Nuevos tiempos: Macri habló otra vez con Cristina y hasta hubo elogios

– Mauricio Macri: Me preocupa la inflación, Presidenta. Creo que hay que combatirla.
— Cristina Kirchner: Ingeniero, la inflación ya está controlada.
La Presidenta y el jefe de Gobierno volvieron a hablar por teléfono días atrás y esta vez no limitaron la charla a los temas de la Ciudad. El sigue sin tutearla, pero se animó a plantearle alguna de sus diferencias. Ella lo llama “Ingeniero”, sí lo tutea, aunque no le concede la razón en ninguno de los temas sensibles. Es otra de las novedades que trae el final de ciclo K. Aun con todos los cruces que dominaron la relación desde 2007, ahora hablan, se entienden, avanzan. Macri supone que Cristina está haciendo un esfuerzo para “irse bien” y ensaya una hipótesis sobre el cambio: “Yo creo que han sido fundamentales sus charlas con el papa Francisco”.
Salvo por el contrapunto cuando hablaron de la inflación, un tramo que Macri prefirió pasar rápidamente por alto, la conversación entre ellos fue amena y hasta hubo espacio para que se halagaran por pertenecer, creen ellos, a una selecto grupo de dirigentes que sostienen en el tiempo un mismo discurso tanto en público como en privado.
“Le reconozco la virtud de que dice lo que piensa”, había dicho Cristina en su última entrevista. Macri se jacta de aquella frase y la recuerda en sus conversaciones de sobremesa como un sello que lo distingue de Sergio Massa y de Daniel Scioli. Y la elogió entre sus íntimos cuando cortó el teléfono y contó partes de su charla con ella: “La oís hablar y es la misma que ves en los discursos. No sobreactúa. Está convencida”.
Jaime Durán Barba suele decirle a Macri que hay dos Cristinas.
La buena y la mala. La buena aparece en campaña con promesas, anuncios y un tono menos crispado, sin el dedo en alto ni el brazo extendido, como el de su imitadora en TV. La mala sale a escena después del recuento de votos. Ahora no hay campaña, pero el jefe de Gobierno cree que la fase final de su gobierno ha devuelto la versión angelical de la Presidenta. No con todos.
Sí, al menos, con él. La conductora del Frente para la Victoria y el líder del PRO avanzaron en temas de transporte (¿será cierto que acordaron inaugurar juntos el nuevo trayecto de la autopista Illia?), pasaron revista a asuntos del área metropolitana y quedaron en mantener abierto el diálogo hasta el cierre de sus mandatos.
“Este es el mejor momento de la relación. Porque por un lado Mauricio levanta el teléfono y ella le responde enseguida y, por otro, hemos logrado que los ministros hablan entre sí”, dice a uno de los funcionario más encumbrados del Gobierno porteño. Ya comienza a ser recurrente que, ante cualquier obstáculo que inesperadamente traba la gestión, Macri le pide a Horacio Rodríguez Larreta: “Llamalo a Florencio”, en alusión a Randazzo. Lo mismo si el conflicto es por cortes de calles o por algún desalojo: “Fijate qué dice Berni”, le ordena Macri al ministro Guillermo Montenegro.
¿Hay un pacto de impunidad?. “No, simplemente ha dejado de ser negocio atacarnos”, aseguran en el PRO. ¿El kirchnerismo eligió a Macri como rival? Cuando el interrogante llega a sus oídos, el jefe de Gobierno levanta el tono: “Pensar que nos van a elegir a nosotros con la idea de volver 4 años después es un disparate.
. Y otra cosa: si yo soy presidente estos tipos no vuelven nunca más”.

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