La combinación de avances tecnológicos, políticas sanitarias, educación y acceso a la salud arrojó resultados que los médicos califican de «espectaculares» en la reducción de la mortalidad materno infantil durante las últimas décadas.
Esto es lo que indican dos análisis sistemáticos realizados por el Instituto para la Medición y la Evaluación de la Salud (IHME, según sus siglas en inglés), de la Universidad de Washington. Los investigadores procesaron información de 188 países y llegaron a la conclusión de que, globalmente, las muertes infantiles se redujeron un 48 por ciento entre 1990 y 2013. Y las muertes maternas descendieron el 25 por ciento, aproximadamente.
Los dos trabajos integran el estudio Global Burden of Disease 2013 y fueron publicados ayer por la prestigiosa revista médica .
En la Argentina, si las cifras sobre mortalidad infantil son también muy positivas, especialistas y ONG locales disienten en el descenso estimado por el estudio internacional para la mortalidad materna. Según los epidemiólogos, en este último aspecto existe subregistro y la realidad dista de ser tan alentadora.
«Si uno se detiene en la evolución desde 1970, comprueba que las muertes infantiles (en menores de cinco años) descendieron de 38,4 por cada 1000 nacidos vivos, a 9,6 -detalla, desde Canadá, el doctor Luciano Sposato, investigador argentino que participó en el trabajo-. La secuencia es 27,2 por cada 1000 en 1980; 20,1 en 1990; 13,4 en 2003 y 9,6 en 2013. Una reducción del 75 por ciento es enorme en términos relativos.»
Varios factores
Para los especialistas, la reducción de muertes infantiles responde a un proceso multifactorial y complejo en el que intervienen desde lo económico hasta lo educativo.
«El aumento del PBI explica un 15 por ciento del descenso -explica Sposato-. Por cada 10 por ciento de crecimiento del PBI se produce un 1,4 por ciento de disminución en la mortalidad de niños. En cambio, la educación materna tiene una importancia fundamental: explica casi la mitad de la reducción, 42,3 por ciento. Es más, por cada año de educación materna baja un 8,6 por ciento la mortalidad infantil. Estos datos permiten apreciar la enorme importancia que tiene la educación. Invertir un peso en educación tiene mayor impacto para la salud que invertir un peso en la salud misma. Por otro lado, hoy el beneficio que se obtiene por cada peso que se invierte en salud es mucho mayor que en 1990.»
Otros factores considerados decisivos en estos logros son la difusión de avances médicos, la telemedicina y hasta mejoras en el transporte.
Pero si bien los análisis del IHME arrojan también alrededor de un 20 por ciento de descenso en la mortalidad materna entre 1990 y 2013, especialistas locales no coinciden con estas conclusiones.
«La mortalidad materna era inadmisiblemente alta en el país hasta hace dos años -dice el doctor Miguel Larguía, presidente de la fundación neonatológica que lleva su nombre-. Las principales causas son la hipertensión, las hemorragias y las infecciones (muchas de ellas por abortos inseguros). En los últimos dos años bajaron, fundamentalmente por un programa de capacitación en emergencias obstétricas. Desgraciadamente, este descenso difiere según las provincias. Con respecto a la mortalidad infantil, está en baja, pero por encima de la de Chile, por ejemplo, y no llegamos a las metas del milenio, que fijaba un objetivo de menos de 10 muertes por cada 1000 nacimientos.»
Controversia
Por su parte, el doctor Carlos Grandi, a cargo del sector de Epidemiología Perinatal y Bioestadística de la Maternidad Sardá, destaca que «la controversia surge de que la estimación oficial del Ministerio de Salud informa de un descenso del 23 por ciento entre 1990 y 2013, mientras que para las ONG que trabajan en este tema (por ejemplo, el Observatorio de la Maternidad) la estimación es muy superior debido al subregistro de datos oficiales. Para 2010, la cifra oficial era de 44 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos, mientras que para expertos internacionales era de 77 por 100.000».
Según otro informe que acaban de publicar la OMS, Unicef, Unfpa y el Banco Mundial, «la Argentina es el único país del Cono Sur que no presenta una tendencia descendente de la mortalidad materna».
Los hallazgos más relevantes del informe
En nueve países
Dos tercios de la declinación global en las muertes infantiles ocurridas desde 2000 se registraron en la India, China, Etiopía, Bangladesh, Indonesia, Paquistán, Brasil, Afganistán y Nigeria
En aumento
Estados Unidos fue uno de los ocho países que experimentaron un aumento de muertes maternas desde 2003. Otros han sido Afganistán y El Salvador
Un papel destacado
Los países del Este asiático hicieron el mayor progreso; redujeron la mortalidad materna en un 9% anual desde 1990.
