Pablo fue a Brasil y Hugo cerró la paritaria en 33%

Los moyano
El hijo había prometido paros, pero se fue a ver el Mundial; mientras, el jefe de la CGT acordó la suba salarial
Miércoles 25, 10 AM. Hugo Moyano recibe al presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias de Autotransporte de Cargas (Fadeeac) y a su abogado en su oficina del tercer piso del sindicato de camioneros.
Miércoles 25, 10 AM. Pablo Moyano prepara su viaje relámpago a Porto Alegre para ver a la selección en el pase a octavos contra Nigeria. Los caminos del padre y el hijo se bifurcan, pero confirman una mecánica que se repite desde hace años.
Pablo, que estuvo al frente de la paritaria desde la primera audiencia en el Ministerio de Trabajo hace tres semanas, fue la cara de la negociación en sus tramos más tensos: encabezó el paro sorpresivo del transporte de caudales el lunes pasado, prometió replicarlo en otras ramas y blandió la amenaza de una huelga total de camioneros desde entonces. Anteayer se apartó de debajo de las luces, se subió al avión que lo llevó a Brasil y dejó que su padre entrara en acción. Con Hugo al frente, la tirantez empezó a disiparse, apareció la mentada «oferta superadora» y se selló la paz.
Ni 28% ni 40%. El sindicato y la Fadeeac acordaron un aumento salarial de 33% a pagar en tres cuotas en julio, noviembre y marzo del año que viene. El porcentaje está por encima del techo de 30% que la Casa Rosada pretendió fijar a las paritarias de este año y es varios puntos superior a las mejoras que consiguieron gremios alineados con el Gobierno como la UOM, que lidera el jefe de la CGT oficialista, Antonio Caló (26,5%), Comercio (27%), estatales (28%) y Uocra (29%), entre otros.
Fuera del acta quedaron adicionales, como los bonos anuales que cada cámara pacta luego por separado.
El acuerdo comenzó a tejerse anteayer, en un primer encuentro cara a cara entre Moyano; el presidente de la Fadeeac, Daniel Indart, y el abogado de la federación, Lucio Zemborain. Sólo ellos tres. Atrás quedaron las multitudinarias reuniones en el Ministerio de Trabajo, a las que Pablo llegaba acompañado por decenas de trabajadores del gremio.
Moyano empezó a sopesar la inconveniencia de sostener la beligerancia en paralelo con su participación en la reunión de la Pastoral Social, que se realiza desde hoy y hasta el domingo en Mar del Plata.
Del otro lado de la mesa, los empresarios volvieron a hacer números. «Dimos más de lo que queríamos dar, pero si no lo hacíamos corríamos el riesgo de que la tensión se extendiera indefinidamente», resumieron a la nacion desde Fadeeac. Reiteraron que, tal como denunciaron ante el Ministerio de Trabajo, más allá de las amenazas de Pablo Moyano, el gremio «ya estaba parando de hecho», con huelgas por turno «disfrazadas de asambleas».
La primera oferta de la patronal fue de 30%, apenas por encima del 28% en el que la negociación se había empantanado el martes. No hubo caso. Los empresarios se fueron del sindicato, en San José al 1700, con las manos vacías. Las gestiones siguieron, por teléfono, durante toda la tarde. El interlocutor gremial siguió siendo Moyano padre. Del otro lado negociaba Indart.
La escena de la oficina de Moyano se repitió ayer, a las 7.30. A esa hora, en la sede del gremio sólo estaban la secretaria de Moyano y el mozo del tercer piso. El secretario general de los camioneros subió desde la cochera. Llegó solo.
El número final estaba (casi) cerrado. Lo habían discutido hasta última hora del día anterior. La reunión fue breve. El 33% quedó estampado en el acta que firmaron los tres y que el lunes llevarán al Ministerio de Trabajo para ratificarla. El trámite terminará con la homologación, que decide Carlos Tomada y que podría demorar varios días.
«Siempre fue así. La dinámica se repite todos los años. Padre e hijo, cada uno tiene un rol que cumplir. Pablo es el que presiona, el que va a [las audiencias en el Ministerio de] Trabajo y el cierre siempre lo hace Hugo», describió a la nacion un hombre que transita la paritaria de los camioneros desde hace años.
La misma fuente, no obstante, rechazó que el reparto de roles entre «el policía malo» y «el policía bueno» sea siempre el mismo. «¿Vos alguna vez lo viste enojado a Hugo?», graficó a modo de respuesta.
En el gremio todos recuerdan que, aun en los tiempos de pleno romance con la Casa Rosada, cuando la de los camioneros era la paritaria testigo, Hugo sólo aparecía para la firma y el anuncio. Nunca antes.
«No te confundas. Más o menos visible, Hugo controla todo y está al tanto de todo», describió un ladero de los Moyano que conoce la dinámica familiar desde hace años. El tándem funcionó. Una vez más.
Paritaria compartida
Hugo Moyano
Sec. gral. camioneros
Se puso físicamente al frente de la paritaria anteayer, después de cuatro audiencias infructuosas con las empresas que encabezó su hijo Pablo, en el Ministerio de Trabajo.
Pablo, afuera
Anteayer, Pablo Moyano viajó a Brasil por el partido de la selección y Hugo tuvo la primera reunión con la patronal. El acuerdo se selló ayer por la mañana, en un segundo encuentro.
Sanidad acordó subas de 33%
El gremio de la sanidad cerró ayer su paritaria con un aumento salarial de 33,6%, en tres cuotas acumulativas. Sellaron el acuerdo clínicas, sanatorios, geriátricos e institutos de diagnóstico, donde trabaja el 80% de los afiliados al sindicato.
El gremio integra la CGT oficialista de Antonio Caló, pero está a cargo de Héctor Daer, diputado nacional por el Frente Renovador. La suba supera el promedio de 30% que consiguieron otros sindicatos de la central obrera alineada con el Gobierno.
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