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Documento: el acta que robó la identidad al bebé de Laura Carlotto
Infojus Noticias accedió al acta de nacimiento del hijo de Laura Carlotto y Walmir Montoya, hoy Ignacio Guido. El documento dice que fue inscripto el 28 de junio de 1978 y señala como lugar de parto la casa del presunto entregador. Quién es Sacher, el médico de la policía y obstetra famoso en Olavarría cuyo nombre figura en el papel.
El 28 de junio de 1978 el bebé de Laura Carlotto tenía dos días de vida y fue anotado como Ignacio Hurban en el Registro de las Personas delegación Olavarría. En el acta Nro. 894 se consigna que “nació una criatura de sexo masculino, constatada por el doctor Julio Luis A. Sacher”, médico de la policía bonaerense, pero no figura su firma. Además de la identidad del recién nacido, se falseó su fecha de nacimiento: el documento apócrifo dice que llegó al mundo el 2 de junio a las 4 de la madrugada en la calle Alsina 2858.
Es la dirección del centro de Olavarría donde vivió hasta su muerte el presunto entregador del bebé, Carlos Francisco “Pancho” Aguilar, fallecido el 26 de marzo a raíz de un cáncer. La casona señorial de dos pisos y paredes salmón figura como la sede del Centro de Equitación SA, fundado por el difunto y hoy en manos de su hijo Gerónimo. Allí vive la viuda de Aguilar, la arquitecta Susana Clara Mozotegui, que supo tener entre sus primos políticos a dos militares que conducen hasta el círculo íntimo de Camps (uno de ellos su mano derecha, casado con su prima Raquel Fassini, el teniente coronel de caballería Filiberto Francisco Salcerini).
El documento al que accedió en exclusiva Infojus Noticias, inscribe a Ignacio como hijo de Clemente Hurban y Juana María Rodríguez, dos puesteros que trabajaban en el campo de Aguilar. El certificado de nacimiento -un papel anexo de donde se extraen los datos que luego se vuelcan a la partida- lleva la firma del jefe del Registro Civil de Olavarría, Juan Francisco Forte, quien falleció el 30 de octubre de 2008. Si el certificado existió, no tuvo responsabilidad.
El dato más importante que surge del acta de nacimiento es que la entrega al matrimonio Hurban fue inmediata: si Guido nació el 26 en la zona de La Plata y el 28 fue anotado en Olavarría, lo más probable es que el mismo 26 o el 27 fuera llevado a Olavarría. En principio, la investigación se fía de esa fecha para avanzar y considera que para ese día el bebé ya estaba con los Hurban, porque las inscripciones en los libros son correlativas.
¿Cuándo nació el bebé?
¿Quién le habrá elegido el 2 de junio como día de cumpleaños? Testimonios de sobrevivientes que compartieron el cautiverio con Laura Carlotto en La Cacha ubican el nacimiento del bebé -al que su madre llamó Guido- el 26 de junio, al día siguiente de la final del Mundial 78.
Aseguran que a Laura -secuestrada desde fines de noviembre de 1977- la llevaron cerca de esa fecha hasta algún lugar incierto con dolores de parto. Al regreso, ella les contó que había estado alrededor de cinco horas con el bebé y lo había llamado Guido. Sus testimonios estremecieron en diferentes juicios contra crímenes de lesa humanidad (Juicios por la Verdad, Plan Sistemático de robo de bebés, La Cacha).
Quién es Sacher
Cuando “constató” el nacimiento de Ignacio Hurban, Sacher tenía 42 años y era médico de la Policía Bonaerense de Olavarría. Hoy es uno de los ginecólogos y obstetras más famosos de esa ciudad. Con sus 78 años, hasta hace unos días seguía atendiendo en su amplio consultorio de la calle General Paz, ubicado en la zona residencial más antigua, entre las vías y el centro, a la vuelta del sanatorio María Auxiliadora. Pero esta semana, las persianas de madera que dan a la calle no dejaron ver movimiento. En la puerta, una placa reluciente de bronce indica que su matrícula profesional es la número 80440.
En aquellos meses de 1978, el periódico El Popular de Olavarría (fundado en 1899 y desde 1936 en manos de la distinguida familia Pagano) incluía en los avisos de los nacimientos de la sección de sociales, los nombres de los médicos que atendían el parto: “El nacimiento fue asistido por los doctores Sacher, Borzi y Cea en la clínica María Auxiliadora”, repiten algunos de esos avisos. Sacher y Norberto Borzi –padre de Ramiro, responsable actual del área de Salud del municipio– eran socios.
Lo confirma un aviso publicitario en la edición del 27 de junio (mientras el hijo de Laura Carlotto y Walmir Montoya probablemente viajaba hacia los campos de Aguilar en Colonia San Miguel), donde queda claro que compartían el consultorio: “Dr. Julio Sacher – Dr. Norberto Borzi; Señoras, Partos, Esterilidad, Papanicolaou”, dice el anuncio, en la misma página en que se advierte en letras tamaño catástrofe que “Cámpora lideraría en el exterior a los Montoneros”. La dirección es España 2840: la misma mitad de manzana donde hoy se levanta, con un enorme frente verde, la clínica María Auxiliadora, una de las más antiguas de la ciudad.
