Economía Miércoles 13 de Agosto de 2014
Por Ignacio Olivera Doll.-
• EL TOPE DE ESTAS LÍNEAS ESTÁ DETERMINADO POR EL RETORNO DE LAS LEBAC, QUE EL BCRA RECORTÓ AYER EN UN PUNTO PORCENTUAL
Por: Ignacio Olivera Doll
La sorpresiva baja de tasas de interés que dispuso el último lunes el Banco Central reducirá automáticamente, a partir del mes que viene, los costos de los préstamos personales, prendarios y de tarjetas de crédito que dan las entidades financieras a individuos. Sólo por esta medida, los bancos más grandes deberán colocar sus créditos para autos a tasas nominales de hasta un máximo del 32,5% anual, sus préstamos personales al 37,9% anual, y los de tarjetas al 47% anual; los más chicos, en tanto, lo deberán hacer al 36,5%, un 47,4% y el 58% anual, respectivamente.
El Central resolvió el lunes recortar en un punto porcentual la tasa de sus Letras, y de esta manera las de estos tres productos bancarios, en un momento en que el sistema financiero entero parece más preocupado por restringir el crédito para protegerse de las expectativas de inflación y devaluación. Y a pesar de que, hasta ahora, el único efecto que provocó el tope de tasas impuesto a mitad de junio fue una fuerte desaceleración en el ritmo de crecimiento del financiamiento a individuos.
El recorte de tasas que resolvió el organismo oficial para su licitación de deuda de ayer desembarcó en el sistema como una restricción adicional en los costos de estos préstamos. Sucede que, a mitad de junio pasado y a instancias del ministro de Economía, impuso un tope sobre estos productos financieros que quedaría determinado por un factor multiplicativo y los retornos de las Lebac a 90 días de plazo. El rendimiento de estas letras se convirtió desde entonces en una tasa de referencia para todas estas financiaciones. Fue del 26,83% anual en agosto y pasará a ser, a partir de septiembre, del 25,80% anual.
Según la normativa en cuestión, los grandes bancos no pueden cobrar por sus préstamos prendarios una tasa que supere en más de un 25% a esta tasa de referencia, lo que daría a partir de septiembre un costo nominal del 32,5% anual, más el IVA y otros cargos que conforman el Costo Financiero Total (CFT). Tampoco pueden percibir por sus préstamos personales una tasa mayor al 20% del retorno de estas Lebac, lo cual deja ese límite en el 37,9% más impuestos y otros cargos.
Indirectamente, este tope afecta también los costos de financiamiento que cobran los bancos por sus tarjetas de crédito, porque la regulación impide que éstos superen en más de un 25% el promedio de tasas que hayan cobrado por préstamos personales. El nuevo límite para estos plásticos quedará fijado, de este modo, en un rango de entre el 49% y el 60% anual, según el banco.
Los bancos más pequeños cuentan con límites levemente más laxos. No pueden cobrar por prendarios y personales costos que superen en un 40% y 80% las tasas de Lebac, lo cual les deja tasas nominales del 36,5% y del 47,2%, respectivamente.
El efecto sobre los costos de estos préstamos explica sólo una parte del disconformismo que manifestaron los banqueros, este lunes, cuando se enteraron del recorte de tasas que dispuso el Central en las Lebac. El sistema financiero descuenta que la reducción de estos topes, en un escenario inflacionario y de presión cambiaria en el que debería incrementarse, sólo provocará una mayor contracción sobre el financiamiento. En las cifras del Banco Central se percibe que, desde mitad de junio hasta hoy, el crecimiento de los préstamos personales se desaceleró del 1% al 0,1% mensual; y el de los prendarios y tarjetas, en cambio, ya no existe, dado que cayeron en los últimos 30 días un 0,5% y un 4%, respectivamente.
Pero preocupa sobre todo el impacto que puede provocar un recorte de este tipo en los precios de los bienes y del dólar. Sólo en estos dos días, la divisa se encareció en todas sus expresiones: el «blue» roza ahora los $ 13; el dólar «Bolsa! saltó a los $ 12,70; y el «contado con liqui» a los $ 11. Es precisamente el efecto que había intentado evitar durante estos meses el presidente del Central, Juan Carlos Fábrega, y que finalmente se habría concretado por un avance del ministro de Economía Axel Kicillof en las decisiones de política monetaria y cambiaria del organismo.