Después de un tiempo de vacas flacas, los mercados emergentes se preparan para la llegada de una nueva oleada de inversiones.
La irregularidad de los principales índices bursátiles y la escasa rentabilidad de los bonos en Estados Unidos, Europa y Japón están haciendo que el dinero de los inversionistas llegue a raudales a mercados como Brasil y Sudáfrica, que hasta hace poco habían sido castigados. Los rendimientos de los bonos soberanos de EE.UU. y Alemania alcanzaron el miércoles su menor nivel en lo que va del año ante señales de un débil crecimiento de la economía occidental.
Numerosos inversionistas concentran sus apuestas en lugares como India e Indonesia, donde el crecimiento es robusto, se empiezan a adoptar reformas económicas y líderes con una agenda favorable a las empresas están accediendo al poder. Otros países también han exhibido un buen desempeño, a pesar de que el cambio sigue siendo más una esperanza que una realidad. Un golpe de estado en Tailandia, uno de los mercados de mejor desempeño en Asia este año, casi ni inmutó a los capitales.
La rapidez con la que los inversionistas parecen haber olvidado las pérdidas de hasta 30% sufridas en algunos mercados ha sido sorprendente. Los fondos mutuos y los fondos que cotizan en bolsa dedicados a los mercados emergentes recibieron US$13.200 millones entre abril y el 26 de mayo, según datos recopilados por EPFR Global. Se trata del mayor aumento en dos meses desde febrero y marzo de 2013 y tiene lugar después de 10 meses consecutivos de salidas netas.
«Todos los activos que fueron vapuleados el año pasado y en enero están volviendo a la vida», dice Angus Halkett, gestor de deuda de mercados emergentes en Stone Harbor Investment Partners, que administra cerca de US$62.500 millones en activos. «Se parece a inicios de 2013, cuando todo andaba bien. Y luego vimos cuán rápido se evaporó ese sentimiento».
Algunos de los mercados de mejor desempeño este año son los llamados «frágiles cinco» -Brasil, India, Indonesia, Sudáfrica y Turquía-, en alusión a los países que son considerados particularmente vulnerables al fin de un período de estímulo gigantesco provisto por los bancos centrales de las economías desarrolladas.
El mercado de India registra un alza de 16% este año debido, principalmente, a la esperanza de que la elección del primer mi-nistro Narendra Modi se traduzca en importantes reformas de la economía. Indonesia, en tanto, ha subido 17%, mientras que el principal índice de acciones de la Bolsa de São Paulo acumula un incremento de más de 16% en poco más de dos meses.
El índice bursátil de referencia de mercados emergentes MSCI alcanzó el viernes su nivel más alto desde octubre y registra una subida de 3% este año, comparado con un avance de 2,8% del índice de referencia global MSCI. «Hay una cacería global por obtener mayores rendimientos», asevera Suvir Mukhi, gestor de portafolio de Income Partners Asset Management en Hong Kong, que gestiona US$1.400 millones en activos. Mukhi ha estado aumentando sus posiciones de bonos de China e India en moneda local este año.
Tal búsqueda de retornos ha elevado los precios de los bonos chatarra de EE.UU. y reducido sus rendimientos, que se mueven en la dirección opuesta, a 5,03%, cerca de los niveles más bajos de la historia.
Los bonos de los mercados emergentes parecen atractivos en comparación. La deuda de Brasil a 10 años arroja un rendimiento de 12,4% y la de Sudáfrica de 8,1%.
«Cuando se observan estos rendimientos, están enormemente distorsionados», señala Gary Herbert, gestor de portafolio y director global de crédito de Brandywine Global Investment Management, que administra US$46.000 millones en activos. «La oportunidad (en los mercados emergentes) es realmente atractiva».
Las economías emergentes han estado más que conformes de satisfacer la demanda de los inversionistas y se han embarcado en una ola de emisiones de deuda.
Los gobiernos de los países emergentes han emitido US$63.000 millones en deuda y se encaminan a igualar la marca anterior, correspondiente a 2012, según la firma de datos Dealogic.
El ingreso de fondos a las monedas, las acciones y los bonos de los mercados emergentes marca un cambio de tendencia frente a la salida de casi US$60.000 millones en capitales a comienzos de 2014, resultado de las tensiones políticas en Turquía y las preocupaciones de que algunos países habían pasado a depender demasiado de la liquidez proveniente del estí-mulo de los bancos centrales..
