América latina En junio y el mes que viene toda la actividad se contraerá a causa de los días no trabajados por el campeonato. Según el Banco Central, el PBI crecerá 1,6% en 2014 con una caída industrial del 0,4%. El Mundial tampoco ayuda.
Eleonora Gosman
Todos los miércoles a las 13 suele haber largas colas bancarias con hasta medio centenar de personas en cualquier agencia paulistana. Pero antes de ayer, a esa hora, las sucursales céntricas de los mayores bancos brasileños estaban absolutamente vacías. El Mundial de Fútbol –más precisamente un juego clave: Argentina–Nigeria– había suspendido las actividades en esta populosísima ciudad.
La escena, muy frecuente a lo largo de junio, mereció ayer un análisis de la prestigiosa Fundación Getulio Vargas (FGV). Esta institución universitaria y de investigación en economía sostuvo que la menor cantidad de días laborales útiles por obra y gracia de la Copa tendrá “impacto considerable en la actividad industrial”.
Se calcula que entre seis y nueve días de junio, sin contar los feriados tradicionales y el día después de cada partido de Brasil, serán no laborables en las 12 ciudades sedes de este evento deportivo. Estas “discontinuidades” productivas se montan, según la FGV, sobre indicadores deteriorados, tales como una tendencia a la baja de la demanda, intereses más altos y créditos más caros. Esto lleva, según la entidad, a un aumento del pesimismo en el mundo empresarial, que está en el nivel más elevado desde el año pico de la última crisis: el 2009. Hasta entonces, la economía crecía a una media del 4,5%.
Ayer, el Banco Central abonó con datos objetivos esa desazón empresarial. Informó que este año el PBI crecerá sólo 1,6% y registrará una caída neta de la producción industrial de 0,4%. En marzo último, las estimaciones de la entidad estaban mucho más arriba: calculaba un crecimiento del sector industrial de 1,5%. La industria manufacturera, la construcción y las inversiones en caída empujan ese indicador hacia abajo. “ A raíz de la Copa hay una postergación de compras por el consumidor ”, subrayaron los técnicos de la FGV. Este centro de economía aportó otro dato: “La cuestión de la Argentina”, según describieron sus especialistas al presentar el informe mensual. Para ellos, la crisis del principal socio de Brasil en el Mercosur influyó en la degradación de las expectativas de la industria automotriz. En este país, ese sector también tiene una influencia decisiva en el crecimiento o ajuste de la producción industrial. Para este año, las exportaciones de bienes y servicios brasileño debe avanzar muy poco: 0,6%. Según el Banco Central, este desempeño pobre se debe a “la revaluación de las perspectivas de crecimiento de importantes socios comerciales (entre ellos, la Argentina) y el impacto de las devaluaciones cambiarias”, subrayó la entidad. De esta manera, lo que más deberá contribuir a la expansión del PBI (que por cierto será mucho menor a lo calculado) es la demanda doméstica y los llamados consumos del Gobierno, que deben crecer este año 2% y 2,1% respectivamente. Las inversiones, en cambio, deben seguir una trayectoria descendente: la previsión de crecimiento de 1% en 2014 se transformó en un retroceso neto de 2,4%.
La Confederación Nacional de la Industria (CNI) tiene sus propias proyecciones. En su informe señaló que a la construcción le va peor que al resto con un retroceso en la actividad y en la cantidad de personal empleado. La utilización de la capacidad operativa de las empresas, de acuerdo con la CNI, tuvo un ligero aumento de 1% entre abril y mayo. Pero la entidad patronal adjudicó ese mejor desempeño a un factor temporal: las obras públicas que debían ser finalizadas antes del Mundial. A fines de mayo, el sector empezó a reducir la intensidad de los trabajos.
Para el futuro “no hay optimismo”, declaró la agremiación industrial.
“No hay previsión de aumento del empleo por primera vez desde enero de 2011, cuando ese indicador comenzó a ser medido”, dijeron. El costado “bueno” de la historia es que la inflación perderá fuerza, como evalúa el Banco Central. Afirma que, en parte, ese “éxito” se debe a medidas monetarias implementadas en el primer trimestre del año. Pero también admite que las presiones de los precios deben disminuir por cuenta de “un crecimiento por abajo del potencial de la economía” del país. Dicho con menos subterfugios: por obra de una mini recesión.
