Si hay algo que Matías Garfunkel mamó desde chico es la abundancia. La oficina de Puerto Madero, donde recibe a PERFIL, tiene eso: mucho y de todo. En su escritorio, sobre cuatro sillones, en una mesa de reuniones… Donde se mire, su mote de coleccionista está a la vista. Los barcos en miniatura se mezclan entre encendedores, libros de arte y cajas de habanos Montecristo que se apilan como torres. Entre sus mayores tesoros figura el manuscrito original de El Aleph, de Borges, y la renuncia de puño y letra del presidente estadounidense Richard Nixon. Hay muchas fotos, entre las que sobresalen las de su esposa, Victoria Vanucci, con quien tiene dos hijos: Indiana y Jorge Napoleón. La política se cuela en fotos con presidentes –tiene una con Bill Clinton y otra con Raúl Alfonsín–, y aparece también enmarcada en recortes de diarios que van desde un perfil suyo reciente –“Matías Garfunkel, el dueño de medios kirchnerista que ya decidió jugar con Scioli”, es el título– hasta un ejemplar del diario cubano Gramma, que data del 16 de octubre de 1967 y lleva una imagen del Che Guevara.
En los últimos días, a Garfunkel –dueño junto a Sergio Szpolski del Grupo 23, el multimedio más importante del oficialismo– se le han escuchado hacer fuertes críticas al Gobierno. “Yo no cambié, cambió el gobierno; está dando un vuelco en relación a lo que era hace siete años –suelta–. Cuando vos querés resolver un problema, lo primero que tenés que hacer es reconocer que el problema existe. A partir de ahí podes buscar la solución. Uno puede estar de acuerdo o no, pero aceptás como Estado someterte a los tribunales. Al desconocer los fallos jurídicos no están dado una buena imagen a futuro”.
—¿Cuán difícil es mantener ese pensamiento siendo uno de los dueños de CN23?
—Szpolski es el que tiene el control de la línea editorial hasta diciembre de 2015. Es algo que figura en el contrato de compra y venta. En diciembre de 2015 me sentaré con él a ver qué hacemos.
—Sin embargo, hace un tiempo expresó el desacuerdo con Szpolski cuando Luis D’Elía apareció en la pantalla de CN23…
—Sí, porque no me habían consultado.
—¿Como están las cosas con Szpolski hoy?
—Seguimos igual coversando más allá de las opiniones disímiles que podemos tener. Hay una responsabilidad empresaria que debemos mantener.
—¿Pero cortocircuitos existen?
—Sí…
—Alejado de Szpolski y cerca de Scioli. Hay quien lo podría tildar de oportunista o, como lo llamaron, “panqueque”.
—Daniel es el que mejor representa el modelo de país que quiero para el futuro. Está abierto al diálogo y no necesariamente por no ser una persona no confrontativa quiere decir que no tiene opiniones bien formadas. Lo de oportunista es un pensamiento muy pobre. Decir que uno no está en default cuando realmente lo está, no ayuda.
—En el resto de los grupos mediáticos se está dando cierto cambio. Como por ejemplo el caso de Vila Manzano en Grupo Uno, o el de Cristóbal López con Indalo. ¿Qué opinión le merece esto?
—Los medios, al igual que las personas, tienen dinamismos propios. Así que los cambios son continuos. De Cristóbal López no te puedo decir nada porque lo habré visto dos veces en mi vida. A Manzano lo conozco de hace tiempo, es una persona con enorme capacidad como empresario y político, y creo que claramente tiene una intención en su línea editorial para jugar hacia el lado de Massa. Y me parece bien.
—¿El periodismo no debería tender a ser lo más objetivo posible?
—A mí me parece fantástico que en Argentina sucediera como pasa en países como Estados Unidos, donde los medios se pronuncian antes de las elecciones. No lo veo mal, al revés: le da más credibilidad.
—¿Ve “6,7,8”?
—No, claramente no lo veo (risas).
—¿De TN le gusta algo?
—Palabras más palabras menos me parece un programa fabuloso.
—¿A Lanata lo ve?
—Sí. Como periodista de investigación debe ser uno de los mejores que tiene la Argentina.
—Napoleón es el segundo nombre de tu hijo. ¿Por?
—(Risas) Siempre fui un gran admirador suyo. Fue una de las personas que más hizo en la historia europea por el pueblo judío que estaba sometido desde la época de los reyes católicos. ¡Y además mi hijo nació el mismo día! (N. de la R. el pasado 15 de agosto).
—¿Cómo es usted como pareja con Victoria?
—Trato de darle lo mejor. Me gusta que Victoria se sienta cómoda y apoyarla en sus proyectos.
—¿Y como amante?
—Trato de satisfacerla. No es fácil, pero trato (risas).
—En una nota le preguntaron cómo era Victoria a la hora de las fantasías sexuales, y dijo: “Rebuscada”…
—Voy a decirte que tiene una gran parla. Y somos de divertirnos mucho en la intimidad.
—¿Algún disfraz?
—No, va por el lado de fantasías con conversaciones, tal vez lo nuestro es un poco más intelectual.