La irregularidad de los principales índices bursátiles y la escasa rentabilidad de los bonos en Estados Unidos, Europa y Japón están haciendo que el dinero de los inversionistas llegue a raudales a mercados como Brasil y Sudáfrica, que hasta hace poco habían sido castigados. Los rendimientos de los bonos soberanos de EE.UU. y Alemania alcanzaron el miércoles su menor nivel en lo que va del año ante señales de un débil crecimiento de la economía occidental.
Numerosos inversionistas concentran sus apuestas en lugares como India e Indonesia, donde el crecimiento es robusto, se empiezan a adoptar reformas económicas y líderes con una agenda favorable a las empresas están accediendo al poder. Otros países también han exhibido un buen desempeño, a pesar de que el cambio sigue siendo más una esperanza que una realidad. Un golpe de estado en Tailandia, uno de los mercados de mejor desempeño en Asia este año, casi ni inmutó a los capitales.
La rapidez con la que los inversionistas parecen haber olvidado las pérdidas de hasta 30% sufridas en algunos mercados ha sido sorprendente. Los fondos mutuos y los fondos que cotizan en bolsa dedicados a los mercados emergentes recibieron US$13.200 millones entre abril y el 26 de mayo, según datos recopilados por EPFR Global. Se trata del mayor aumento en dos meses desde febrero y marzo de 2013 y tiene lugar después de 10 meses consecutivos de salidas netas.
«Todos los activos que fueron vapuleados el año pasado y en enero están volviendo a la vida», dice Angus Halkett, gestor de deuda de mercados emergentes en Stone Harbor Investment Partners, que administra cerca de US$62.500 millones en activos. «Se parece a inicios de 2013, cuando todo andaba bien. Y luego vimos cuán rápido se evaporó ese sentimiento».
Algunos de los mercados de mejor desempeño este año son los llamados «frágiles cinco» -Brasil, India, Indonesia, Sudáfrica y Turquía-, en alusión a los países que son considerados particularmente vulnerables al fin de un período de estímulo gigantesco provisto por los bancos centrales de las economías desarrolladas.
El mercado de India registra un alza de 16% este año debido, principalmente, a la esperanza de que la elección del primer mi-nistro Narendra Modi se traduzca en importantes reformas de la economía. Indonesia, en tanto, ha subido 17%, mientras que el principal índice de acciones de la Bolsa de São Paulo acumula un incremento de más de 16% en poco más de dos meses.
El índice bursátil de referencia de mercados emergentes MSCI alcanzó el viernes su nivel más alto desde octubre y registra una subida de 3% este año, comparado con un avance de 2,8% del índice de referencia global MSCI. «Hay una cacería global por obtener mayores rendimientos», asevera Suvir Mukhi, gestor de portafolio de Income Partners Asset Management en Hong Kong, que gestiona US$1.400 millones en activos. Mukhi ha estado aumentando sus posiciones de bonos de China e India en moneda local este año.
Tal búsqueda de retornos ha elevado los precios de los bonos chatarra de EE.UU. y reducido sus rendimientos, que se mueven en la dirección opuesta, a 5,03%, cerca de los niveles más bajos de la historia.
Los bonos de los mercados emergentes parecen atractivos en comparación. La deuda de Brasil a 10 años arroja un rendimiento de 12,4% y la de Sudáfrica de 8,1%.
«Cuando se observan estos rendimientos, están enormemente distorsionados», señala Gary Herbert, gestor de portafolio y director global de crédito de Brandywine Global Investment Management, que administra US$46.000 millones en activos. «La oportunidad (en los mercados emergentes) es realmente atractiva».
Las economías emergentes han estado más que conformes de satisfacer la demanda de los inversionistas y se han embarcado en una ola de emisiones de deuda.
Los gobiernos de los países emergentes han emitido US$63.000 millones en deuda y se encaminan a igualar la marca anterior, correspondiente a 2012, según la firma de datos Dealogic.
El ingreso de fondos a las monedas, las acciones y los bonos de los mercados emergentes marca un cambio de tendencia frente a la salida de casi US$60.000 millones en capitales a comienzos de 2014, resultado de las tensiones políticas en Turquía y las preocupaciones de que algunos países habían pasado a depender demasiado de la liquidez proveniente del estí-mulo de los bancos centrales..