Esto es lo que indican dos análisis sistemáticos realizados por el Instituto para la Medición y la Evaluación de la Salud (IHME, según sus siglas en inglés), de la Universidad de Washington. Los investigadores procesaron información de 188 países y llegaron a la conclusión de que, globalmente, las muertes infantiles se redujeron un 48 por ciento entre 1990 y 2013. Y las muertes maternas descendieron el 25 por ciento, aproximadamente.
Los dos trabajos integran el estudio Global Burden of Disease 2013 y fueron publicados ayer por la prestigiosa revista médica .
En la Argentina, si las cifras sobre mortalidad infantil son también muy positivas, especialistas y ONG locales disienten en el descenso estimado por el estudio internacional para la mortalidad materna. Según los epidemiólogos, en este último aspecto existe subregistro y la realidad dista de ser tan alentadora.
«Si uno se detiene en la evolución desde 1970, comprueba que las muertes infantiles (en menores de cinco años) descendieron de 38,4 por cada 1000 nacidos vivos, a 9,6 -detalla, desde Canadá, el doctor Luciano Sposato, investigador argentino que participó en el trabajo-. La secuencia es 27,2 por cada 1000 en 1980; 20,1 en 1990; 13,4 en 2003 y 9,6 en 2013. Una reducción del 75 por ciento es enorme en términos relativos.»
Varios factores
Para los especialistas, la reducción de muertes infantiles responde a un proceso multifactorial y complejo en el que intervienen desde lo económico hasta lo educativo.
«El aumento del PBI explica un 15 por ciento del descenso -explica Sposato-. Por cada 10 por ciento de crecimiento del PBI se produce un 1,4 por ciento de disminución en la mortalidad de niños. En cambio, la educación materna tiene una importancia fundamental: explica casi la mitad de la reducción, 42,3 por ciento. Es más, por cada año de educación materna baja un 8,6 por ciento la mortalidad infantil. Estos datos permiten apreciar la enorme importancia que tiene la educación. Invertir un peso en educación tiene mayor impacto para la salud que invertir un peso en la salud misma. Por otro lado, hoy el beneficio que se obtiene por cada peso que se invierte en salud es mucho mayor que en 1990.»
Otros factores considerados decisivos en estos logros son la difusión de avances médicos, la telemedicina y hasta mejoras en el transporte.
Pero si bien los análisis del IHME arrojan también alrededor de un 20 por ciento de descenso en la mortalidad materna entre 1990 y 2013, especialistas locales no coinciden con estas conclusiones.
«La mortalidad materna era inadmisiblemente alta en el país hasta hace dos años -dice el doctor Miguel Larguía, presidente de la fundación neonatológica que lleva su nombre-. Las principales causas son la hipertensión, las hemorragias y las infecciones (muchas de ellas por abortos inseguros). En los últimos dos años bajaron, fundamentalmente por un programa de capacitación en emergencias obstétricas. Desgraciadamente, este descenso difiere según las provincias. Con respecto a la mortalidad infantil, está en baja, pero por encima de la de Chile, por ejemplo, y no llegamos a las metas del milenio, que fijaba un objetivo de menos de 10 muertes por cada 1000 nacimientos.»
Controversia
Por su parte, el doctor Carlos Grandi, a cargo del sector de Epidemiología Perinatal y Bioestadística de la Maternidad Sardá, destaca que «la controversia surge de que la estimación oficial del Ministerio de Salud informa de un descenso del 23 por ciento entre 1990 y 2013, mientras que para las ONG que trabajan en este tema (por ejemplo, el Observatorio de la Maternidad) la estimación es muy superior debido al subregistro de datos oficiales. Para 2010, la cifra oficial era de 44 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos, mientras que para expertos internacionales era de 77 por 100.000».
Según otro informe que acaban de publicar la OMS, Unicef, Unfpa y el Banco Mundial, «la Argentina es el único país del Cono Sur que no presenta una tendencia descendente de la mortalidad materna».
Los hallazgos más relevantes del informe
En nueve países
Dos tercios de la declinación global en las muertes infantiles ocurridas desde 2000 se registraron en la India, China, Etiopía, Bangladesh, Indonesia, Paquistán, Brasil, Afganistán y Nigeria
En aumento
Estados Unidos fue uno de los ocho países que experimentaron un aumento de muertes maternas desde 2003. Otros han sido Afganistán y El Salvador
Un papel destacado
Los países del Este asiático hicieron el mayor progreso; redujeron la mortalidad materna en un 9% anual desde 1990.
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