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El ex director de la CEPAL y secretario adjunto de la ONU criticó a los que dentro de Argentina proponen pagarle a los buitres y propuso al FMI para que impida que se obstaculice las reestructuraciones de deuda de países
El ex director de la CEPAL y secretario adjunto de la ONU, hoy profesor en la Universidad de Columbia, José Antonio Ocampo, reclamó normas globales “para prohibir a los buitres” y volvió a proponer que el FMI garantice que nadie obstaculice los canjes de deuda a países en crisis.
Varias veces ministro en su Colombia natal y respetado en el ambiente académico estadounidense, sostuvo que el fallo de Griesa es “ilógico” y que “va contra la esencia del capitalismo”. En este reportaje con BAE Negocios, tras haberse expresado contra el fallo de Griesa con un arco variopinto de voces como las de Nouriel Roubini, Joe Stiglitz, Anne Krueger y Mark Weisbrot, el economista cargó contra quienes en Argentina proponen al Gobierno que acate la sentencia sin protestar.
–¿Cómo evalúa el fallo de Griesa y sus implicancias? ¿Está influenciado por los fondos buitres?
–Yo no tengo ninguna evidencia de que esté influenciado por ellos, pero la resolución de Griesa fue la más ilógica y la más favorable a estos fondos que se haya producido jamás. Ilógica por la inequidad que genera, porque el concepto de pari passu apunta a que todos estén en iguales condiciones y este fallo genera mejores condiciones para unos acreedores que para otros. Pero además los favorece en condiciones económicamente absurdas, porque cuando un inversor compra un título de deuda, obtiene un rendimiento que se relaciona con el riesgo de impago. Y cuando se ha presentado esa contingencia del impago, no tiene absolutamente ningún sentido económico que se pida que se respeten las condiciones inciales. Eso es la negación misma de cómo funcionan los mercados financieros.
–¿Es cierto que un triunfo buitre puede perjudicar a Nueva York como plaza financiera?
–Con este fallo, lo que está haciendo Nueva York es suicidarse como plaza financiera. Los jueces no son ayatolás, son jueces. Y no es razonable lo que hizo Griesa. Es posible que si esto desemboque en un default se empiece a usar más Londres, donde los mecanismos de renegociación han funcionado históricamente mucho mejor que en Estados Unidos. Las cláusulas de acción colectiva que se emiten con los nuevos bonos generan ahora un marco mejor que el pasado, pero tampoco son una garantía porque puede no reunirse la mayoría necesaria para una reestructuración y que se abra camino a los buitres.
–¿Debería negociar el Gobierno con los buitres para evitar el default?
–Una parte sustancial del problema es que independientemente de las situaciones del pasado, estas decisiones del juez Griesa hacen mucho más difícil la negociación porque dejaron a los buitres en una posición extremadamente fuerte y a la Argentina con plazos demasiado cortos. Yo creo que los buitres deben ser eliminados o prohibidos por alguna norma. Tienen una conducta empresarial vergonzosa, sin riesgo, negociando bajo las togas de los jueces.
Al involucrar al sistema de pagos, además, los buitres vulneraron por primera vez en la historia la inmunidad soberana y trabaron embargos inéditos.
–¿Ese sistema de pagos –los fiduciarios como el Bank of New York Mellon– puede intervenir a favor de Argentina?
–Lo importante es lo que hagan los actores en pugna. Y yo creo que las autoridades argentinas están interesadas en negociar una solución. Lo sé por ellos pero también porque es evidente, porque han dado muchos pasos para normalizar sus relaciones financieras internacionales, como los acuerdos con Repsol, con el Club de París y con el FMI por los índices de precios. Ha habido un esfuerzo argentino que deben aceptar todos los agentes privados. Por oposición al Gobierno no se pueden poner en la posición más absurda, casi antinacional, de forzar al gobierno a ceder ante los buitres. Porque los buitres ¡son buitres! Es absurdo que en Argentina haya posiciones a favor de los buitres. Yo entiendo la polarización política que hay, pero no pueden caer en eso.
–¿Puede tener que ver con la recesión que atraviesa la economía también?
–Yo no creo que el manejo económico argentino haya sido el mejor en los últimos años. Incluso he analizado públicamente sus problemas macroeconómicos. Pero lo que se ha hecho en los últimos meses va en la dirección correcta y tratando de reencauzar eso. Y además la crisis que atraviesan es parte de un contexto internacional. Basta ver los últimos números de Brasil y de Chile. Ahora bien, yo he recibido opiniones de la Argentina que dicen que lo que hay que hacer es lo que los buitres digan, y eso no lo puedo entender… ¡es como pedir que cedan las Malvinas!
–¿No puede haber más condiciones una vez cumplido el acuerdo? ¿Llegará la “lluvia de capitales” que pronostican en Wall Street?
–No creo que lleguen caudales enormes en el corto plazo. Pero un arreglo por cierto permitiría que la Argentina vuelva a emitir bonos. Y algunos inversores pueden regresar también a la economía real.
