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Por Rodrigo Conti, Director de Medios Grupo Crónica
Casi como si se hubieran puesto de acuerdo, en los equipos de Mauricio Macri y Daniel Scioli repiten una presunción a modo de certeza: “La figura de Sergio Massa comenzará a diluirse por falta de sustento político y la verdadera pelea electoral en 2015 será entre el jefe de Gobierno porteño y el gobernador bonaerense”.
Es obvio, pero desde Tigre rechazan la hipótesis, envalentonados con encuestas que siguen poniendo a Massa al tope de las preferencias, y minimizan la idea convencidos de que se trata “solamente de una expresión de deseo de quienes corren desde atrás…”. De cualquier modo, en el massismo admiten preocupación por la baja constante de los sondeos de opinión y por el encasillamiento del diputado en la problemática de la seguridad. Tanto es así que entre las principales prioridades de cara al segundo semestre está la difusión de propuestas de fondo, por encima de la coyuntura.
En la mesa chica del macrismo sostienen que en la estrategia de marketing político de Massa prevalece la sociología electoral y la comunicación sobre la ciencia política y “la sociedad no asocia al ex intendente con logros profundos de gestión”. A su vez, advierten que no es cierto que Macri “construya campañas vacías y cosméticas, centradas en la apariencia”. Por eso destacan dos aspectos bien definidos: el fuerte conocimiento de Macri en todo el país en virtud de la experiencia en Boca y la “profundidad de ese conocimiento”. Es decir, “el electorado asocia a Macri con obras como el Metrobús, las bicisendas o el Maldonado. Ni Scioli ni Massa cuentan con esa asociación…”. Eso sí, inquieta al macrismo la cuenta pendiente en materia de territorialidad en referencia al armado político y a la construcción de candidatos propios. Por eso, requieren inevitablemente de alguna alianza y de fortalecer a los hombres de Macri en el Interior. Para eso, el líder del PRO recorrerá las provincias y buscará fortalecer a María Eugenia Vidal en el conurbano.
En La Plata, el equipo de Scioli se jacta de beneficiarse por el reacomodamiento de la economía que ha iniciado el kirchnerismo. Incluso el propio gobernador ya se ha golpeado el pecho por liderar la postura dialoguista y conciliadora que ahora emprenden todos, incluso la propia Presidenta. “Massa se cae un poco todos los días, no va a llegar…”, se entusiasma un sciolista de los más convencidos. Su argumento es similar al del macrismo. “No hay sustento… las propuestas educativas no tuvieron ningún eco y el oportunismo dura poco”, agregó.
“Todos quieren la foto con Daniel. Si hasta la gobernadora de Catamarca aprovechó que una mañana Scioli trotaba cerca de la gobernación, con un jogging improvisado, para pedirle que pasara a saludarlo y se sacara la foto de rigor”, cuenta un hombre cercano al ex motonauta. En discordia, en el corazón del sciolismo algunos admiten que a medida que pase el tiempo “sacarse fotos con todos se convertirá en una contra grande”, porque los votantes esperan definiciones. En las últimas semanas tomaron con prudencia los cuestionamientos lanzados por Cristina Fernández respecto del conflicto sindical de Gestamp. Aseguran que no le perjudica la crítica directa pero sí pone en alerta sobre ese concepto de “sonreír siempre y decir a todo que sí…”
Las intimidades de los tres candidatos esconden deseos, certezas e hipótesis pero para la hora de la verdad aún falta mucho. En cualquier caso, en los equipos de Scioli y Macri crece la idea de que Massa va a perder fuerza. Por ahora se trata de una hipótesis que sólo el tiempo podrá develar.
Por Rodrigo Conti, Director de Medios Grupo Crónica
Casi como si se hubieran puesto de acuerdo, en los equipos de Mauricio Macri y Daniel Scioli repiten una presunción a modo de certeza: “La figura de Sergio Massa comenzará a diluirse por falta de sustento político y la verdadera pelea electoral en 2015 será entre el jefe de Gobierno porteño y el gobernador bonaerense”.
Es obvio, pero desde Tigre rechazan la hipótesis, envalentonados con encuestas que siguen poniendo a Massa al tope de las preferencias, y minimizan la idea convencidos de que se trata “solamente de una expresión de deseo de quienes corren desde atrás…”. De cualquier modo, en el massismo admiten preocupación por la baja constante de los sondeos de opinión y por el encasillamiento del diputado en la problemática de la seguridad. Tanto es así que entre las principales prioridades de cara al segundo semestre está la difusión de propuestas de fondo, por encima de la coyuntura.
En la mesa chica del macrismo sostienen que en la estrategia de marketing político de Massa prevalece la sociología electoral y la comunicación sobre la ciencia política y “la sociedad no asocia al ex intendente con logros profundos de gestión”. A su vez, advierten que no es cierto que Macri “construya campañas vacías y cosméticas, centradas en la apariencia”. Por eso destacan dos aspectos bien definidos: el fuerte conocimiento de Macri en todo el país en virtud de la experiencia en Boca y la “profundidad de ese conocimiento”. Es decir, “el electorado asocia a Macri con obras como el Metrobús, las bicisendas o el Maldonado. Ni Scioli ni Massa cuentan con esa asociación…”. Eso sí, inquieta al macrismo la cuenta pendiente en materia de territorialidad en referencia al armado político y a la construcción de candidatos propios. Por eso, requieren inevitablemente de alguna alianza y de fortalecer a los hombres de Macri en el Interior. Para eso, el líder del PRO recorrerá las provincias y buscará fortalecer a María Eugenia Vidal en el conurbano.
En La Plata, el equipo de Scioli se jacta de beneficiarse por el reacomodamiento de la economía que ha iniciado el kirchnerismo. Incluso el propio gobernador ya se ha golpeado el pecho por liderar la postura dialoguista y conciliadora que ahora emprenden todos, incluso la propia Presidenta. “Massa se cae un poco todos los días, no va a llegar…”, se entusiasma un sciolista de los más convencidos. Su argumento es similar al del macrismo. “No hay sustento… las propuestas educativas no tuvieron ningún eco y el oportunismo dura poco”, agregó.
“Todos quieren la foto con Daniel. Si hasta la gobernadora de Catamarca aprovechó que una mañana Scioli trotaba cerca de la gobernación, con un jogging improvisado, para pedirle que pasara a saludarlo y se sacara la foto de rigor”, cuenta un hombre cercano al ex motonauta. En discordia, en el corazón del sciolismo algunos admiten que a medida que pase el tiempo “sacarse fotos con todos se convertirá en una contra grande”, porque los votantes esperan definiciones. En las últimas semanas tomaron con prudencia los cuestionamientos lanzados por Cristina Fernández respecto del conflicto sindical de Gestamp. Aseguran que no le perjudica la crítica directa pero sí pone en alerta sobre ese concepto de “sonreír siempre y decir a todo que sí…”
Las intimidades de los tres candidatos esconden deseos, certezas e hipótesis pero para la hora de la verdad aún falta mucho. En cualquier caso, en los equipos de Scioli y Macri crece la idea de que Massa va a perder fuerza. Por ahora se trata de una hipótesis que sólo el tiempo podrá develar.