Economía Viernes 30 de Mayo de 2014
Por Carlos Burgueño.-
• El Secretario del Tesoro galo habló del entendimiento entre bancos centrales para asegurar pago
Por: Carlos Burgueño
«Sin el FMI… ¿cómo pagará la Argentina lo que está prometiendo?», preguntó el delegado de Alemania, en una reunión aparte, sin los funcionarios argentinos en frente, en medio de las reuniones del miércoles en las que el Gobierno cerró el acuerdo con el Club de Paris. La posta la tomó el propio presidente del organismo, Ramón Fernández, el secretario de Tesoro galo – que por el lugar donde está radicado el Club de Paris tiene a su mando la preparación y desarrollo de los eventos del organismo- explicó a los representantes de los 14 estados a los que Argentina les debe dinero (el número 15 es la propia Francia). «El Banco de Francia está a punto de cerrar un acuerdo con el Banco Central de la República Argentina y tenemos la seguridad que ese dinero garantizará al menos hasta diciembre de 2015 los pagos comprometidos», dijo. Con respuestas como estas, Fernández fue el verdadero artífice y nexo para que las maratónicas negociaciones hayan llegado a buen puerto. Fue el funcionario galo el que se tomó el trabajo de parlamentar con los representantes de los estados con posiciones más complicadas, para que se aceptara la propuesta del plan de pagos argentino. El francés hacía referencia al acuerdo aún no oficializado entre el Gobierno argentino y el europeo por el que volverá a activarse el mecanismo del Repo, que implica que la entidad que dirige Juan Carlos Fábrega garantizará con las reservas el pago de un préstamo por unos u$s 3.000 millones, con los dólares que la Argentina tiene depositados en el banco de Basilea. El crédito está liberado desde que el país cumplió en 2013 con el pago del plan anterior por unos u$s 4.000 millones.
El propio ministro de Economía, Axel Kicillof, les aseguraba y volvía a repetirlo que el pago que se concretará el julio por unos u$s 650 millones se hará con recursos propios y sin necesidad de contar con ningún apoyo financiero, incluyendo el que aportará el acuerdo con el Banco de Francia. Aseguraba que el dinero estaba disponible, incluyendo además el pago de u$s 500 millones de mayo del próximo año (con el que se completará el compromiso durante el Gobierno de Cristina de Kirchner). Sin embargo, los acreedores insistían, y en las reuniones privadas donde se evaluaba el miércoles por la tarde parisina si se aceptaba o no la propuesta argentina; la opinión de Fernandez resultó fundamental para destrabar las discusiones.
Obviamente la posición del secretario de Tesoro francés no obedeció su propia iniciativa. El titular del Club de París había recibido ordenes expresas del presidente Francoise Hollande para que se convierta en el eje fundamental del acuerdo entre el organismo y la Argentina. Para entender esta posición hay que remontarse al 19 de marzo pasado, cuando Cristina fue recibida por Hollande en el palacio del Eliseo, oportunidad en la que ambos jefes de Estado demostraron nuevamente la sintonía que se profesan y negociaron el apoyo irrestricto que los europeos sostendrían en las negociaciones pautadas en ese mismo momento para el 28 de mayo. Al finalizar esa cumbre, el propio Hollande aseguraba que «apoyaremos a la Argentina, corresponde a nuestros intereses la negociación del Club de París, así podremos tener más flujo comercial entre ambos países». Para entender, hay que leer también lo que afirmó la Jefa del Estado: «Si se logra acordar con el club las empresas europeas podrán invertir y generar trabajo, activar sus respectivas economías. Lo importante es que salgamos del endeudamiento para poder crecer económicamente», sostuvo Cristina.
Allí estuvo la clave del apoyo francés, el convencimiento al resto de los estados europeos por parte de Fernández y la aceptación del bloque que no participe el FMI como auditor. Las empresas de capitales de la Unión Europea podrán ahora acceder de manera libre a créditos disponibles por el Banco de Inversiones Europeas (BEI), que ofrece tasas menores al 3% anual para operaciones de estas multinacionales fuera del bloque. En materia energética, la Argentina cuenta con el proyecto de Vaca Muerta, donde probablemente las petroleras francesas sean ahora más que bienvenidas. De hecho, el 20 de marzo, en París, Cristina se reunió con el presidente de la compañía Total, Christophe de Margerie, para hablar de la posibilidad que la compañía invierta en «shale gas» una actividad que tiene prohibida en Francia pero que podría desarrollar a pleno en la Argentina. No es la única multinacional que ahora puede acelerar inversiones: en la lista figuran una automotriz alemana, una empresa de telecomunicaciones española, constructoras de todo el continente, laboratorios belgas y una petrolera holandesa, entre otros.
