Patricio Echegaray mantiene el apoyo al Frente para la Victoria, pero advierte sobre políticas «defensivas» tomadas por el Gobierno; cuestiona el ascenso de Milani y hasta el impuesto a las ganancias; rechaza al gobernador bonaerense
Patricio Echegaray es el secretario general del Partido Comunista (PC) desde 1989. En el año 2000 ocupó una banca en la Legislatura porteña a la que accedió con la lista del frente Izquierda Unida. Hoy apoya al Gobierno, habla de «década ganada», respalda la continuidad del «proyecto nacional y popular» del kirchnerismo más allá de 2015, espera «cambios profundos y drásticos», pero critica al gobernador bonaerense, Daniel Scioli. «Es el candidato de la embajada de Estados Unidos», desliza.
– Una reciente declaración del PC menciona la devaluación como parte de una «política defensiva» del Gobierno, como ejemplo de la «creciente sensibilidad ante las presiones del imperio». ¿Qué más le criticaría?
Hay cosas que se han hecho [en el Gobierno] que son muy importantes. Este Gobierno tiene el mérito, que no se lo sacará nadie, de que rompió con la infamia de las relaciones carnales y se ubicó dentro del concierto latinoamericano.
Nuestro apoyo al proceso argentino es un apoyo en este contexto: bolivariano, sanmartiniano, de superación de las políticas neoliberables. Valoro mucho eso porque entiendo que los procesos liberadores sólo pueden darse en contextos regionales.
La otra cosa que valoro es la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida . Es fundamental que se haya hecho: ha permitido llevar al banquillo de los acusados a los genocidas y que hoy un núcleo muy importante esté siendo juzgado y, en muchos casos, condenado.
Creo que esas dos cuestiones son fundamentales y que enmarcan el hecho de por qué tenemos una actitud positiva, de defensa, de este Gobierno. Es un apoyo autónomo, no tenemos gente en el Gobierno, no recibimos ningún tipo de plan. Al mismo tiempo tratamos de ejercer la crítica…
– ¿Qué opina de la designación de César Milani al frente del Ejército, de la detención de Fernando Esteche (Quebracho), de la relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), del acuerdo con la petrolera Chevron?
Tenemos una posición de cariño, solidaridad, respaldo y el pedido de inmediata libertad para Esteche. Yo acabo de visitarlo en la cárcel y vamos a seguir haciéndolo.
La designación de Milani nos pareció prematura, un error de método. Entiendo que habría que haber transitado más profundamente el tema de la investigación de Milani, y sobre todo si aparecían elementos -todo indica que van a aparecer-, no avanzar. Ahora, si aparecen los elementos, habrá que destituirlo.
La designación de Milani nos pareció prematura, un error de método
Nuestros enfoques críticos pasan sobre todo porque hay que definir mejor lo que es el proyecto nacional y popular. Todavía no hemos visto una expresión orgánica, negro sobre blanco, de lo que es el proyecto nacional y popular. Creemos que en el discurso que la Presidenta ubica como el de la década ganada habría que incorporar algunos matices.
– ¿Cuáles?
El proyecto nacional consiste en alimentar el mercado interno, tirar dinero al mercado interno y fomentar el consumo, con la esperanza de que una burguesía virtuosa tome esos dineros y los convierta en desarrollo. Pero esa burguesía virtuosa no existe más en la Argentina.
Aquello que existía en la época de Perón, la burguesía nacional, no existe más. Entre otras cosas, porque se ha transformado en una burguesía altamente transnacionalizada y hegemonizada por el imperialismo.
– El imperialismo…
Hoy no es una cuestión de afuera, es una cuestión del adentro. De las 500 empresas que más facturan en la Argentina, 350 son de propiedad imperial. Así se explica que ese dinero haya sido absorbido con una aspiradora, afuera del país. Este es un problema serio que hay que discutir.
– Pero…
Hay otros temas más. Creemos que estos modelos están sujetos a la ley de la bicicleta: si no pedaleás, te caés. Así como hay cosas muy importantes como haber rescatado el dinero de las AFJP, así como es importante la Asignación Universal por Hijo (AUH) y haber recuperado las paritarias, creemos que es muy delicado que no haya habido cambios sustantivos en el tema impositivo.
Considerar el salario como una ganancia es un tema delicado
– ¿Ganancias?
El sistema argentino sigue siendo regresivo, pagan más lo que menos tienen, y eso se ha complicado seriamente con el impuesto a los salarios. Considerar el salario como una ganancia es un tema delicado.