El ex director de la CEPAL y secretario adjunto de la ONU criticó a los que dentro de Argentina proponen pagarle a los buitres y propuso al FMI para que impida que se obstaculice las reestructuraciones de deuda de países
El ex director de la CEPAL y secretario adjunto de la ONU, hoy profesor en la Universidad de Columbia, José Antonio Ocampo, reclamó normas globales “para prohibir a los buitres” y volvió a proponer que el FMI garantice que nadie obstaculice los canjes de deuda a países en crisis.
Varias veces ministro en su Colombia natal y respetado en el ambiente académico estadounidense, sostuvo que el fallo de Griesa es “ilógico” y que “va contra la esencia del capitalismo”. En este reportaje con BAE Negocios, tras haberse expresado contra el fallo de Griesa con un arco variopinto de voces como las de Nouriel Roubini, Joe Stiglitz, Anne Krueger y Mark Weisbrot, el economista cargó contra quienes en Argentina proponen al Gobierno que acate la sentencia sin protestar.
–¿Cómo evalúa el fallo de Griesa y sus implicancias? ¿Está influenciado por los fondos buitres?
–Yo no tengo ninguna evidencia de que esté influenciado por ellos, pero la resolución de Griesa fue la más ilógica y la más favorable a estos fondos que se haya producido jamás. Ilógica por la inequidad que genera, porque el concepto de pari passu apunta a que todos estén en iguales condiciones y este fallo genera mejores condiciones para unos acreedores que para otros. Pero además los favorece en condiciones económicamente absurdas, porque cuando un inversor compra un título de deuda, obtiene un rendimiento que se relaciona con el riesgo de impago. Y cuando se ha presentado esa contingencia del impago, no tiene absolutamente ningún sentido económico que se pida que se respeten las condiciones inciales. Eso es la negación misma de cómo funcionan los mercados financieros.
–¿Es cierto que un triunfo buitre puede perjudicar a Nueva York como plaza financiera?
–Con este fallo, lo que está haciendo Nueva York es suicidarse como plaza financiera. Los jueces no son ayatolás, son jueces. Y no es razonable lo que hizo Griesa. Es posible que si esto desemboque en un default se empiece a usar más Londres, donde los mecanismos de renegociación han funcionado históricamente mucho mejor que en Estados Unidos. Las cláusulas de acción colectiva que se emiten con los nuevos bonos generan ahora un marco mejor que el pasado, pero tampoco son una garantía porque puede no reunirse la mayoría necesaria para una reestructuración y que se abra camino a los buitres.
–¿Debería negociar el Gobierno con los buitres para evitar el default?
–Una parte sustancial del problema es que independientemente de las situaciones del pasado, estas decisiones del juez Griesa hacen mucho más difícil la negociación porque dejaron a los buitres en una posición extremadamente fuerte y a la Argentina con plazos demasiado cortos. Yo creo que los buitres deben ser eliminados o prohibidos por alguna norma. Tienen una conducta empresarial vergonzosa, sin riesgo, negociando bajo las togas de los jueces.
Al involucrar al sistema de pagos, además, los buitres vulneraron por primera vez en la historia la inmunidad soberana y trabaron embargos inéditos.
–¿Ese sistema de pagos –los fiduciarios como el Bank of New York Mellon– puede intervenir a favor de Argentina?
–Lo importante es lo que hagan los actores en pugna. Y yo creo que las autoridades argentinas están interesadas en negociar una solución. Lo sé por ellos pero también porque es evidente, porque han dado muchos pasos para normalizar sus relaciones financieras internacionales, como los acuerdos con Repsol, con el Club de París y con el FMI por los índices de precios. Ha habido un esfuerzo argentino que deben aceptar todos los agentes privados. Por oposición al Gobierno no se pueden poner en la posición más absurda, casi antinacional, de forzar al gobierno a ceder ante los buitres. Porque los buitres ¡son buitres! Es absurdo que en Argentina haya posiciones a favor de los buitres. Yo entiendo la polarización política que hay, pero no pueden caer en eso.
–¿Puede tener que ver con la recesión que atraviesa la economía también?
–Yo no creo que el manejo económico argentino haya sido el mejor en los últimos años. Incluso he analizado públicamente sus problemas macroeconómicos. Pero lo que se ha hecho en los últimos meses va en la dirección correcta y tratando de reencauzar eso. Y además la crisis que atraviesan es parte de un contexto internacional. Basta ver los últimos números de Brasil y de Chile. Ahora bien, yo he recibido opiniones de la Argentina que dicen que lo que hay que hacer es lo que los buitres digan, y eso no lo puedo entender… ¡es como pedir que cedan las Malvinas!
–¿No puede haber más condiciones una vez cumplido el acuerdo? ¿Llegará la “lluvia de capitales” que pronostican en Wall Street?
–No creo que lleguen caudales enormes en el corto plazo. Pero un arreglo por cierto permitiría que la Argentina vuelva a emitir bonos. Y algunos inversores pueden regresar también a la economía real.