D’Elía, no; Longobardi, sí
La aparición de Luis D’Elia en la pantalla de CN 23 disparó en mayo último un par de tuits firmados por Garfunkel que daban cuenta de que las autoridades de la señal –de la que él es también dueño– no atendía su reclamo de dar de baja el programa del mencionado dirigente. Como aclara en este reportaje, el “dueño” del contenido editorial de los medios –CN 23 y el resto de los que integran el multmedio– es su socio Sergio Szpolski. Garfunkel admite cortocuitos en la relación e incluso aclara: “lo invité (a Szpolski) a mi casamiento y no vino”. Sin embargo, como expresa en la nota, los une comercialmente una relación que “vence” en diciembre de 2015, cuando un nuevo gobierno ocupe la Rosada. Quizá entonces pueda cristalizar una idea que mencionó en la entrevista con PERFIL: “Creo que CN 23 hay que darle mayor nivel y para eso sería ingenuo decir que no me gustaría tener en el canal a a una persona como Longobardi”.
En los últimos días, a Garfunkel –dueño junto a Sergio Szpolski del Grupo 23, el multimedio más importante del oficialismo– se le han escuchado hacer fuertes críticas al Gobierno. “Yo no cambié, cambió el gobierno; está dando un vuelco en relación a lo que era hace siete años –suelta–. Cuando vos querés resolver un problema, lo primero que tenés que hacer es reconocer que el problema existe. A partir de ahí podes buscar la solución. Uno puede estar de acuerdo o no, pero aceptás como Estado someterte a los tribunales. Al desconocer los fallos jurídicos no están dado una buena imagen a futuro”.
—¿Cuán difícil es mantener ese pensamiento siendo uno de los dueños de CN23?
—Szpolski es el que tiene el control de la línea editorial hasta diciembre de 2015. Es algo que figura en el contrato de compra y venta. En diciembre de 2015 me sentaré con él a ver qué hacemos.
—Sin embargo, hace un tiempo expresó el desacuerdo con Szpolski cuando Luis D’Elía apareció en la pantalla de CN23…
—Sí, porque no me habían consultado.
—¿Como están las cosas con Szpolski hoy?
—Seguimos igual coversando más allá de las opiniones disímiles que podemos tener. Hay una responsabilidad empresaria que debemos mantener.
—¿Pero cortocircuitos existen?
—Sí…
—Alejado de Szpolski y cerca de Scioli. Hay quien lo podría tildar de oportunista o, como lo llamaron, “panqueque”.
—Daniel es el que mejor representa el modelo de país que quiero para el futuro. Está abierto al diálogo y no necesariamente por no ser una persona no confrontativa quiere decir que no tiene opiniones bien formadas. Lo de oportunista es un pensamiento muy pobre. Decir que uno no está en default cuando realmente lo está, no ayuda.
—En el resto de los grupos mediáticos se está dando cierto cambio. Como por ejemplo el caso de Vila Manzano en Grupo Uno, o el de Cristóbal López con Indalo. ¿Qué opinión le merece esto?
—Los medios, al igual que las personas, tienen dinamismos propios. Así que los cambios son continuos. De Cristóbal López no te puedo decir nada porque lo habré visto dos veces en mi vida. A Manzano lo conozco de hace tiempo, es una persona con enorme capacidad como empresario y político, y creo que claramente tiene una intención en su línea editorial para jugar hacia el lado de Massa. Y me parece bien.
—¿El periodismo no debería tender a ser lo más objetivo posible?
—A mí me parece fantástico que en Argentina sucediera como pasa en países como Estados Unidos, donde los medios se pronuncian antes de las elecciones. No lo veo mal, al revés: le da más credibilidad.
—¿Ve “6,7,8”?
—No, claramente no lo veo (risas).
—¿De TN le gusta algo?
—Palabras más palabras menos me parece un programa fabuloso.
—¿A Lanata lo ve?
—Sí. Como periodista de investigación debe ser uno de los mejores que tiene la Argentina.
—Napoleón es el segundo nombre de tu hijo. ¿Por?
—(Risas) Siempre fui un gran admirador suyo. Fue una de las personas que más hizo en la historia europea por el pueblo judío que estaba sometido desde la época de los reyes católicos. ¡Y además mi hijo nació el mismo día! (N. de la R. el pasado 15 de agosto).
—¿Cómo es usted como pareja con Victoria?
—Trato de darle lo mejor. Me gusta que Victoria se sienta cómoda y apoyarla en sus proyectos.
—¿Y como amante?
—Trato de satisfacerla. No es fácil, pero trato (risas).
—En una nota le preguntaron cómo era Victoria a la hora de las fantasías sexuales, y dijo: “Rebuscada”…
—Voy a decirte que tiene una gran parla. Y somos de divertirnos mucho en la intimidad.
—¿Algún disfraz?
—No, va por el lado de fantasías con conversaciones, tal vez lo nuestro es un poco más intelectual.
D’Elía, no; Longobardi, sí
La aparición de Luis D’Elia en la pantalla de CN 23 disparó en mayo último un par de tuits firmados por Garfunkel que daban cuenta de que las autoridades de la señal –de la que él es también dueño– no atendía su reclamo de dar de baja el programa del mencionado dirigente. Como aclara en este reportaje, el “dueño” del contenido editorial de los medios –CN 23 y el resto de los que integran el multmedio– es su socio Sergio Szpolski. Garfunkel admite cortocuitos en la relación e incluso aclara: “lo invité (a Szpolski) a mi casamiento y no vino”. Sin embargo, como expresa en la nota, los une comercialmente una relación que “vence” en diciembre de 2015, cuando un nuevo gobierno ocupe la Rosada. Quizá entonces pueda cristalizar una idea que mencionó en la entrevista con PERFIL: “Creo que CN 23 hay que darle mayor nivel y para eso sería ingenuo decir que no me gustaría tener en el canal a a una persona como Longobardi”.
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