Economía Jueves 19 de Junio de 2014
Por Pablo Ibáñez.-
Roberto Lavagna, Alberto Fernández, Guillermo Nielsen, Sebastián Palia y Rafael Bielsa.
El staff estable que diseñó y ejecutó el canje de deuda de 2005 en los días expansivos de la presidencia de Néstor Kirchner permanece, a casi una década, no sólo apartado del dispositivo ultra K sino que se integró a equipos y espacios políticos enfrentados a Cristina de Kirchner.
La renegociación de la deuda fue señalada por Kirchner como el peldaño que marcó la salida del infierno -y el ingreso al purgatorio- y el kirchnerismo, entre ellos la Presidente, lo mencionan como el pilar de la política de desendeudamiento.
Sin embargo, como en otros epiosdios de la década K, los ejecutores políticos y técnicos que intervinieron -en febrero de 2005 aceptó un 76% de los tenedores de bonos- ya no forman parte del planeta oficial. Roberto Lavagna, por entonces ministro y promotor del canje, que llevó el proceso mano a mano con Kirchner, es el caso emblemático: a fines de 2005 dejó el Gobierno; en 2007 fue candidato a presidente contra Cristina de Kirchner y ahora pivotea entre Daniel Scioli, con quien habla seguido, y Sergio Massa, en cuyos equipo económico integró a su hijo, Marco Lavagna.
Guillermo Nielsen, mano derecha de Lavagna -era secretario de Finanzas- es quien aparece, por vínculos tercerizados, más cerca de la Casa Rosada al convertirse en asesor de Daniel Scioli en la candidatura presidencial. A pesar de eso -o justamente por eso- Nielsen no ahorra críticas a la política económica que encarna Axel Kicillof y fue uno de los primeros en decir que se debía pagar a los holdouts según el fallo del juez Thomas Griessa.
El ala política, en particular Alberto Fernández, por entonces jefe de Gabinete, también se distanció del kirchnerismo al igual que, aunque con menos virulencia, Rafael Bielsa, que fue canciller durante los meses de la renegociación.
Bielsa tuvo un papel secundario, en parte porque el equipo de Economía recelaba a Martín Redrado, que en los meses de preparación del canje fue secretario de Relaciones Económicas de la Cancillería y luego presidió el Banco Central. Redrado -que se fue en 2010 del Central en medio de una disputa feroz con los Kirchner- se ensambló al comando del Frente Renovador y tiene un guiño del tigrense para pelear la jefatura de Gobierno porteño.
En aquellos días de efervescencia kirchernista, Massa era la esperanza blanca K en la ANSES y en octubre de 2005 sería candidato a diputado en la boleta encabezada por Cristina como senadora por Buenos Aires, contra los Duhalde.
De la «mesa chica» de los negociadores nadie queda en las cercanías del kirchnerismo: ni Lavanga ni Nielsen, el más próximo, tampoco Eduardo «Ratón» Pérez, secretario de Legal y Técnica; el secretario de Coordinación Leonardo Madcur y el subsecretario
de Financiamiento Sebastián Palla, luego convocado por Kirchner para diseñar la reapertura del canje pero rompió cuando el Gobierno tomó el control de los fondos de las AFJP.
Tras la salida de Lavagna, Madcur se replegó en el sector privado. Está en el grupo Los W de los Werthein tras permanece un tiempo en finanzas del grupo América, de Vila-Manzano. Palla integra la gerencia del Banco Macro de la familia Brito, grupo de banqueros de buena relación con Massa.
Por Pablo Ibáñez.-
Roberto Lavagna, Alberto Fernández, Guillermo Nielsen, Sebastián Palia y Rafael Bielsa.
El staff estable que diseñó y ejecutó el canje de deuda de 2005 en los días expansivos de la presidencia de Néstor Kirchner permanece, a casi una década, no sólo apartado del dispositivo ultra K sino que se integró a equipos y espacios políticos enfrentados a Cristina de Kirchner.
La renegociación de la deuda fue señalada por Kirchner como el peldaño que marcó la salida del infierno -y el ingreso al purgatorio- y el kirchnerismo, entre ellos la Presidente, lo mencionan como el pilar de la política de desendeudamiento.
Sin embargo, como en otros epiosdios de la década K, los ejecutores políticos y técnicos que intervinieron -en febrero de 2005 aceptó un 76% de los tenedores de bonos- ya no forman parte del planeta oficial. Roberto Lavagna, por entonces ministro y promotor del canje, que llevó el proceso mano a mano con Kirchner, es el caso emblemático: a fines de 2005 dejó el Gobierno; en 2007 fue candidato a presidente contra Cristina de Kirchner y ahora pivotea entre Daniel Scioli, con quien habla seguido, y Sergio Massa, en cuyos equipo económico integró a su hijo, Marco Lavagna.
Guillermo Nielsen, mano derecha de Lavagna -era secretario de Finanzas- es quien aparece, por vínculos tercerizados, más cerca de la Casa Rosada al convertirse en asesor de Daniel Scioli en la candidatura presidencial. A pesar de eso -o justamente por eso- Nielsen no ahorra críticas a la política económica que encarna Axel Kicillof y fue uno de los primeros en decir que se debía pagar a los holdouts según el fallo del juez Thomas Griessa.
El ala política, en particular Alberto Fernández, por entonces jefe de Gabinete, también se distanció del kirchnerismo al igual que, aunque con menos virulencia, Rafael Bielsa, que fue canciller durante los meses de la renegociación.
Bielsa tuvo un papel secundario, en parte porque el equipo de Economía recelaba a Martín Redrado, que en los meses de preparación del canje fue secretario de Relaciones Económicas de la Cancillería y luego presidió el Banco Central. Redrado -que se fue en 2010 del Central en medio de una disputa feroz con los Kirchner- se ensambló al comando del Frente Renovador y tiene un guiño del tigrense para pelear la jefatura de Gobierno porteño.
En aquellos días de efervescencia kirchernista, Massa era la esperanza blanca K en la ANSES y en octubre de 2005 sería candidato a diputado en la boleta encabezada por Cristina como senadora por Buenos Aires, contra los Duhalde.
De la «mesa chica» de los negociadores nadie queda en las cercanías del kirchnerismo: ni Lavanga ni Nielsen, el más próximo, tampoco Eduardo «Ratón» Pérez, secretario de Legal y Técnica; el secretario de Coordinación Leonardo Madcur y el subsecretario
de Financiamiento Sebastián Palla, luego convocado por Kirchner para diseñar la reapertura del canje pero rompió cuando el Gobierno tomó el control de los fondos de las AFJP.
Tras la salida de Lavagna, Madcur se replegó en el sector privado. Está en el grupo Los W de los Werthein tras permanece un tiempo en finanzas del grupo América, de Vila-Manzano. Palla integra la gerencia del Banco Macro de la familia Brito, grupo de banqueros de buena relación con Massa.