No haber reformado la ley de instituciones financieras, que es una ley de de la dictadura, es un problema. Reclamamos cambios copernicanos, drásticos.
– ¿Qué opina de la «recuperación» de YPF, de Aerolíneas Argentinas?
El proceso de nacionalizaciones contiene elementos que valoramos y aplaudimos, pero expresan una enorme timidez. En la década del 90 perdimos el control sobre el transporte, ferrocarriles, rutas, comunicaciones, el suelo y el subsuelo.
La de YPF es una recuperación parcial, no es una nacionalización. Es una compra de acciones por parte del Estado que le da posibilidad de maniobra, pero sigue funcionando como una compañía privada. Amén de que se hizo con una demora, una tardanza.
Nosotros tratamos de defender la continuidad de este proyecto porque creemos que hay que avanzar en un montón de cosas. De los que están en danza, no veo a ninguno que esté en condiciones, que [piense o encare] nacionalizaciones, etc. Hay que salir de este trauma, de la vergüenza, de la cuestión del transporte .
Si se lanzara a una recuperación [del transporte] sobre la base de una nacionalización, en una gran empresa pública. Con lo que se ha gastado en subsidios, daría para recomponer talleres, tecnología, todo. Si se hubiera hecho eso, no lo dudo, andaría con un cartel por ahí: «Randazzo presidente». Pero evidentemente no ha sido así. Se sigue el camino fácil, que es mantener los subsidios.
– En este «proceso de transformación» que lleva adelante el kirchnerismo, ¿qué rol le cabe a la oposición? ¿Qué opina de los precandidatos para 2015?
Los candidatos, quien más, quien menos, lanzan su política en consulta con la embajada norteamericana e incluso todos dan la vueltita por Estados Unidos… No va a haber transformación. Tampoco soy de pensar que el candidato va a venir con un enfoque de derecha rudimentario, van a venir con enfoques de derecha sofisticada, el smart power norteamericano.
– Más allá del apoyo y deseo del PC a la continuidad del proyecto kirchnerista, ¿qué cree que va a pasar?
Creo que se va a agudizar la lucha política en el país porque Estados Unidos y su gente están empeñados en tirar para atrás todo el proceso latinoamericano. Han puesto en juego intereses muy poderosos: económicos, diplomáticos y militares.
Estamos en condiciones de defender [el proyecto kirchnerista] a condición de que se profundice y se tomen medidas que reestablezcan confianza.
¿Quién es el candidato de la embajada de Estados Unidos?
Si Scioli llegara a ser el candidato del Frente para la Victoria apoyado por Cristina, ¿qué haría el PC?
Nosotros no compartimos la postura de Scioli candidato. Creemos que sería la certificación de la derrota. En boxeo sería «tirar la toalla».
A Scioli hay que tenerle mucho respeto
– ¿Quién podría ser una carta con posibilidades dentro del peronismo – kirchnerismo?
¿Un candidato? Creo que uno de los graves problemas que tiene el kirchnerismo hoy es que no ha construido una fuerza y tiene enormes problemas para tener un candidato. A partir de la elección última, de la derrota, la superestructura conservadora del PJ ha colonizado todos los espacios, incluso en el Ejecutivo. Por lo tanto, pedimos, rogamos y luchamos para que se tomen medidas de fondo y que de ese proceso surjan candidatos comprometidos con esa continuidad.
– ¿Algún nombre?
No es una continuidad de nombres, sino de transformaciones, transformaciones que tienen que ser de carácter estructural. Y una situación difícil y compleja [como la actual] saca más fácil ideas como «Scioli es el mal menor», «Scioli es ajeno al proyecto pero lo vamos a controlar». A ese señor hay que tenerle mucho respeto…
– En una nota de 2005 mencionó que Hugo Chávez era «más democrático» que Néstor Kirchner. ¿Qué diría hoy?
He sido educado en eso de que las comparaciones son malas, no hago comparaciones tan directas y simplistas. Chávez tiene pergaminos democráticos extraordinarios en el sentido de la democracia burguesa clásica: se sometió a multiplicidad de elecciones y consultas populares. Chávez ha sido un campeón de someterse a la compulsa electoral.
– ¿Y Nicolás Maduro?
Soy amigo de Maduro, es una excelente persona. Y está sometido a un plan de desestabilización terrorista. Estados Unidos ha reelaborado su sistema de poder: se revaloriza el Asia-Pacífico y muy especialmente América latina. Acá está lo fundamental de las reservas de petróleo, agua, litio, casi todos los minerales y la riqueza de la diversidad biológica, de la que se nutre la industria farmacéutica..
