas aguardan sobre un precario anden que una de las nuevas formaciones presentadas por la presidenta Cristina Kirchner se detenga para emprender el viaje de regreso a sus hogares.
Aunque la locomotora que avanza a paso lento luce fresca, con los colores blanco y azul relucientes, la imagen no es perfecta .
Los pasajeros esperan que se detenga el tren parados sobre un precario andén construido sobre la base de una estructura de caños tubulares y con una madera de pocos centímetros de espesor a los que se les suma barandas de plástico. La sensación que trasmite la estructura al mirarla es de inseguridad, una palabra muy ligada al servicio ferroviario durante los últimos años.
Mientras avanza la reconversión del sistema ferroviario, política que decidió adoptar el gobierno nacional luego del accidente de Once ocurrido el 22 de febrero de 2012, en el que murieron 52 personas y otras 700 recibieron heridas, se mantienen los baches en el servicio.
En algunas líneas metropolitanas, sin embargo, se potencian los servicios VIP como el que cubre el tramo Constitución-La Plata, lo que motiva a los pasajeros a tener opiniones ambivalentes.
Viajar en el Belgrano Norte no parece ser un problema mayor para los habituales usuarios entre Pilar y Retiro. No obstante, hay algo que preocupa a los pasajeros del tren concesionado por Ferrovías: la falta de puertas automáticas que facilitan los hechos de inseguridad.
«En varias oportunidades vi cómo les arrebataron a las mujeres sus cadenitas y cuando el tren avanzaba, el delincuente se tiraba del andén», contó a LA NACION Diego Portela, de 53 años, mientras aguardaba en la estación Carapachay. A pesar de esto y de que los «coches son viejos», se siente satisfecho. «Comparado con otros trenes, este ferrocarril pertenece a una línea premium», destacó.
Con él coincidió la docente María Laura Carrillo que sumó su preocupación para subir o bajar de las formaciones. «No sólo es cuestión de la inseguridad, ya que se ven muchos arrebatadores que se largan del tren una vez que roban, sino que, a veces, cuando se junta mucha gente porque se retrasó el tren, hay personas que viajan en los estribos y corren riesgo de caerse», razonó ya subida a una de las formaciones.
Para ella, también hay aspectos por destacar: «Salvo que haya un accidente, el tren Belgrano es muy puntal. Nunca llegué tarde al trabajo, cosa que agradezco. Y está muy limpio. En el Roca, que uso cuando voy a visitar a mis familiares de Quilmes, sobra basura en los pasillos».
Servicio premium
Y en el ferrocarril Roca, precisamente, pasaron ya tres meses desde que se inauguró un tren VIP, entre Constitución y La Plata. Hoy, todavía hay pasajeros que lo recorren como si se tratara de un sitio turístico. Es que las características de los vagones que cumplen ese servicio son propias de un ferrocarril que no se conocía en la Argentina.
«Viajo todos los días a Capital desde el primer momento y, sin embargo, no termino de asombrarme ante tanto confort. Sinceramente, nunca imaginé que podía llegar a disfrutar de un tren», dijo Silvina Busetto a LA NACION durante el viaje.
En los vagones sorprende el silencio y la serenidad con la que se desplaza la formación durante los 55 minutos del trayecto inaugurado el 20 de enero pasado. Únicamente con paradas en las estaciones de City Bell y Villa Elisa, el servicio no admite pasajeros de pie y todos deben estar sentados en los 361 asientos. Tampoco está autorizado el ascenso de vendedores ambulantes.
Los cinco vagones disponen de climatización frío/calor. Los asientos, tapizados con pana color azul, son reclinables y además ofrecen, en su respaldo, una pequeña mesa rebatible para apoyar, por ejemplo, notebooks, libros o revistas. También hay tomacorrientes disponibles para cargar celulares o conectar dispositivos electrónicos. Hay cuatro servicios preferenciales de ida y otros tanto de vuelta: 7.33, 9.09, 19.03 y 20.39 desde La Plata hacia Constitución, y 5.58, 7.34, 17.28 y 19.04 de Constitución a La Plata.
Teniendo en cuenta las características de estas formaciones, en evidente contraste con el resto de los trenes que circulan por las vías de la línea General Roca, los usuarios lamentan que no haya más horarios disponibles. Desde Argentren, la empresa que opera el servicio, respondieron a LA NACION que existe un impedimento tecnológico para incrementar la frecuencia del servicio.