En la necrológica que El Popular le dedica el 28 de junio de 2013 al médico Ricardo Miguel Viñuales, hijo del fundador de la cínica María Auxiliadora, se hace referencia a la relación entre los médicos olavarrienses Sacher y Cea: “Cuando asumió la dirección de la Clínica María Auxiliadora, (Viñuales) amplió y modernizó notoriamente su infraestructura junto con sus colegas amigos Jorge Scala, Julio Sacher, Omar Cea y Jorge Aramburu”.
Esos avisos en el diario ya no se pueden fotografiar: desde que el obituario de Carlos “Francisco” Aguilar -el hombre acusado de entregar a Ignacio Hurban- trascendió a los medios nacionales, el diario que dirige el ingeniero Jorge Botta -sobrino de Graciela Pagano, una de las fundadoras- prohibió la toma de imágenes en el archivo.
Sacher es un apellido resonante en Olavarría. No sólo por la actividad del médico, sino por un extraño personaje, Friedr Sacher que llegó desde Suiza a la Argentina en 1883 y se instaló en la ciudad de la provincia de Buenos Aires dispuesto a hacerse la América. Se casó, tuvo ocho hijos. En los 90, el nombre de este inmigrante figuró en una lista de la Asociación de Bancos Suizos que nombró a 1872 herederos de cuentas “dormidas” vinculadas al nazismo. Mientras los herederos de Friedr reclamaban ese dinero, el doctor Julio Luis Alberto Sacher también era noticia.
Sierra Chica, infierno grande
En Sierra Chica, un pueblo que está a diez kilómetros de Olavarría, donde desde 1882 se levanta la Unidad Penal N 2 de máxima seguridad, entre el 30 de marzo y el 7 de abril de 1996, se desató el motín más sangriento de la historia carcelaria argentina. El saldo: diecisiete rehenes, entre ellos una jueza y su ayudante; siete reclusos muertos, cuerpos descuartizados e incinerados, y las leyendas de un partido de fútbol con la cabeza de un interno asesinado y una cena de empanadas de carne humana. Sacher fue al lugar como médico policial y su declaración pudo escucharse en el juicio que condenó a los “Doce Apóstoles”.
La cabecera de la represión
Una investigación de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia consignó a Olavarría “como cabecera represiva de esta región”, y a “Monte Peloni” como el principal centro clandestino de la zona. Operó en el lúgubre casco de estancia de una reserva fiscal, al pie del Cerro Largo en Sierras Bayas, un pueblo de colonos alemanes a pocos kilómetros de Olavarría. Aunque hacia allí se llevaron secuestrados a partir de marzo de 1977, en septiembre de ese año se habilitó como centro de interrogatorios y detención permanente. Funcionó hasta mediados de 1978 bajo la órbita del Regimiento de Caballería de Tiradores Blindados Nº 2 «Lanceros General Paz» del Ejército.
En ese distrito, Sacher se desempeñó como médico policial. En la investigación judicial por los crímenes de Monte Peloni (cuyo primer tramo fue elevado a juicio oral que comenzará el 22 de septiembre), fue vital el testimonio del agente Miguel Ángel Fuhr, que ingresó a la Policía Bonaerense en 1974.
Al banquillo de los acusados llegan los principales responsables del Ejército en el área 124: Ignacio Aníbal Verdura (Jefe del Regimiento de Caballería de Tanques 2 “Lanceros General Paz” de Olavarría, y Jefe del Área Militar 124 a su cargo, dependiente del Comando de la Primera Brigada de Caballería Blindada con asiento en Tandil ), Juan Carlos Castignani (2° jefe del Regimiento de Caballería de Tanques 2), Walter Jorge Grosse (oficial de Inteligencia de la Plana Mayor del Regimiento de Caballería de Tanques 2), Horacio Rubén Leites (jefe del Escuadrón “A” del Regimiento de Caballería de Tanques 2) y Omar Antonio “Pájaro” Ferreyra (integrante del Grupo Operaciones del Escuadrón Comando del Regimiento de Caballería de Tanques 2), a quien ya en democracia, el ex intendente radical Helios Eseverri nombró en el cargo de Control Urbano.
El policía que habló
Mientras trabajó en la comisaría de Olavarría, Fuhr fue testigo de la llegada de los jóvenes secuestrados. Vio cómo los traían encapuchados en el baúl de distintos vehículos. Cómo los suboficiales Bruno y Guerrini les aplicaban picana, mientras “los militares Castignani y Grosse no torturaban, pero estaban presentes durante las sesiones de tortura”. Fuhr dijo que no pudo identificar a las personas detenidas ilegalmente, “salvo a Mario Méndez, a quien recuerda porque era compañero de la escuela secundaria”. Habían ido juntos a la Escuela Nacional de Comercio de Olavarría.