Patricio Echegaray es el secretario general del Partido Comunista (PC) desde 1989. En el año 2000 ocupó una banca en la Legislatura porteña a la que accedió con la lista del frente Izquierda Unida. Hoy apoya al Gobierno, habla de «década ganada», respalda la continuidad del «proyecto nacional y popular» del kirchnerismo más allá de 2015, espera «cambios profundos y drásticos», pero critica al gobernador bonaerense, Daniel Scioli. «Es el candidato de la embajada de Estados Unidos», desliza.
– Una reciente declaración del PC menciona la devaluación como parte de una «política defensiva» del Gobierno, como ejemplo de la «creciente sensibilidad ante las presiones del imperio». ¿Qué más le criticaría?
Hay cosas que se han hecho [en el Gobierno] que son muy importantes. Este Gobierno tiene el mérito, que no se lo sacará nadie, de que rompió con la infamia de las relaciones carnales y se ubicó dentro del concierto latinoamericano.
Nuestro apoyo al proceso argentino es un apoyo en este contexto: bolivariano, sanmartiniano, de superación de las políticas neoliberables. Valoro mucho eso porque entiendo que los procesos liberadores sólo pueden darse en contextos regionales.
La otra cosa que valoro es la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida . Es fundamental que se haya hecho: ha permitido llevar al banquillo de los acusados a los genocidas y que hoy un núcleo muy importante esté siendo juzgado y, en muchos casos, condenado.
Creo que esas dos cuestiones son fundamentales y que enmarcan el hecho de por qué tenemos una actitud positiva, de defensa, de este Gobierno. Es un apoyo autónomo, no tenemos gente en el Gobierno, no recibimos ningún tipo de plan. Al mismo tiempo tratamos de ejercer la crítica…
– ¿Qué opina de la designación de César Milani al frente del Ejército, de la detención de Fernando Esteche (Quebracho), de la relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), del acuerdo con la petrolera Chevron?
Tenemos una posición de cariño, solidaridad, respaldo y el pedido de inmediata libertad para Esteche. Yo acabo de visitarlo en la cárcel y vamos a seguir haciéndolo.
La designación de Milani nos pareció prematura, un error de método. Entiendo que habría que haber transitado más profundamente el tema de la investigación de Milani, y sobre todo si aparecían elementos -todo indica que van a aparecer-, no avanzar. Ahora, si aparecen los elementos, habrá que destituirlo.
La designación de Milani nos pareció prematura, un error de método
Nuestros enfoques críticos pasan sobre todo porque hay que definir mejor lo que es el proyecto nacional y popular. Todavía no hemos visto una expresión orgánica, negro sobre blanco, de lo que es el proyecto nacional y popular. Creemos que en el discurso que la Presidenta ubica como el de la década ganada habría que incorporar algunos matices.
– ¿Cuáles?
El proyecto nacional consiste en alimentar el mercado interno, tirar dinero al mercado interno y fomentar el consumo, con la esperanza de que una burguesía virtuosa tome esos dineros y los convierta en desarrollo. Pero esa burguesía virtuosa no existe más en la Argentina.
Aquello que existía en la época de Perón, la burguesía nacional, no existe más. Entre otras cosas, porque se ha transformado en una burguesía altamente transnacionalizada y hegemonizada por el imperialismo.
– El imperialismo…
Hoy no es una cuestión de afuera, es una cuestión del adentro. De las 500 empresas que más facturan en la Argentina, 350 son de propiedad imperial. Así se explica que ese dinero haya sido absorbido con una aspiradora, afuera del país. Este es un problema serio que hay que discutir.
– Pero…
Hay otros temas más. Creemos que estos modelos están sujetos a la ley de la bicicleta: si no pedaleás, te caés. Así como hay cosas muy importantes como haber rescatado el dinero de las AFJP, así como es importante la Asignación Universal por Hijo (AUH) y haber recuperado las paritarias, creemos que es muy delicado que no haya habido cambios sustantivos en el tema impositivo.
Considerar el salario como una ganancia es un tema delicado
– ¿Ganancias?
El sistema argentino sigue siendo regresivo, pagan más lo que menos tienen, y eso se ha complicado seriamente con el impuesto a los salarios. Considerar el salario como una ganancia es un tema delicado.
No haber reformado la ley de instituciones financieras, que es una ley de de la dictadura, es un problema. Reclamamos cambios copernicanos, drásticos.