Eduardo Montenegro, gerente de Relaciones Institucionales, explicó que «previo a tomar una medida de esa naturaleza será imprescindible llevar adelante la renovación integral del señalamiento» del ferrocarril Roca.
Las dificultades que enumeran los pasajeros del Belgrano Norte y el Roca parecen nimias frente a las habituales quejas de los usuarios del Sarmiento, el de la tragedia de Once y Castelar, por ejemplo.
La línea que corre hacia el oeste del conurbano sigue siendo la que más quejas y falencias suma.
Los pasos a nivel que siguen cortando al medio la ciudad, el largamente prometido proyecto de soterramiento, pero que nunca se inició. Larga lista de reclamos que, hasta el momento, se tradujeron en cámaras colocadas en los puestos de conducción para controlar a los motorman, un recambio de vías y un ambicioso plan para modernizar el sistema de señales para evitar accidentes. El mismo sistema que el Gobierno licitó, pero nunca instaló y que hubiese servido para evitar tragedias como la de Once.
ROCA PREMIUM VS. ROCA COMÚN
Una experiencia muy distinta a la de viajar en el servicio premium ($ 22) del Roca es trasladarse en un tren de los llamados comunes desde Constitución hasta La Plata. Las características de las formaciones se ubican en las antípodas del diferencial y el viaje se realiza en condiciones poco cómodas y confortables. En los comunes ($ 5,75), lo habitual es viajar parado, sobre todo en las horas pico, y es permanente la presencia de vendedores ambulantes que, en medio del ensordecedor sonido del tren que se detiene en 17 estaciones, ofrecen chocolates, ajos, libros infantiles y hasta blísteres de medicamentos.
Piden US$ 250 millones para una nueva planta de basura
El proyecto de inversión fue elaborado por un comité conformado por la Nación, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad
Amenazan con impedir el funcionamiento del tren Roca
Trabajadores de seguridad privada exigen la reincorporación de compañeros despedidos; Infantería intenta contener la protesta
Jueves. Son las 17.30 en la estación Pacífico de la línea San Martín. Cientos de personas aguardan sobre un precario anden que una de las nuevas formaciones presentadas por la presidenta Cristina Kirchner se detenga para emprender el viaje de regreso a sus hogares.
Aunque la locomotora que avanza a paso lento luce fresca, con los colores blanco y azul relucientes, la imagen no es perfecta .
Los pasajeros esperan que se detenga el tren parados sobre un precario andén construido sobre la base de una estructura de caños tubulares y con una madera de pocos centímetros de espesor a los que se les suma barandas de plástico. La sensación que trasmite la estructura al mirarla es de inseguridad, una palabra muy ligada al servicio ferroviario durante los últimos años.
Mientras avanza la reconversión del sistema ferroviario, política que decidió adoptar el gobierno nacional luego del accidente de Once ocurrido el 22 de febrero de 2012, en el que murieron 52 personas y otras 700 recibieron heridas, se mantienen los baches en el servicio.
En algunas líneas metropolitanas, sin embargo, se potencian los servicios VIP como el que cubre el tramo Constitución-La Plata, lo que motiva a los pasajeros a tener opiniones ambivalentes.
Viajar en el Belgrano Norte no parece ser un problema mayor para los habituales usuarios entre Pilar y Retiro. No obstante, hay algo que preocupa a los pasajeros del tren concesionado por Ferrovías: la falta de puertas automáticas que facilitan los hechos de inseguridad.
«En varias oportunidades vi cómo les arrebataron a las mujeres sus cadenitas y cuando el tren avanzaba, el delincuente se tiraba del andén», contó a LA NACION Diego Portela, de 53 años, mientras aguardaba en la estación Carapachay. A pesar de esto y de que los «coches son viejos», se siente satisfecho. «Comparado con otros trenes, este ferrocarril pertenece a una línea premium», destacó.
Con él coincidió la docente María Laura Carrillo que sumó su preocupación para subir o bajar de las formaciones. «No sólo es cuestión de la inseguridad, ya que se ven muchos arrebatadores que se largan del tren una vez que roban, sino que, a veces, cuando se junta mucha gente porque se retrasó el tren, hay personas que viajan en los estribos y corren riesgo de caerse», razonó ya subida a una de las formaciones.
