Martín Sabbatella asegura que los casi 19 kilos que bajó en los últimos meses no fueron consecuencia del stress de la conducción de la Afsca y su pelea con el Grupo Clarín, sino que sucedió en virtud de haberse ordenado con las comidas y comenzar una rutina de gimnasia tres veces por semana. “Me hice unos estudios que me dieron mal y a partir de ahí dije que tenía que cambiar. Yo siempre fui flaco”, explica mientras unta con queso blanco su tostada de pan negro. Sabbatella se muestra tan convencido de la labor que está llevando adelante en el organismo como de la continuidad de su partido, Nuevo Encuentro, dentro del espacio Unidos y Organizados para 2015 y más allá. “El kirchnerismo no es una identidad transitoria, vino para quedarse”, define.
Luego de recordar algunos artículos elogiosos que le habían dedicado en medios de aquí y del exterior, la Presidenta le avisó a Sabbatella cuando lo puso en funciones en el organismo encargado de aplicar la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, allá por octubre de 2012, que se olvidara de todo aquello porque a partir de entonces pasaba a formar parte de “los feos, sucios y malos”. “En eso también tenía razón la Presidenta. Pero ser feo, sucio y malo para ciertos sectores es como una cucarda. A uno lo definen quienes lo enfrentan”, sostiene año y medio después.
El encuentro es en un café en la esquina de la Afsca, en Córdoba y Suipacha. Las veredas en la zona son mínimas debido a las obras para transformar la calle en peatonal, como viene sucediendo con todo el microcentro. No quedan mal, pero mientras tanto hay que ir esquivando cascotes.
El ex intendente de Morón asegura que no se arrepiente del repentino cambio de “bueno” a “malo”. “Estamos orgullosos de la tarea. Nosotros habíamos militado para la aprobación de la ley de medios”, recuerda. Sabbatella llega a la entrevista junto a un colaborador y una carpetita celeste que detalla los logros de “4 años de políticas de comunicación audiovisual” que van más allá de la situación del Grupo Clarín aunque, claro, continúa siendo el tema que atrapa la atención. “Nosotros garantizamos la aplicación de la ley para el conjunto de las empresas. A Clarín se le aprobó el plan de adecuación, ahora falta que presente a quiénes le tienen que vender. Todavía no presentó nada y los plazos de adecuación voluntaria ya empezaron a correr. Si no se cumple, el Estado tiene la potestad de hacerlo de oficio”, recuerda. También advierte que revisará el plan que presente el Grupo junto a otros organismos –como la Comisión Nacional de Valores, la Inspección General de Justicia, la Secretaría de Defensa de la Competencia y la UIF– para evitar una venta falsa. “Conociendo su historia y que son gente tramposa, es lógico que tengamos sospechas sobre lo que quieren hacer”, argumenta.
En el café no hay mucha gente pero algunos de quienes caminan por la vereda lo reconocen y lo saludan. Sabbatella asegura que lo de “sucio y malo” no lo afectó demasiado en la reacción de la calle. Lo saludan los que apoyan a Cristina Kirchner y lo ignoran quienes están en contra. Una de las críticas con la que machacan los medios opositores es por el aporte voluntario de un porcentaje del sueldo que los dirigentes de Nuevo Encuentro que trabajan en la Afsca realizan para mantener al partido. “El aporte partidario transparente es algo que nos enorgullece, así es como se sostiene una fuerza política. Lo curioso es que antes se nos reconocía esto como una de las herramientas que permitía luchar contra la corrupción, ahora parece que es todo lo contrario”, responde.
Como jefe de Nuevo Encuentro, Sabbatella estuvo en la primera fila del escenario levantado en el Mercado Central en la jornada de debate del kirchnerismo de dos semanas atrás. Tiene una idea acabada sobre ese encuentro que, para él, marcó “la esencia del kirchnerismo, la recuperación de la militancia, de las ideas, de los proyectos colectivos”. Sabbatella está convencido de que el kirchnerismo continuará más allá de la próxima elección. “Es el nombre del pensamiento nacional, popular y democrático en el siglo XXI. Cuando uno dice que es kirchnerista no hay duda de qué sos.” La gran cuestión es cómo se expresará en la puja presidencial de 2015. “Obviamente, hay mucho debate”, reconoce.
¿Será Daniel Scioli el candidato que apoyarán finalmente, o Unidos y Organizados se alineará detrás de un postulante más cercano a su paladar, como podrían ser Sergio Urribarri, Florencio Randazzo o Agustín Rossi? Sabbatella termina la última tostada y corre a un costado el jarrito del cortado, ya vacío. “No estamos pensando con nombre y apellido. Eso después se definirá, cuál es la estrategia y qué compañero es la opción más adecuada. Ahora el desafío el darle unidad y organización al kirchnerismo para desde ahí pensar cuál es el mejor camino”, detalla.
La convicción de la continuidad del kirchnerismo más allá de 2015 es porque Sabbatella considera que “a la izquierda sólo está la pared”. “La derecha quiere clausurar este proceso en la Argentina. Si hay algo que unifica a la oposición es que invitan a retroceder y a los proyectos que ya fracasaron. Desde la derecha explícita hasta la ‘pata progresista’ de esa estrategia de la derecha”, agrega, en obvia referencia al nuevo Frente Amplio Unen.