– ¿Qué opina de la «recuperación» de YPF, de Aerolíneas Argentinas?
El proceso de nacionalizaciones contiene elementos que valoramos y aplaudimos, pero expresan una enorme timidez. En la década del 90 perdimos el control sobre el transporte, ferrocarriles, rutas, comunicaciones, el suelo y el subsuelo.
La de YPF es una recuperación parcial, no es una nacionalización. Es una compra de acciones por parte del Estado que le da posibilidad de maniobra, pero sigue funcionando como una compañía privada. Amén de que se hizo con una demora, una tardanza.
Nosotros tratamos de defender la continuidad de este proyecto porque creemos que hay que avanzar en un montón de cosas. De los que están en danza, no veo a ninguno que esté en condiciones, que [piense o encare] nacionalizaciones, etc. Hay que salir de este trauma, de la vergüenza, de la cuestión del transporte .
Si se lanzara a una recuperación [del transporte] sobre la base de una nacionalización, en una gran empresa pública. Con lo que se ha gastado en subsidios, daría para recomponer talleres, tecnología, todo. Si se hubiera hecho eso, no lo dudo, andaría con un cartel por ahí: «Randazzo presidente». Pero evidentemente no ha sido así. Se sigue el camino fácil, que es mantener los subsidios.
– En este «proceso de transformación» que lleva adelante el kirchnerismo, ¿qué rol le cabe a la oposición? ¿Qué opina de los precandidatos para 2015?
Los candidatos, quien más, quien menos, lanzan su política en consulta con la embajada norteamericana e incluso todos dan la vueltita por Estados Unidos… No va a haber transformación. Tampoco soy de pensar que el candidato va a venir con un enfoque de derecha rudimentario, van a venir con enfoques de derecha sofisticada, el smart power norteamericano.
– Más allá del apoyo y deseo del PC a la continuidad del proyecto kirchnerista, ¿qué cree que va a pasar?
Creo que se va a agudizar la lucha política en el país porque Estados Unidos y su gente están empeñados en tirar para atrás todo el proceso latinoamericano. Han puesto en juego intereses muy poderosos: económicos, diplomáticos y militares.
Estamos en condiciones de defender [el proyecto kirchnerista] a condición de que se profundice y se tomen medidas que reestablezcan confianza.
¿Quién es el candidato de la embajada de Estados Unidos?
Si Scioli llegara a ser el candidato del Frente para la Victoria apoyado por Cristina, ¿qué haría el PC?
Nosotros no compartimos la postura de Scioli candidato. Creemos que sería la certificación de la derrota. En boxeo sería «tirar la toalla».
A Scioli hay que tenerle mucho respeto
– ¿Quién podría ser una carta con posibilidades dentro del peronismo – kirchnerismo?
¿Un candidato? Creo que uno de los graves problemas que tiene el kirchnerismo hoy es que no ha construido una fuerza y tiene enormes problemas para tener un candidato. A partir de la elección última, de la derrota, la superestructura conservadora del PJ ha colonizado todos los espacios, incluso en el Ejecutivo. Por lo tanto, pedimos, rogamos y luchamos para que se tomen medidas de fondo y que de ese proceso surjan candidatos comprometidos con esa continuidad.
– ¿Algún nombre?
No es una continuidad de nombres, sino de transformaciones, transformaciones que tienen que ser de carácter estructural. Y una situación difícil y compleja [como la actual] saca más fácil ideas como «Scioli es el mal menor», «Scioli es ajeno al proyecto pero lo vamos a controlar». A ese señor hay que tenerle mucho respeto…
– En una nota de 2005 mencionó que Hugo Chávez era «más democrático» que Néstor Kirchner. ¿Qué diría hoy?
He sido educado en eso de que las comparaciones son malas, no hago comparaciones tan directas y simplistas. Chávez tiene pergaminos democráticos extraordinarios en el sentido de la democracia burguesa clásica: se sometió a multiplicidad de elecciones y consultas populares. Chávez ha sido un campeón de someterse a la compulsa electoral.
– ¿Y Nicolás Maduro?
Soy amigo de Maduro, es una excelente persona. Y está sometido a un plan de desestabilización terrorista. Estados Unidos ha reelaborado su sistema de poder: se revaloriza el Asia-Pacífico y muy especialmente América latina. Acá está lo fundamental de las reservas de petróleo, agua, litio, casi todos los minerales y la riqueza de la diversidad biológica, de la que se nutre la industria farmacéutica..