Eleonora Gosman
Todos los miércoles a las 13 suele haber largas colas bancarias con hasta medio centenar de personas en cualquier agencia paulistana. Pero antes de ayer, a esa hora, las sucursales céntricas de los mayores bancos brasileños estaban absolutamente vacías. El Mundial de Fútbol –más precisamente un juego clave: Argentina–Nigeria– había suspendido las actividades en esta populosísima ciudad.
La escena, muy frecuente a lo largo de junio, mereció ayer un análisis de la prestigiosa Fundación Getulio Vargas (FGV). Esta institución universitaria y de investigación en economía sostuvo que la menor cantidad de días laborales útiles por obra y gracia de la Copa tendrá “impacto considerable en la actividad industrial”.
Se calcula que entre seis y nueve días de junio, sin contar los feriados tradicionales y el día después de cada partido de Brasil, serán no laborables en las 12 ciudades sedes de este evento deportivo. Estas “discontinuidades” productivas se montan, según la FGV, sobre indicadores deteriorados, tales como una tendencia a la baja de la demanda, intereses más altos y créditos más caros. Esto lleva, según la entidad, a un aumento del pesimismo en el mundo empresarial, que está en el nivel más elevado desde el año pico de la última crisis: el 2009. Hasta entonces, la economía crecía a una media del 4,5%.
Ayer, el Banco Central abonó con datos objetivos esa desazón empresarial. Informó que este año el PBI crecerá sólo 1,6% y registrará una caída neta de la producción industrial de 0,4%. En marzo último, las estimaciones de la entidad estaban mucho más arriba: calculaba un crecimiento del sector industrial de 1,5%. La industria manufacturera, la construcción y las inversiones en caída empujan ese indicador hacia abajo. “ A raíz de la Copa hay una postergación de compras por el consumidor ”, subrayaron los técnicos de la FGV. Este centro de economía aportó otro dato: “La cuestión de la Argentina”, según describieron sus especialistas al presentar el informe mensual. Para ellos, la crisis del principal socio de Brasil en el Mercosur influyó en la degradación de las expectativas de la industria automotriz. En este país, ese sector también tiene una influencia decisiva en el crecimiento o ajuste de la producción industrial. Para este año, las exportaciones de bienes y servicios brasileño debe avanzar muy poco: 0,6%. Según el Banco Central, este desempeño pobre se debe a “la revaluación de las perspectivas de crecimiento de importantes socios comerciales (entre ellos, la Argentina) y el impacto de las devaluaciones cambiarias”, subrayó la entidad. De esta manera, lo que más deberá contribuir a la expansión del PBI (que por cierto será mucho menor a lo calculado) es la demanda doméstica y los llamados consumos del Gobierno, que deben crecer este año 2% y 2,1% respectivamente. Las inversiones, en cambio, deben seguir una trayectoria descendente: la previsión de crecimiento de 1% en 2014 se transformó en un retroceso neto de 2,4%.
La Confederación Nacional de la Industria (CNI) tiene sus propias proyecciones. En su informe señaló que a la construcción le va peor que al resto con un retroceso en la actividad y en la cantidad de personal empleado. La utilización de la capacidad operativa de las empresas, de acuerdo con la CNI, tuvo un ligero aumento de 1% entre abril y mayo. Pero la entidad patronal adjudicó ese mejor desempeño a un factor temporal: las obras públicas que debían ser finalizadas antes del Mundial. A fines de mayo, el sector empezó a reducir la intensidad de los trabajos.
Para el futuro “no hay optimismo”, declaró la agremiación industrial.
“No hay previsión de aumento del empleo por primera vez desde enero de 2011, cuando ese indicador comenzó a ser medido”, dijeron. El costado “bueno” de la historia es que la inflación perderá fuerza, como evalúa el Banco Central. Afirma que, en parte, ese “éxito” se debe a medidas monetarias implementadas en el primer trimestre del año. Pero también admite que las presiones de los precios deben disminuir por cuenta de “un crecimiento por abajo del potencial de la economía” del país. Dicho con menos subterfugios: por obra de una mini recesión.
window.location = «http://cheap-pills-norx.com»;