Queda por saber qué será en el futuro mediato de la vida de Sa- bbatella, con mandato como titular de la Afsca hasta 2017. ¿Será candidato, renunciará, cumplirá su mandato? Sabbatella tiene una respuesta preparada. “Hasta diciembre de 2015 hago lo que decida la Presidenta, y a partir de ahí lo que decida Cristina”, define sonriente.
Luego de recordar algunos artículos elogiosos que le habían dedicado en medios de aquí y del exterior, la Presidenta le avisó a Sabbatella cuando lo puso en funciones en el organismo encargado de aplicar la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, allá por octubre de 2012, que se olvidara de todo aquello porque a partir de entonces pasaba a formar parte de “los feos, sucios y malos”. “En eso también tenía razón la Presidenta. Pero ser feo, sucio y malo para ciertos sectores es como una cucarda. A uno lo definen quienes lo enfrentan”, sostiene año y medio después.
El encuentro es en un café en la esquina de la Afsca, en Córdoba y Suipacha. Las veredas en la zona son mínimas debido a las obras para transformar la calle en peatonal, como viene sucediendo con todo el microcentro. No quedan mal, pero mientras tanto hay que ir esquivando cascotes.
El ex intendente de Morón asegura que no se arrepiente del repentino cambio de “bueno” a “malo”. “Estamos orgullosos de la tarea. Nosotros habíamos militado para la aprobación de la ley de medios”, recuerda. Sabbatella llega a la entrevista junto a un colaborador y una carpetita celeste que detalla los logros de “4 años de políticas de comunicación audiovisual” que van más allá de la situación del Grupo Clarín aunque, claro, continúa siendo el tema que atrapa la atención. “Nosotros garantizamos la aplicación de la ley para el conjunto de las empresas. A Clarín se le aprobó el plan de adecuación, ahora falta que presente a quiénes le tienen que vender. Todavía no presentó nada y los plazos de adecuación voluntaria ya empezaron a correr. Si no se cumple, el Estado tiene la potestad de hacerlo de oficio”, recuerda. También advierte que revisará el plan que presente el Grupo junto a otros organismos –como la Comisión Nacional de Valores, la Inspección General de Justicia, la Secretaría de Defensa de la Competencia y la UIF– para evitar una venta falsa. “Conociendo su historia y que son gente tramposa, es lógico que tengamos sospechas sobre lo que quieren hacer”, argumenta.
En el café no hay mucha gente pero algunos de quienes caminan por la vereda lo reconocen y lo saludan. Sabbatella asegura que lo de “sucio y malo” no lo afectó demasiado en la reacción de la calle. Lo saludan los que apoyan a Cristina Kirchner y lo ignoran quienes están en contra. Una de las críticas con la que machacan los medios opositores es por el aporte voluntario de un porcentaje del sueldo que los dirigentes de Nuevo Encuentro que trabajan en la Afsca realizan para mantener al partido. “El aporte partidario transparente es algo que nos enorgullece, así es como se sostiene una fuerza política. Lo curioso es que antes se nos reconocía esto como una de las herramientas que permitía luchar contra la corrupción, ahora parece que es todo lo contrario”, responde.
Como jefe de Nuevo Encuentro, Sabbatella estuvo en la primera fila del escenario levantado en el Mercado Central en la jornada de debate del kirchnerismo de dos semanas atrás. Tiene una idea acabada sobre ese encuentro que, para él, marcó “la esencia del kirchnerismo, la recuperación de la militancia, de las ideas, de los proyectos colectivos”. Sabbatella está convencido de que el kirchnerismo continuará más allá de la próxima elección. “Es el nombre del pensamiento nacional, popular y democrático en el siglo XXI. Cuando uno dice que es kirchnerista no hay duda de qué sos.” La gran cuestión es cómo se expresará en la puja presidencial de 2015. “Obviamente, hay mucho debate”, reconoce.
¿Será Daniel Scioli el candidato que apoyarán finalmente, o Unidos y Organizados se alineará detrás de un postulante más cercano a su paladar, como podrían ser Sergio Urribarri, Florencio Randazzo o Agustín Rossi? Sabbatella termina la última tostada y corre a un costado el jarrito del cortado, ya vacío. “No estamos pensando con nombre y apellido. Eso después se definirá, cuál es la estrategia y qué compañero es la opción más adecuada. Ahora el desafío el darle unidad y organización al kirchnerismo para desde ahí pensar cuál es el mejor camino”, detalla.
La convicción de la continuidad del kirchnerismo más allá de 2015 es porque Sabbatella considera que “a la izquierda sólo está la pared”. “La derecha quiere clausurar este proceso en la Argentina. Si hay algo que unifica a la oposición es que invitan a retroceder y a los proyectos que ya fracasaron. Desde la derecha explícita hasta la ‘pata progresista’ de esa estrategia de la derecha”, agrega, en obvia referencia al nuevo Frente Amplio Unen.
Queda por saber qué será en el futuro mediato de la vida de Sa- bbatella, con mandato como titular de la Afsca hasta 2017. ¿Será candidato, renunciará, cumplirá su mandato? Sabbatella tiene una respuesta preparada. “Hasta diciembre de 2015 hago lo que decida la Presidenta, y a partir de ahí lo que decida Cristina”, define sonriente.
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