Para ella, también hay aspectos por destacar: «Salvo que haya un accidente, el tren Belgrano es muy puntal. Nunca llegué tarde al trabajo, cosa que agradezco. Y está muy limpio. En el Roca, que uso cuando voy a visitar a mis familiares de Quilmes, sobra basura en los pasillos».
Servicio premium
Y en el ferrocarril Roca, precisamente, pasaron ya tres meses desde que se inauguró un tren VIP, entre Constitución y La Plata. Hoy, todavía hay pasajeros que lo recorren como si se tratara de un sitio turístico. Es que las características de los vagones que cumplen ese servicio son propias de un ferrocarril que no se conocía en la Argentina.
«Viajo todos los días a Capital desde el primer momento y, sin embargo, no termino de asombrarme ante tanto confort. Sinceramente, nunca imaginé que podía llegar a disfrutar de un tren», dijo Silvina Busetto a LA NACION durante el viaje.
En los vagones sorprende el silencio y la serenidad con la que se desplaza la formación durante los 55 minutos del trayecto inaugurado el 20 de enero pasado. Únicamente con paradas en las estaciones de City Bell y Villa Elisa, el servicio no admite pasajeros de pie y todos deben estar sentados en los 361 asientos. Tampoco está autorizado el ascenso de vendedores ambulantes.
Los cinco vagones disponen de climatización frío/calor. Los asientos, tapizados con pana color azul, son reclinables y además ofrecen, en su respaldo, una pequeña mesa rebatible para apoyar, por ejemplo, notebooks, libros o revistas. También hay tomacorrientes disponibles para cargar celulares o conectar dispositivos electrónicos. Hay cuatro servicios preferenciales de ida y otros tanto de vuelta: 7.33, 9.09, 19.03 y 20.39 desde La Plata hacia Constitución, y 5.58, 7.34, 17.28 y 19.04 de Constitución a La Plata.
Teniendo en cuenta las características de estas formaciones, en evidente contraste con el resto de los trenes que circulan por las vías de la línea General Roca, los usuarios lamentan que no haya más horarios disponibles. Desde Argentren, la empresa que opera el servicio, respondieron a LA NACION que existe un impedimento tecnológico para incrementar la frecuencia del servicio.
Eduardo Montenegro, gerente de Relaciones Institucionales, explicó que «previo a tomar una medida de esa naturaleza será imprescindible llevar adelante la renovación integral del señalamiento» del ferrocarril Roca.
Las dificultades que enumeran los pasajeros del Belgrano Norte y el Roca parecen nimias frente a las habituales quejas de los usuarios del Sarmiento, el de la tragedia de Once y Castelar, por ejemplo.
La línea que corre hacia el oeste del conurbano sigue siendo la que más quejas y falencias suma.
Los pasos a nivel que siguen cortando al medio la ciudad, el largamente prometido proyecto de soterramiento, pero que nunca se inició. Larga lista de reclamos que, hasta el momento, se tradujeron en cámaras colocadas en los puestos de conducción para controlar a los motorman, un recambio de vías y un ambicioso plan para modernizar el sistema de señales para evitar accidentes. El mismo sistema que el Gobierno licitó, pero nunca instaló y que hubiese servido para evitar tragedias como la de Once.
ROCA PREMIUM VS. ROCA COMÚN
Una experiencia muy distinta a la de viajar en el servicio premium ($ 22) del Roca es trasladarse en un tren de los llamados comunes desde Constitución hasta La Plata. Las características de las formaciones se ubican en las antípodas del diferencial y el viaje se realiza en condiciones poco cómodas y confortables. En los comunes ($ 5,75), lo habitual es viajar parado, sobre todo en las horas pico, y es permanente la presencia de vendedores ambulantes que, en medio del ensordecedor sonido del tren que se detiene en 17 estaciones, ofrecen chocolates, ajos, libros infantiles y hasta blísteres de medicamentos.
Piden US$ 250 millones para una nueva planta de basura
El proyecto de inversión fue elaborado por un comité conformado por la Nación, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad
Amenazan con impedir el funcionamiento del tren Roca
Trabajadores de seguridad privada exigen la reincorporación de compañeros despedidos; Infantería intenta contener la protesta
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Esta claro: NO SOMOS ALEMANIA, que dolor!!!
Y no, Videla intentó parecerse a Hitler, pero quedó a mitad de camino.