Por Carlos Burgueño.-
• El Secretario del Tesoro galo habló del entendimiento entre bancos centrales para asegurar pago
Por: Carlos Burgueño
«Sin el FMI… ¿cómo pagará la Argentina lo que está prometiendo?», preguntó el delegado de Alemania, en una reunión aparte, sin los funcionarios argentinos en frente, en medio de las reuniones del miércoles en las que el Gobierno cerró el acuerdo con el Club de Paris. La posta la tomó el propio presidente del organismo, Ramón Fernández, el secretario de Tesoro galo – que por el lugar donde está radicado el Club de Paris tiene a su mando la preparación y desarrollo de los eventos del organismo- explicó a los representantes de los 14 estados a los que Argentina les debe dinero (el número 15 es la propia Francia). «El Banco de Francia está a punto de cerrar un acuerdo con el Banco Central de la República Argentina y tenemos la seguridad que ese dinero garantizará al menos hasta diciembre de 2015 los pagos comprometidos», dijo. Con respuestas como estas, Fernández fue el verdadero artífice y nexo para que las maratónicas negociaciones hayan llegado a buen puerto. Fue el funcionario galo el que se tomó el trabajo de parlamentar con los representantes de los estados con posiciones más complicadas, para que se aceptara la propuesta del plan de pagos argentino. El francés hacía referencia al acuerdo aún no oficializado entre el Gobierno argentino y el europeo por el que volverá a activarse el mecanismo del Repo, que implica que la entidad que dirige Juan Carlos Fábrega garantizará con las reservas el pago de un préstamo por unos u$s 3.000 millones, con los dólares que la Argentina tiene depositados en el banco de Basilea. El crédito está liberado desde que el país cumplió en 2013 con el pago del plan anterior por unos u$s 4.000 millones.
El propio ministro de Economía, Axel Kicillof, les aseguraba y volvía a repetirlo que el pago que se concretará el julio por unos u$s 650 millones se hará con recursos propios y sin necesidad de contar con ningún apoyo financiero, incluyendo el que aportará el acuerdo con el Banco de Francia. Aseguraba que el dinero estaba disponible, incluyendo además el pago de u$s 500 millones de mayo del próximo año (con el que se completará el compromiso durante el Gobierno de Cristina de Kirchner). Sin embargo, los acreedores insistían, y en las reuniones privadas donde se evaluaba el miércoles por la tarde parisina si se aceptaba o no la propuesta argentina; la opinión de Fernandez resultó fundamental para destrabar las discusiones.
Obviamente la posición del secretario de Tesoro francés no obedeció su propia iniciativa. El titular del Club de París había recibido ordenes expresas del presidente Francoise Hollande para que se convierta en el eje fundamental del acuerdo entre el organismo y la Argentina. Para entender esta posición hay que remontarse al 19 de marzo pasado, cuando Cristina fue recibida por Hollande en el palacio del Eliseo, oportunidad en la que ambos jefes de Estado demostraron nuevamente la sintonía que se profesan y negociaron el apoyo irrestricto que los europeos sostendrían en las negociaciones pautadas en ese mismo momento para el 28 de mayo. Al finalizar esa cumbre, el propio Hollande aseguraba que «apoyaremos a la Argentina, corresponde a nuestros intereses la negociación del Club de París, así podremos tener más flujo comercial entre ambos países». Para entender, hay que leer también lo que afirmó la Jefa del Estado: «Si se logra acordar con el club las empresas europeas podrán invertir y generar trabajo, activar sus respectivas economías. Lo importante es que salgamos del endeudamiento para poder crecer económicamente», sostuvo Cristina.
Allí estuvo la clave del apoyo francés, el convencimiento al resto de los estados europeos por parte de Fernández y la aceptación del bloque que no participe el FMI como auditor. Las empresas de capitales de la Unión Europea podrán ahora acceder de manera libre a créditos disponibles por el Banco de Inversiones Europeas (BEI), que ofrece tasas menores al 3% anual para operaciones de estas multinacionales fuera del bloque. En materia energética, la Argentina cuenta con el proyecto de Vaca Muerta, donde probablemente las petroleras francesas sean ahora más que bienvenidas. De hecho, el 20 de marzo, en París, Cristina se reunió con el presidente de la compañía Total, Christophe de Margerie, para hablar de la posibilidad que la compañía invierta en «shale gas» una actividad que tiene prohibida en Francia pero que podría desarrollar a pleno en la Argentina. No es la única multinacional que ahora puede acelerar inversiones: en la lista figuran una automotriz alemana, una empresa de telecomunicaciones española, constructoras de todo el continente, laboratorios belgas y una petrolera holandesa, entre otros.
me parece que la clave de los últimos acuerdos es Vaca Muerta….
Obvio. Un continente cuyas últimas gotas de petrólio a duras penas salen aún del Mar del Norte, y que encima son propiedad de un Estado no miembro de la UE (Noruega) están cada vez más acogotados por Vladimiro Vladimirovich (sobre todo Alemania). No es para ponerse de punta con la 3ra. y 4ta. reserva de shale.
Pero para ese entonces tal vez ya estemos codo a codo con Vladimiro en el BRICSA Tarde piaste…! (es que estamos AISLADOS DEL MUNDO) Mañeto debe de tener juanetes allá abajo. Aunque bien pensado estamos aislados del sistema solar… flotando por el cosmos! LTA unos cuántos.
3a y 4a no significan mucho en si. Fijate en la lista de reservas mundiales, fijate que % de eso son las reservas argentinas, fijate quienes tienen la mayoria, pensate la relacion comercial UE/esos paises, pensate la intranscendencia de la relacion comercial Argentina/UE, pensate a quien le van a comprar los europeos. Suponiendo que 1) Vaca Muerta sea comercialmente viable, cosa que no se sabe todavia 2)O se usa para abastecer el pais, o para exportar. Si hace las dos cosas juntas, el saldo exportable no es para tanto.
LTA adentro unos cuantos… No entiendo porque tenes tal necesidad de sentirte importante. No hay ningun estigma en vivir en un pais sin mucha relevancia, se puede vivir perfectamente bien.