Fhur identificó en la comisaría de Olavarría –que funcionó también como centro clandestino– a dos médicos policiales: Seambelar y Sacher. Los nombró: “uno de apellido Sacher y el otro Seambelar. Que a éste no lo identifica personalmente, pero era ese segundo médico y no Sacher el que torturaba con agujas en la Comisaría”, consta en la causa. Seambelar fue médico policial y urólogo, -también miembro del Rotary Club-, y tiene la misma edad que Sacher.
El fiscal Federal Walter Romero, de Tandil, consignó en el requerimiento de elevación a juicio de la segunda parte de la causa Monte Peloni (aún está investigándose), que la comisaría de Olavarría operaba conjuntamente con el personal policial y el personal del Regimiento de Olavarría. Seambelar está imputado en esta segunda parte, donde se juzgan delitos en todo el circuito represivo de la zona y no solo en ese centro clandestino. Después de su declaración, Fuhr fue amenazado y se mudó a Santiago del Estero, donde vivió más de veinte años hasta su muerte.
El testimonio de Fuhr señaló que “a las reuniones de la plana mayor policial -a cargo del entonces comisario Balquinta- concurrían el jefe del Regimiento, teniente coronel Ignacio Aníbal Verdura, el subjefe, entonces Mayor Castignani, y los oficiales del servicio de inteligencia, como así también los Jefes de la Unidad Penitenciaria de Sierra Chica”.
Romero concluyó que el testimonio de Fuhr mostraba la “coordinación que existía entre el Jefe del Área 124, su personal dependiente, y las fuerzas penitenciarias y de seguridad para llevar a cabo los operativos de secuestro en la ciudad de Olavarría, y esa coordinación y control operacional del por Ejército sobre la policía explica la presencia de los integrantes de la plana mayor del Área 124 en las sesiones de tormentos en la Comisaría de Olavarría”.
Según el agente policial Fuhr, Seambelar participaba en las sesiones de tortura aplicando agujas debajo de la uñas de los detenidos. “De los legajos de los médicos surge que Sacher y Sambelar fueron médicos de la policía de Olavarría. Seambelar desde el 11 de junio de 1970 hasta el 9 de mayo de 1995. Al momento de los hechos él era Oficial Subinspector de la policía”, confió una fuente judicial. Hasta ahora ni él ni Sacher se encontraban investigados por el delito de apropiación.
El allanamiento que escandalizó a Olavarría
Sacher fue médico de la policía entre 1966 y 1997. Una concejala olavarriense dijo que “su nombre empezó a circular con fuerza en los últimos diez días en la ciudad. Siempre se dijo que era un médico que estaba en cosas oscuras. Fue socio de Borzi (ya fallecido), el padre del actual ministro de Salud».
Un sobreviviente que estuvo cautivo en centros clandestinos de detención del circuito represivo Las Flores -Azul-Olavarría-Tandil, dijo: “era vox pópuli el manejo de Sacher con inscripciones irregulares de niños”. En Olavarría se comenta que Sácher es un médico “caro” y que a su consulta sólo acceden las mujeres más pudientes. En los últimos meses, figuraba como monotrobutista en la AFIP en la categoría de quienes declaran hasta 240.000 pesos de ingresos anuales. “Sacher es un médico muy conocido y muy cuestionado en Olavarría. Lo acusan de ser el abortista más importante de la provincia de Buenos Aires, viene gente de todos lados a su clínica”, dijo a Infojus Noticias un médico local.
El antiguo socio de Sacher
El 24 de abril de 2012, Norberto Borzi –antiguo socio de Sacher– ya había fallecido pero su placa todavía brillaba en la puerta del consultorio (sobre la calle 25 de Mayo 2974) cuando se produjo un allanamiento. Su viuda, Mónica Raquel Moyano –entonces de 53 años y madre del funcionario– quedó imputada junto con otra mujer, Ana María Leal, por «aborto en grado de tentativa en concurso real con ejercicio ilegal de la medicina» y «abortos reiterados en concurso ideal con ejercicio ilegal de la medicina”. La investigación estuvo a cargo de Martín Pizzolo, responsable de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 5.
“Cuando el fiscal formuló la elevación a juicio de la causa tuvo como respuesta por parte del juez de Garantías, el doctor Carlos Villamarín, que el delito más grave que se le imputaba a las acusadas había sido desestimado. Se trató puntualmente de la presunta realización de un aborto sin su consentimiento a una adolescente”, informó El Popular el 26 de septiembre de 2013.
El caso se dirimió en la justicia correccional y terminó en probation, ante la falta de antecedentes. En septiembre de 2013, se resolvió que las imputadas debían aportar mil pesos a Talleres Protegidos y al Hogar de Niñas San José, a modo de resarcimiento.
Paradójicamente, la relación entre Julio Sacher y su presunto entorno con el aborto ilegal sale a la luz a partir del vínculo del médico con la apropiación de aquel bebé, hoy Ignacio Guido Carlotto, con su identidad restituida. El acta de nacimiento apócrifa ya está en los expedientes que investigan su apropiación. Es una puerta más para reconstruir la trama de complicidades necesarias para robar un bebé en La Plata y desaparecerlo en un paraje semiescondido en las afueras de Olavarría.